En el momento que atravesó el compartimiento que estaba buscando escucho risas y gritos. Puso los ojos en blanco pensando que aquellas dos no podían cambiar.

—¡Te gané enana! —Exclamó alegremente una chica morena arrastrando los dulces al lado de su mesa.

—¡Eres una tramposa! —Tiró las cartas ofuscada cruzándose de brazos.

—Eres una mala perdedora, te pondrás más enana de lo amargada que eres. —Se burló haciendo que la mas bajita se pusiera roja del coraje.

—¡Tu! Eres una... —Saltó de su asiento para cantarle los cuarenta.

—Chicas. —La acaramelada recién llegada interrumpió la pelea de ambas bajo la atenta mirada de una divertida Eunbi quien hizo un puchero, estaba deseando que llegaran a la parte donde comenzaban a golperarse como dos nenas pequeñas pero su hermana las había interrumpido— ¿Así es como reciben a mi hermana y a mi? —Alzó una ceja tratando de ocultar una sonrisa burlona.

—¡Jessica!/¡Sica! —Gritaron al mismo tiempo.

—Ssh, dejen el escándalo babosas.

—¡Yah! —La apodada enana la miro con las manos en las caderas—, No seas tan grosera, Jung.

—Ni tu tan dramática, Kim. —Repusó enseguida.

—Eso mismo decía yo —Miró triunfante a la contraria—, Vez, Jessica esta de mi lado. —Le sacó la lengua burlona y decidió dejar de molestar a su amiga. Parecía que cualquier momento sus orejas iban a comenzar a hechar humo, su atención cayó en una invitada en particular— ¡Pero mira a quien tenemos aquí! —Abrió los ojos fingiendo sorpresa— ¿Acaso no saludas a tu Unnie?

—Hola Yuri Unnie. —Eunbi le dedicó una pequeña sonrisa mientras tomaba asiento a su lado.

—Es bueno verte SinB~ ¡Ya vez! Si estas más alta que la enana de Taeyeon, aunque realmente todo el mundo es más alto que Tae. —Se corrigió con un toque de humor en su voz haciendo que Taeyeon refunfuñara en su asiento.
—Tramposa y molesta Kwon.

—Pues bueno, ya deja de hablar sola que pareces una loca. —Mencionó mientras tomaba uno de los dulces ignorando olímpicamente el comentario de la mayor—, Mejor comamos dulces. —Mostró el paquete de Grajeas de todos los sabores con expresión de pilla.

—¡Los odio!

—No seas amargada Tae, no siempre vas a encontrar uno asqueroso. —La riñó Yuri.

—Yo quiero.

—SinB es más valiente que tu. —Se burló nuevamente mientras le daba uno a la niña, mirándola atenta cuando lo metió a su boca— ¿Y bien...?

Eunbi masticó lentamente— Mm... —Guardó silencio unos segundos— ¡Pudin de chocolate! —Mencionó para seguir masticando con tranquilidad.

—Genial —Le sonrió y miró a la acaramelada—, Entonces Jessica... ¿Tu también te atreves o estarás con la amargada de Taeyeon? —Jessica se encogió de hombros y estiró la mano—, Cobarde, Kim. —La siguió picando mientras le daba una Grajea a Jessica y esta la introducía a su boca sin más.

—Salsa de tomate. —Les menciona después de masticar unos segundos.

Yuri miró a Taeyeon con una ceja alzada retándola en silencio a lo que la mayor rodó los cejos y suspiro en derrota.

—Dame, Kwon. —Estiró la mano de mala gana.

—¡Esa es mi enana! —Exclamó triunfante dándole una Grajea que introdujo a su boca sin más.

De repente, la cara de Taeyeon comenzó a tornarse roja e incluso un poco de humo comenzaba a salir de sus orejas. La mayor parpadeó pasamada y después escupió la Grajea.

—¡Joder esa mierda pica! —Chilló casi sin voz y comenzó a toser tratando de deshacerse del sabor mientras las chicas rompían en risas.

—Tienes tan mala suerte enana. —Se burló Yuri a la vez que tomaba una Grajea para ella misma pero al introducirlo a su boca lo escupió casi al instante— ¡Pescado crudo! —Dijo horrorizada mientras hacía muecas de asco y las hermanas reían sin parar.
                           ...

Jessica paseó su mirada a lo largo de la mesa. Yuri, Taeyeon y Lily estaban delante de ella. A su izquierda estaba Krystal y a su derecha TaeYong. TaeYong era un estudiante del segundo año quien se había ganado su respeto, siempre vestía de forma alocada, su túnica estaba abierta con sus mangas recogidas, usando guantes sin dedos, un collarín con púas, su cabello blanco en puntas con unos gogles en su frente. Era uno de los bromistas de su casa junto a sus compañeros de año.

En fin.

Como cada año estaban esperando a que empezará la ceremonia de selección.

De repente, se abrieron las puertas del Gran Comedor y se hizo el silencio. La profesora McGonagall entró totalmente erguida haciendo que el sombrero de punta que traía la hiciera parecer más alta de lo que ya era. Marchaba a la cabeza de una larga fila de alumnos de primero, a los que condujo hasta la parte superior del Gran Comedor, donde se encontraba la mesa de los profesores. No pudo evitar sonreír cuando vio una gran cantidad de alumnos de aquella fila que estaban mojados de pies a cabeza.

—Pues le han ganado a Taeyeon. —Se burló Yuri quien recibió una mala mirada de la nombrada.

—Lo dice quien tragó algas. —Ante el comentario de Lily muchos no pudieron evitar reírse.

—¡Collins! —Exclamó Yuri roja de la vergüenza.

—Si Yuri, si te sabes mi apellido. —Volvió a atacarla Lily ganándose nuevas risas.

—Silencio quiero escuchar. —Les dijo con una media sonrisa y estas inmediatamente acataron sus ordenes.

La profesora McGonagall colocó un taburete de cuatro patas en el suelo ante los alumnos de primero y, encima de él, un sombrero extremadamente viejo, sucio y remendado. Los primeros lo miraban, y también el resto de los alumnos. Por un largo silencio el comedor quedó en silencio. Entonces se abrió un desgarron que el sombrero tenía cerca del ala, formando una boca, y empezó a cantar:

Hace tal vez mil años
Que me cortaron, ahormaron y cosieron
Había entonces cuatro magos de fama
De los que de memoria los nombres guarda:

El valeroso Gryffindor venía del páramo;
El bello Ravenclaw de la cañada;
Del ancho valle procedía Hufflepuff el suave;
Y el astuto Slytherin, de los pantanos.

Compartían un deseo, una esperanza, un deseo:
Idearon de común acuerdo un atrevido plan
Para educar jóvenes brujos.
Así nació Hogwarts, este colegió.

Luego, cada uno de aquellos fundadores
Fundó una casa diferente
Para los diferentes caracteres
De su alumnado.

Para Gryffindor
El valor era lo mejor;
Para Ravenclaw,
La inteligencia.

Para Hufflepuff el mayor merito de todos
Era romperse los codos.
El ambicioso Slytheris
Ambicionada alumnos ambiciosos.

Estando aún con vida
Se repartieron a cuantos venían,
Pero ¿Como seguir escogiendo 
Cuando estuvieron muertos y en el hoyo?

Fue Gryffindor en que halló el modo:
Me levantó de su cabeza,
Y los cuatro en mi metieron algo de sesera
Para que pudiera elegiros a la primera.

Ahora ponme sobre las orejas.
No me equivoco nunca:
Echaré un vistazo a tu mente
¡Y te diré de que casa eres!

En el Gran Comedor resonaron los aplausos cuando el comedor terminó de cantar.

—Ese sombrero tiene más talento que Yuri. —Comentó Lily de repente haciéndolos reír.

—¿Que te pasa conmigo Collins?

Lily sonrió. Lily Collins era de su mismo año, y por supuesto una de las más populares y guapas de su casa, siempre traía una expresión de pilla y hacía a todos los chicos de su casa, y de otras casas perder la cabeza por ella.

Incluso a las chicas les pasaba lo mismo.

—¿Ya vez como se siente la pobre de Tae con tus ataques? —Alzó una ceja mirándola y dejando a la morena en silencio.

—Gracias, Lily. —Le dijo Taeyeon en tono sincero.

—De nada, guapa. —Le guiñó haciendo que Taeyeon se sonrojara.

El silencio regresó cuando la profesora McGonagall desplegó en aquel momento un rollo grande de pergamino.

—Cuando pronuncie sus nombres, se colocaran el sombrero y se sentarán en el taburete —Les explicó a los alumnos de primero—, Cuando el sombrero anuncie la casa a la que pertenecen, se sentarán en la mesa que los corresponde ¡Ahn, Chungha!

La chica castaña al frente y algo sucia avanzó hasta el taburete. Y al ponerse el sombrero duró un rato, y después de que el sombrero terminara de pensar una casa, gritó:

—¡Slytherin! 

Los chicos de la casa Slytherin e incluso Jessica aplaudieron mientras la chica en cuestión avanzaba a la mesa y se sentaba casi al final de esta.

—¡Backot, Arthur!

—¡Ravenclaw!

—¡Jung Eunbi! —El silencio de hizo nuevamente presente mientras la castaña avanzaba entre sus compañeros y todos chucheaban que ella la hermana de la Reina Slytherin.

Por supuesto no llevaba ni medio segundo cuando el sombrero gritó:

—¡Slytherin!

Jessica sonrió mientras veía a su hermana avanzar a la mesa. Jessica y Krystal le dejaron un espacio entre ambas.
—¡Bienvenido SinB!

—Gracias, Taeyeon Unnie. —Respondió de forma escueta mientras miraba a su hermano.

—¡Jung Shownu! —El castaño avanzó y le sucedió lo mismo que a su hermana.

—¡Slytherin!

Nuevamente, otro miembro de la casa de la serpierten avanzó a aquella mesa entre gritos y silbidos. Sentándose junto a SinB, entre sus hermanas mayores.

—Esto era tan obvio. —Repuso una sonriente Irene quién rodó los ojos ligeramente.

—¡Meng, Jackson! 

Ante la mención de aquel hombre, Jessica volvió a clavar la mirada en aquel pasillo, específicamente al pelinegro que avanzaba al taburete empapado de pies a cabeza.

—¡Gryffindor!

—No se preocupe My Lady, ahora más que nunca nos encargaremos del Sangre sucia. —Le aseguró TaeYong a la acaramelada que se mostraba más irritada que nunca.

—¡Neorman, Thomas!

—¡Hufflepuff!

—¡Parker, Elena! 

—¡Ravenclaw!

—¡Tovar, Michael!

—¡Gryffindor!

—¡Woods, Aden!

Un chico rubio se abrió paso entre los demás, era de los pocos que se encontraban secos. Con pasos seguros se dirigió al taburete mientras la profesora McGonagall sostenía el sombrero seleccionador. Se sentó y apenas el sombrero le rozó las orejas cuando gritó:

—¡Slytherin! 

Aden sonrió mientras se dirigía a la mesa de las serpientes, cuyos alumnos aplaudían y silbaban. Le hicieron espacio junto a su hermana, y al sentarse Lexa le dio un apretón cariñoso en el hombro a su hermano menor.

Al parecer esta vez los Slytherin habían ganado más ingresos de alumnos.

Al terminar la ceremonia de selección, la profesora McGonagall tomó el taburete junto al sombrero y se los llevó.

—¡Al fin! —Se quejó Yuri que llevaba media hora antes diciendo que tenía hambre.

El profesor Dumbledore se puso de pie mientrad le sonreía a los alumnos con los brazos abiertos en señal de bienvenida.

—¡Solo tengo unas palabras que decirles! —Dijo y su voz resonó en todo el lugar— ¡A comer! 

Después de pronunciar esas palabras, las mesas de llenaron de todo tipo de comida y los alumnos se lanzaron a engullirlos.

—¡Kwon Yuri mastica!