-Gracias Seulgi...- Susurró la más alta en la puerta de su departamento -Tenías razón, me hizo bien salir y tomar un poco de aire fresco- Dio una media sonrisa.

-Nos vemos luego Joy~ah- Seulgi sonrió palmando levemente el hombro de Joy y camino directo al elevador. Joy se despidió de ella agitando la mano hasta que la puertas del elevador se cerraron.

La menor entró al departamento lentamente. 

Las fotos seguían ahí, los zapatos de Irene al lado de la puerta también, no había lugar que no le recordará. Suprimiendo las lágrimas, se quito sus propios zapatos dejándolos al lado de los de Irene y entró a la cocina.

Preparó un sencillo sándwich y se sentó en el pequeño comedor observando la silla al frente suyo vacia. Todo sería demasiado duro.

Soltó un suspiro dejando el sándwich a medio comer, sus pensamientos habiendole quitado el apetito. Se reclinó en la silla observando el techo como si en el existiera algo interesante.

Todo se sentía vacío sin Irene.

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Después de casi 40 minutos recostada en la dura silla de madera, él  vibrar de su celular la saco de su trance.

Se soprendio ya que se había olvidado de que si quiera tenía un teléfono y como este seguía con batería.

A regañadientes se levantó de su lugar llendo a la mesa a un lado de la TV tomando el aparato. Era una llamada.

-¿Hola?-

-¿Sooyoung~ah?-

-¿Mamá?- Joy casi se antragantaba con su propia saliva al escuchar la voz de su madre.

-Esto...¿Como estas cariño?- La voz a través del teléfono sonaba preocupada.

-¿Quieres saber?- Respondió con sarcasmo.

-Supe lo que paso con tu prometida  yo solo...queria saber como estabas-

-¿Como crees que he estado eomma?- Dijo riendo amargamente. -Perdí a la mujer de mi vida ¿como diablos crees que lo estoy pasando?-

Su madre no dijo nada.

-¿Como conseguiste mi número a fin de cuentas? ¿por qué te dignaste a llamarme hasta ahora? ¿ahora si te intereso?- 

-Sooyoung por favor...-

-Te hice una pregunta- Joy preguntó firme.

-Joohyun me lo dio- El teléfono casi se le caia de las manos al escuchar aquel nombre. -Ella...vino a casa a hablar con tu padre y conmigo, sobre...casarse contigo. La escuche detenidamente y, sólo accedí, estaba bien con eso. Ella quería que fuera especial para ti, después de que te dieran el trabajo en la película y de la propuesta...íbamos a hablar con ambas, apoyarlas en todo. Realmente lamentó lo que paso Sooyoung, ella era una gran persona, una gran chica, quiero pensar que ella está en un mejor lugar, pero sobre todo...ella está cuidandote desde donde esté y te sigue amando-

La voz de Joy se quebró. Era inimaginable la culpa que sentía. Lo infeliz que ahora era.

-Llamé hasta este momento por que sabía que necesitabas tiempo, Seulgi me dijo que logró que salieras del departamento- 

Joy seguia sollozando.

-Lo lamento Sooyoung. Llamaré más tarde y pasaré a verte mañana junto a tu padre, espero que eso este bien para ti - Dijo suavemente y termino la llamada.

El cuerpo de Joy cayó al suelo lentamente. La más alta se arrincono en una esquina abrazando sus piernas a su pecho mientras las lágrimas seguían y seguían callendo.

Nada debió haber pasado así. 

Si tan sólo hubiera esperado.

Si no le hubiera gritado.

Si la hubiera seguido antes de cruzar la calle.

Si simplemente no hubiera actuado como actuó.

Joohyun seguiría aquí.

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Su mirada se dirigía a la nada. Seguía en el mismo rincón, las lágrimas se habían calmado un poco, ya sus ojos de habían acostumbrado a llorar tanto.

Escucho pasos a través de la sala, se sobresalto por un momento pero aun así ni se inmutó. 

Una silueta con vestido blanco se colocó en frente de ella.

Joy subió la mirada para encontrarse con el rostro de la chica. La pequeña niña se inclinó a la altura de Joy observandola. 

-¿Tu eres Joy?- 

-¿Quien diablos eres tú? - Preguntó arrinconandose más en la pared.

-Me llamó Yeri- Dijo vacilante. -Pediste un deseo en la fuente ¿cierto?- 

-¿De...de qué hablas? ¡Fuera de mi casa ahora!- Joy empujó la niña haciéndola caer sobre su trasero. Joy seguia en el suelo formulando un plan de como salir de ahí.

-Dios, siempre me pasa esto- Yeri se levantó sacudiendo su trasero con la Palma de su mano -Te diré la verdad e iré al grano- Suspiró y de su espalda se desplegaron dos alas blancas que aletearon.

-Debo...estar...-

-No, no estas soñando o imaginando cosas- Yeri la interrumpió. -Son mis alas ¿Sabes a que me refiero con ellas?-

Joy no respondió. 

Yeri puso los ojos en blanco.

-Soy un angel- Dijo sonriendo -Me han enviado contigo, ¿pediste un deseo no es así? He visto como has pasado tus días ultimamente- Su sonrisa disminuyo colocandose de cunclillas frente a Joy de nuevo. -Ella esta bien. La he visto- 

Joy seguia mirándola perpleja.

-¿La...viste?- Yeri asintió. -Pero..es decir, ¿como?-

-No he venido exactamente para eso. Recuerda tu deseo, eso puede hacer que Irene regrese- 

El corazón de Joy comenzó a latir más rítmicamente. 

-¿Pp..puedo hacer que vuelva?- 

La pequeña niña asintió.

-¿Cómo? - Preguntó nuevamente la chica alta levantándose del suelo quitando sus lágrimas con la manga de su suéter.

-No exactamente eso, ¿recuerdas ese deseo que pediste frente a la fuente?-

Joy se paralizó.

-Desee jamás haberla conocido...para que así ella seguiría viva-

Yeri dio una media sonrisa y asintió.

-He venido a ayudarte a cumplir tu deseo. Ese es mi deber..- 

Joy trataba de ahogar el nudo en su garganta de nuevo.

-Pero...¿entonces Ella nunca me conocerá? ¿me olvidaré de ella?- 

-Eso es algo que al final tu decides, se le llama el efecto mariposa. Dejare que vuelvas al pasado a impedir que ambas de conozcan, eso activará el efecto mariposa y tu futuro también. Cuando hayas cumplido tu deseo, es tu decisión preservar tus recuerdos de ella o no-

-Recuerdos...- Susurró Joy, su mente inundandose inmediatamente de ellos.



-Esta bien- Dijo con firmeza. -¿Pero estas segura de que ella volverá y estará bien? ¿Nada malo le pasará?- 

Yeri asintió de nuevo.

-Me encargaré de eso...-

-Ayúdame entonces-