-Pudiste haberme dicho que vendría… así no los hubiera interrumpido.- dijo Youngjae cabizbajo mientras cerraba la puerta de la habitación.

-Pudiste haberme dicho que te habías quedado encerrado aquí todo el día a sentir lástima por mí… ¡Así no te hubiera interrumpido!- Daehyun se levantó irritado y pateó la base de la cama.

-¡Yo no!... Yo no siento lástima por ti…- respondió.

-¡¿Entonces?! .. ¡¿Qué mierdas sientes?!- preguntó el castaño exasperado.

Youngjae se puso nervioso a muerte. No sabía que responder, no sabía lo que sentía. Todo se había tornado confuso y no podía descifrar nada.

-No... lo sé.- respondió titubeante.

-¡Gracias! ¡Con eso me aclaras tanto!-Daehyun aventó los brazos con ira y se lanzó a la cama. Suspiró. -¿Qué estamos haciendo, Jae?- preguntó en voz baja.

-Creo que esto nos ha afectado a todos, no solo a ti.- respondió el menor sentándose a su lado.

-Lo sé, pero… no quiero que les afecte… No quiero que por mi culpa todos estén decaídos…

-No será por tu culpa.-Daehyun se giró y miró a Youngjae. Esa mirada que le ponía de vez en cuando; esa mirada que hacía querer contemplarlo por horas, días, todo el tiempo; esa mirada que le daba un vuelco a sus sentimientos por completo.

-Es que…- los ojos de Daehyun comenzaron a llenarse de lágrimas, que poco a poco cayeron por sus mejillas. Entonces, se lanzó hacia Youngjae y lo abrazó con fuerza. –Es mi madre… la persona que me dio la vida... y ahora está a punto de perderla…¡y yo también!-dijo entre sollozos, prendiéndose más del cuello del menor.- ¿Sabes… lo que se siente?

-Honestamente, no. No he pasado por eso.- respondió Youngjae, y Daehyun rio ligeramente.

-Eres muy directo…- suspiró. –No deseo que me entiendas.

Se quedaron así por unos minutos, hasta que Daehyun se separó y se limpió las lágrimas.

-¿No ibas con Zelo…?

-¡No! ¡Para nada!- agitó la cabeza y manos de forma exagerada, negando por completo el hecho. Cuando se dio cuenta de lo notorio que había sido, dejó de hacerlo. –Quiero decir… le dije que quizá sería otro día.- Youngjae se cubrió las mejillas con las manos. Se le habían puesto increíblemente rojas. Daehyun soltó una carcajada.

-A veces llegas a ser lindo, ¿sabes?- Youngjae sintió como una ola de calor se esparcía ahora por todo su rostro. Giró la cabeza de un lado a otro evitando la mirada del mayor. Sabía que era aquella mirada de nuevo, la que le hacía perder los estribos.

-Y cuando te pones así de lindo… me dan ganas de besarte…- el menor sintió un escalofrío invadirlo. ¿Qué acababa de decir? –Es extraño pero…- Daehyun puso sus manos sobre las mejillas de Youngjae y lo acercó a su rostro. –Me gustaría probarlos…- el chico marcó la forma de los labios del otro con el pulgar. Youngjae no se sintió con fuerzas como para hacerlo a un lado. Una agradable sensación comenzaba a alojarse en la boca de su estómago. –Probarlos y… morderlos quizá…- Daehyun se acercó aún más, hasta que sus alientos se tocaron. Podían sentir la respiración del otro en sus narices. El pulgar no dejaba de moverse con sigilo, provocando que sus latidos se aceleraran.

No sabía qué demonios estaba pasando, pero empezaba a sentir que él también lo necesitaba. Necesitaba que Daehyun probara sus labios, que los mordiera. Era una tremenda locura, y más considerando que al iniciar el día probablemente lo odiaba.

Finalmente, el dedo de Daehyun abrió unos milímetros la boca del menor y sus labios se unieron. Un beso corto y superficial, pero que logró desatar un incendio en el pecho de Youngjae.

-Creo que necesitaré más que eso…- dijo Daehyun acercándose de nuevo. Su mirada era extraña. Era como si lo viera, pero a la vez no, además, pequeñas gotas de sudor resbalaban por su frente. Youngjae se preguntaba si su compañero estaba bien. No sentía que lo que hacían era correcto...no, definitivamente no lo era.

-¿¡Pero qué estam…- no logró terminar su pregunta. La boca del mayor buscó con lujuria la suya hundiéndose en un profundo y hambriento beso que logró tirarlos a ambos a la cama. Sus lenguas jugaban sin cesar y, aunque no tenían aire, ya no podían detenerse. Se separaron unos segundos para aspirar, y Daehyun se abalanzó de nuevo a los labios del otro chico, mientras ponía sus brazos a los lados de la cabeza de éste. Youngjae logró torpemente llegar a la tersa cabellera del muchacho que lo besaba, acariciando su cabello y al mismo tiempo jalándolo hacia sí mismo en un beso interminable.

De pronto, un agudo dolor en su labio inferior lo obligó a separarse.

-¡Auch!

-Lo siento…- dijo Daehyun. Su rostro estaba completamente rojo, y su mirada estaba vacía.

-¿Dae…?- Daehyun se desplomósobre Youngjae.

El chico confundido logró hacerlo a un lado con dificultad y movió su cuerpo inerte intentando, en vano, hacerlo reaccionar.

-¡Daehyun!… ¡Daehyun!- repitió su nombre una y otra vez, pero no había resultados.

Youngjae corrió fuera de su habitación hacia la que compartían Himchan y Yongguk. Tocó a la puerta desesperadamente.

-Hey, hey… ¿qué pasa?- preguntó Bang agitando su mano frente al rostro del agitado chico en la puerta.

-Da… Daehyun... él... creo que se desmayó…- dijo jadeando.

-¡¿QUÉ?! ¡Vayamos entonces!- Himchan llegó impaciente a la puerta empujando al líder para que saliera de prisa y comenzaron a correr.-¡Youngjae!... ¡¿qué diablos te pasó en el labio?!- el comandante señaló con el dedo índice la herida del chico. Youngjae se detuvo en medio del pasillo y Himchan hizo lo mismo, mientras Yongguk entró a la habitación.

-Ehh… yo…- en ese momento recordó las palabras de Daehyun: “Probarlos y… morderlos quizá”. Tragó saliva y tocó con la yema de los dedos su labio inferior. Cuando retiró su mano, un líquido rojizo cubría sus dedos índice y medio.

-Demonios, Youngjae… ¡toma!- Himchan rebuscó en la bolsa de sus pantalones algo y le extendió un trozo de papel al menor. El chico colocó el papel sobre la herida y corrieron de nuevo al cuarto.

-Tiene mucha fiebre… ya llamé a una ambulancia, aunque aún respira…- dijo Yongguk cuando llegaron. -¿Y a ti que te pasó?- preguntó extrañado mirando al chico con el papel en la boca.

-Ahh…- Youngjae intentaba buscar una excusa lo suficientemente creíble como para que no le hicieran más preguntas. No podía decir la verdad. Estaba demasiado avergonzado como para decirla. ¿Qué clase de chico besa a otro y lo dice con toda sinceridad al público? Ni si quiera estaba seguro de lo que en realidad había sucedido. Miró de reojo el cuerpo inconsciente de Daehyun y recordó lo que había pasado pocos minutos atrás. Pudo sentir que sus mejillas se sonrojaban. Se supone que debía parecerle repugnante, no causarle pena. ¡¿Qué le estaba pasando?! Alejó la mirada de su compañero. –Yo me…… mordí.

-¿Te mordiste?- preguntó incrédulo Himchan. -¿Cómo? Y… ¿Por qué?

Comenzó a sudar frío. ¿Qué diría? Era un poco ilógico que se moridera hasta sangrar estando consciente. Pero eso era lo  único que se le ocurría, solo podía esperar a que le creyeran.

-Pues…- de pronto unos paramédicos entraron de prisa a la habitación y se llevaron a Daehyun. Youngjae pudo respirar un poco más tranquilo.

En el pasillo, Zelo estaba asomado junto con Jongup en la puerta de su habitación.

-¿Qué ocurre?- el maknae tomó del brazo a Youngjae.

-Daehyun tiene fiebre y se desmayó… vamos al hospital.

-Entonces nosotros también vamos.- afirmó el peliazul saliendo detrás de él.

-No.-se escuchó una voz grave. –Ustedes se quedan. No es algo tan grave, ya lo están estabilizando allí.- Yongguk señaló la camilla en marcha rodeada por dos paramédicos.

-Pero… Dae-hyung…- la voz de Zelo sonaba preocupada. Youngjae sintió un filo de culpa en el estómago, a pesar de que no sabía lo que había provocado el colapso.

-No Zelo… Si se queda la noche en el hospital entonces podrán ir a verlo, ahora no.- dijo Yongguk con severidad para después girarse hacia la camilla que trasladaba a Daehyun.

El maknae agachó la cara y se mordió el labio. Youngjae miró a Jongup e hizo una reverencia disculpándose. El chico asintió, indicándole que podía irse. Entonces, salió corriendo detrás de los demás.