Capitulo VI

#1 Mirame y Dispara
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Jadyn PDV 

Recorrí el aparcamiento con la voz de Key tras de mí explicando algo sobre una chica de primero. No le gustaba demasiado, pero sí lo suficiente como para tener algo con ella más allá de… los besos. A Jonghyun, sin embargo, no le hizo gracia que Key estuviera tan entusiasmado. Un entusiasmo, por cierto, algo exagerado para ser real. A mí no me la daban, yo sabía que Key también sentía algo por Jonghyun.

Hyoyeon le dio algunos consejos sobre cómo lanzarse a por todas, y le animó a que quedara con ella. Key era el único virgen de los cuatro. También, el único que no había repetido el último curso. Llegué a mi moto y lancé la cartera sobre el sillín. Estaba lloviznando y pronto caería una buena tormenta. Pensé que hubiera sido mejor traer el Bugatti Veyron.

Al girarme, vi que Yuri se acercaba; iba discutiendo con Hyuna. Tras ellos, Nicole tarareaba una canción. Hyoyeon se puso tenso en cuanto esta le miró por debajo de su flequillo negro. Llevaban más de un año reprimiéndose y todos esperábamos el día en que se lanzarían a por todas. Pero parecía no llegar nunca. Suspiré y sonreí antes de darme cuenta de que Jessica no estaba con ellos.

Ahora era yo quien se ponía tensa, pero nadie lo percibió. Me apoyé en la moto y me crucé de brazos.

—Creo que os habéis olvidado a la Jaqueca —bromeé mientras Jonghyun se colocaba a mi lado.

Sentí la urgencia de saber dónde estaba.

—No la llames así —Nicole me dio un pequeño palmetazo en el brazo.

Era increíble lo bien que habían encajado Nic y Jessica. Hyuna llevaba casi un año en el grupo y no había terminado de intimar con ella. Siempre había creído que Jonghyun era el que mantenía aquella relación. Pero con Jessica era todo lo contrario.

—Se ha ido con Donghae —dijo Nicole, que enseguida se dio cuenta de que no me había gustado el comentario.

Quería indagar más. Así que la cogí de la mano y la arrastré hacia un lado; ella soltó un pequeño grito. La rodeé con mis brazos y la abracé mientras escuchaba su risa en mi hombro. Adoraba a esa niña. Era como la hermana que nunca tuve y ella lo sabía desde que éramos niñas. Fue la única chica de nuestro grupo hasta que descubrimos que Jonghyun era igual que ella.

—¿Cuándo se ha ido? —le pregunté sin separarla de mis brazos.

Nadie parecía darse cuenta.

—Hace unos minutos. —Me miró con el ceño fruncido—. Esta tarde vendrá a estudiar a la biblioteca. Sobre las seis o las siete. Sé buena. —Se apartó de mí unos centímetros, pero no me soltó—. ¿Qué te ocurre con ella?

—Te prometo que cuando lo averigüe te lo digo.

Jonghyun se acercó a nosotras.

—¿Qué cotorreáis?

—Nada. Le decía a Jadyn que debería aprender de Jessica. —Su mirada se dirigió a Jonghyun, pero enseguida volvió hacia mí para añadir—: Tú también estás castigada.

—Lo sé, pero ¿cuándo me ha importado? —pregunté mientras me acercaba a la moto y me montaba en ella—. Me voy, nos vemos luego —me despedí de mis amigos mientras arrancaba.  

Eran casi las ocho y aún estaba decidiendo si ir o no al colegio. En realidad, no tenía motivos para aparecer por allí, pero me moría de ganas de hacerlo.

Me lancé escaleras abajo.

Cogí mi moto y salí del Edificio Park sintiendo la lluvia y su nombre palpitar en mi pecho. ¿Por qué demonios ocupaba todos mis pensamientos?

Ni siquiera me di cuenta de que ya entraba por la calle del colegio.

Me detuve. Las ruedas chirriaron sobre el asfalto. Me bajé de la moto decidiendo que lo mejor sería entrar en Seúl High por la parte de atrás. Ya no quedaba casi nadie en el colegio, pero no quería que me viera nadie. No podía ser vista yendo en busca de una chica cuando nunca antes lo había hecho. Sin embargo, necesitaba… verla. Joder, estaba peor de lo que imaginaba.

Salté la verja, con un salto rápido y ágil, y recorrí la pista de fútbol. Atravesé el patio y entré en el gimnasio. Las luces estaban apagadas y fuera ya era de noche, así que me costó cruzar aquel enorme lugar. De fondo, escuchaba el agua de la piscina cubierta.

Al salir, atravesé el pasillo y subí deprisa las escaleras antes de que pudiera encontrarme con alguna mujer de la limpieza. No era la primera vez que me colaba y tampoco la primera que me descubrían. La última vez fue cuando me expulsaron una semana por hurgar en los archivos del despacho del director. Por ese motivo, repetí segundo y conmigo, Yuri y Hyoyeon. Hay que hacer constar que ellos tuvieron la idea.

Llegué al primer piso. No había nadie, pero sí percibí el sonido de unos folios al moverse. Venía de la biblioteca. Me acerqué sigilosa y asomé la cabeza por la puerta. La vi allí sentada. Estaba concentrada en la libreta y escribía con rapidez. Su cabello se extendía por la espalda y algunos mechones reposaban sobre la mesa. Se humedeció los labios.

Procuré no hacer ruido al entrar. Me acerqué lentamente hasta apoyarme en la mesa que ella tenía delante. Crucé las piernas e hice lo mismo con los brazos apoyándolos sobre mi pecho. Fue entonces cuando Jessica se dio cuenta de mi presencia.

Frunció el ceño y me miró de arriba abajo. Su mirada me recorrió suave y lentamente. Demasiado despacio. Me gustó. Aquel era el tipo de mirada que yo empleaba y, hasta ese momento, no había visto a nadie hacerlo del mismo modo.

Apreté los labios y ella torció el gesto; volvió a examinarme. Le gustaba mi cuerpo

 —¿

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