Caminé a casa con la misma lentitud de siempre, escuchando las mismas canciones de siempre ¿qué había pasado hoy? Me sentía diferente, no era algo que pudiera explicar fácilmente.

Llegué a casa y cómo rutina mi madre estaba esperándome con el almuerzo listo.

-¿Estás bien cariño? –preguntó mamá, mientras saboreaba las papas fritas, le asentí con la cabeza.

Miré la pequeña libreta sobre la mesa, aquella que usaba cuando no podía responderle adecuadamente, recordé a Tiff, ¿de verdad prefería adivinar mis gestos? ¿Era posible que existiera alguien así? Comencé a sonreír de un momento a otro recordando cada segundo que estuve con ella; terminé de comer, agarré la libreta y subí a mi habitación.

Abrí las ventanas, me cambié ropa y sobre la cama busqué mi libro, lo tomé con ambas manos y como siempre lo hacía, sentí el aroma de la portada, me encantaba esta historia; pasé los dedos por las páginas buscando aquella dónde estuve leyendo por última vez, pero me detuve en una de las primeras, ya estaba marcada por un pequeño pétalo de flor ¿lo habrá dejado Tiffany ahí? Volví a leer aquella página.

“Entonces como tormenta del momento cuando Alexander volvía al palacio, con el anhelo de encontrar aquella noble dama, la luz de esperanza entre el pueblo de su alma se encendió como bella estrella, indicándole, guiándolo, instruyendo al joven para que su destino le fuese piadoso al momento de cruzar la vista, con Wenn…”

Recordaba aquel párrafo tan latente como siempre, a mi mente llegó el recuerdo cuando Tiff reía sobre la trama del libro, me alegraba que hubiese estado leyéndolo, sus palabras al momento de decírmelo ocultaban agradecimiento por que ese libro estuviera ahí, esperándola para que fuese leído, distrayéndola, olvidándole unos momentos de aquel mundo… ¿por qué odiará tanto a Thalia?

Me distraje leyendo otra vez la misma historia, escuche unos estruendosos golpeteos en la pared de mi habitación ¡¿qué estará haciendo ahora?! Me levanté con una velocidad impresionante salí de mi cuarto y me dirigí a la próxima puerta a la derecha de éste.

Golpee la puerta con fuerza tratando de ahogar el ruido que aquellos golpeteos causaban.

-¿Qué quieres Taengo? – preguntó Isaac abriendo la puerta, mi hermano mayor de 19 años.

Puse mis puños en la frente y abriéndolos hacia adelante con cara de enojo lo golpee en el estómago con delicadeza.

-¡jajaja! Disculpa, disculpa ¿estabas leyendo? –me dirigió una sonrisa ¡hasta que te pusiste hacer ruido!

-No te enojes, el cable de mi computador se trancó y antes que la bebida se cayera sobre él pretendía sacarlo –me indicó que entrara a ver que era verdad- entonces pasó lo que no debía pasar ¡y la maldita bebida cayó! Antes que hiciera un corte eléctrico comencé a jalarlo –puso un puchero ¡pero qué! ¡¡Isaac es un descuidado!!- ¿Me prestas tu pc?- Asentí.

Isaac entró a mi habitación, volví a leer sobre mi cama, ¿dónde me quedé?

-Revisaré mi Facebook y jugaré un poco, gracias pequeña – Isaac volteó sobre la silla de mi escritorio con los audífonos puestos y se introdujo de lleno a su quehacer.

Un par de horas y hasta la cena ya había avanzado unas 60 páginas, con Isaac abandonamos la habitación y fuimos a comer; luego de esto me quedé unos minutos mirando televisión sobré el sofá, hasta que las palabras de mi hermano me desorbitaron.

-Saldré con unos amigos mamá –escuché a Isaac mientras se ponía una chaqueta bajando por las escaleras- Pequeña –me dijo- apagué tu computador y deje ordenado, gracias por prestármelo –me lanzó un beso con las manos- Por cierto…-dijo volteando antes de salir- Antes de revisar mi correo el tuyo estaba en sesión, y creo que tenías uno que decía “Responde luego joder xD”- exclamó divertido.

¿Tiffany? ¡Demonios lo olvidé! Le hice una suave reverencia a Isaac y me fui corriendo a mi habitación, no sin antes de darle un beso en la mejilla como él siempre me exigía, desde que éramos niños solía decirme “Que mi hermana Taeyeon no pueda hablar no quiere decir que no pueda darme besitos de buena suerte” decía que si yo le besaba la mejilla antes de salir su vida sería más feliz en la calle y estaría protegido, él siempre me apoyaba en todo.

Prendí el computador, esperé impaciente que iniciara, vi el correo y como presagio era Tiff.

Abrí el Skype.

Tiffloca dice:

-¿dónde estabas? xD te estuve esperando uwu.

Taeyeon dice:

-disculpa D: mi hermano ocupó el pc y lo olvidé >.<

Tiffloca dice:

-Me olvidaste… ;w;

Taeyeon dice:

-de verdad lo siento ;w; ¿cómo estás?

Tiffloca dice:

-Supongo que bien… luego que me olvidaras aquí en el frío de la lluvia, cómo un perro u.u

Taeyeon dice:

-No exageres xD por cierto quería agradecerte por rescatar mi libro *--*

Tiffloca dice:

-No es nada, estaba bueno :3 lo estuve leyendo y me gustó la historia.

Taeyeon dice:

-¿de veritas? Pensé que te estabas burlando de mí -3-

Tiffloca dice: