En el capítulo anterior…

“¡No lo entiendes!” Hyuna golpeó la mesa, agobiada. “Sólo necesito tiempo… el tuyo, y el mío.”   “Oh~ Lo entiendo, Hyuna.” Seungri le dijo ya fuera de bromas. “He venido a New York solo por ti. Ahora cualquier cosa que digas, la haré.” Seungri se tomó un momento. “Y en cuanto al tiempo… todo mi tiempo es tuyo.”   Hyuna respiró tranquila, y Seungri la miró serio.   Aunque por dentro, estaba desmoronándose.       Capítulo 10: Operación Remodelaje. -Al día siguiente-   “Un mes.” Top susurró mirando directamente a la barra de la cafetería, evitando la mirada de todos los presentes atrás.   Seungri,  Jiyong, Gina, Taeyang, Dara, Daesung,  la abuela Young Ja y la pequeña Kyung Hee estaba en la cafetería con Top, Seungri estaba al costado suyo leyendo el gran libro de cuentas de la tienda que antes había peleado con Jiyong, totalmente desconectado.    Kyung Hee miró a su hermano Jiyong que estaba detrás de ella y  éste le sonrió de vuelta, para no preocuparla.    Ella miró a su hermano Top con tristeza.   “Tenemos un mes para dejar este lugar.” A Top le dolía cada una de las palabras que estaba diciendo. Tanto. ‘Dulce Tentación’  era el único recuerdo tangible de sus padres, ellos fueron los que la inauguraron e iniciaron con el negocio. Era el único que sabía esto. “Si no pagamos al banco, nos va a clausurar”   Ninguno se animó a decir algo, no sabían qué decir.   La tristeza era palpable.   Gina miró a todos  y mordió su labio inferior levemente, quería ayudar pero no sabía si su ayuda seria bien recibida. Aclaró su garganta e indecisa se acercó a Top. “Am, si no te importa oppa” La voz de Gina sonaba tan ansiosa que Top la miró rápidamente para saber qué sucedía. “¿Puedo ayudar de alguna forma?”   Top iba a responderle cuando la abuela Young Ja se le adelantó.   “¡Dios mío!” La abuela exclamó, logrando llamar la atención de todos. “¿Estamos tan mal para pedir ayuda a la hija de un chef que ni siquiera ejerce el labor de su familia?” Preguntó totalmente alarmada  y luego miró a Kyung Hee con odio. “Me pregunto de quién es el mal ojo”   Kyung Hee evitó la mirada que le estaba dando su abuela y se aferró a los brazos de Jiyong para sentirse más segura. Jiyong miraba a su abuela incrédulo, ¿Como ella podía decir esas palabras? “Probablemente sea el tuyo” Top respondió sin desviar la mirada de la barra de la cafetería, era lo único que podía mirar en ese momento.   Young Ja estaba lista para pelear. “Majadero”   “Además, ¿Por qué estas siéndote mal si nunca me has ayudado?”   Entonces Top la miró y Jiyong decidió que era suficiente.   “Basta los dos, no es momento de pelear. Tenemos un grave problema”  Jiyong los regañó, harto de sus constantes provocaciones. Dara agarró su brazo izquierdo con más fuerte, dándole a entender que se tranquilizara.   “Con una sencilla solución” Seungri cerró el gran libro y miró a Top con una sonrisa.   Top lo miró aún sin entender de qué estaba hablando.   Jiyong sintió que de pronto ardía de furia. Ahora tenia que lidiar con el entrometido de Seungri. Odiaba como es que siempre tenía buen humor para todo y sabía exactamente qué hacer.   “Cállate Seungri, esto es un problema de familia” Dijo con cierta molestia.   Esperaba que Seungri lo contraatacara con algo, pero en cambio él lucia tan tranquilo. Eso sólo lo hacia enojar más.   “Por eso lo digo” Seungri no lo miraba ni siquiera, Jiyong vio que arrugaba un papel con algo de impaciencia.   “¡Pero nosotros no somos...!”   “Cállate gafitas” Seungri le arrojó el papel que estaba arrugando, y lo ignoró completamente.   El papel cayó directamente a la frente de Jiyong y éste quedó boquiabierto. Muy dispuesto iba a enseñarle que a Kwon Jiyong no lo callaban de esa manera, dio unos pasos hacia Seungri enojado, cuando sintió el agarre de Dara, deteniéndolo.  Jiyong la miró y ella lo jaló de nuevo a su lado, sin darle opción alguna a objetar.   Jiyong suspiró frustrado y se mantuvo maldiciendo internamente.   Seungri y Top se miraron, y Seungri fue el primero en hablar. “Top, tu restaurante no funciona... no debería funcionar. ¿Por que debería?” Seungri se paró y miró a todos. “Dime algo de lo que sirves en este restaurante que no haya en otro restaurante de esta calle” Seungri esperó su respuesta pero Top no dijo nada. “Exacto. Nada”  Todos los presentes se miraron, era cierto. “Top, ven aquí”   Sintió que Seungri lo cogía del brazo y se paró, para seguir a Seungri.   Seungri le dio media vuelta y le hizo ver el restaurante chino del frente. “¿Por que crees que ese restaurante funciona tan bien?” Seungri vio que los dueños lo miraban e hizo una leve reverencia. “Oh, ¡hola!” Saludó alegremente y Top sonrió un poco. “Viva la fraternidad... tontos” Seungri murmuró y Top se sorprendió levemente por su reacción.  Dara sonrió falsamente a los señores y Seungri le susurró algo, a lo que Dara rió. Jiyong los miró con desconfianza.   “¿Funciona porque son chinos?” Daesung se atrevió a decir ya que nadie decía nada.   Todos iban a reír cuando Seungri los interrumpió.   “Así es” Seungri sonrió a Daesung y le alzó el pulgar, Daesung le sonrió devuelta.  Todos los presentes estaban confundidos.   “No te entiendo” Top dijo, desorientado, a lo que Seungri sonrió mas.   “Lo que quiero decir, es que.... el restaurante de los tontos funciona, porque han mantenido su cultura con ellos, ¿no lo creen?” Seungri miró a la abuela Young Ja para saber si estaba en lo correcto y ella le dio una seña de que sí lo estaba.   Top casi rió, le gustaba mucho ver las expresiones en el rostro de Seungri, lo hacían ver muy lindo, pero rápidamente tosió para sacarse esas ideas de la cabeza.    “¡Nosotros debemos hacer lo mismo!” Seungri dijo con determinación a los demás.   “Pero Seungri, no creo que podamos...” Taeyang quiso replicar, la idea que Seungri tenía no lucia del todo descabellada pero era muy arriesgado, ¿Y si no funcionaba?   Seungri miró a Taeyang y fue suficiente para callarlo.   “Nosotros tenemos una grandísima ventaja que tenemos que hacer uso. ¡Somos coreanos!” Seungri siguió dando su discurso, como si de un presidente en campaña se tratase. Cuando una idea se le metía en la cabeza, no había fuerza divina que desistiera de ella.     Gina miró a otro lado, no muy interesada en lo que Seungri decía.  Y empezó a pensar que tal vez se hubiera quedado en casa hoy.   “¿Cuento con tu ayuda, verdad Gina?” De pronto sintió la mirada intensa de Seungri y despertó de su ensoñación, asustada.   “Cl-Claro” Gina respondió mecánicamente. “Puedo venir los fines de semanas a atender aquí, soy chef” Sonrió cuando vio que la mirada de Seungri resplandecía, era extraño, desprendía tantos sentimientos.     “¡Genial!” Seungri exclamó con mucho entusiasmo y le guiñó el ojo a Gina, a lo que ella desvió la mirada avergonzada.  “Tenemos que traer a Corea aquí, a esta pequeña calle, y extenderlo en todas las direcciones.” Seungri siguió caminando hasta que se  topó frente a Jiyong.   “No creo en esas tonterías.” Jiyong dijo con recelo.   Entonces Seungri entrecerró los ojos con malicia. “Te dije que te callaras.”   Jiyong quedó boquiabierto, otra vez. Abrió su boca para decir algo, pero Seungri ya había  bajado la mirada hacia su pequeña hermana Kyung Hee, así que todo lo que pudo hacer fue resoplar.   “Lindo ~” Oyó a Dara murmurar y la miró sin comprender. Dara abrió sus ojos, descubierta y rápidamente desvió la mirada.   Jiyong se enderezó aun sin comprender, ¿Se lo dijo a él?   Cuando puso atención a Seungri de nuevo, el estaba diciendo algo de traer a Corea  a Nueva York o algo así. Roló los ojos, cansado.   “Nosotros podemos traer Corea aquí, porque... ¿Quienes son ellos?” Seungri le preguntó a Kyung Hee y ella miró el restaurante del frente.   “Son chinos...” La pequeña Kyung Hee dijo.   “Si ellos pueden, ¿Por que nosotros no?” Seungri preguntó y sintió la mano de alguien sobre su hombro. Volteó sólo para encontrarse con el rostro preocupado de Top.   “Pero Seungri...”   “No, Top... sólo...Sólo intenta. No hay ningún daño en intentar.” Seungri lo tomó de ambos hombros. “Porque los que intentan, nunca pierden. Nunca. Sólo pierde el que jamás intentó, porque jamás sabrá si es que pudo hacerlo. Y eso, Top, es peor que haber intentado y fallado.” Vio que a Top se le acomodaban lágrimas en los ojos y los removió con su pulgar. Y Top le dio la más brillante sonrisa que pudo ver.   Seungri sonrió complacido.   “¡Muy bien, todo el mundo! ¡Hagamos que Corea venga a Nueva York!“ Seungri hizo señas a todos de que se acercaran. Todos lo  hicieron, menos Jiyong ya que no hacía falta, Seungri estaba cerca de él. “¿Que dices, Young Ja?” Seungri le estiró la mano y ésta lo miró unos segundos, para luego agarrarla y pararse.   “¡Cuenta conmigo!” Young Ja dijo con una gran sonrisa, haciendo a los demás sonreír.   Jiyong  miró a su abuela sin podérselo creer. ¿Ella también estaba con esa tonta idea? ¿Acaso era el único que pensaba que la idea era totalmente una pérdida de tiempo?   “¡Ese es el espíritu de Corea!  ¡Vamos Taeyang, Dara pongan sus manos!” Seungri gritó entusiasmado. Los nombrados hicieron lo que Seungri dijo, y los demás también lo hicieron. Excepto Jiyong, quien aun se rehusaba a dar cuerda a esa locura.   “Aish, hyung~” Daesung roló los ojos, tomó la mano derecha de Jiyong y la puso debajo de la suya. Jiyong lo miró molesto, pero él no hizo caso.   “¡Wooow!” Todos gritaron al unísono, haciendo barra.    “Okay, este es el plan.” Seungri empezó a decir, como si fuera un entrenador de fútbol y les estuviera dando indicaciones a sus jugadores. “Top, Gina y Jiyong se van a encargar de la pintura y decoración, ¿ok?”   “¡OK!” Los dos primeros nombrados dijeron, mientras que el tercero lucía enojado,   “¿¡QUE!?” Jiyong gritó molesto, pero fue arrastrado por Top y Gina, que lo cogieron por ambos brazos. “Pero... pero...”   “Aish, Jiyong, sólo cállate.” Top le susurró cansado mientras lo seguía arrastrando. Gina rió un poco y Jiyong no dijo nada más.   Seungri los vio irse.  “Aigo, ese Jiyong es como un resfriado en verano.” Susurró y dirigió su vista los demás. “Bueno, como decía, Dara, Taeyang y...”   “¡Ya estamos aquí, hijo!” La madre de Seungri gritó abriendo la puerta del restaurante, seguida de Min Chae, So Hyun y el tío de Seungri, Tae Suk.   “¡Justo a tiempo!” Seungri sonrió. “Taeyang, Dara y mama se encargar de la preparación de las comidas, ¿De acuerdo?”   “Perfecto” Los tres dijeron alegres de que les tocara algo tan sencillo como la cocina.   Si, claro, sencillo...   “Min Chae, So Hyun, y mi querida Beyonce...” Seungri miró a Young Ja, recibiendo una expresión molesta de parte de ella. Los demás trataron muy duro de no reír. “...se encargaran de la limpieza del lugar.”   “Vale.” Las tres rápidamente fueron a buscar los utensilios de limpieza.   Daesung lentamente caminaba rumbo a la puerta del restaurante, como si fuera un ladrón.  La verdad es que no quería hacer ningún esfuerzo.   “¡Kwon Daesung!” Seungri de repente gritó, causando que Daesung diera un pequeño brinco del susto.   ‘Tan cerca’ Daesung pensó internamente y se dio media vuelta,  Seungri lo estaba mirando de brazos cruzados.   “¿A donde exactamente crees que vas?” Seungri preguntó, con un leve tono de molestia, como si estuviera regañando a su hijo.   Daesung suspiró derrotado. “¿A ningún lado?”   “Kwon Daesung, tu y mi tío van a ordenar la cocina y pintar el techo, ¿si?” Seungri le dijo, pero vio que Daesung hizo un puchero.  “¿Pasa algo malo?”   Daesung lo miró. “No puedo hacer esfuerzo, tengo asma.” Miró hacia el suelo, fingiendo estar triste, pero Seungri no dijo nada.   “Daesung, vas a ordenar una cocina, ¡no a correr un maratón de 60 km!” Seungri exclamó. “Así que, no seas flojo y ve a ayudar”   “Pero de verdad no puedo...”   Seungri le dio una gélida mirada y Daesung se calló.   “No utilices tu enfermedad como una excusa.” Seungri dijo con voz seria, y Daesung se mordió el labio.   “De acuerdo.” Daesung se resignó a que Seungri sabía cómo manejar a las personas con mucha facilidad. Suspiró y fue con Tae Suk a cambiarse de ropa.   Seungri sonrió victorioso y miró a toda la gente a su alrededor trabajar arduamente. Kyung Hee estaba sentada en la cocina, lamiendo una paleta mientras veía a los demás hacer los deberes.    El se sentó y suspiró aliviado, hasta que vio a Daesung acercarse con un overol a medio poner y sosteniendo un cucharón de madera.   “¿Y tu que estás haciendo?”  Daesung le reprochó mientras sacudía el cucharón.   “Superviso que todo quede bien.” Seungri sonrió brillantemente y Daesung lo tomó del brazo izquierdo y lo hizo pararse. “¿Que estas haciendo? ¿A donde me llevas?” Al parecer Daesung lo estaba ignorando, porque no le respondía.   Daesung lo soltó cuando ambos entraron al baño, y cerró la puerta detrás de él.   “Ponte esto.” Daesung le extendió una camiseta de mang