Doble Cita

Mas Allá Del Cielo
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Era sábado por la mañana y Yul estaba en la cocina desayunando aún en pijama, mientras veía su celular; su madre entró tomó una taza y se sirvió café.

—Buenos días —dijo dando un sorbo.

—Buenos días mamá —contestó sin levantar la vista.

—Noté que ayer llegaste tarde.

—Si, salí… con unos amigos —dijo evitando su mirada.

—¿Todo bien Yul?

—Sí mamá no te preocupes.

—De acuerdo; por cierto, ¿Taeng vendrá contigo al evento?

—No, tiene un compromiso y no podrá venir.

—Que lástima, ya tiene tiempo que no lo veo, ¿entonces asistirás solo?

—No yo… invité a una amiga.

—¿Amiga o novia? —dijo poniéndose frente a él.

—¡Mamá! enserio, solo es una amiga.

—Está bien, solo preguntaba —dijo levantando las manos en señal de derrota—. Entonces esperaré hasta la noche para conocerla; recuerda no llegar tarde y sé un caballero. Yo tengo que ir al salón para asegurarme de que todo esté en orden, tu padre y tu hermano llegarán allá desde el aeropuerto, ¿supongo que tú llegarás por tu parte?

—Sí, pasaré por mi amiga y luego iré para el salón.

—De acuerdo te veo ahí, dejé tu esmoquin en tu armario. Te veo más tarde, te quiero —le dio un beso en la mejilla y salió.

—Y yo a ti.

Terminó de desayunar y fue a su habitación, aún tenía muchas horas antes de tener que comenzar a arreglarse, así que se aseguró de que todas las cosas estuvieran listas, luego se acercó a su escritorio abrió su computadora y comenzó a adelantar tareas pendientes para tener tiempo libre después.

 

Jessica estaba en su habitación, sentada frente a su buró mirándose al espejo arreglándose, mientras Tiffany la veía desde su cama.

—¿Entonces que usarás? —preguntó acostándose de lado, recargando su cabeza en su mano.

—Aún no sé si usar algo casual o más formal —dijo volteando a verla.

—Es mejor algo casual, no creo que en la primera cita busque que sea formal, sería raro.

—Supongo que sí

—¿A qué hora dijo que llegaría?

—A las tres, ¿por qué?

—Así que estaré sola todo el día —dijo con cara de tristeza.

—Puedes salir a donde quieras.

—Pero odio salir sola; además, ¿qué pasa si me pierdo? ¿o alguien intenta hacerme algo?

—Existen los teléfonos, ¿sabes?

—Prefiero esperar a que regreses.

—Puedes pedirle al señor Kang que te lleve, y no te preocuparías por esas cosas.

—Ya sé, pero no me gusta salir sin tí, es aburrido, al menos a veces —dijo ocultando su rostro en la cama, esperando a que su amiga le lanzara algo.

—Tu eres tan mala a veces.

—Claro que no.

—Podrías mandarle un mensaje a Nichkhun —dijo en torno burlón.

El timbre sonó para suerte de Tiffany, se levantó rápidamente, salió del cuarto y se dirigió a la puerta, curiosa por saber quién era, pues no solían tener visitas regularmente y no habían pedido comida.

—¿Quién es? —preguntó en el interfon.

—Entrega para la señorita Jung.

—¿Jess pidió algo? —se preguntó a sí misma.

Abrió la puerta y recibió el paquete, agradeció al recepcionista del edificio por subirlo y regresó al cuarto de su amiga, curiosa por saber qué había dentro de la caja.

—¿Quién era? —preguntó su amiga sin voltearla a ver.

—Vinieron a entregar un paquete para ti, ¿pediste algo? —dijo entregándole la caja.

—No que yo recuerde —contestó extrañada.

Se levantó de la silla y se acercó a la cama poniendo la caja a lado de su amiga, le quitó el listón y la abrió, dentro encontró una nota escrita a mano, encima de otras dos cajas.

—¿Qué dice la nota? —preguntó su amiga curiosa.

—“Espero no cometer una imprudencia o hacerte sentir incómoda al mandarte este obsequio, pero al verlos, no pude evitar pensar en lo increíbles que se verían en ti” Donghae —leyó.

—Vaya, nunca imaginé que fuera esa clase de chico —dijo su amiga sorprendida—. ¿Y qué hay en las cajas?

Jess tomó la más grande y la abrió mostrando un collar de plata, con un dije en forma de flor de loto con incrustaciones de diamantes rosas simulando los pétalos y venía a juego con unos aretes con un diseño similar.

—Wow están hermosos —dijo su amiga—. ¿Y en la otra?

Abrió la caja más pequeña y encontró un brazalete de oro blanco, con incrustaciones de diamantes blanco y rosa, en forma de pétalos entrelazados.

—¡Por dios!... dime que me los prestarás, son rosas y tan hermosos— su amiga solo negó con la cabeza- tal vez deberías usar el collar o el brazalete hoy, para que sepa que si te gustaron.

—¿No crees que es demasiado?; quiero decir, nos acabamos de conocer hace unas semanas, esta es la primera vez que salimos y el que me dé un regalo tan caro… no sé.

—Jessica, ¿te acuerdas de Myung Soo? se te declaró a las dos semanas de conocerte con un mensaje escrito en el cielo —habló con ironía— ¿Y a Hyung Sik? te mandó flores, chocolates y hasta te escribió una canción y ni siquiera sabía tu nombre, así son los hombres tratan de impresionarte para ligar contigo y que andes con ellos… Donghae no debe ser diferente, busca darte regalos para mostrar su intención y listo, no tiene por qué implicar algo más ni tampoco significa que a fuerzas tengas que andar con él solo por eso, y si él lo cree así es su problema.

—Lo sé, pero eso no quiere decir que no sea pronto, ellos también fueron precipitados.

—Bueno, si tú no los quieres yo podría…

—¡Tiffany! —la miró con seriedad.

—Perdón —dijo haciendo un puchero.

—Y entonces, ¿qué harás?

—Lo pensaré mientras me arreglo.

Terminó de arreglarse y el reloj marcaba las dos cuarenta, traía unos jeans azules con una playera rosa, un suéter blanco de lana sobre los hombros y tenis blancos, algo casual como su amiga le recomendó. Aún no estaba segura de si debía conservar los obsequios, pues se sentía incómoda de pensar en la posible reacción que tendría el chico, si los rechazaba. Salió de su cuarto buscando a su amiga, escuchándola hablar en la cocina, entró y estaba al teléfono ordenando comida.

—Entonces, ¿qué harás mientras no estoy? —preguntó una vez que colgó.

—Solo me quedaré aquí y veré televisión, ya pedí comida, hay helado en el refrigerador así que estaré bien.

—De acuerdo, intenta no acabar con la nevera.

—Dependerá de cuánto te tardes —dijo tomando un tazón con palomitas y saliendo a la sala.

Su amiga solo negó con la cabeza y salió detrás de ella, se sentó a su lado en el sofá y veían la televisión mientras esperaba que su cita llegara.

—¿Por qué no hiciste algo con las chicas?

—Ya tenían planes, no te preocupes por mí, en serio —dijo tranquilizandola— haré maratón de películas hasta que regreses.

—Está bien —en ese momento sonó su interfón— debe ser él, cuídate, regreso más tarde.

—Tú también, diviértete.

Tomó sus cosas y verificó el interfón, estaba en lo correcto, Donghae estaba parado afuera del edificio, le avisó que estaría abajo pronto y salió del departamento. Llegó a la entrada donde la esperaba, se saludaron con un poco de torpeza y caminaron hacia el auto del chico, quien le abrió la puerta caballerosamente, para después entrar él.

—Realmente estoy feliz de que hayas aceptado salir conmigo —dijo arrancando el auto y alejándose—. Y… ¿te gustó el regalo?

—Ah sí…sobre eso… —respondió dudosa.

—Me alegro mucho… creí que tal vez te haría sentir incómoda ya que apenas nos conocemos y puede que sea muy pronto, pero, me gustaron mucho y sentí que te irían muy bien; aunque, no quiero que sientas que por ello estás obligada a algo, para nada es esa mi intención.

—... N-no te preocupes, gracias son muy hermosos —dijo con una ligera sonrisa.

—No es nada —le sonrió—. Me siento más aliviado de saber que no te sientes así.

Pasaron treinta minutos cuando el chico estacionó el auto a lado de una plaza, en la que se podía alcanzar a vislumbrar a lo lejos, muchos paneles repartidos alrededor de todo el lugar, lo que desconcertó un poco a la chica.

—Espero que te guste lo que planee, no estaba muy seguro de que podíamos hacer, que te gustara y encontré esta exposición de arte y fotografía —dijo girando para mirarla—. Creí que esta sería una buena idea.

—…Es genial… me agrada la idea.

—Que bien —exclamó feliz—. ¿Vamos?

—Claro.

Donghae bajó rápidamente del auto y se dirigió hacia donde estaba Jessica para abrirle la puerta, cosa que le agradó mucho a la chica. Puso su mano frente a ella queriendo ayudarla a bajar, a lo que ella accedió, sorprendida por el detalle. Cerró la puerta, puso la alarma y los dos comenzaron a caminar hacia la plaza. Afortunadamente no había tanta gente como se pensaría, lo que les permitiría disfrutar un poco más del recorrido. La exposición no tenía un orden específico de observación, por lo que decidieron empezar del lado izquierdo, cruzar y así terminar del lado derecho y poder ver todo. Caminaban uno al lado del otro, deteniéndose frente a los diferentes paneles durante un momento y luego continuaban. De vez en cuando comentaban cosas y compartían su opinión.

—A mi madre le encantan estas cosas… dice que el arte les permite a las personas expresar… sentimientos, creencias, pensamientos, todo, sin la necesidad de usar palabras —dijo el chico mirando una pintura.

—Y tú, ¿qué opinas? —dijo la chica volteándolo a ver.

—Creo que es cierto, cada persona puede plasmar lo que quiera y a su manera, aunque a veces es difícil de entender sus significados —respondió inclinando un poco la cabeza y luego mirándola—. Y a ti ¿qué te gusta del arte?

—Que es libre, cada artista crea lo que quiera y al mirarlo, todos pueden ver algo diferente, cada uno tiene su opinión y forma de entenderlo, no siempre veremos las mismas cosas —contestó regresando su mirada a la pintura.

—Vaya, eso es… muy profundo… y cierto —se apresuró a decir— me alegra poder ver este lado tuyo y saber que te gusta, al final esta era una cita para conocernos ¿no? —preguntó con una sonrisa.

—…Si es cierto -sonrió levemente.

Continuaron con el recorrido y cerca de hora y media después, por fin habían terminado. Se sentaron en unas bancas ya que había sido un poco cansado el estar de pie por tanto tiempo.

—¿Y qué piensas?

—Me gusta mucho, es una gran exposición.

—Me alegra haber elegido venir aquí —dijo con una sonrisa amplia—. ¿Qué te parece si vamos a comer? haber caminado por tanto tiempo debió abrirte el apetito.

—Si, algo.

—Vamos, hay un lugar que creo que te gustará.

La tomó de la mano y tiró de ella haciendo que se levantara y caminara junto a él. Atravesaron la plaza hasta donde habían estacionado el auto, con Jessica tratando de ocultar su rostro sonrojado y nervioso detrás de los mechones de cabello que caían sobre su cara. Soltó su mano para abrirle la puerta y ella entró aún evitando su mirada.

Llegaron al restaurante, el valet parking se acercó y le abrió la puerta a la chica, Donghae salió y le entregó la llave recibiendo un boleto a cambio, para luego avanzar hasta Jessica. Se arregló un poco la camisa de mezclilla que llevaba puesta y le ofreció su brazo caballerosamente; a lo que, Jessica dudosa aceptó.    

Era un lugar que denotaba ser muy acogedor, pasando la reja de acceso, en el patio había una fuente formada de piedra con un árbol de no gran tamaño en el centro, a un costado del pasillo que iba desde la puerta hasta la entrada del restaurante. La fachada y el interior estaban totalmente hechos de madera y se podía apreciar perfectamente el interior ya que no había vidrios que cubrieran.

Caminaron por el pasillo hasta el restaurante, Donghae confirmó su reservación y entraron, fueron llevados hasta una sección a un costado en donde había varios cuartos privados los cuales estaban divididos por una serie de mamparas. Tomaron asiento y unos segundos después vinieron a tomar su orden, los dos pidieron y por fin quedaron solos.

—¿Qué te parece el lugar? —dijo recargando sus codos sobre la mesa y poniendo su barbilla sobre sus manos cruzadas, con la mirada fija en la chica frente a él.

—Es… hermoso y muy tranquilo —contestó mirando a su alrededor.

—Lo es, sé que la vista afuera era mejor; pero, estas semanas suele bajar mucho la temperatura y me pareció mejor estar aquí.

—Está bien, me agrada también aquí —sonrió levemente—. No sabía que había un lugar como este por aquí.

—En realidad, yo tampoco, hasta hace unas semanas que mi hermana me habló de él y vinimos.

—Tampoco sabía que tenías una hermana —dijo sorprendida.

—Si, es casi un año más grande que yo, solo que ella se quedó estudiando en Estados Unidos y yo preferí regresar.

—¿Cuánto tiempo estuviste allá?

—Cerca de cuatro años, regresé hace dos.

Llegó su orden y comenzaron a comer mientras aún mantenían la conversación; compartían experi

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Comments

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denizhi #1
Chapter 10: Wow me gusto a pesar q yulsic no hubo casi nada jejeje... recien lo termine d leer y esperare con ansias la continuación
pacheco_sone
#2
Se que he tardado en actualizar, bastante :( , pero quería tener un buen final para esta historia y estos meses he estado muy ocupada con la escuela, pero muy pronto subiré el último capitulo espero les guste y si tienen alguna queja dejen su comentario.
Hasta pronto ;)
Jacqueline30
#3
Chapter 9: me encanta este fic, porfi actualizaloooooooooooooooo
DannySsmilex
#4
Buen Fic!! me gusta
lisset #5
Chapter 6: Ñooooooo porque maldito drama y mal entendidos y sentimientos que no saben que son y yyy ahhhahhh piripitiflautica......... Ok ya esperare por mas =3 saludos =) jaja XD
Taemingirl #6
Chapter 5: soy brasilena me encanta tu fanfic
lisset #7
Chapter 5: Niiiiiiiooo jaja xD esperare por mas
lisset #8
Chapter 4: awwww jesi es tan linda celosa aunque nolo sepa y yul tan ahhh que o se como explicarl
PilotIsMyJob #9
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