Segunda frase: "La inocencia mezclada con las buenas intenciones solo te llevan al caos."

Por la mañana el sol aparecía logrando el cantar de los pájaros, Taeyeon bajaba corriendo las escaleras, pues de nuevo el despertador no había sonado y era extremadamente tarde.

- ¡Mama! ¿No has visto donde he dejado las llaves?  - Grito entrando a la cocina para beber aquel jugo de naranja.

- ¿Otra vez? Vaya que eres despistada… Mínimo cámbiale de artículo ¿no? Siempre las llaves  - Dijo aquella mujer saliendo de la cocina.

- Pero madre…  - Dijo la menuda chica alcanzándola en la sala, se detuvo confundida al notar la expresión de su madre mientras miraba el televisor -  ¿Qué pasa?

- Otro ataque extraño… De nuevo un hombre… Lo hallaron en un callejón sin ropa, ni la interior, tenia… Ya sabes “Aquello” atorado en una botella de    vino…

- Jaja ¿de verdad? Debió ser una broma juvenil

- No… El pobre no recuerda nada - Dijo alzando los hombros para restarle importancia al asunto, miro a su hija y le regaño sin decir una sola palabra,    levanto la mano haciendo sonar las llaves.

- Vaya… de nuevo en la sala - Dijo para después acomodar su rubio cabello tras su oreja, apretó las carpetas en sus brazos y sonrió a su madre,  llegaron hasta la puerta y tras despedirse con un beso la pequeña se giró confundida - ¿A qué te refieres con “Aquello”?  ¿Que era?  ¿La cartera?

Su madre rió divertida, pues si de algo pecaba su hija… Era de inocencia.

- Ay Tae… Tae, Tae, Tae. Te explicare después, vete ya es tarde.

Taeyeon abrió los ojos recordándolo y corrió hacia aquel un tanto viejo auto deportivo azul, las prisas provocaron que tirara las llaves, al recogerlas una de las carpetas se cayó desparramando sobre el pavimento todas las hojas blancas.

- “¡DIABLOS!” - Dijo apurada mientras recogía todo, sin siquiera acomodar aventó las carpetas al asiento trasero y subió para encender y llegar lo más rápido posible a la universidad.

Cierto… esa rubia chica de ojos ónice pecaba de inocencia, pero su forma tan despistada cautivaba hasta al menos paciente, aquella sincera forma de sonreír podía conseguir lo que fuera, esa voz inigualable causaba que las personas le prestasen atención, para su desgracia; nadie, absolutamente nadie es moneda de oro, Taeyeon podía ser la chica más conocida de la universidad pero no era precisamente por algo bueno, sino era por ser aquella por quienes las porristas anhelaban cruzar el pasillo de primer año, fastidiarla les hacía sentir gran autoridad ante los demás estudiantes, el hecho de que Taeyeon no fuera precisamente tan alta como ellas era el principal motivo de burla.

Entre los chicos era conocida como “Tae la cursi” desde aquel día en que entro, miro al capitán del equipo principal de la universidad y cayo rendida a sus pies, sin imaginar lo cruel que las personas suelen ser, le había enviado una carta diciéndole todo aquello que...

 “las mariposas habían creado en lo más profundo de su ser al mirar aquellos ojos cual caoba pura entrar en las ventanas de su alma”

Al día siguiente absolutamente todos tenían una copia de aquella carta en sus manos.

 Tal como la siempre optimista Taeyeon diría

 “A veces una serie de malos entendidos, llevan a las personas a mal convivir”

 Con una sonrisa entro a clases anhelando que fuera un día diferente al menos uno donde no hubiera tantas malas bromas por parte de sus compañeros.

Salió tranquila hacia la cafetería, notando aquel despiadado grupo caminar hacia ella.

- ¡KIM! ¿Acaso no te he pedido que no te atravieses en mi camino?

- Jessica… por favor, dejemos de llevarnos mal - Imploro con optimismo

- No se puede… - Dijo sin dejar de masticar de la manera más desagradable aquella goma de mascar, mientras sus amigas cual hienas reían por lo que  decía.

Taeyeon las miraba un tanto intimidada aun no lograba entender el efecto de las palabras de Jessica sobre las demás, pues en realidad aunque no dijera ni una sola palabra cómica ellas reían alto y chillonamente.

- mmmm se me ocurre algo…

- ¿Qué cosa?  – Dijo una de sus amigas mientras Taeyeon miraba curiosa

- ¿Qué? ¡Ash! Volví a pensar en voz alta… no importa, el punto es que quizás tengas razón Kim…- Dijo estirando con los dedos aquel decolorado chicle

- ¿La tengo?  – Dijo dudosa

- Claro… Podríamos empezar a ser A… Am…  - decía con dificultad… - Tu sabes, esa palabra … Ami…

- ¡Amibas!  -Interrumpió de nuevo una de sus amigas

- ¡Cállate idiota! - Grito propinándole un golpe en la cabeza a la chica - ¡¿Cómo te atreves a llamarme como la raza de un perro!? - Miro de nuevo a  Taeyeon - Ami… bueno ya sabes

- ¡¿Amigas?!- Dijo emocionada

- Si… Si eso. Y para probártelo, te invito a la fiesta en mi casa. Estará Baekhyun - Dijo guiñando un ojo

Taeyeon se sonrojo al instante, era la oportunidad perfecta de estar con él y de ganarse por fin la amistad de Jessica, sin decir una palabra salto de emoción y aceptando la invitación entro sonriente a la cafetería, las miradas de aquellas chicas seguían el feliz caminar de Taeyeon para después mirar boquiabiertas a Jessica cruzada de brazos

- ¿Que me ven?- Dijo mascando

- Jessica… ¿En verdad te harás amiga de Kim Taeyeon? - Pregunto con repudio aquella chica castaña de buen cuerpo

- ¿Qué asco!  – Grito propinando otro golpe sobre la castaña - ¡Por supuesto que ni loca seria am… Ami… eso de Taeyeon! Es parte de mi plan, ese día  le haremos pasar la peor vergüenza de su vida- Dijo colocando las palmas de sus manos cerca de la cara de sus amigas. Hubo silencio incomodo, ellas  miraban extrañas la pose de Jessica

- ¡Choquen sus manos idiotas!- Grito a modo de explicación, sin recibir respuesta aleteo con las manos- ¿¿¿“¡Denme esos cinco!” “¡Chócalas!”???  Ay  olvídenlo no cabe duda que son unas retarasadas

- Se dice retrasadas Jessica…- Corrigió una de ellas

- Si eso… como sea- Dijo caminando para ser seguida por las demás.

 Cruzaron por aquellas bancas sin siquiera notar a dos chicas mirar aquel grupo de chicos entrenando sus jugadas

- Oye… T ¿Por qué estamos en la universidad?  – Pregunto la chica platinada a la pelirroja

-Porque ya me aburrí de los hombres de bares, quisiera probar con los imbéciles de la universidad…  - Dijo segura mientras miraba de nuevo a aquel  grupo a través de sus finas y glamorosas gafas oscuras - y otra cosa… También me he aburrido de ti, así que esfúmate.

Se levantó caminando hacia el estacionamiento, en aquella banca no había nadie más, con aquel camuflaje subió al deportivo rosa y acelero alejándose del lugar.