Sloth
Seven Deadly Sins
GaEul seguía su vida, o lo que le quedaba, JiHoo se mostro siempre muy cercano a ella, pero en estos días… luego de que WooBin se despidiera de ella por teléfono, ambos tomaron distancia. Ella no deseaba darle motivos a él para pensar algo diferente de su relación, y él no hacia esfuerzo alguno para mostrarle su afecto. Aunque ellos dos no tenían problemas comparados con YiJeong, quien desde la traición de su amigo no se lograba recuperar. Estaba completamente borrado del mundo, ni JunPyo podía encontrarlo, él único que siempre se encargaba de saber dónde y con quien estaba era WooBin, pero ambos habían cortado relaciones esa noche.
Las preocupaciones de ellas se dejaban ver en su delgadez, esa figura algo infantil que siempre se reflejaba en su sonrisa se estaba borrando con lo pálida y cabizbaja que andaba. Sus compañeros y maestros lo notaban, pero más que nadie JiHoo… a pesar de que ella rechazaba las invitaciones que le hacia, siempre estaba al pendiente, mirándola a la distancia, viendo como su luz se extinguía. Era un sentimiento doloroso y por mucho dolor que sintiera no sabía qué hacer para mejorar el mundo en que ella vivía. Como una tortura sus pies la encaminaban hacia el café, aquel que se había convertido en su punto de encuentro con WooBin, ¿Por qué lo hacía?, pues no tenía una respuesta… solo era una costumbre extraña.
Sentada en una pequeña mesa tomaba un café, jugaba con el anillo de su dedo y su rostro tenía una expresión vacía, ausente del mundo, puesta en una persona que estaba a la distancia, que ella misma había expulsado de su vida.
-¿está ocupado?...-
La vos del hombre la despertó de los recuerdos, no esperaba encontrarse con él, de hecho… era la última persona que deseaba ver.
-WooBin…- ¿Qué hacía allí?.-
-lo siento… parece que no debí venir…- se disculpo formalmente.- pero es urgente.-
Antes de que ella le diera una respuesta, corrió la silla y tomo asiento en frente. ¿Cuántas veces habían estado así?, siempre riendo y disfrutando de la tarde juntos, ahora… el aire solo tenía una pesadez por parte de ambos. Luego de mirarla y grabarla para siempre en su mente, hablo.
-yo… tenía un plan.- lo había pensado, la mentira lo había alejado de ella, los engaños se habían ganado su repudio.- la primera vez que nos vimos, pensé… ¿Por qué no cuidarla?, es casi la novia de mi amigo.- se sonrió.- pero te fui conociendo… y no pude cambiar lo que se puso en marcha. Yo empecé a enamorarme de ti, de lo hermosa que eras como persona, de la mujer que se escondía bajo esa sonrisa.-
GaEul no movía un musculo, cuando empezó a hablar sentía que la rabia se iba, que en vez de dolor quedaba comprensión, afecto.
-entonces pensé… ¿Por qué debería dejarte ir con él?, YiJeong tuvo su oportunidad contigo y no supo aprovecharla.- la miro, esos hermosos ojos negros, ¿Quién podría negarse a ellos?.- él no supo valorarte, y yo deseaba darte todo lo que te merecías. Pero lo hice mal, creía que podía llegar a tu corazón con mentiras, creía que sería justo para todos si yo intentaba enamorarte sin que te dieras cuenta…- bajo la mirada y apretó sus manos, le dolía reconocer que había sido su error.-
A cada minuto que pasaba la imagen que había perdido de WooBin se reforma, como un rompecabezas que costaba en armarse, ahora que las piezas del marco estaban puestas las demás iban encajando sin problema.
-fue mi culpa que JiHoo se convirtiera en el malo y no hice nada para remedir el error, es mi culpa que ahora ya no me veas con los mismos ojos, es mi culpa haber desperdiciado mi oportunidad.- volvió a repetir la reverencia.- lo siento, se que con esto no remedio nada por eso…- su voz se cayó, ¿Cómo es que ella lo había cambiado tanto?.-
De pronto se quedo callado, mirando hacia abajo. GaEul estiro su mano pero a medio camino se detuvo, esto no era correcto, no podía perdonarlo así como así, si lo hacía… volvería a hacer lo mismo que en el pasado.
-me iré…- le dijo con dolor, no deseaba irse, pero tenía que hacerlo. Levanto la vista y ella lo miraba como antes y eso lo hizo sonreír.- y solo quería… ser sincero contigo antes de marcharme.-
Pasaron unos minutos en silencio y ella no respondía nada, para WooBin eso significaba solo una cosa, que a ella no le importaba lo que hiciera. Se hizo el fuerte y sonrió levantándose de la mesa, una tercera vez se inclino para disculparse con ella y giro sus talones, cada paso era más pesado que el otro y no estaba seguro de que sus ojos resistieran el no llorar.
En la mesa el café se había enfriado, la chica de cabello negro miraba la silla que ahora estaba vacía, repasaba las palabras de él y su cabeza le decia una y otra vez que era un mentiroso, que la había engañado y hasta jugado con ella pero… sus ojos, su corazón y su cuerpo se movieron, con un chillido corrió la silla y los tacones corrieron hacia afuera.
-¡No te vayas!- le grito solo mirando su espalda.- no tienes que irte…-
-…- él se giro sorprendido, creía que ella no deseaba verlo, que no deseaba nada con él. Se sonrió mientras lloraba, con esto… él podría hacerlo todo.- tengo que hacerlo.-
-¿Por qué?... yo…- se iba acercando, para acortar la distancia.-
-porque fui un mal hombre, porque te hice llorar…- él también caminaba hacia ella, con deseos de tocar su mejilla, oler su cabello y sostener su mano.-
-pero…- le cuestiono al verlo tan frágil, como nunca.-
-por eso tengo que irme GaEul. No quiero ser un mal hombre, tú eres mi todo, y si quiero tenerte a mi lado… debo luchar.- levantó su mano y toco su cabello, sedoso y negro.- seré el tipo de hombre que puede amarte, que te hará sentir orgullosa, me convertiré en el único que pueda tenerte…- su mano paso la mejilla de ella y recorrió el contorno de su rostro hasta su mentón.-
-quédate…- le pidió temblorosa.-
-no puedo…-sonrió y cerro sus ojos.- no debería pedirte nada pero… no me olvides, no olvides que te amo, no te olvides que yo estoy luchando por ti…- Lo dijo con una mirada suplicante, en su mente, el miedo más grande no era perderla, era volverse nada para ella… que ni siquiera fuera un recuerdo.-
-WooBin, por favor no te vayas…- le suplico esta vez, no quería que él se fuera… desde su corazón sentía que estaba siendo abandonada nuevamente, pero la persona que se marchaba no la dejaba en la incertidumbre, le había declarado sinceramente su amor.-
-¿me harías un regalo?...- le pregunto ignorando la suplica de su mirada.- ¿dejarías… que te besara?...- quizás estaba siendo un descarado, pero que importaba… después de este día se arrepentiría de no hacerlo.-
Ella movió su cabeza para asentir, no estaba pensando, estaba sintiendo… era lo que deseaba su corazón, se lo gritaba. WooBin pego sus labios a los de ella, debía recordar cómo eran, que tan suave se sentían, el sabor del café en su boca, su tono de rosa y dulzura con que se movían para él. El mundo desapareció para ambos, lo único que se escuchaba eran sus dos corazones.
Pensó que él no se iría, pensó que estaba bromeando, que mañana volvería a buscarla… pero no, ese noche el avión de WooBin se fue rumbo a Japón y la dejo, como lo había planeado y no pensaba volver hasta tener lo necesario para conquistarla. Sin ánimos, sin deseos de nada se tiro en su cama, sus ojos ya estaban secos, las lagrimas ya no corrían por sus mejillas, lo cual era bueno pero extraño, ella que siempre lloraba por todo. El teléfono comenzó a sonar, como siempre el mundo la llevaba de vuelta a la realidad, cruel y solitaria. Se movió de la cama arrastrándose para salir de ella y contestar el llamado, una vez que tuvo su teléfono, la vos del otro lado comenzó a hablar, no la reconoció y con razón.
-Buenas noches, ¿estoy hablando con la Srta. Choi GaEul?.- dijo la voz de un hombre mayor.-
-si…- repaso sus ojos con las manos.- soy yo… ¿en qué puedo ayudarlo?.-
Le pareció raro que la llamaran a esa hora, su reloj marcaba las 3 de la mañana, menos un hombre.
-lamento molestarla a estas horas.- dijo el hombre.- pero es la única persona que logramos encontrar.-
-¿sucedió algo?, ¿acaso es mi familia?…- le pregunto ella mientras se ponía de pie inquieta
-no…- dudo un poco.- es sobre el Sr. So YiJeong.-
-¿le sucedió algo?...- la noticia casi la espanta.-
- La llamo de la comisaria, su amigo nos dio este número.-
-¿él les dio este número?...- le pregunto como una boba.-
-Srta. no tengo tiempo para esto, hay una fianza que debe pagar si quiere sacarlo esta noche.-
Fue una charla muy corta, la verdad GaEul no tenía como pagar una fianza, pero tenia que ayudarlo. La chica de cabellos negro cruzo la puerta de la comisaria, llevaba su abrigo por el frio y un aspecto desmejorado en su rostro, incluso se notaba su incomodidad al estar en ese lugar. Hablo con la primera persona que se cruzo en su camino.
-Vinieron por ti…- le dijo el policía al abrir la reja.-
-estas bromeando…- le contesto YiJeong sin moverse.-
-sal de aquí…- le ordeno.-
YiJeong se levanto desganado, les había dado el numero de GaEul porque estaba seguro de que ella no vendría por él y aun si lo deseara, no podría pagar el dinero de su fianza. Estaba confundido, ¿Cómo es que ella pudo pagar?, estaba pensando en eso cuando la vio, frente a él, con los mismo ojos que siempre lo miraba, una mezcla entre ternura, cariño y miedo, esa linda chica… siempre parecía tener una mirada algo triste cuando se trataba de él. Nunca había visitado estos sitios, pero algo en esa imagen no le resultaba desconocido, él.
-¿estás bien?...- le pregunto preocupada mientras sonreía.-
-sí…- le dijo algo avergonzado. Tomo sus cosa y se puso su chaqueta.- ¿Cómo pagaste?...-
-yo…- desvió la mirada hacia la esquina.-
Ciertamente ella no tenía dinero suficiente para pagar la fianza, así que tuvo que recurrir a la única persona que tenía como amigo, JiHoo. Él la había llevado a la comisaria, también fue el que dio el dinero para pagar y era el chico que estaba sentado en la esquina mientras recogían a su amigo. YiJeong la miro y siguió su vista. Negó con su cabeza, se había equivocado con él, lo había acusado injustamente, también lo había tratado muy mal, a los dos… GaEul y JiHoo no era responsables. En silencio encamino sus pasos hacia JiHoo, este se levanto esperándolo.
-¿tu pagaste?.- le pregunto.-
-sí…- le dijo metiendo sus manos en los bolsillos.-
-gracias…- inclino su cabeza con todo protocolo.- te debo una disculpas, yo… siempre he sido un tonto…-
-lo sé…- le dijo con un rostro serio.-
Ambos se sonrieron, esto no era común, pero siempre que uno de los dos se doblegara y pidiera disculpas las cosas irían bien. Miro sobre su hombro para ver como GaEul se los miraba, luego lo vio a él, ambos parecían cómplices, pero ya había errado en esas conclusiones.
Los tres salieron de la comisaria, dejaron a YiJeong en su casa y los otros dos se marcharon juntos. Como era de esperarse, ninguno hablo en el camino, solo se dirigieron miradas. Cuando el auto se quedo con los dos, la mirada de GaEul volvió a hacerse pesada… para ella, esta experiencia seria una de las cosas que deseaba olvidar.
-¿segura que estaras bien?...- le pregunto JiHoo, él no se jactaba de conocer a las personas, pero algunas, como ella, eran tan fáciles de leer.-
-sí…- le dijo sin ganas, apretando el bolso en su regazo.- necesito… pensar.-
-¿ya lo extrañas?...- la miro para ver su reacción.- a WooBin.-
-…- no pronuncio palabra, solo dirigió su mirada hacia abajo, ¿Qué podía decirle?, que solo pensaba en él… a pesar de todo lo que había pasado en la noche, él ocupaba la mayor parte en su mente.-
-eso quiere decir… que lo quieres más de lo que decías.- sonrió amargamente ante ese hecho, una chica como ella se merecía un buen hombre, pero ninguno de los tres estaba en esa lista. Cada uno tenía sus defectos.- o puede ser que no lo sabías…- esa idea lo mortificaba, si era así… puede que ni YiJeong o él tuvieran un buen final con ella.-
Y no estaba lejos de acertar, ya que apenas GaEul llego a su casa se tiro a la cama a llorar. Sujeto con fuerza sus brazos, necesitaba que alguien la sostuviera, necesitaba que él estuviera con ella… nadie más podía darle paz en esos momentos… él jamás debió irse. JiHoo se quedo mirando en su auto, la luz de su ventana seguía encendida… pero no por mucho, casi unos minutos más tardes se apago, pero estaba seguro que ella estaba llorando, sabia… que lloraba porque su corazón le dolía.
Las preocupaciones de ellas se dejaban ver en su delgadez, esa figura algo infantil que siempre se reflejaba en su sonrisa se estaba borrando con lo pálida y cabizbaja que andaba. Sus compañeros y maestros lo notaban, pero más que nadie JiHoo… a pesar de que ella rechazaba las invitaciones que le hacia, siempre estaba al pendiente, mirándola a la distancia, viendo como su luz se extinguía. Era un sentimiento doloroso y por mucho dolor que sintiera no sabía qué hacer para mejorar el mundo en que ella vivía. Como una tortura sus pies la encaminaban hacia el café, aquel que se había convertido en su punto de encuentro con WooBin, ¿Por qué lo hacía?, pues no tenía una respuesta… solo era una costumbre extraña.
Sentada en una pequeña mesa tomaba un café, jugaba con el anillo de su dedo y su rostro tenía una expresión vacía, ausente del mundo, puesta en una persona que estaba a la distancia, que ella misma había expulsado de su vida.
-¿está ocupado?...-
La vos del hombre la despertó de los recuerdos, no esperaba encontrarse con él, de hecho… era la última persona que deseaba ver.
-WooBin…- ¿Qué hacía allí?.-
-lo siento… parece que no debí venir…- se disculpo formalmente.- pero es urgente.-
Antes de que ella le diera una respuesta, corrió la silla y tomo asiento en frente. ¿Cuántas veces habían estado así?, siempre riendo y disfrutando de la tarde juntos, ahora… el aire solo tenía una pesadez por parte de ambos. Luego de mirarla y grabarla para siempre en su mente, hablo.
-yo… tenía un plan.- lo había pensado, la mentira lo había alejado de ella, los engaños se habían ganado su repudio.- la primera vez que nos vimos, pensé… ¿Por qué no cuidarla?, es casi la novia de mi amigo.- se sonrió.- pero te fui conociendo… y no pude cambiar lo que se puso en marcha. Yo empecé a enamorarme de ti, de lo hermosa que eras como persona, de la mujer que se escondía bajo esa sonrisa.-
GaEul no movía un musculo, cuando empezó a hablar sentía que la rabia se iba, que en vez de dolor quedaba comprensión, afecto.
-entonces pensé… ¿Por qué debería dejarte ir con él?, YiJeong tuvo su oportunidad contigo y no supo aprovecharla.- la miro, esos hermosos ojos negros, ¿Quién podría negarse a ellos?.- él no supo valorarte, y yo deseaba darte todo lo que te merecías. Pero lo hice mal, creía que podía llegar a tu corazón con mentiras, creía que sería justo para todos si yo intentaba enamorarte sin que te dieras cuenta…- bajo la mirada y apretó sus manos, le dolía reconocer que había sido su error.-
A cada minuto que pasaba la imagen que había perdido de WooBin se reforma, como un rompecabezas que costaba en armarse, ahora que las piezas del marco estaban puestas las demás iban encajando sin problema.
-fue mi culpa que JiHoo se convirtiera en el malo y no hice nada para remedir el error, es mi culpa que ahora ya no me veas con los mismos ojos, es mi culpa haber desperdiciado mi oportunidad.- volvió a repetir la reverencia.- lo siento, se que con esto no remedio nada por eso…- su voz se cayó, ¿Cómo es que ella lo había cambiado tanto?.-
De pronto se quedo callado, mirando hacia abajo. GaEul estiro su mano pero a medio camino se detuvo, esto no era correcto, no podía perdonarlo así como así, si lo hacía… volvería a hacer lo mismo que en el pasado.
-me iré…- le dijo con dolor, no deseaba irse, pero tenía que hacerlo. Levanto la vista y ella lo miraba como antes y eso lo hizo sonreír.- y solo quería… ser sincero contigo antes de marcharme.-
Pasaron unos minutos en silencio y ella no respondía nada, para WooBin eso significaba solo una cosa, que a ella no le importaba lo que hiciera. Se hizo el fuerte y sonrió levantándose de la mesa, una tercera vez se inclino para disculparse con ella y giro sus talones, cada paso era más pesado que el otro y no estaba seguro de que sus ojos resistieran el no llorar.
En la mesa el café se había enfriado, la chica de cabello negro miraba la silla que ahora estaba vacía, repasaba las palabras de él y su cabeza le decia una y otra vez que era un mentiroso, que la había engañado y hasta jugado con ella pero… sus ojos, su corazón y su cuerpo se movieron, con un chillido corrió la silla y los tacones corrieron hacia afuera.
-¡No te vayas!- le grito solo mirando su espalda.- no tienes que irte…-
-…- él se giro sorprendido, creía que ella no deseaba verlo, que no deseaba nada con él. Se sonrió mientras lloraba, con esto… él podría hacerlo todo.- tengo que hacerlo.-
-¿Por qué?... yo…- se iba acercando, para acortar la distancia.-
-porque fui un mal hombre, porque te hice llorar…- él también caminaba hacia ella, con deseos de tocar su mejilla, oler su cabello y sostener su mano.-
-pero…- le cuestiono al verlo tan frágil, como nunca.-
-por eso tengo que irme GaEul. No quiero ser un mal hombre, tú eres mi todo, y si quiero tenerte a mi lado… debo luchar.- levantó su mano y toco su cabello, sedoso y negro.- seré el tipo de hombre que puede amarte, que te hará sentir orgullosa, me convertiré en el único que pueda tenerte…- su mano paso la mejilla de ella y recorrió el contorno de su rostro hasta su mentón.-
-quédate…- le pidió temblorosa.-
-no puedo…-sonrió y cerro sus ojos.- no debería pedirte nada pero… no me olvides, no olvides que te amo, no te olvides que yo estoy luchando por ti…- Lo dijo con una mirada suplicante, en su mente, el miedo más grande no era perderla, era volverse nada para ella… que ni siquiera fuera un recuerdo.-
-WooBin, por favor no te vayas…- le suplico esta vez, no quería que él se fuera… desde su corazón sentía que estaba siendo abandonada nuevamente, pero la persona que se marchaba no la dejaba en la incertidumbre, le había declarado sinceramente su amor.-
-¿me harías un regalo?...- le pregunto ignorando la suplica de su mirada.- ¿dejarías… que te besara?...- quizás estaba siendo un descarado, pero que importaba… después de este día se arrepentiría de no hacerlo.-
Ella movió su cabeza para asentir, no estaba pensando, estaba sintiendo… era lo que deseaba su corazón, se lo gritaba. WooBin pego sus labios a los de ella, debía recordar cómo eran, que tan suave se sentían, el sabor del café en su boca, su tono de rosa y dulzura con que se movían para él. El mundo desapareció para ambos, lo único que se escuchaba eran sus dos corazones.
Pensó que él no se iría, pensó que estaba bromeando, que mañana volvería a buscarla… pero no, ese noche el avión de WooBin se fue rumbo a Japón y la dejo, como lo había planeado y no pensaba volver hasta tener lo necesario para conquistarla. Sin ánimos, sin deseos de nada se tiro en su cama, sus ojos ya estaban secos, las lagrimas ya no corrían por sus mejillas, lo cual era bueno pero extraño, ella que siempre lloraba por todo. El teléfono comenzó a sonar, como siempre el mundo la llevaba de vuelta a la realidad, cruel y solitaria. Se movió de la cama arrastrándose para salir de ella y contestar el llamado, una vez que tuvo su teléfono, la vos del otro lado comenzó a hablar, no la reconoció y con razón.
-Buenas noches, ¿estoy hablando con la Srta. Choi GaEul?.- dijo la voz de un hombre mayor.-
-si…- repaso sus ojos con las manos.- soy yo… ¿en qué puedo ayudarlo?.-
Le pareció raro que la llamaran a esa hora, su reloj marcaba las 3 de la mañana, menos un hombre.
-lamento molestarla a estas horas.- dijo el hombre.- pero es la única persona que logramos encontrar.-
-¿sucedió algo?, ¿acaso es mi familia?…- le pregunto ella mientras se ponía de pie inquieta
-no…- dudo un poco.- es sobre el Sr. So YiJeong.-
-¿le sucedió algo?...- la noticia casi la espanta.-
- La llamo de la comisaria, su amigo nos dio este número.-
-¿él les dio este número?...- le pregunto como una boba.-
-Srta. no tengo tiempo para esto, hay una fianza que debe pagar si quiere sacarlo esta noche.-
Fue una charla muy corta, la verdad GaEul no tenía como pagar una fianza, pero tenia que ayudarlo. La chica de cabellos negro cruzo la puerta de la comisaria, llevaba su abrigo por el frio y un aspecto desmejorado en su rostro, incluso se notaba su incomodidad al estar en ese lugar. Hablo con la primera persona que se cruzo en su camino.
-Vinieron por ti…- le dijo el policía al abrir la reja.-
-estas bromeando…- le contesto YiJeong sin moverse.-
-sal de aquí…- le ordeno.-
YiJeong se levanto desganado, les había dado el numero de GaEul porque estaba seguro de que ella no vendría por él y aun si lo deseara, no podría pagar el dinero de su fianza. Estaba confundido, ¿Cómo es que ella pudo pagar?, estaba pensando en eso cuando la vio, frente a él, con los mismo ojos que siempre lo miraba, una mezcla entre ternura, cariño y miedo, esa linda chica… siempre parecía tener una mirada algo triste cuando se trataba de él. Nunca había visitado estos sitios, pero algo en esa imagen no le resultaba desconocido, él.
-¿estás bien?...- le pregunto preocupada mientras sonreía.-
-sí…- le dijo algo avergonzado. Tomo sus cosa y se puso su chaqueta.- ¿Cómo pagaste?...-
-yo…- desvió la mirada hacia la esquina.-
Ciertamente ella no tenía dinero suficiente para pagar la fianza, así que tuvo que recurrir a la única persona que tenía como amigo, JiHoo. Él la había llevado a la comisaria, también fue el que dio el dinero para pagar y era el chico que estaba sentado en la esquina mientras recogían a su amigo. YiJeong la miro y siguió su vista. Negó con su cabeza, se había equivocado con él, lo había acusado injustamente, también lo había tratado muy mal, a los dos… GaEul y JiHoo no era responsables. En silencio encamino sus pasos hacia JiHoo, este se levanto esperándolo.
-¿tu pagaste?.- le pregunto.-
-sí…- le dijo metiendo sus manos en los bolsillos.-
-gracias…- inclino su cabeza con todo protocolo.- te debo una disculpas, yo… siempre he sido un tonto…-
-lo sé…- le dijo con un rostro serio.-
Ambos se sonrieron, esto no era común, pero siempre que uno de los dos se doblegara y pidiera disculpas las cosas irían bien. Miro sobre su hombro para ver como GaEul se los miraba, luego lo vio a él, ambos parecían cómplices, pero ya había errado en esas conclusiones.
Los tres salieron de la comisaria, dejaron a YiJeong en su casa y los otros dos se marcharon juntos. Como era de esperarse, ninguno hablo en el camino, solo se dirigieron miradas. Cuando el auto se quedo con los dos, la mirada de GaEul volvió a hacerse pesada… para ella, esta experiencia seria una de las cosas que deseaba olvidar.
-¿segura que estaras bien?...- le pregunto JiHoo, él no se jactaba de conocer a las personas, pero algunas, como ella, eran tan fáciles de leer.-
-sí…- le dijo sin ganas, apretando el bolso en su regazo.- necesito… pensar.-
-¿ya lo extrañas?...- la miro para ver su reacción.- a WooBin.-
-…- no pronuncio palabra, solo dirigió su mirada hacia abajo, ¿Qué podía decirle?, que solo pensaba en él… a pesar de todo lo que había pasado en la noche, él ocupaba la mayor parte en su mente.-
-eso quiere decir… que lo quieres más de lo que decías.- sonrió amargamente ante ese hecho, una chica como ella se merecía un buen hombre, pero ninguno de los tres estaba en esa lista. Cada uno tenía sus defectos.- o puede ser que no lo sabías…- esa idea lo mortificaba, si era así… puede que ni YiJeong o él tuvieran un buen final con ella.-
Y no estaba lejos de acertar, ya que apenas GaEul llego a su casa se tiro a la cama a llorar. Sujeto con fuerza sus brazos, necesitaba que alguien la sostuviera, necesitaba que él estuviera con ella… nadie más podía darle paz en esos momentos… él jamás debió irse. JiHoo se quedo mirando en su auto, la luz de su ventana seguía encendida… pero no por mucho, casi unos minutos más tardes se apago, pero estaba seguro que ella estaba llorando, sabia… que lloraba porque su corazón le dolía.
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