Estaba pensando seriamente en tomarse unas vacaciones, habia tenido demasiado trabajo y poco descanso, de hecho, lo único que lo detenía de irse de la ciudad era Seunghyun, y aunque sabía que era exagerado de su parte preocuparse tanto por él, no podía evitarlo, era algo cotidiano en su vida como el simple hecho de respirar

 

¿Qué sucede? – la voz de su acompañante le saco de sus pensamientos, una ligera sonrisa se marcó en sus labios cuando centro toda su atención en ella - ¿Estás cansado?

 

Siempre lo estoy – respondió soltando un suspiro – Anhelo unas largas vacaciones en una playa en donde nadie me reconozca y no tenga que hacer nada más que dormir, pasar las noches de fiesta, tomar hasta que no recuerde ni mi nombre y quizás hacerme un lindo tatuaje en el trasero

 

Todo lo habia dicho con una expresión de seriedad, sin embargo, ella lo conocía perfectamente y no se iba a dejar engañar, por lo que negando con la cabeza trato de contener la risa que comenzaba a escaparse, apretó fuertemente los labios, pero todo fue en vano cuando el enarco una ceja en señal de desafío y a los pocos segundos ambos reían a carcajadas

 

El día en que te hagas un tatuaje yo dejare mi empleo en la revista – comento Gummy una vez que logro controlarse – En cuanto a las vacaciones, realmente las necesitas Dae, llevas años sin descanso y empiezas a preocuparme

 

Daesung se encogió de hombros, odiaba preocuparla, cuando le habia pedido ser su esposa le habia prometido que haría todo lo que estuviera en sus manos para hacerla feliz y casi siempre lo lograba, solo era cuando se sobrecargaba de trabajo que se sentía mal porque ella solía enojarse con él por ser tan descuidado consigo mismo

 

Y era mejor que ninguno de los dos mencionara en voz alta él porque era el que jamás tomaba un descanso, Gummy entendía perfectamente que para su esposo aquel joven escritor era como un hijo, ella misma habia sido testigo de lo difícil fue para Seunghyun salir adelante con su discapacidad, mas eso no significaba que le agradara que Daesung se la pasara cada semana en su casa haciéndole revisiones cuando ya no habían señales de daño

 

Lo pensare – respondió el con una sonrisa que indicaba que solo lo estaba diciendo para complacerla, pero que no lo haría en serio

 

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Young Bae estaba detrás de Jiyong, quien estaba comenzando a enojarse, adoraba a su amigo, peor cuando este se aferraba a que el reportero hiciera algo podía llegar a ser tan insistente que rayaba en lo molesto, y lo malo no era que lo siguiera como un pollito, sino que estaba resquebrando la poca fortaleza que le quedaba para no ir corriendo a la casa de Seunghyun porque se moría de ganas de verlo

 

Habia hecho de todo con tal de distraerse, apenas habían pasado dos largas semanas desde que lo vio y una desde el incidente en el restaurante en el que se encontró con Hayi y Seungri, aquella fatídica noche en que su hermano tuvo que prendarse de ese “precioso hombro”, como solía llamarlo, y desde entonces no habia podía descansar de sus constantes preguntas

 

¡Por última vez, Young Bae! – exploto Jiyong encarando al moreno - ¡No sé su nombre completo, cuántos años tienes, si es novio de Hayi, si es coreano nacido en el extranjero!

 

Young Bae hizo un puchero, claro que entendía que estaba siendo un verdadero fastidio, pero es que estaba tan interesado en saber más de Seungri que he dejaba llevar por el entusiasmo, nunca se habia sentido de aquella manera y pensaba sacarle provecho a esa experiencia, y si terminaba siendo odiaba por Jiyong con tal de volver a tener delante a ese precioso hombre, entonces correría el riesgo

 

¿Qué quieres que haga si solo tú sabes quién es y donde vive? – inquirió a su vez el moreno cruzando de brazos –Sabes bien que no puedo mandar a investigarlo porque después todo el mundo lo sabrá y Seungri puede ser acosado por mis fans

 

Jiyong rodo los ojos, mas no refuto, lo que Bae dijo era cierto, si cuando hubo sospechas de su relación con el cantante se hizo un gran alboroto hasta que los dos estuvieron en una conferencia de prensa y mostraron evidencia de que eran amigos de la infancia, sino sabrá dios que le hubieran hecho esas muchachas locas que se obsesionaban demasiado con sus idols favoritos

 

¡Bien! – dijo el menor mordiéndose el labio inferior - Voy a ir a verlos y en cuanto pueda hablar con Seungri le pasare tu numero…

 

¡No puedes hacer eso! – le interrumpió el moreno dándole un fuerte golpe en el brazo que hizo gritar de dolor a Jiyong

 

¿Qué te pasa? – pregunto indignado el reportero sobándose su brazo - ¿Qué no quieres estar en contacto con él?

 

¡Así no! – Young Bae inspiro una gran cantidad de aire – Pídelo su número, ¿Si?

 

¡Es lo mismo que si le dieras el tuyo!

 

¡No lo es! – sentencio el mayor dándole otro golpe a su amigo

 

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Tenía una enorme sonrisa en mi rostro, lo sentía porque no habia parado de reírme por las cosas que me estaba contando Seungri, de todos los que vivíamos en la casa, él era el único que necesitaba ir a la ciudad a trabajar, y aunque en su momento le pedí que se quedara en la casa que no era necesario que trabajara, él se opuso completamente a ser mantenido por mí, además su amor por la cocina era demasiado grande para que alguien se interpusiera entre los dos

 

Y aunque al principio odiaba que me relatara las historias que ocurrían en el restaurante en el que cocinaba, ahora disfrutaba mucho de esas anécdotas, me causaba mucha risa, no por lo que les pasaba a los pobres meseros o a los asistentes de cocina, sino la manera tan peculiar que el tenia de narrar los