Siempre me pregunte que pasaba entre nosotras. Un día estábamos más cerca que dos guisantes en una vaina y al día siguiente ella no quería ni dirigirme la palabra. Siempre me pregunte que había dentro de su cabeza… estaba demasiada ocupada preguntándome ahora mismo, ¿Como estaba ella cuando yo no estaba a su lado?. Hoy fue el día donde nos quedábamos de alguna manera  sin decirnos nada. La semana pasada había sido estresante, con pruebas en tres de mis asignaturas, proyectos para dos y un ensayo final. Estaba lista para hacer combustión espontánea por el trabajo, pero ahora que Tiffany no estaba hablando conmigo, mis  problemas personales añadieron otra capa de agotamiento. No podía pensar con claridad  al saber que no hablaba conmigo. No me importaba si lo único que saliera de su boca fuera una completa tontería. Sólo la necesitaba y no estaba segura del por qué.

En el almuerzo noté que Tiffany se sentaba con Bora y su multitud de amigos; traté de no sentirme desconcertada por ello y sólo me fui. Incluso, si mi odio por Bora se estaba construyendo inexplicablemente no estaba en posición de decirle a Tiffany con quien debería juntarse y con quién no. Pareció que se la estaba pasando bien, sonriendo y todo eso, así que simplemente no quise que mi presencia la molestara. No podía competir con la persona que le proporcionaba lo que ella quería, cuando yo solo iba a arruinar su diversión. Muy pocas personas salieron durante el almuerzo así que solo me quede sola detrás de la escuela. Terminé la pequeña tarea que me asignaron a partir de mis tres primeros períodos pero todavía tenía 15 minutos libres. Puse en función  mi iPod, queriendo escuchar un poco de música, pero la música me recordaba a Tiffany. Atascada en la música. Empujé mi iPod en mi bolsillo y me apoyé contra mi mochila. Mis ojos se dirigieron  hacia arriba, pero no estaba segura de que exactamente ver. ¿Por qué estaba tan preocupada por nuestra relación? ¿Por qué debía preocuparme? Pero sé exactamente de lo qué tengo tanto miedo, tengo miedo de perderla.

A veces piense que el tiempo sabe cómo me siento. O  tal vez, Dios llora por mí cuando yo soy incapaz de hacerlo. Esta mañana era brillante, pero conforme avanzo el día  la luz se volvió gris y cuando finalmente termino la escuela se cubrió completamente de lluvia. “Esto es lo que me saco por  pensar que hoy sería un buen día”, me quejé hacia los cielos interiormente. Mordía mis labios mientras la lluvia seguía azotando mientras me quede sin techo, estaba de pie bajo el área descubierta. Mis padres estarían probablemente en el trabajo por eso siempre caminaba a casa, pero siempre que llovía, llevaba mi sweatshirt. Por no mencionar que no tenía teléfono. Bien, Jodida Mierda.

“¿A tu casa, TaeTae?” Volví mi cabeza y levanté una ceja viendo a Tiffany que llevaba un paraguas con una sonrisa. Cómo  podía simplemente acercar así y hablarme como cualquier otro día, nunca lo sabría. Su confianza, su certeza, sus emociones nunca las entendería tampoco. Otra vez me abandoné haciéndome preguntas en cuestión de segundos. ¿Qué me está pasando? ¿Por qué soy tan aturdida por ti tan de repente?

“Sí.” Y cómo parecía que siempre estaba de acuerdo con ella, no podía entenderlo. Las dos caminamos bajo su paraguas, en un silencio cómodo. Una parte de mí se alegró de que nada hubiera cambiado, pero la otra parte se disgustó con lo fácil que  la había aceptado. Lamento que mi corazón no fuera más fuerte, lamento que no pudiera mantener un poco de coraje al menos una vez.

“¿Estan Jiwoong y Hayeon a casa?” preguntó con mi casa haciéndose visible a lo largo de la acera. Necesite de un momento para procesar su pregunta.

“Probablemente Hayeon no este, pero estoy segura que Jiwoong si esta”, mascullé.

“¿Por qué sale tu hermana sale más seguido que tu hermano mayor?” Tiffany sonrió con satisfacción y me encogí de hombros.

“Jiwoong y yo somos  gente  rara”, le dije y se rio. De alguna forma, Hayeon y Tiffany eran muy similares. Ambas eran chicas-admirables, fácilmente sociables, locas, enamoradas de cada flor de chico que venían, (a veces) violentas, y muchas otras cosas más. Cuando conocí a Tiffany era horriblemente similar a mi pequeña hermana, tenían tanto en común con ella. Me asusto. Por otro lado, mi hermano mayor y yo éramos lo opuesto a los demás. Ambos éramos  tranquilos, raros al principio, extraños en el interior, calmados, difícil de impresionar, etc. Tiffany y yo llegamos a casa con sólo gotitas en nuestras caras. Nuestras mochilas y zapatos estaban empapados. Llegamos a la puerta quitándonos nuestras cosas y dejándolas en ese lugar.

“¡Taeyeon! ¿Estás en casa?” Jiwoong llamó desde arriba.

“¡Sí! ¡Tiffany está aquí también!” Añadí y escuche  ruidos sordos. Desde la primera vez que traje a Tiffany a casa, Jiwoong  adoró a Tiffany. Dijo que no le gustaba ella románticamente, pero que le parecia otra hermana serena. Pronto, mi hermano mayor estaba en la cocina con nosotras.

“¡Hey niñas!” sonrió abiertamente e hice rodar mis ojos.

“Oye Ji, ¿