Marzo 2014

 

Tiffany

 

Si mis cálculos no me fallan cuando gire en esta vuelta glúteos de acero hará su aparición de todos los días. Desde hace dos semanas lo único que le da sentidos a mi mañana es verlo correr con esos pantalones cortos negros y esa remera gris de mangas largas, que la verdad no entiendo como soporta con el calor que está haciendo.

 

Por lo general todos los días a la tarde me dirigía al parque a entrenar con mis rollers, si quería patear traseros en el campeonato de Roller Derby debía mejorar mi velocidad, en la parte del contacto no tenía problemas, sabia bloquear y dar muy buenos golpes pero en velocidad estaba algo lenta, no es que me quisiera dedicar profesionalmente a esto, pero me ayudaba a liberar tenciones, y había hecho muy buenas amigas por lo que no quería fallarles y además Zoe me veía como una súper mama cada vez que me venía a ver en las competencias.

 

Pero como la temperatura había aumentado y Zoe había comenzado el jardín se me dificultaba seguir entrenando por las tardes por lo que comencé a despertarme más temprano por la mañanas y entrenar antes de comenzar el día, y fue así como conocí a glúteos de acero.

 

El primer día que lo vi capto mi atención totalmente, y como no hacerlo si es absolutamente hermoso, ojos ónice, pelinegro, cuerpo atlético y el trasero más hermoso que vi en mi vida.

 

De hecho todas las mujeres que corrían a esa hora se quedaban como bobas viéndolo correr. Pero el parecía no notar a nadie. Algunas veces lo vi aparecerse con una castaña, que no voy a mentir era mucho más que atractiva, ella por lo general no podía seguir su ritmo y terminaba recostadas tomando sol esperando que el completara su rutina. Yo solo podía desear que sea una hermana o una amiga. En verdad esperaba que ella no fuera su novia.

 

Pero para lo que estaba a punto de ver no estaba preparada. Como lo había anticipado glúteos de acero hizo su aparición, pero esta vez no llevaba remera alguna.

 

Sus brazos estaban absolutamente tatuados, su abdomen era plano y marcado con ocho cuadraditos como una tableta de delicioso chocolate. El noto que lo observaba porque juro que vi una sonrisa formarse en su cara, siguió su camino y yo gire mi cabeza para apreciar la vista por detrás. El tatuaje de unas alas negras cubrían la totalidad de su esculpida espalda que brillaba debido al sudor provocado por el entrenamiento, bajando la vista un poco más apareció la razón de su muy merecido apodo.

 

Creo que me quede contemplándolo más de lo políticamente correcto porque él se giró y me volvió a dedicar una sonrisa, pero por la vergüenza de ser atrapada me gire rápidamente y me lleve por delante la gigante rama que un perro estaba arrastrado.

 

Decir que me caí es poco, prácticamente volé como un metro, apoyando mis manos en el piso de asfalto al caer para no darme en la cara ya que no llevaba casco, lo sé es imprudente pero me siento ridícula fuera de la pista con él.

 

El canino siguió su curso y yo me logre sentar fuera de la pista para que nadie me lleve por delante, sentía un leve dolor en el tobillo por lo que decidí inspeccionar un poco sacándome mis rollers, pero cuando estaba a punto de hacerlo unas manos varoniles y firmes atraparon las mías.

 

-No hagas eso, si esta doblado podrías empeorarlo.

 

Levanto mi vista y ahí estaba glúteos de acero observándome. Y recordé el porqué de mi caída poniéndome absolutamente colorada.

 

-Está bien, creo que no es nada –alejo lentamente sus manos para poder liberar mi pie.

 

-Al menos déjame ayudarte –ahora es él quien saca mis manos y comienza a desatar mis cordones, luego me saca mi media e inspecciona mi pie, lo cual se siente sumamente bien.

 

-Deberías de tener más cuidado, te he visto dar vueltas y a veces vas muy rápido.

 

-Esto fue totalmente tu culpa –¡mierda! lo dije en vos alta, el me mira con cara de confusión, y yo decido mostrarme coqueta, no tengo nada que perder, ya sabe que me caí por calenturienta, me atrapo justo comiéndolo con la mirada.

 

-Explícame cómo es que esto es mi culpa

 

 

-No deberías de estar corriendo así –hago un ademan con las manos señalando todo su pectoral desnudo –es una distracción.

 

Se ve que mi comentario le ha gustado porque la leve sonrisa de la cual me estoy empezando a enamorar vuelve aparecer.

 

-Vaya, me siento algo violado ahora.

 

Estoy por decir algo mas y seguir con este coqueteo, pero un cuerpo se para a su lado y noto que es la rubia con lo que lo había visto algunas veces.

 

-Cariño, ¿Qué pasa?

 

Si es su novia, el primer hombre en que me fijo desde Jesse resulta que está tomado.

 

-Estaba ayudando a esta chica que se tropezó, esos es todo –pasa su brazo alrededor de la diminuta cintura de su novia y le da un beso en la mejilla, luego me vuelve a mirar.

 

-Creo que con un poco de hielo bastara, no parece ser nada serio

 

-Gracias por tu ayuda –me guiña un ojo y hace un ademan con la mano a modo de saludo, yo me quedo sentada y lo veo alejarse con ella.

 

Me pongo de pie y hago una rápida inspección de mis heridas, tengo las manos raspadas y un terrible raspón en la rodilla, por suerte nada grave, estos golpes ni siquiera se comparan con los que recibí cuando comencé a practicar el patinaje de contacto.

 

Cuando llego a mi departamento Zoe ya está sentada en su silla devorando el desayuno que Heechul le había preparado. El primer día que Zoe y yo llegamos a este lugar él se ofreció para ayudarme a instalarnos, él vivía en el departamento de al lado y al igual que yo había sufrido la pérdida de un amor, pero mientras que yo no había estado con nadie más el decidido rodar de cama en cama y de hombre en hombre, si Heechul era gay, y era la persona favorita de Zoe en el mundo.

 

-¡¡Mami, mami!! ¡Llegaste! –la pequeña se baja de su silla y corre directamente a hacia mis brazos, pero antes de hacer el salto del koala como le decimos nosotras se percata de mis lastimaduras y su cara se vuele triste.

 

 

-Mami, ¿qué te paso?, estas lastimada.

 

-Me tropecé, eso es todo no te preocupes, le digo acariciando su carita que tanto me recuerda a la de su padre, cada vez que veo esos ojos verdes es como estar viendo a Jesse.

 

-bueno, entonces yo te cuidare, solo siéntate aquí mientras voy a buscar mi maletín me dirige hacia el sofá de la sala y me hace un ademan con sus diminutas manos para que me quede sentada.

 

Heechul sale de la cocina con mi taza de café en la mano como todas la mañanas, dado que él trabaja por las noches como bartender en un bar, por las mañanas me ayuda cuidando a Zoe.

 

-Nena por dios ¿qué te paso en tu rodilla?

 

-Glúteos de acero paso –le digo lanzando un bufido.

 

-¿Qué? ¿Acaso te ataco?

 

-No, todo lo contrario, puedes creer que el maldito se presentó a correr sin remera hoy, y no sabes lo bueno que esta, tendremos que cambiarle el apodo a “adonis” porque con glúteos de acero nos quedamos cortos.

 

-¿Y entonces, como te caíste?, sigo sin entender.

 

-para hacerla corta, digamos que me quede observándolo como la gran babosa que él me provoca ser, y no me di cuenta que un perro estaba pasando con una rama en su boca por lo que me tropecé

 

El se echa a mi lado muerto de la risa.

 

-Y por cierto tiene novia, la rubia con la que lo había visto es su novia.

 

-Claro que tiene novia nena, los chicos como el solo pueden ser dos cosas, unos mujeriegos que andan de mujer en mujer o son de esos que solo tiene ojos para las perras de sus novias.

 

Ambos nos largamos a reír, él tiene toda la razón, le falto el pequeño detalle que por lo general los hombres así de y terminan siendo gay pero según el al mundo le faltan gays, porque siempre anda con los mismos.

 

-Listo mami, ya traje todo –Zoe entra corriendo y se arrodilla en el piso sacando todo lo que necesita de su maletín de primeros auxilios, y al igual que como me

 

ha visto hacer un montón de veces a ella, primero moja un antiséptico en un pedacito de algodón para limpiar la herida mientras que suavemente sopla para que no me arda, luego me coloca una bandita de hello kitty y cuando termina me deposita un suave beso.

-Listo mami.

 

El corazón se me llena de orgullo cuando ella tiene estos pequeños gestos hacia mí, no podría estar más feliz por haberla conservado y rechazar la idea de abortarla como mis padres sugirieron tras la muerte de Jesse.

 

-Gracias mi amor, ya no me duele para nada, ahora es hora de que termines tu desayuno y te vistas para ir a tu primer día en el jardín.

 

-¿Y quién cuidara de Nicanor?- ese hámster solo me trae problemas, pero ella lo amaba y por ahora era la única mascota que podía permitirnos tener

 

-El estará bien, tiene una rueda y un laberinto con el cual entretenerse en tu ausencia así que no te preocupes por él.

 

Taeyeon

 

Salgo de la ducha y observo a mi chica recostada en mi cama, su largo cabello rubio está extendido por toda mi almohada y la satisfacción brilla en sus ojos.

 

Juniel y yo llevamos juntos hace dos años, y es la primer mujer con la que me veo formando una familia, pero cada vez que intento tocar ese terreno ella se echa para atrás, por lo cual he dejado de presionarla. Pero ya estoy rondando los 28 años y las ganas de asentar cabeza y formar una familia me están entrando con mucha fuerza.

 

Solo tengo que darle un poco más de tiempo a Juniel, conozco la razón de su miedo para no comprometerse conmigo, solo tengo que hacerle ver que vale la pena intentarlo.

 

Sé que no soy el hombre que toda mujer sueña a su lado, los chicos tatuados de la manera en la que yo estoy no son el prototipo de hombre que una chica quiere presentar a sus padres, y mucho menos unos que trabaja como tatuador y que además tiene un pub nocturno, pero me va muy bien en mis dos profesiones y gano más de lo que puedo gastar, y ¿mencione que soy luchador libre en mis tiempos libres?, bueno en realidad es un pasatiempo, no es nada profesional, pero soy bastante bueno y me encanta.

 

Por supuesto que Juniel no sabe nada de mi hobby, eso la espantaría del todo, pero anoche cuando encontró mi mascara y vi su cara de horror supe que o lo dejaba o lo mantenía oculta de ella por el resto de mi vida. Tuve que decirle que en la tintorería se habían equivocado y que más tarde iría a devolverlo.

-No me mires así, que todavía estoy enojada contigo.

 

 

 

-Ya te explique que solo estaba ayudando a esa chica, si hubieras visto la manera en la que se cayó también la hubieras ayudado.

 

-Siempre siendo tan buen samaritano tú, sobre todo con el o femenino.

 

 

 

Me acerco gateando sobre su cuerpo hasta quedar cara a cara.

 

 

 

-Nena, para mí solo estas tú, no tengo ojos para nadie más.

 

 

 

La verdad es que aquella chica de la cual estabas hablando me tenía algo intrigado.

 

 

 

La primera vez que la vi, fue un día por la tarde, yo estaba haciendo mi rutina y la vi enseñando a patinar a una pequeña niña de unos cuatro o cinco años, que supongo seria su hermanita, o una sobrina porque ella se ve muy joven como para ser madre, estaba totalmente enfocada en ella, toda su atención se centraba en la niña. Ambas reían sin parar y una vez que la pequeña logro dominar sus patines comenzaron a jugar carreras, las cuales le dejaba ganar.

 

 

 

Era la primera vez que una mujer no me prestaba atención y eso me encanto. Pero mi fascinación no iba llegar más lejos que eso, yo tenía a Juniel a la cual amo con todo mi corazón y ella creo que tiene un novio porque recuerdo haberla visto esa tarde abrazando a un tipo que paso a recogerlas ese mismo día.

 

 

 

-Espero que estés diciendo la verdad, porque te juro que no te perdonaría nunca si me engañaras.

 

 

 

Comenzamos a besarnos nuevamente, el beso comenzó a volverse más intenso encendiendo todos mis sentidos, pero antes de poder llegar a mas el timbre de entrada suena.

 

 

 

-Amor, están llamando a la puerta.

 

 

 

-No espero a nadie, seguramente son los testigos de Jehová. Se cansaran y se irán.

 

 

 

El timbre vuelve a sonar, por lo que ponemos fin a nuestra sesión de besos me coloco unos pantalones y me dirijo a la puerta.

 

 

 

-Sea quien sea será mejor que tenga una buena razón para interrumpirme.

 

 

 

Abro la puerta y me encuentro con un hombre corpulento de color vestido con un traje y un niño pequeño a su lado.