Capitulo XIX

#1 Mirame y Dispara
Please Subscribe to read the full chapter

Jessica PDV  

Sentí una fuerte punzada en los párpados. La cabeza me daba vueltas y tenía una sensación de vértigo espantosa. Parecía que volvía a caer por aquel acantilado. Me esforcé en abrir los ojos y me removí inquieta hasta que por fin vi los débiles destellos de luz que entraban por las rejillas de la persiana. Estaba amaneciendo.

Pestañeé y, al hacerlo, un millón de puntos multicolor abordaron mi visión. No tardaron en tornarse blancos y extenderse hasta cubrirlo todo con un manto de luz cegadora. Aquellos puntos presionaron mis sienes de tal manera que tuve que volver a cerrarlos para calmar el dolor. Fue inútil, se intensificó. 

Tomé aire y volví a abrir los ojos. Los puntitos de color ya eran menos llamativos. Fulgían durante unos segundos y desaparecían dejando un débil rastro oscuro, similar al humo. Como si explotaran.

Me llevé una mano a la frente mientras apoyaba el codo sobre el colchón y me impulsaba hacia delante. Quería continuar durmiendo, pero aquel espantoso dolor de cabeza no me iba a dejar. Malditos «Buenos días».

Alcancé el despertador digital que había en la mesita. En cuanto lo tuve en mi mano, volví a estampar la mejilla contra la almohada. Humedecí mis labios y tragué saliva antes de bostezar.

«06.09», marcaban aquellas luces azuladas.

—Jesús… —musité antes de volver a dejarlo sobre la mesita.

Me incorporé en la cama y miré a mi alrededor mientras estabilizaba mi cabeza. Estaba claro que aquella era la habitación de Jonghyun.

Me levanté despacio y caminé hasta el balcón. Retiré la cortina y abrí la ventana dejando que entrara la brisa fresca. Temblé, pero no estaba segura de si por el frío o por la imagen de Jadyn sentada en la arena contemplando el mar.

Me alejé del balcón y me escondí tras la cortina. Mi corazón se había acelerado, sabía que podía ser un buen momento para hablar con ella, pero solo de pensarlo me ponía frenética. 

Respiré hondo (sin lograr calmarme) y decidí que lo mejor era bajar y aclarar ciertas cosas. Todos dormían y podríamos estar solas.

Fui al armario y cogí unos vaqueros y un jersey azul celeste de Jonghyun. Su ropa me iba algo ancha, pero daba igual. Me atusé el cabello y salí de la habitación intentando no hacer ruido.

Mientras bajaba las escaleras, descubrí a Jonghyun durmiendo sobre el pecho de Key, y a Key durmiendo sobre las piernas de Yuri. Era la perfecta foto para partirse de la risa, pero tenía que dejarlo para otro momento si no quería despertarlos. 

Salí al porche por la cocina y caminé hacia Jadyn cruzando mis brazos sobre el pecho. Hacia más viento del que esperaba.

No se dio cuenta de mi presencia hasta que me senté a su lado. Me miró sorprendida y seria, pero pude ver en sus ojos que le confortaba que estuviera allí.

—Hola —musité.

—Hola —dijo sin quitarme los ojos de encima—. Deberías estar durmiendo, aún es temprano.

Me esquivó volviendo a mirar al mar.

—¿Desde cuándo estás tú aquí? Por tus ojos, creo que varias horas. —Dibujé una sonrisa contenida.

—No podía dormir.

—A mí me ha despertado este dolor de cabeza. —Apoyé mi cabeza en las rodillas antes de sentir los dedos de Jadyn rozar mi nuca.

Me estremecí.

No quería que los retirara. No lo hizo.

—¿Te duele?

—Apenas.

Tragó saliva y deslizó su mano por mi cuello antes de retirarla. Resopló y apretó la mandíbula. Le notaba rara, como si estuviera agobiada.

—Gracias por… salvarme… otra vez. —No sabía cómo decírselo exactamente. 

Recordé aquel día en el colegio, cuando estuve a punto de caer desde un tercer piso y ella lo evitó cogiéndome con fuerza.

—Te dije que no te acercaras a ella. Mira lo que podrías haberte evitado.

Fruncí el ceño sintiendo el calor de la frustración recorrer mi cuerpo. Intentaba ser amable con ella y me respondía con altivez. Ni siquiera en un momento como aquel tenía consideración. 

—No esperaba vivir la misma situación dos veces —mascullé mirándole fijamente.

Jadyn supo bien a qué me refería. Ella, días antes, había intentado lo mismo que Seumgri, ¿no?

Se levantó de un salto, sacudió sus pantalones y se disponía a marcharse, pero me interpuse en su camino. Le puse una mano en el estómago, gesto que no le hizo ninguna gracia, y le miré furibunda.

—Sueles escapar muy a menudo —dije.

—Yo no escapo. —Retiró mi mano de su estómago y me acercó a ella.

—¿Por qué te fuiste, entonces?

—No es de tu incumbencia. Me soltó y se dio la vuelta dándome la espalda. Esperé su reacción. Estaba claro que teníamos muchas cosas que solucionar. Y Jadyn parecía preparada para ello. Se dio la vuelta, me cogió de la mano y me obligó a caminar.

Dejé que me llevara hasta la orilla, cerca del peñón. Me colocó frente a ella bruscamente.

—Lo siento, ¿de acuerdo? —dijo mirándome fijamente—. No estuvo bien y me arrepiento. No suelo comportarme de ese modo.

Me quedé impactada. Jadyn Park jamás pedía disculpas y, sin embargo, allí estaba, haciéndolo. En aquel momento parecía tan débil, tan perdida, que mis ojos le miraron con ternura. Me sentía una privilegiada porque me dejase ver aquella parte de ella.

Tragué saliva antes de hablar, pero Jadyn me interrumpió.

—Si te hice daño, lo lamento. Si he sido una imbécil, lo lamento. Y no, no quiero que dejes de hablarme.

—¿Por qué dices eso? —pregunté sorprendida.

—En la fiesta de Dongsun dijiste que lo mejor era que dejáramos de hablarnos, y no quiero que eso ocurra.

—Eso no iba a pasar. Solo estaba algo… ofuscada.

—Sueles estarlo siempre —bromeó.

—Sí, claro. —Lo empujé siguiendo la broma, pero ella me co

Please Subscribe to read the full chapter
Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
No comments yet