No pasó mucho tiempo para JunMyeon darse cuenta que había muchos lugares a los cuales podría salir con Kim JongDae.

Por supuesto, el chico era precioso y perfecto en todos los sentidos. Él era una pequeña bola de sol en colores pastel, que revoloteaban por todas partes con bromas estúpidas y una sonrisa gatuna. Prácticamente todo de él gritaba felicidad, diversión y en general, positividad y joder, JunMyeon podría incluso querer quejarse por todo eso.
 

Sin embargo, a veces ­— solo de vez en cuando — su positividad le hacía estar un poco... demasiado emocionado.
 

Habían estado en el centro comercial durante tres horas, dando vueltas de tienda en tienda, mirando prácticamente cualquier cosa y todo. No importaba si no tenía nada que ver con ellos. Se habían detenido por una tienda departamental, una tienda de gafas­— En la que se compró un par al azar de esos que tenían un marco falso que lo hacía parecer un bibliotecario muy tierno­— Incluso fueron a una joyería, ya que JongDae insistió en que JunMyeon no utilizaba los accesorios suficientes.

Había un tipo de tienda que habían estado visitando en varias ocasiones a lo largo del viaje...  tiendas de ropa. O específicamente, tiendas de ropa de marca. JongDae las amaba, tomaba cualquier oportunidad para añadir algo nuevo, a su, ya enorme, armario(sin romperlo).
 

"Ooh, ooh ¿y qué tal este?"
 

"Se ve muy bien, Dae"
 

"¡Eso has dicho de los últimos seis!"
 

Suspirando, JunMyeon resistió el impulso de sobar su frente en señal de frustración. Sus pies lo estaban matando, habían tomado tantos malditos viajes al auto para dejar las bolsas hasta el punto en que se preguntaba si alguien podría crear centros comerciales con servicio al carro, porque eso claramente sería más eficiente. Ya estaba empezando a perder los restos de su paciencia después de tener que ir al auto una vez más. En realidad, era como traer un hijo o cachorro a una tienda de dulces o juguetes de colores brillantes. No ayudó tampoco que él hablara prácticamente como un niño, en constante lloriqueo, gimoteo y su aegyo cuando las cosas no se hacían exactamente a su manera.

Sin embargo, JunMyeon no podía quejarse mucho. Él lo había traído. Después de todo, fue él quien se puso un poco malhumorado cuando escuchó que JongDae quería ir de compras con BaekHyun y se suponía un gran problema porque este no podía. BaekHyun se puso incrédulo cuando se enteró que la pareja no había ido se compras juntos, diciendo que con JongDae cualquier viaje, ya sea al supermercado o centro comercial, era una "Experiencia espiritual que solo las personas más cercanas a él podían soportar" Ahora, la parte racional de su cerebro razonó que solo habían estado saliendo durante un par de meses, así que realmente no tenía ninguna razón para estar molesto con eso. Por supuesto que no eran excesivamente cercanos en ese momento, no lo suficiente como para ir a esos viajes de compras aparentemente mágicos, por eso no era de extrañar que nunca había sido invitado antes.

Sin embargo, todavía una parte pequeña más pequeña de JunMyeon gritaba más fuerte que su parte racional. Se quejó y lloró sobre el deseo de convertirse en una de las personas más importantes de la vida de JongDae, invertir tanto como puede en la vida de su adorable novio. Con el tiempo, era esta parte de su cerebro se impuso, convenciéndolo para ofrecer al amigo de su novio, BaekHyun, cancelar su salida con el chico y ser él el centro de ayuda.

Sin embargo, ahora, se preguntaba si había vendido su alma al diablo clavel rosa.

"Eso es porque todos te quedan lindo" respondió con simpleza, frunciendo el ceño cuando JongDae desenlaza sus manos conectadas y cruza los brazos mientras hace un puchero.

"Yo sabía que simplemente debí haber pospuesto mi salida con BaekHyun hasta que estuviese libre, ¡no estás ayudando en lo absoluto!" Se queja el más joven, incluso pisa fuerte con sus converse azul haciendo énfasis en su molestia. La imagen es tan linda que JunMyeon se retuerce en tentación de agarrar su teléfono y tomar una foto.

Y así lo hizo.

"¡Hyuuuung!" Pisa todavía más fuerte, lo suficiente como para que una anciana que estaba cerca, empiece a lanzarles miradas extrañas, ya fuese por su comportamiento aniñado o porque dos hombres adultos estaban caminando por la sección de ropa de mujer pequeña, él no estaba seguro. "¡Bórrala ahora!"

"No puedo" responde con tranquilidad, dando un paso adelante para envolver su brazo alrededor de la cintura de JongDae y tire de él más cerca, mira a la anciana para alejarla. "Lo siento por no ser de mucha ayuda, solo estoy un poco distraído"

"¿Por qué?" responde resoplando, pero no alejándose del abrazo.

"Tú" JunMyeon responde con una sonrisa descarada, la expresión de JongDae va en aumento con el color rosa en sus mejillas.

"Eres horrible" dijo sin ninguna expresión, pero la pequeña grieta al final de su voz no pasa desapercibida por él.

"Eres adorable" replica, "¿cómo se supone que voy a centrarme en los sweaters, cuando todo en lo que puedo pensar es en la persona preciosa que las lleva puesto"

"... te o-odio" Mientras hablaba, sus brazos se acercan para envolver el cuello de JunMyeon, su cara inclinándose para acariciar su cuello, y el mayor no puede detener la pequeña sonrisa que le viene a la cara.

Tal vez había encontrado la manera de controlar las compras locas de JongDae... 

"Ahora ayúdame a elegir entre este sweater de helado o este otro de galaxia"

... O no.

"Por supuesto cariño"




 

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