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“…Solo estaba ayudando a la hermana de Jessica” dice mordiendo una manzana recostada en el mesón de la cocina, mientras su mamá con la ayuda de una empleada prepara unos postres “Krystal, ya debe estar grande, hace mucho que no la veo” Sunny acumula lo que muerde en un lado de la mejilla para poder contestar “Está más alta que yo” dice levantando los hombros “Desde la ultima vez que la vi, ya estaba más alta que tú cariño” Sunny achica sus ojos un poco evitando contestar algo “Bien…” se va al refrigerador a sacar jugo “voy a estar en mi habitación con TaeYeon” la señora Lee la mira por un instante “Te comes la manzana que siempre las muerdes un par de veces y el resto lo dejas perder” la pequeña lleva la manzana en su boca y toma un vaso en cada mano para dirigirse a su cuarto, sabiendo que una charla seria le aguardaba después de que TaeYeon la esperara afuera con un semblante serio y solo le dijera “me das algo de tomar por favor? Voy siguiendo a tú habitación”. Así que solo una cosa viaja por su cabeza, el juego ha terminado y aún que puede ser un parte positivo para ella estaba dispuesta a más, aún que le doliera, aún que la llevara a seguir siendo simplemente la otra, pero que puede hacer solo con la mente advirtiéndole, si el cuerpo y el corazón quieren ir en contra?

Ella decide tocar la puerta pateándola suavemente con la punta del zapato, TaeYeon asoma mostrando una cara más serena que la adorna una sonrisa muy pequeña, y eso hace que ella se relaje un poco, al pasar por el lado de la mayor le entrega un vaso de jugo, y Tae cierra la puerta detrás de Sunny, camina a toda prisa a la cama, se quita los zapatos y se acuesta tomando un sorbo de liquido antes de ponerlo en la mesa de noche y relajarse unos segundos.

La menor mira, se sienta en la esquina del final de la cama, un poco lejos de TaeYeon, muerde la manzana y la pone a un lado de ella, el vaso de jugo en el suelo y empieza a hacerle masajes en los pies a su mejor amiga, quien deja salir aire sonoro por la nariz y su sonrisa es un ‘Gracias’ insonoro, sin abrir los ojos la mayor pregunta “Como te fue con Krystal?” Sunny sigue masajeando la planta de los pies de Tae, y suelta una risita, al no encontrar una respuesta la chica un poco más alta abre los ojos y sonríe a la menor “las clases bien, pero pasó algo aparte” TaeYeon queda mirándola, contagiada de la sonrisa de su amiga, ella abre un poco más los ojos invitándola a seguir “Krystal me dio un beso en la boca cuando ya me iba” TaeYeon de un jalón atrae su cuerpo sentándose, sacando en el acto los pies de las manos de Sunny, quien levanta la mirada hacia la mayor “Que cosa?” Sunny pretendiendo que es una pregunta más solo asiente riéndose, entonces ve como TaeYeon saca los pies de la cama, sentada apoya los codos en sus propias piernas y se toma la cabeza “Por que me dices este tipo de cosas Sunny’” dice sin mirarla, el silencio es una respuesta que no esperaba, saca las manos de su rostro y mira a Sunny como nunca la había mirado, con dolor.

La pequeña con el seño fruncido niega con la cabeza “Que pasa? Eres mi amiga, siempre te cuento las cosas no?” “Ahora es distinto Sunny, antes sentía una pequeña punzada” dice poniéndose de pie, dándole la espalda por segundos contados “Ahora me duele” voltea tocándose el pecho y mira  a la más baja que se nota el leve impacto que esas palabras han tenido en ella, algo caliente ha recorrido todo su cuerpo en cuestión de segundos, no quita la mirada de su mejor amiga quien la observa esperando algo más que una expresión sorprendida “Estoy tan jodida Sunny, estoy tan vuelta mierda” dice empezando a perderse en su dolor “No sé que hacer…” comenta con una sonrisa forzada en su cara “y tú, solo vienes a decirme que la estabas pasando bien, eso no es lo que necesitaba de ti” Sunny se queda seria “Ella me besó TaeYeon, no me lo esperaba!” suelta empezando a perder la paciencia “ni siquiera le correspondí” ella ve con su amiga se frena de un momento a otro, cierra los ojos y traga “sé que estás confundida, pero somos lo que somos porque tú así lo has decidido”  la pequeña se levanta de la cama y camina hasta su amiga, toma el rostro entre sus manos levantándole la cara para que la mire, TaeYeon abre los ojos y encuentra a Sunny con un rostro sublime, brindándole calor, ese calor familiar que jamás se olvida “Yo siempre he estado aquí, siempre te he estado esperando, pero no puedo pedirte nada, porque conozco los límites…” los ojos de la mayor no dan para retener las lagrimas que se escapan de sus ojos cuando ve que los ojos de Sunny también se cristalizan “resuelve lo que tengas que resolver, yo estaré aquí” una lagrima cae del ojo derecho de Soonkyu, TaeYeon se apresura con su pulgar a limpiarla, Sunny se pierde un instante con el tacto, al siguiente segundo la mira directamente para regalarle sinceridad por medio de sus ojos “pero tal vez, mi tiempo no coincida con el tuyo” concluye, TaeYeon deja caer su rostro sabiendo lo que eso significa, ella estará esperando, pero no todo el tiempo. La más alta se queda mirando como los pies de ambas frente a frente son del mismo tamaño, y recuerda la frase inocente que HyoYeon le regaló hace un par de años y que para ella ahora tiene sentido “Las fichas solo son perfectas cuando encajan las unas con las otras” decía la rubia armando un rompecabezas.

Levanta el rostro y encuentra el mentón de su mejor amiga temblando, Sunny ha perdido la partida, el juego ha podido más que ella, Jessica tenía razón, había que ser fuerte, tocaba saber actuar, medir, y ella no se ha medido, ahora siente que su alma drena por medio de las lagrimas que se escapan, y el calor viene a ella donado del mismo ser que se lo ha quitado, los brazos de taeYeon la han rodeado y sus manos reposan en su espalda, la mayor deja salir todo mientras solloza con fuerza en el hombro de Sunny, dejando escapar quejidos de dolor que en ese momento torturan su corazón, pretende dejar ir el alma en ese abrazo, se pega más al cuerpo de la menor y Sunny cierra los ojos dejando escapar en sus lagrimas parte del dolor que ha cargado desde hace un tiempo indefinido, pero que hasta hace unos minutos no era inconciente que sostenía con todo ese peso “Yo te juro que te quiero” balbucea la mayor entre quejidos de desconsuelo