Querido diario:

Fui al baño y rápidamente volví a clase. Entre y vi a Jimin mirando su libro, levantó la cabeza y me miro algo serio, ¿habría leído ya la carta? Me quedé mirándole desde lejos, mi cuerpo se quedó congelado. En ese momento Jimin se levantó y poco a poco se acercaba a mi, entonces pasó por mi lado sin decir ni una sola palabra... y sin ni siquiera mirarme. Jimin salió de clase y yo, perpleja, me quedé de congelada, ¿le había molestado a Jimin mi carta? ¿Que estaba pasando? Yoo se acercó a mi:

 - ¿Que te pasa? Estás muy pálida.
 - Eh... - Mis ojos se llenaron de lagrimas – Yo...
 - Hey... vamos al baño... no llores aquí.
 
Yoo me agarró de los hombros, me sacó de clase y fuimos hasta el baño:

 - Muy bien, ¿que te pasa? - Cogió papel y me dio un trozo de papel -.
 - ¿Sabes que le ha pasado a Jimin? ¿Por que se ha ido tan serio?
 - No lo se, ¿que mas da? Espera... ¿es por él? ¿estás así por él? ¿que te ha hecho?
 - Nada... nada...
 - ¿Entonces?
 - Es que... creo que... estoy enamorada de él...
 - ¿Que? No te puedes enamorar de él. Es un idiota que no sería capaz de ver a la chica tan increíble que tiene delante... no llores por él. - Me secó una lagrima -.
 - Es que...
 - ¿Es que...?
 - Le escribí una carta... creo que se ha ido así por mi...
 - ¿Y que? ¿Merece la pena llorar por alguien a quien no le gustas? Nadie merece tus lagrimas, ________. Si a él no le gustas... ¿vas a llorar? ¿le vas a dar mas importancia a ese idiota? No hagas que se crea importante.
 - Noto presión en el pecho... - Dije entre sollozos -.
 - ¿Quieres olvidarte de él?
 - … - Asentí con la cabeza -.
 - Vale, sígueme.
 - ¿A donde vamos?
 - Tú solo sígueme.
 
Yoo y yo salimos del baño y fuimos hasta nuestro aula, pero vi a Jimin sentado en su sitio. Me miró y volvió a mirar a su libro... cada vez me costaba mas respirar. Entonces agarré del brazo a Yoo mientras miraba a Jimin:

 - Espérame fuera... - Me dijo Yoo en voz baja -.
 
Asentí con la cabeza y salí de clase. Apoyé mi espalda contra la pared y dejé salir un suspiro... un suspiro de desesperación ante ese dolor insoportable que estaba sintiendo mi corazón... nunca antes había experimentado esa extraña sensación. Yoo salió de clase con nuestras mochilas:

 - ¿A donde vamos? - Pregunté algo desconcertada -.
 - A divertirnos.
 - ¿A divertirnos?
 - Exacto, a divertirnos. Necesitas despejarte. - Pasó uno de sus brazos sobre mis hombros y dejó caer parte de su peso sobre mi -.
 - Pero... tenemos clase...
 - ¿Y que? ¿De verdad quieres estar ahí dentro?
 - No... pero...
 - Venga, para un día que faltes a clase no pasará nada.
 - Pero mi madre...
 - Tu madre lo entenderá.
 - Vamos. - No dejaba de insistir -.
 - No me vas a dejar de insistir hasta que diga que si, ¿verdad?
 - Lo sabes de sobra.
 - Está bien... vamos.
 - ¡Yay! ¡Go go go! - Gritó mientras alzaba uno de sus puños en señal de victoria mientras corríamos por el pasillo -.
 
Salimos del instituto y Yoo no dejaba de hablar, parecía que no quería hacerme pensar en... en... en él...:

 - ¡Muy bien! ¿Que es lo que te hace mucha ilusión hacer? - Preguntó Yoo con mucha energía -.
 - Hmm... ir al cine.
 - Muy bien, ¿que mas?
 - Ir al parque de atracciones.
 - ¿Que mas?
 - Tomar helado.
 - ¿Que mas?
 - Ir a un karaoke.
 - ¿En serio? ¿Ir a un karaoke?
 - Si, ¿que pasa?
 - Nada... nada... - Parecía que tenía ganas de reír – Pues tus deseos son ordenes para mi.
 - ¿Eh? - Estaba muy confundida -.
 - Vamos a ir a todos esos sitios y... como hoy es viernes hoy te quedas a dormir a mi casa. Luego llamaremos a tu madre desde mi casa. ¿Que te parece?
 - ¿De verdad vas a hacer todo eso por mi?
 - Es lo mínimo que puedo hacer por mi mejor amiga.
 - ¿Mejor... amiga?
 - ¿Que te pasa? No te sorprendas por eso. Vamos a divertirnos hasta que nos duela el estomago de la risa. - Dijo con una enorme sonrisa -.
 - Me parece genial. - Sonreí -.
 - ¡Vamos! - Gritó Yoo con una gran sonrisa -.
 
Yoo y yo pasemos el resto del día juntas, fue el mejor día de mi vida. Nunca me lo había pasado también, tanto que ni si quiera había pensado en.... Ya era de noche y estábamos en casa de Yoo, su madre había llamado a la mía para decirle que estaba en su casa y le pareció bien. Estábamos sentadas en el suelo, con la espalda a pollada en la cama y viendo una película desde su portátil mientras comíamos palomitas. Había sido un día bastante agotador, ya eran mas de las doce de la noche y mis ojos se cerraban... miré a Yoo y ya estaba dormida, pasé una de mis manos por delante de su cara para ver si estaba completamente dormida y... si, estaba totalmente dormida. Me incorporé un poco e intenté seguir viendo la película, ya que me estaba gustando bastante, sin embargo mis ojos se cerraban poco a poco... hasta que finalmente permanecieron cerrados por unos segundos... y por desgracia para mi y mi lastimado corazón no podía dejar de imaginarme la cara de Jimin... pese haber hecho todo este esfuerzo para dejar de pensar en el y evitar que el dolor pudiera conmigo... no pude.... Empezaba a sentir dolor de nuevo en el corazón y me faltaba la respiración... ya no solo porque le había confesado mis sentimientos al chico que me gusta y no era correspondido, o al menos lo parecía, si no también porque Jimin, la primera persona que me había hablado al llegar a ese instituto y el primer chico que me había tratado también... podía haber perdido por completo su amistad... su compañía... su sonrisa... Ya nada sería igual... estaba segura...

Llegó la mañana siguiente y ya estaba preparada para irme a casa, pero Yoo no paraba de insistirme en que me quedara:

 - Venga... quédate, podemos pasar todo el fin de semana juntas y hacer un montón de cosas.
 - Es una idea estupenda, pero mejor dejemoslo para la semana que viene... es que necesito pensar.
 - Vale, pero no pienses demasiado y si necesitas algo... mándame un mensaje y te llamo o me llamas, ¿vale?
 - Vale, no te preocupes, si necesito hablar, te avisaré.
 - Vale, nos vemos el lunes.
 - Hasta el lunes.
 
Yoo y yo nos  abrazamos, finalmente salí y caminé hasta llegara  mi casa:

 - ¡Ya estoy en casa, mamá!
 - Oh, hija, ¿como te lo has pasado?
 - Muy bien, Yoo es muy divertida.
 - Me alegro mucho de que hayas encontrado a una buena amiga.
 - Y yo. - Me senté en el sofá -.
 - ¿Y como es? - Se sentó a mi lado en el sofá -.
 - Pues es muy lista, muy divertida, algo alocada... - Sonó su móvil -.
 - Espera un momento, cariño.
 - Vale. - Le sonreí -.
 
Mi madre se fue a la cocina a hablar y yo encendí la tele. Comencé a pasar canales son dejar ni uno solo, repetía una y otra vez los canales... simplemente estaba haciendo tiempo a  que mi madre volviera. De repente mi madre volvió al salón y me dijo:

 - Cariño, me tengo que ir a Japón durante un par de meses...
 - ¿Que? ¿Por que? ¿Pasa algo malo?
 - No no... es por cuestiones de trabajo...
 - Bueno, pero al menos te pagarán más, ¿no?
 - Si si... pero no quiero dejarte sola...
 - No te preocupes, mamá, estaré bien.
 - ¿De verdad?
 - Si, no te preocupes, de verdad.
 - Vale, pero si ocurre algo no necesitas hablar llámame, pero de todas formas te llamaré todos los días.
 - No te pido mas, con eso tengo suficiente, bueno... eso y que... me traigas algún regalo.
 - Eso no hace falta que lo digas. - Me abrazó – Voy a hacer la maleta, salgo esta tarde... ¿me ayudas?
 - Por supuesto. - Sonreí -.
 
Ayudé a mi madre a preparar su maleta y fuimos a comer a un restaurante como despedida. Cuando finalmente llegó la tarde acompañé a mi madre hasta el aeropuerto y finalmente nos despedimos entre lagrimas. Vi como poco a poco se alejaba hasta finalmente dejar de verla... la iba a echar mucho de menos...

Volví sola a casa y cuando entré... todo era muy silencioso sin mi madre... Me preparé algo de cenar y me quedé en el sofá viendo la tele hasta tarde.

Pasaron dos semanas y por supuesto hablaba con mi madre todos los días, iba a clase y salía de vez en cuando con Yoo, sin embargo Jimin... seguía sin hablarme, era muy duro para mi.... Conforme pasaban los días mi corazón cada vez sentía mas dolor y cada vez comía menos... esto me estaba matando poco a poco, ¿por que me está pasando a mi? Antes era feliz, sin embargo ahora...

Iba caminando de vuelta a casa metida en mis pensamientos... siempre lo mismo... su mirada, su sonrisa... su risa... todo en mi cabeza, ¿por que no cesaba? El corazón se me encogió en ese momento, mi móvil empezó a vibrar. Cogí el móvil, el cual estaba en el bolsillo, lo miré con algo de miedo... por alguna extraña razón tenía la sensación de que era él.... Efectivamente, era un mensaje de Jimin, me quedé unos segundos parada en la calle mirando la pantalla de mi móvil, ¿leía o no leía el mensaje? ¿que debía hacer? Puede ser algo bueno o algo malo... sea lo que sea, necesitaba saber que era lo que decía ese mensaje... así que finalmente decidí abrirlo y decía así:

“Me gustaría verte... ¿puedes venir de nuevo al instituto? Te espero en la cancha de baloncesto... si no vienes, lo entenderé...”

De repente mi corazón comenzó a latir rápidamente como si fuera a salirse fuera de mi pecho, ¿había estado pensando... pensando en mi? ¿que querrá decirme? Por una parte estaba ilusionada, pero por otra tenía miedo... mucho miedo, ¿y si no quiere nada conmigo? Mi cabeza estaba llena de pensamientos, no sabía si ir o no... tenía la cabeza y el corazón hechos un lío...