¿Sueño?

The Positive Complex

Quiero advertir una cosa respecto a este fic. Me gusta mucho jugar con las realidades, así que éste tanto como The mysterious T y Suicide Art, mantienen esa parte fantásitca, preciso algo como realismo mágico, pero no a ese punto. Más bien al juego de las dimensiones, me parece divertido que una historia no sea totalmente seria y sórdida. Por lo mismo, si encuentran aspectos ilógicos, esa es parte de la intención :3

 

 



 

Capítulo 3

Estoy de acuerdo en la inapelable realidad que simboliza el ser humano. Descubres siempre que el individualismo no existe y de ser así, ese complejo se torna, ¿cómo decirlo así? Te toman por un jodido loco. Malditas sean las masas, sus protocolos determinantes en lo que debes ser. Nosotros somos el parásito que destruirá por completo la humanidad. Hemos dejado de ser humanos, nos hemos convertidos en productos manufacturados con fecha de caducidad a poco de vencerse. Sí, soy una quejica. Me quejo de lo podrido, de lo real, de lo que no soy. Pertenezco a la otra parte de los míos. No valoro mi vida, mi intención, como ya la he dicho, ha sido mi propio bienestar. Eso me convierte en las mismas hormiguitas del sistema terrenal que simboliza este globo terráqueo. ¿Para qué me molesto en quejarme? No haré nada al respecto, no podré cambiar nada. Sólo sé la verdad como miles de millones, pero como esos miles de millones, me quedaré en la oscura y solitaria mente mentacata mentalizada para mentar mentadas mentiras y creérmelas.

            Por segundos, siento erizar mi piel. El tacto me conmueve, las pupilas me tiemblan y despierto. No tan de repente, me ofusco por la necesidad. Esos dedos son divinos, majestuosos, proverbios de un poema cutáneo. Pienso en lo que pasó anoche y para mi sorpresa, no recuerdo. La mujer que está frente a mí, se muerde los labios (quizá por su deseo) y la miro desconcertada. No me lo esperaba, de acuerdo, estoy difusa en lo que no sé que es real. Había besado a sonrisitas. ¿Habíamos follados? ¡oh, no! Ese rostro me dice todo lo contrario.

            —¿Jessica?

            —¿Quién más si no yo? —Ella responde como si yo fuese una idiota, aunque mi rostro de desconcierto lo aparenta, no comprendo las razones por las cuales ella está en mi cama desnuda y yo también. Mi noche se preparó para una sola persona y esa era la vendedora de ropa, sonrisas de arcoíris, el alien de de ojos risueños.

            —¿Qué haces aquí?

            —Pues es una pregunta obvia, ¿no crees? TaeYeon, nos la hemos ya sabes…tú sabes, darme tutorías de lengua y física coreana. Por lo que yo no escatimo en decir que eres una estupenda maestra —Ella se recuesta en mi pecho, sigo sin comprender el hilo de continuidad.

            —Creí haberte mandado a la mierda.

            —¿Qué? Bueno, no es la primera vez que lo haces.

            —¿Salí de este cuarto anoche? —Le pregunto porque realmente necesito la respuesta a toda disyuntiva.

            —Ya te he dicho que no, pigmeo.

            —¿Follamos? —observó la habitación y lo compruebo antes de que me lo diga. Hay ropa tirada y el amanecer me indica un nuevo día.

            —Sí…¿TaeYeon, tienes fiebre? Estás jugando a perder la memoria para echarme de nuevo, pero no voy a caer en tus jueguitos tontos —Jessica me toca la frente, yo también me pregunto si me he vuelto loca o si todo lo que ha pasado sólo fue producto de mi imaginación. Me levanto y voy directo al sanitario, necesito comprender las razones por las que estoy aquí, mojo mi rostro un par de veces hasta saber si sigo en el mismo sitio y por último, contemplo mi reflejo en el espejo. Mis pupilas se dilatan y me pierdo nuevamente, me adentro a mis deseos, sé exactamente lo que quiero. La princesita no tiene porque saber lo que me pasa y en ese instante se me enciende la llama de la razón.  ¡El teléfono de sonrisitas! Bien, no eres tan estúpida como creías. Me levanto frenética e impido que la princesita disponga de otra ronda, aunque la idea es tentadora, hay alguien más que me perturba.

            —¿Qué te sucede?

            —Guarda silencio, debo hacer una llamada —Callar  a Jessica no era algo sencillo pero me las cobraría si no acataba lo que yo decía. Jamás, siete segundos habían sido tan angustiosos como esa ersa llamada.

            —¿Diga?

            —Hey, vendedora.

            —¿TaeYeon?

            —Sí, soy yo. Oye, necesito verte, ¿estás disponible? —¿Desde cuándo me porto tan amable con las personas? En fin, si no lo hago, no sabré exactamente lo que ocurre y es necesario que lo sepa.

            —Voy directo a clase, tú deberías hacer lo mismo.

            —Sáltate la clase. Lo nuestro es más importante.

            —¿lo nuestro? No puedo.

            —Claro que sí, te espero en el estacionamiento de la facultad de medicina en media hora. Estaré en un Audi deportivo. No vayas a faltar.

            No le di oportunidad de negativas. Colgué sin meditar. Está bien, porque lo que más deseo es verla. Francamente no tengo ni coña idea de la persona que es esa chica, pero no es algo que me preocupe. Pronto me olvidaré de ella y se acabará el problema, se acabará mi atracción fugaz, como todo lo que se me antoja y deshecho.

            —¿Con quién hablabas? ¿una chica?

            —Jessica, eso fue exactamente lo que me preguntaste ayer.

            —Yo no pregunté nada.

            —Sí, me dijiste lo mismo y te contesto ahora con un: ¡qué te importa! —Ella se cruza de brazos y yo sólo atino a darle un beso voraz para tranquilizarla. Cojo mi ropa, la miro de soslayo para después dirigirme a la facultad de medicina. No me quedaba realmente lejos, en auto mucho menos. Decidí estacionar el auto en un punto estratégicamente visible, mi principal objetivo era verla y de cualquier forma lo haría.

            Dije media hora, suficiente tiempo, incluso más del previsto. Si hay algo que odio es la impuntualidad (entre otras centenas de millares de cosas que odio), la señorita sonrisa llevaba cinco minutos de retraso. ¡Qué putada! Ya, ya no me está gustando esto de esperar a una mujer, regularmente son ellas las que hacen fila por verme y esta niña…

            —Hola, TaeYeon —Ella llega como si nada. La chica cuyo nombre responde al nombre de Tiffany se acerca a una distancia lejana y me observa con esa jovialidad que me causaba nauseas.

            —Llegas tarde —boto el cigarrillo que estaba en mi boca, el cual habían encendido un minuto después de la hora estipulada.

            —¿llego tarde?

            —Sí, tardaste cinco minutos, casi seis en llegar. He dicho que en media hora y te tardaste treinta y seis…

            —Oh, lo siento —Se disculpa, pero no es una disculpa por culpa, sino de burla—. ¿Cuál es el motivo por el que querías verme?

            —Sube al auto —Le ordeno al momento que desactivo la alarma y me tomo la molestia de abrirle la puerta del asiento copiloto. Momentos después, yo entro para quedarme en la letanía de lo que iba a seguir.

            —Usualmente no subo al auto de extraños, pero si se trata de ti, creo que no hay tanto problema. —Yo casi me burlo de su incompetente forma de ver mi carácter. Yo perfilo como una hija de puta y estaba dispuesta a conservar esa personalidad.

            —Hey, estás aquí por una razón.

            —Oh, ¿cuál es?

            —Tú y yo, ¿nos hemos besado? Dímelo. Anoche en la camioneta…

            —¿Besarnos?

            —Sí, ya sabes, tus labios y los míos, unidos…

            —Un beso entre nosotras.

            —¡Sí! Eso estoy tratando de decirte —Con facilidad pierdo los estribos, Hwang retrocede por la forma tan brusca de hablarle y la entiendo, pero me gusta. Percibo su miedo, mi agitación aumenta cuando estoy consciente de mi palurdo comportamiento.

            —No hemos hecho tal cosa, estás asustándome, TaeYeon.

            —¿No? Nada, no nos hemos besado. No es verdad.

            —En serio. ¿TaeYeon? —Ella me habla dudosa y yo volteo de reojo para que evite corroborar mi frustración contenida—. ¿Quieres besarme?

            —sí, bueno…y otras cosas, pero al parecer sólo fue un sueño vívido.

            —Es imposible, a penas y nos conocemos, incluso, esta es la tercera vez que hablo contigo. Nunca me has prestado atención.

            Inmediatamente me doy cuenta de que esta niña sonrisa está diferente. Es menos segura que la de mi fantasía, está asustada, me mira como si yo fuese una loca, e incluso estoy percibiendo cierta lástima de su parte. Entonces captó la situación, ¿debería aprovecharme? ¿Debería portarme afable y llevarla a la cama justo ahora? No sé los motivos exactos pero es mi deseo hacerlo. Oh sí, realmente me siento ansiosa.

            —¿Eso tiene algo de malo?

            —No, bueno no sé… tu reputación.

            —¿Qué tiene mi reputación?

            —Pues no es muy buena que digamos —Dice con un hilo de voz y entonces comprendo que mi caso con ella no está del todo prohibido. Una media sonrisa cargada de ersidad se dibuja en mi rostro y con una mueca de fingida atención la contemplo a los ojos y con ambas manos la obligo a mirarme.

            —¿Crees que tengo malas intenciones contigo?

            —Sí, la verdad no sé…

            —¿Puedo hacerte una pregunta, Tiffany? —Ella sonríe ante mí. La descoloco, eso me gusta. ¿Desde cuándo me gusta esa sonrisa? Lo cierto es que detesto su abominable forma de mirarme, pero me pone mucho. Que contradicción más singular.  

            —Sí, adelante.

            —¿Yo te gusto? —No me fui por las ramas y llegué a tocar el punto sensible—. Dime, no pienso enojarme por tu respuesta.

            —Sí…

            —A mí también me gustas.

            —¿De verdad?

            —Desde luego que sí.

            —No es cierto.

            —He dicho que sí —Entonces, me acosan unos tremendos deseos de besarla, pero me asusta la idea de que sea un sueño. Observo como su boca es relamida por la sed contenida que la embarga y me atosiga esa forma tan suya de corromperme.

            —No es verdad —Me mira con tristeza—. Sólo quieres acostarte conmigo.

            —¿Hay algo malo en eso? —Le pregunto al instante en que mis manos se deslizan por su cuello y puedo sentir que esa caricia ha sido un buen acierto. Lo segundo que hago es hablarle en susurro, directo a su oreja, quiero que observe lo perfecto que sería ser parte de mi repertorio —. Desear a una persona de la forma en que yo lo hago es síntoma de que me gustas. Tengo mucho, muchos deseos de saberte mía y no preguntes la razón, porque yo tampoco lo sé.

            —Y cuando me tengas, ¿qué harás? —Ella también me susurra, lo peor de todo es que simplemente me he derretido por el contacto de sus labios tocando el lóbulo de mi oreja.

            —No…no juegues con fuego, niña…

            —TaeYeon… —Ella discurre poco a poco sus labios por el perímetro de mi mejilla, su roce es tenue, lo siento caminar como el hormigueo de la excitación. Deseo con toda mi alma lo que mis fantasías me ofrecen en esta mañana que arde en mis entrañas—. Quiero besarte.

            No lo discuto, era eso lo que estaba esperando. La atraigo con ambas manos, el tacto es rudo, sé que le gusta, acomodo algunos mechones de sus cabellos que obstruyen el panorama de su rostro y la miro. Ella mes sonríe, pero esa sonrisa es de necesidad. No sé lo que me pasa, sólo sé que ya no puedo contenerme. Quiero que se embriague de mi excitación a través de nuestras respiraciones, no lo pienso más y atraco su boca con la mía. En ese momento, me nublo y me encanta, esta vez pruebo de su lengua, de su esencia, ella se deja hacer, me permite zigzaguear dentro de su cavidad y ella suelta un gemido por el encanto de saberme su fiel agresora. Mientras nuestras lenguas se baten en la danza del fulgor, yo arrugo su camiseta deportiva en mis manos, me invade esa necesidad de arrancarle la ropa. Siento como ella se afianza de mi cuello y permite que mis dedos se muevan a tocar territorio no explorado. Me detengo en ese instante, quiero hacer lo que no he podido lograr.

            —Yo… yo, vivo sola en un departamento cerca de la 43, no muy lejos de aquí. Si quieres… —Entiendo la indirecta, me regocijo para conmigo. Cuando algo debe salir como yo lo deseo, simplemente me apego al júbilo de la maldad.

            —¿No se suponía que tienes que estudiar? —Me burlo por su actitud de nerd, previo a nuestros besos.

            —Sí, pero… —Observo la ansiedad por un movimiento discordante entre sus muslos, está excitada y no parece saber controlarse. Esa actitud de novata me agrada—quiero hacerlo.

            —Entonces tomo la 43 —La beso, le guiño un ojo y enciendo el motor de mi coche. Es esto lo que he estado esperando, nada podrá detenerme ahora.

            

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
JeanLeeJong #1
Chapter 3: Waaa esta historia está genial, me encanta la Tae en perra y Tiffany inocente, porfavor actualiza esta historia, tiene potencial para ser un gran fic, como todos los anteriores que he leído tuyos
amadeo1719
#2
Chapter 3: Tu juegas con la lógica de las cosas y eso me hace tener que leer con más calma, de lo contrario temo perderme de algunas cosillas que pueden resultar importantes después.
Amo eso también hahaha

aws aws! pues yo no creo que se le haga a TaeTae tan pronto!
loveable11 #3
Chapter 3: 7u7 a la 43 ...... continualoo ¡¡¡ y que no paren esta vez XDD
ladyhalihell #4
Chapter 3: OMG!!!!!! Lo dejas en la mejor parte Unii T.T espero la conti prontoooo
TaeTaeTaenyLove #5
Chapter 3: continua! :D
jesiusby #6
Chapter 3: OKAYYYYY, NO PUEDES HACER DE ESTE FANFIC SOLO 5 CAPITULOS, tiene demasiado potencial. Please make more chapters <3
taeny-love
#7
Chapter 2: Tus historias siempre me atrapan. Tienen un toque profesional muy tuyo. En verdad me encanta como vas redactando la historia, espero y actualices pronto:D
Saludos y que tengas un buen fin de semana.
Pd: en verdad muero por que actualices esta historia!:3
PoeticMadness #8
Chapter 1: Taeng no quiere profanar a la inocente Miyoung, jajaja, genial!
PoeticMadness #9
Phany es tan linda, y Taeng una zorra niña ruda, me fascina, vamos a por el segundo capitulo!