- Amo el agua caliente – dijo Jessica recostada en el pecho de Tiffany mientras estaban en la tina

- Yo te amo a ti – beso su cuello

- No quiero ir a la fábrica –

- Pensé que todo esto sería animado, que los elfos eran amables y cariñosos, pero me equivoque – puso mala cara – son gruñones y amargados –

- Si, las películas y cuentos nos han mentido –

- También nos mintieron al decir que no existían – Jessica asintió de acuerdo – Tal vez los elfos están así porque no se divierten –

- Tal vez –

- Deberíamos darles diversión – propuso emocionada

- ¿Qué tipo de diversión? –

- No se podríamos bailarles o cantarles –

- Esos enanos no lo merecen, nos tratan mal –  negó con la cabeza – a ti te tiraron al agua de los renos y no sé cómo hicieron para empujarte en sus desperdicios porque eres pesada… Ouch! – Recibió una mirada asesina – ¿Te amo? – sonrió nerviosa

- Me ayudaras – el tema se cerro

- Muy bien, aquí no pueden causar daño – comenzó Soyeon – Solo pueden intervenir si alguno de ellos les pide ayuda, solo si la necesita – las dos mujeres asintieron – Ahora terminare de resolver todo lo que causaron – se fue

Tiffany y Jessica miraban la fábrica de juguetes como una maravilla y los elfos las miraban a ellas con mucho fastidio y molestia.

- ¿Necesitan ayuda? – El megáfono pregunto recibiendo miradas asesinas por parte de los silenciosos elfos – Solo preguntaba –

- No te gastes, Tiff. Estos duendes no saben de lo que se pierden – al abrazo  y les dio una mirada helada a todos por meterse con su chica

Una melodía de fondo se escuchaba para hacer más ligero y agradable el ambiente de trabajo

- Son villancicos, Jessi – se separó del abrazo para tratar de ubicar el lugar de donde venía – es allá –

- Está muy lejos – dijo Jessica con fastidio

 Tiffany miro la forma de llegar a él y encontró una escalera – Podemos subir por ahí – señalo

- Debe haber otro duende molesto –

- Nos encargaremos de el – miro a su novia con una sonrisa traviesa

- Me encanta esa sonrisa, me hace disfrutar tanto –

- Lo disfrutaremos –

Las dos comenzaron a caminar a las escaleras muy sonrientes, al subir se encontraron una puerta y adentro estaba un elfo casi dormido.

- Hola – saludaron

El las miro – Oh, es cierto, las humanas que rescataron a Santa –

- Así nos dicen – se encogió de hombros Jessica

- ¿Qué puedo hacer por ustedes? –

- Queremos poner música para que los elfos se diviertan –

- Eso no es posible, si los elfos escuchan algo que no sea villancicos a un volumen bajo puede ser un caos –

- ¿Lo dije de buena forma, Jessi? – pregunto a su novia

- Así es, Tiff – asintió

- Ya lo dijo – se encogió de hombros y agarro al elfo – Soga, Jessi, soga –

- No tengo, Tiff – comenzó a mirar a todos lados buscando algo con que amarrarlo hasta que vio cinta adhesiva – aquí – pego sus manos y piernas

- Humanas traidoras, la señora Claus se enterara de esto –

- Aburres – le puso cinta en la boca – Listo –

- Buen trabajo, Jessi – la tomo de la cintura y el beso dejándole una sonrisa tonta a Jessica y a un elfo muy sonrojado

- ertido – Jessica le dio un golpe en la cabeza

- ¿Qué ponemos? – pregunto Tiffany

La pelinegra conecto su móvil a la computadora y comenzó a buscar en su lista de reproducción Bang! de After School y subió el volumen al máximo

El elfo que estaba amarrado abrió los ojos como platos, esto sería un desastre.

Las dos mujeres abrieron la puerta para ver a los elfos, todos bailaban, brincaban y se divertían, alguno estaban sobre las mesas, otros bailaban entre ellos y algunos simplemente se movían con locura.

- Te lo dije – dijo Tiffany y bajaron a divertirse con los elfos

Cuando B.B.B de Dalshabet, Mach de Rainbow, Pandora de Kara, I’m in love de Secret, Number 9 de T-ara y Dr. Feel Good de Rania todos se divertían, pero cuando llegaron a  Sugar Free de T-ara, Good Boy de GDxTaeyang y Crazy de 4minute  el ambiente  se volvió una locura, los elfos pateaban los juguetes, los estrellaban contra el piso dejándolos destruidos, se quitaban la ropa, comenzaban a pelear entre ellos.

- No esperaba esto –

- Nos van a echar – se lamentó Tiffany. Volvía a escucharse Sugar Free y la pelinegra recibió una mirada de su rubia - ¿Qué? –

- ¿Cuántas versiones tie