Una semana ya había transcurrido y con ella la quizás buena amistad entre Yuri y Jessica. Ella por su parte había cumplido con lo que dijo, tomó un poco de su dinero para realizarse los cambios deseados, cuyos no eran tantos puesto que en lo que varió fue en el tono de color de su cabello.

Había cumplido en no broncearse, Yuri se decepcionó ese día.

-“Ya me voy”-

-“Nadie te detiene”-

-“¿Por qué no puedes ser una buena ama de casa, Jessica?”-

-“Porque no te quiero. Bye”-

-“¿Ni un beso de despedida?”-

-“Insoportable”- Se acercó a ella y besó su mejilla con rapidez –“Ya, lárgate”-

-“¿Eras así en América?”-

-“Con quienes eran como tú, sí”-

-“Prometo cambiar”-

-“Ya, vete, llegarás tarde”-

-“Sí, jefa”- Se burló y salió de su casa con dirección a su trabajo.

Observó su alrededor y notó como vecinas y vecinos la miraban como bicho raro, eso era porque Jessica empezó a vivir con ella.

-“¿Ya encontró una pareja?”-

-“Te dije que era lesbiana”-

-“No dejaré que mi Yuna salga cuando esa esté aquí”-

Yuri logró oír y cínica, observó a esas mujeres que hablaban para sonreírles. Ellas les devolvieron la sonrisa de una manera hipócrita.

-“Señora”- Se acercó a una de ellas. Esta con asco y miedo retrocedió un poco –“¿Podría decirle a Yuna que venga a recoger su ropa? Mi amiga me está haciendo problema desde que su hija… ¡Oh, Yuna!”- Justo la susodicha salió de su residencia confundida –“Querida, tus bragas y brasier están esparcidas en mi casa gracias a que mi jodida amiga se enojó. ¿Recuerdas a la chica de colores alucinantes?”- La menor tonta y sonrojada asintió –“Bueno, ella está allí y con gusto te los devolverá. Sólo toca mi puerta y listo”- Yuri regresó hasta la mujer mayor e hizo una reverencia para ella –“Buenos días, sigan con lo suyo”- Dio media vuelta y se fue con una sonrisa.

-“¡YUNA!”-

-“Entonces, jodieron a tu pobre amiga”- Dijo Tiffany luego de haber oído a Choa.

-“¡La pobre está siendo echada de su casa!”- Tiffany se recostó en su asiento.

-“¿Y quién es la culpable?”-

-“¿A quién crees que tiene de vecina?”-

-“No lo sé… A… ¿Choi?”-

-“Ese idiota no, estás lejos”-

-“¿Le hablo?”-

-“Obvio”-

-“¿Es mi amiga, amigo?”-

-“Supongo…”-

-“… ¿Es negra?”- Frunció su ceño.

-“Tu querida amiga acaba de joder a la mía”-

-“Mierda, esa maldita negra no deja de meterse en problemas”-

-“Gracias por velar por mí, cuadrada”- Ambas miraron a la morena sonriente.

-“Por ti idiota, mi amiga será echada de su casa”-

-“Lo siento pero su mamá me estaba hartando. Creen que yo soy el bicho raro, la puta, la rarita cuando hay más de una en el vecindario”-

-“Pero por tu enojo mi-“-

-“Ya cállate, Choa. Además, tu amiga no es una niñita inútil, oh, espera, sí lo es”-

-“Cá-“-

-“¿Qué querías, Yul?”- Preguntó Tiffany evitando una discusión más en la semana. 

-“Oh, sí, tu papá te llama”-

-“¿Para qué?”-

-“No lo sé. Sólo me dijo que te llamara y Choa, tu noviecita está siendo fastidiada por el tipo ese”-

-“¡¿QUÉ?!”- No esperó más y se fue.

-“¿Es verdad?”-

-“Claro, pero yo no iba a hacer algo”- Encogió sus hombros.

-“Bueno, entonces, voy”-

-“Apúrate”- Dijo y se fue.

-“Mm… Veamos, ¿Para qué estoy capacitada?”- Se preguntó Jessica mientras revisaba curiosa cierta página de empleos.

Desde camarera hasta los trabajos más pagados había allí, el dilema de Jessica era el lugar y el pago que daban. Ya se estaba cansando y no halló algo bueno.

-“En América trabajaba como camarera y había un buen sueldo”- Se quejó revisando a más detalle –“Un restaurante suena o quizás una cafetería… Lo último me agrada más”- Anotó el número del lugar para seguidamente marcar.

-“Cafetería Soshi al habla, ¿Algún pedido por hacer?”-

-“Hola, mm, llamo para solicitar el trabajo que publicaron en cierta página”-

-“Oh sí, ¿Desea ser una camarera?”-

-“¿Desear? La verdad es que no pero no me queda de otra”-

-“Jajaja, que buen ánimo. Tiene el trabajo”-

-“¿Qué?”- Jessica sorprendida alejó el celular y apegó este nuevamente a su oído –“¿Habla enserio?”-

-“Claro”-

-“¿Enserio? ¿Enserio?”-

-“Sí”-

-“Entonces… ¿Cuándo empiezo?”-

-“Mañana o si gusta puede empezar en el turno de la tarde”-

-“Hoy”-

-“Venga antes del medio día”-

-“Eso haré”-

-“Nos vemos, señorita…”-

-“Jung, Jessica Jung”-

-“Bien, Jessica, hasta luego”- Colgaron y Jessica aún sorprendida también lo hizo.

-“Qué raro…”-

-“Déjame entender… ¿Quieres que recoja a alguien al aeropuerto?”-

-“Así es”-

-“¿Y quién es esa persona?”-

-“Ya te darás cuenta”-

-“No me gusta esto”-

-“Vamos hija, ayúdame en esto”-

-“¿Por qué debería de hacerlo?”- Preguntó con su ceño fruncido.

-“Porque no has hecho nada bueno para mí”-

-“Ah, ¿Y trabajar para ti no es algo bueno?”-

-“Sí, hija, pero… Ash, Miyoung, no me confundas”-

-“¡NO ME LLAMES ASI!”- Explotó y su padre rió.

-“Entonces, ayúdame”-

-“Me debes una, papá”-

-“Cómo mi princesa diga”- 

-“Ajá, tu princesa”- Rodó sus ojos y recordó algunas últimas noticias en las revistas de espectáculos donde relacionaban a su padre con cierta joven modelo.

-“¿Aún estás enojada por eso?”- Su padre sospechaba de sus celos.

-“No. Y ya, dime”-

-“Bien, vas al aeropuerto-“-

-“Ajá”-

-“Cómo decía… Vas al aeropuerto y buscas a cierta chica llamada Victoria”-

-“¿Victoria?”-

-“Sí, Victoria Song”-

-“Song…”-

-“Victoria Song o Song Qian pero debes de hallarla”-

-“¿Es china?”-

-“Así es, vendrá con una amiga así que debes de estar atenta”-

-“De acuerdo, ¿Y luego?”-

-“Luego las traes a casa”-

-“¿Le digo a los empleados que las atiendan?”-

-“Exacto, Tiff”-

-“Está bien, voy a ir”-

-“Trata de no demorar”- Le dijo cuando ella ya iba saliendo.

-“Ad