-¿Ahora es algo incomodo verdad?- Dijo la mayor una vez que ambas desearon buenas noches a Seulgi y Wendy y fueron a la habitación.

-No, es solo...¿por qué me lo preguntaste tan de repente?- Dijo Joy sentandose en él borde de la cama Irene siguiendo la acción.

-No perdía nada con intentarlo- Levantó sus hombros dándole una media sonrisa presintiendo que la respuesta de la mujer a su lado seria: No -Debo admitirtelo, tu llamas mucho mi atención, cuando ocurrió lo de la cita... Yo tenia la esperanza de hablar contigo después de que me quitaran él yeso- Se sinceró -Pero en realidad... Nunca tuve él valor de acercarme, cuando lo hacia...tu parecías huir de mi- Él corazón de Joy se achicó al escuchar aquello. -Y se que es...raro, ya que ha pasado mucho tiempo de eso, pero te lo vuelvo a decir, no perdía nada con intentarlo- Sonrió.

Joy la miraba con cierta admiración -Entonces yo no pierdo nada aceptando ¿verdad?- Los ojos de la mayor se iluminaron. -Tu...también llamas mi atencion- Dijo apenas.

La verdad es que te amo.

-¿De verdad?- Joy le asintió. -Bueno...entonces, ¿te gustaría ir a cenar mañana?-

Joy sonrió -Se supone que tu me invitaste a salir, tu debes planear la cita- 

-Cierto- Sonrió de vuelta. -Tendré que planearlo entonces-

La sonrisa de Joy nunca se fue. Pellizco la mejilla de Irene y fue al baño a lavarse los dientes y darse una pequeña ducha, pero cuando salio, Irene estaba dormida.

Joy se coloco en él otro borde dándole la espalda a la mayor. 

No fue hasta alrededor de las 4 de la mañana cuando sintió un cuerpo temblando al lado de ella.

Adormilada observo la luz de la ventana, estaba lloviendo y los truenos eran demasiado fuertes.

Entonces recordó, Irene era extremadamente sensible y asustadiza.

***

-¿Por qué estas tan asustada?- Río Joy 

Habían salido de una cita en él cine cuando comenzó a llover de repente, ambas estaban encerradas dentro de una cabina telefónica.

Otro trueno se escucho y la mayor golpeo mas su cuerpo contra en él de la menor dando un pequeño salto por él susto.

-Esta bien...- Joy le susurró rodeando su cuerpo pequeño con sus brazos -Estoy aquí..- Irene la apretó aun mas enterrando su cara en él hueco del cuello de Joy.

-¿Puedo hacer algo para que dejes de temblar?- Joy volvió a reír. -Pareces un cachorrito- 

Irene se separo mirándola con un puchero. -Solo...me da miedo eso es todos-

-¿Puedo hacer algo?- Repitió con un poco mas de sutileza.

Irene la miró de nuevo, en especial la cercanía con la que estaban.

Era exactamente la tercera cita que tenían después de haberse besado en la sesión de fotos para la Universidad de Joy.

Ambas habían acordado en que ese beso no debió ocurrir, o al menos, no de esa manera, sin embargo ninguna se arrepentía.

Habían decidido conocerse aun mejor, tomar las cosas con calma.

-¿Puedes besarme?-

Joy podía sentir las mariposas aleteando en todo su sistema.

Irene volvió a saltar debido a otro trueno apretando la cintura de Joy.

Sooyoung la separó tomándola de las mejillas que de inmediato se sonrojaron.

-Espero funcione- Le susurró para después cerrar la brecha entre ambas.

Irene sentía sus piernas flaquear. 

Apretó la blusa de Joy contra su mano siguiendo él beso para luego pasarlo a uno mas apasionado quedándose ahí, sin problema de esperar si la lluvia terminara al día siguiente.

***

Un trueno saco a Joy de su trance de recuerdos observando él cuerpo enfrente suyo elevarse al acto.

Tomo un suspiro interno rodeando la cintura de Irene lentamente.

-No te asustes- Irene se estremeció sintiendo él brazo frío de Joy contra su piel -Estoy aquí...-

La mayor relajo su cuerpo poco tiempo después enredando sus manos con las de Joy.

-Gracias, perdón por ser un problema- Rió nerviosa

-Esta bien, para mi no hay problema..- Rió también. - ¿Puedo hacer algo para que te sientas mejor?- 

Irene giro su cuerpo reposando su cabeza en él pecho abrazándola por la cintura también -Se que sera extraño, pero ya lo estas haciendo- Cerró los ojos cuando sintió él aroma de Joy en sus fosas nasales, algo nuevo para ella.

-¿Hablas de abrazarte?- Joy trató de regular su respiración.

Había olvidado lo que era dormir así. Tanto tiempo había pasado desde que había estado con ella, pero esos solo eran recuerdos que ella preservaba a pesar de que ahora, nunca existieron.

Irene asintió contra su pecho -Solo no dejes de hacerlo- 

Joy respiro hondo.

No pienso dejar de hacerlo.