Segundo Shot

El pasado no regresa nunca

     NT: El texto en letra cursiva es un recuerdo de Suho con Sehun.

Second Shot 

   Sehun soltó una risa sobre los labios del más bajo, mientras que Suho formaba una mueca de reproche. Pero al ver que realmente no paraba de reír, empujó su hombro con suavidad. Sehun intentó parar.

     — Lo siento, hyung. —Pero Sehun seguía sonando igual de divertido.

     — ¡Yah! ¡Pero no es justo! Sólo te dije que me equivoqué al buscarte.

     Al instante, Sehun volvió a reír a carcajadas. Suho se arrepintió de repetirlo.

     — ¡Sehun! —gritó Suho.

     — ¡Lo siendo, hyung! —exclamó intentando controlarse.

     Pero Suho se desesperó por completo, cogiendo al menor por la nuca para acercarlo a sus labios sin prisa. A pesar de su incontrolable risa, Sehun lo besó con toda la tranquilidad posible. A veces Suho se preguntaba si aquella clase de acciones por parte del chico eran un intento de obligarlo a besarlo. Porque no era la primera vez que sucedía.

     Cuando se separaron, Suho formó una muy amplia sonrisa, como nombrándose a sí mismo triunfador.

     —Es que… ¡Hyung! ¡Es gracioso! ¡Sabes que lo es! ¡Me imagino a la pobre chica gritando como loca cuando llegaste a abrazarla por la espalda!

     — ¡Hey! ¡No es mi culpa que llevara tu mismo suéter!

     — ¡Me imagino a la pobre chica gritando y huyendo de ti!

     — ¡Eres la persona más cruel del mundo, Sehun!

     — Sabes que no —replicó Sehun.

     —Yo creo que sí, ya lo dije.

     —De ser el caso, así te gusta, mh.

     Suho abrió la boca, completamente listo para refutar algo, pero, al instante, volvió a cerrarla sin tener nada más que replicar. Algo que, por razones obvias, provocó en Sehun una fuerte carcajada. Y Suho, por su parte, volvió a formar una suave y seca mueca.

     —Hyung —le llamó Sehun, que aún sonreía—, te quiero.

     Suho sólo sonrió inevitablemente.

     —Y —prosiguió el menor ruborizado— te amo.

     Suho sintió como todo su cuerpo perdía conciencia directa de la realidad, como su cuerpo se sentía suave y liviano, como si su alma hubiese dejado su cuerpo y lo elevara por los aires, hasta perderse en un hermoso y azul firmamento. Sentía que el cielo era lo más hermoso que podía llegar a tocar sólo con esas dos palabras, ese sentimiento que explicaba el mayor cariño que el chico sentía por él. Quizás Suho era ingenuo, pero no quería experimentar ese sentimiento con nadie más que con él, con quien por primera vez lo había experimentado.

     — Y siempre te amaré. —Terminó Suho por él.

 

 

     —Espera, ¿qué?, ¿con él?, ¿es en serio? —La voz del otro lado de la línea sonaba demasiado alarmada. Pero sobre todo iracunda, Suho la conocía a la perfección.

     —Sí, lo siento, tendrá que ser después. De igual modo, al siguiente día hay una función en el teatro, podríamos ir después.

     A pesar de todo, Suho seguía sonando dominante.

     —Y eres tú el único que cree en un “después”, Joonmyeon.

     Y Chen colgó.

     De alguna manera, algo en el interior de Suho se rompió, porque era claro que en el fondo le dolía que Jongdae rompiera todo lo que ambos tenían, aún si fuera una simple relación de necesidad, claro que sólo por parte de Suho. Quizás estaba siendo demasiado exagerado y quizás Jongdae no estaba rompiendo todo, pero había una posibilidad de que así fuera y a él le aterraba, aunque quisiera ocultarlo, aunque quisiera fingir que no estaba ahí, le seguía aterrando. Jongdae se había vuelto una parte importante de él y sólo podía seguir pensando en que no quería que eso terminara.

     De inmediato, y sin tener que pensarlo dos veces, escribió un mensaje; teniendo a Jongdae como remitente.

"Jongdae, lo siento. De verdad, lo lamento."

     Aunque fue Suho quien lo mandó, no estaba totalmente seguro del porqué se disculpaba. Pero para Chen estaba más que claro; se disculpaba porque estaba terminando con él, esa era la única interpretación que el chico daba al comportamiento ajeno. Y no volvió a responder. Prefirió guardar el teléfono e ignorar que existió alguna vez Kim Joonmyeon y que una vez amó a alguien llamado así, que pudo haber entregado más de su vida por una persona así.

 

 

     El cabello de Sehun ahora era rubio, un color un poco amarillo fuerte y tenía raíces aún con su color natural; se notaba que lo teñía y que no le interesaba mucho. Sus facciones eran más adultas y maduras, sus ojos parecía ser vagos pero también había madurez en ellos. Su pose era tan vaga, como siempre, y no intentaba disimular su incomodidad. Era notoriamente más alto que cuando lo había conocido y más flaco aún. Vestía como un chico de dinero aunque con ciertos ademanes que indicaban que no le importaba en lo absoluto su ropa o si estaba limpia o aseada. Era un niño aún, pero podían leerse varias decepciones en sus ojos y en la línea que formaban sus labios.

     Suho caminó por detrás de su silla, intentando parecer desinteresado a la vista de las personas a su alrededor y, sólo segundos después, se sentó junto al chico. Sehun seguía serio y desinteresado a pesar de que ahora compartían mesa y Suho, bueno, Suho seguía sonriendo como si nunca en su vida lo hubiera hecho.

     —Una vez pensé que si te pintabas el cabello cuidarás en exceso que no se vieran las raíces —comentó Suho mientras Sehun subía la mano a acariciar el punto de conversación.

     —Así me gusta, Joonmyeon —replicó Sehun, con tedio.

     —Se te ve bien, no lo puedo negar. —Suho insistió, con la misma sonrisa de antes.

     —Lo sé —dijo Sehun, tan vagamente como se le fue posible.

     En todo momento dentro de la conversación y la cena, era Suho quien iniciaba un tema como la emoción de que en cada momento una magnífica historia saldría a la luz relatada por los labios del más joven; a Suho le gustaban las historia. Y al final era Sehun quien lo cortaba de forma cautelosa y natural, como si la historia se contestara con palabras monosilábicas o comentarios de tres o cuatro palabras, o por sí sola; a Sehun no le gustaba hablar ni contar historias.

     Suho estaba demasiado envuelto en sí mismo, demasiado encantado con la vista de Sehun, de un chico que había dejado de ser un niño mimado y que se había vuelto un chico con metas e ilusiones, con madurez y objetivos fijos, con una personalidad calculadora y que sabía podía obtener lo que quería en el momento en el que lo quería. Suho sabía que Sehun había aprendido a obtenerlo todo por ser una cara bonita, un cuerpo espectacular y una actitud desafiante y autoritaria; Sehun había obtenido todo en la mano cuando había querido y eso se notaba a leguas, pero también había algo en el menor que le hacía entender que se aprovechaba de más de aquella situación.

     Suho había intentado miles de temas de conversación, le había preguntado sobre sus clases, sobre sus objetivos en la vida, sobre las personas que había conocido (muy interesado en esa parte), sobre sus planes a futuros… Si se quedaría en Nueva York un tiempo más, pero Sehun se había mantenido muy al margen, había buscado palabras precisas para evitar hablar mucho, había contado con una o dos palabras lo que quería en un futuro y había hecho de menos a las personas que había conocido. Sehun no mostraba interés en él aunque él hubiera terminado por contar cómo se sentía trabajando por primera vez, cómo había terminado la carrera y cómo se sentía pleno con lo que apenas había ganado y comprado en su medio año de libertad profesional, en las personas que había conocido, en los profesores a quienes había adorado, en todos los concursos los que participó y las obras de caridad para seguir pagando sus estudios, en los lugares que había visitado, en Jongdae. Porque no lo pudo evitar, llegó un momento en todo su monólogo en el que no pudo evitar dejar fuera el nombre del chico con quien había estado en la ausencia de Sehun, pero el menor tampoco pareció importarle. Joonmyeon estaba tan metido en la maravilla de cosas que había experimentado con él, los lugares que había conocido, todo el conocimiento que había tenido el chico y que le había enseñado, que no se dio cuenta que estaba hablando con voz amorosa sobre el chico. Pudiera ser que Sehun se hubiera dado cuenta, porque preguntó un par de veces cosas vagas, pero así le estaba hablando de “otro” y Sehun ni siquiera parpadeó. El último recurso, fue hablar del pasado, cuando había conocido a Sehun, cuando se habían besado por primera vez; sólo en ese momento Sehun pareció interesado.

     —Recuerdo cuando te dije que me gustabas… —dijo sorpresivamente Sehun.

     — ¿De verdad?

     —Claro… Fue lo más valiente que hice en mi vida. —Sehun parecía convencido, Suho sonrió.

     — ¿Valiente? Estuviste temblando por quince minutos después de susurrar, porque me susurraste, que te gustaba. Y debiste repetirme tres veces la misma frase porque hablabas muy bajo.

     Sehun pareció indignado, pero a Suho no le importó, era la verdad y en un pasado, Sehun se divertía cuando le comentaba su situación. Y los recuerdos volvieron a atacar a Suho: cuando se besaron por primera vez debajo de las escaleras de la escuela después que Suho tuviera que salir de apurado de clases porque uno de sus mejores amigos le habían dicho que una chica quería con Sehun y que, posiblemente, él le dijera que sí, a una semana de haberle dicho a Joonmyeon que lo quería. El mayor recordaba el sentimiento, los celos alborotar su cabeza y causarle un serio calor y dolor, su pecho latiendo con demasiada fuerza, a casi estallar dentro de su pecho, y una ira tan intensa como el calor que sentía, no por Sehun, sino por la chica que quería apartarlo de él. Recordó lo caliente que se sentía la mano del menor cuando lo tomó de la mano y lo sacó de su clase, cómo sus compañeros lo miraban sorprendidos por jalarlo así de brusco, cómo sentía que los nervios se apoderaban de él hasta que no pudo caminar, cómo miró enojado a Sehun y él le miraba asustado… Recordaba cómo se acercó a él por impulso y lo jaló del cuello para que, finalmente, ambos pares de labios chocaran en un gesto tan delicado y pasional que los cuentos románticos se quedaban cortos, y cómo un “nunca me dejes” salía de los labios del menor en edad, con un tono tan temeroso que a Suho le dieron ganas de abrazarlo y nunca dejarlo ir. Un sentimiento de temor que nunca había experimentado en su vida, ni siquiera con Jongdae.

     Pero en lugar de hacerlo sentir bien, le partió el corazón.

     Tragó saliva con un poco de dificultad, mientras Sehun tenía una suave curva en sus labios y le miraba fijamente, sin entender todo lo que pasaba en su interior. Después, sólo bajó la mirada, avergonzado.

     —Sehun, ¿qué haces aquí?, ¿por qué me llamaste?

     Suho creyó haber indignación en los ojos de Sehun, pero al instante lo descartó como si lo hubiese causado su imaginación.

     —Regresé, hyung. Quiero estar contigo, quiero volver a intentarlo.

     Suho volvió a levantar la mirada, mirando fijamente al chico. Después, simplemente suspiró.

 

 

     El día era frío, como muchos de los días de invierno de aquella ciudad. Un frío que sólo provocaba que quisieras entrar en una cafetería y quedarte ahí todo el día, oliendo el café y sintiendo el calor con un buen libro y sólo el sonido de la ciudad acariciarte. Justamente como Jongdae adoraba pasar esos días de invierno. Estuvo a punto de entrar a una cafetería con las letras “Jack’s Stir Brewed Coffee” a lo alto cuando a lo lejos una silueta llamó su entera atención. Se movía con tanta gracia y libertad, que sus pasos parecían torpes y desesperantes, una sonrisa tan extensa que parecía anormal y una enorme bufanda alrededor de su cuello. Después de medio año de no verlo, con apenas mirar su caminar, ya se había desesperado. El chico también lo vio, y sonrió aún más, si eso era humanamente posible, cosa que causó que Jongdae dejara que una estúpida sonrisa se hiciera presente en el suyo. Los separaban apenas cinco pasos pero Jongdae podía sentir el calor que emanaba el cuerpo del mayor y Joonmyeon sentía una calma, una agradable sensación de bienestar y confort, que pensó nunca volvería sentir con nadie más, algo que, por ejemplo, nunca antes había sentido sino hasta conocerlo, ni siquiera cuando estuvo con Sehun por muchos años. Joonmyeon sacó de su bolsillo su mano envuelta en un guate negro y enorme, y, con un movimiento grácil, saludó a Jongdae. Y él, sólo pudo volver a sentirse tan estúpido como cuando lo conoció. Había algo en ese Suho que le traía tranquilidad y seguridad.

     —Mucho sin verte, muchacho grande —dijo Suho, con un tono tonto.

     —Mucho sin mi humor ni excelente gusto por el café —respondió Chen.

     —En efecto, Jongdae. Mucho sin el excelente café.

     —Y bueno… ¿No me invitarás a entrar? —Preguntó Chen, con tono suave y agradable, con esperanzas—. ¡Oh! ¿O vienes a ver a alguien?

     — ¿A alguien? ¿Como a quién? —Suho levantó ambas cejas, sorprendido.

     —No sé… ¿Y Sehun? —Jongdae aún sonaba dolido.

     —En… ¿California? No lo sé. Supongo que en el pasado.

     Suho mostró una sonrisa a la que, de nuevo, Chen no pudo resistirse, agregando un rubor en sus mejillas.

     —Supongo —prosiguió el mayor— que en el pasado, como en los últimos años… —Jongdae pareció sonreír con nostalgia—. Y justo estoy por invitar a mi futuro a una cita. ¿Quieres entrar? Traigo un buen libro, muchas ganas de café y de conocer a mi futuro.

     La sonrisa de Jongdae no podía ser más grande, sentía un calor en todo su cuerpo, sentía la tranquilidad que siempre le había transmitido el mayor… Sentía que no podía sentirse más afortunado y estúpido al mismo tiempo.

     Apenas estuvieron sentados, Jongdae sacó de su mochila un libro de Nicholas Sparks y lo mostró al mayor, quien tuvo que reprimir un respingo por la sorpresa, e hizo lo mismo. Sacó de su mochila el mismo libro y con la misma sonrisa. Justo como el primer día que se conocieron, justo en esa misma cafetería, pero con edades diferentes, objetivos diferentes, madurez diferente y, lo más importante, libros diferentes, aunque del mismo autor.

 

     NT2(?): Lamento mucho haber tardado demasiado en subir la segunda parte, pero agradezco de corazón a quienes hayan leído. A mí me gustó, me gusta el dramatismo de Chen aquí(?), pero espero, por igual, que a ustedes también les haya gustado. 

          Prometo escribir más si ustedes me prometer leer más, jaja. LOL. 

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Comments

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MrsSuho21
#1
Chapter 2: Muy bonita historia, gracias :) bububu pero Junmyeon no le dijo a Jongdae que lo quería :(
chayok
#2
Chapter 2: could you make english version for this..