Capitulo 1

Habitación 72

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[Tiffany]

Una hoja tras otra, revisaba los informes de la paciente en estado crítico.

¿Cómo se podía empeorar tanto en un par de horas? No había forma de salvarla. Sus pulmones estaban encharcados, tenía hemorragia cerebral y su cuerpo no respondía a ninguno de los tratamientos que le poníamos. 'Lee Yumin' ponía en la casilla de nombre. Bueno Yumin ahora sólo puedes luchar tú.

Bebí un sorbo de café, llenando algunos formularios y devanándome los sesos para que aquella mujer se salvase, pero no había forma. Odiaba cuando no podía hacer nada, odiaba cuando simplemente se iban sin intentar siquiera quedarse aquí. Su cuerpo lo rechazaba todo.

-Doctora Hwang. —Levanté la cabeza y era Junsu, uno de los enfermeros. Rubio de ojos cafés, bastante adorable a decir verdad. —Tiene que hacer una visita a una paciente del doctor Park. —Asentí mirándolo. —Habitación 72.

Me levanté y me quité las gafas caminando con el enfermero a lo largo de todo el pasillo. Las luces parpadeaban y se veían esas caras largas de preocupación en todos ellos, algunos apunto de llorar y otros con los ojos enrojecidos indicando que acababan de hacerlo.

Cuando llegamos, el enfermero me dio los informes del doctor Park y abrió la puerta dejando que yo entrase. Era una chica, rubia de piel pálida que yacía en la cama.

-Bueno... Vamos a ver cómo te llamas. —Pasé una de las páginas y leí. — Kim Taeyeon. —Alcé las cejas porque su nombre era muy bonito. —Un nombre precioso. —Seguí leyendo un poco más. —Estás en coma desde hace tres semanas... ¿Qué te pasó, cielo? — Pregunté en voz baja buscando por el informe de Park. —Ajá… Accidente en moto. —Hice una mueca porque aquellas cosas solían ser bastante peliagudas.

La habitación estaba oscura, sólo con la luz artificial. Estábamos en Seúl y el sol primaba aquí. Abrí la ventana dejando que entrase un poco de aire fresco. —Así estarás mejor, ¿verdad? —Me senté en la cama mirando a la chica.

No era una chica normal, era... Era preciosa. Tenía el mentón fino y recto, casi cincelado. Su nariz no era totalmente recta, pero eso hacía que fuese natural. Sus labios estaban secos, pero se podía apreciar lo carnosos que eran cuando estaban húmedos.

Escuché algunos suspiros, cosa que era buena señal.

-Te ha gustado sentir el aire fresco, ¿uh? —Sonreí con ternura, viendo al enfermero aparecer de nuevo por la puerta.

-¿Qué le parece? —Señaló a la chica con la barbilla y yo la miré ladeando la cabeza.

-Chica joven, accidente en moto... ¿Ha venido alguien a verla en este tiempo? —Cogí de nuevo los informes frunciendo el ceño, repasando todas las lesiones que Taeyeon había sufrido.

-Uh... Sí, sus padres y sus hermanos.

-¿Y ha respondido a ellos con algún tipo de estímulo? Suspiros, quejidos, espasmos en los dedos... -Los familiares solían alarmarse cuando el paciente en coma hacía esas cosas y avisaban a los enfermeros.

-No, no ha respondido a nada.

-¿Estás seguro? —Volví a preguntar, anotando algunas cosas.

-Totalmente. He estado pendiente de ella durante tres semanas. —Asintió él y me quedé con la carpeta en la mano.

-Bueno, pues acaba de suspirar cuando he llegado. —Sonreí feliz metiéndome el boli en el bolsillo y me dirigí hacia la puerta. —Vámonos, debe descansar. Dile al doctor Park que yo me encargo de esto.

Llegué a la cafetería del hospital y casi me tiro en la silla al lado de Sooyoung y Sunny. Esta última llevaba el uniforme de enfermera con un estampado bastante divertido ya que trabajaba en la parte de pediatría.

-Me encanta tu uniforme de hoy Sunny. Es muy tú. —Asentí abriendo la bandeja de comida precocinada del comedor.

-Tú también eres muy tú con ese pin de fresa en la bata. —Señaló con el tenedor y no pude contener la risa. Sooyoung era una de las recepcionistas que literalmente lo sabía todo en aquél hospital.

-¿Dónde estabas? —Preguntó Soo con el ceño fruncido. Tenía el uniforme azul de manga corta.

-Me han pasado a una paciente del doctor Park. Me demoré un poco más, sólo eso. —No le di importancia y removí la salsa de los macarrones mientras Sunny se bebía un zumo de naranja de la pajita.

-¿Quién era? —

-Kim Taeyeon. Tres semanas en coma y cuadro clínico que apuntaba a la muerte. Pero ahí sigue, aunque no daba signos de respuesta la he escuchado suspirar. Además, es... Preciosa. —Suspiré riendo, y Sooyoung me dio un golpe en el brazo con el ceño fruncido.

-Taeyeon... Taeyeon... Taeyeon. Oh sí, mierda. Llegó hace tres semanas sí, os juro que no creía que saliese viva. Cuando llegó aquí parecía que la habían cortado como a los kebabs. Era carne picada. —Fruncí el ceño y negué mientras comía lentamente. Estaba mucho mejor, sólo tenía varias heridas en los brazos, una en su pómulo, hematomas y fracturas en la pierna.

-Sooyoung estamos comiendo. —Le reprochó Sunny con una cara de asco infinito.

-Oh, es verdad que tú eres la que trabaja con los niños.

Y las tres nos reímos a la vez. Aunque yo no dejaba de pensar en Taeyeon. Aquella chica me había dejado algo impactada. Al igual que Yumin iba a morir en menos de un día, esa chica no se rendía y llevaba tres semanas luchando por su vida.

Me acerqué de nuevo a la habitación y cerré la puerta viendo a Taeyeon tumbada.

-¿Quieres ver la tele? —Pregunté esperando algún estímulo pero ella no respondía. —La pondré, las tardes aquí son aburridas ¿sabes? Sólo te tengo a ti. —Sonreí sentándome en el sillón de al lado, encendiéndola. Puse canales y Taeyeon no dijo nada, así varias cadenas hasta que paré en uno en el que estaban reponiendo un capítulo de Juego de Tronos. En ese momento Taeyeon soltó un suspiro que me hizo reír. -¿Te gusta esto? —Lo dejé puesto. Ella se quedó en silencio toda la tarde mientras yo observaba el capítulo.

Al día siguiente volví y esa vez simplemente me puse a leer a su lado. Como le dije el día anterior, las tardes en el hospital eran aburridas y Taeyeon de alguna manera me transmitía esa tranquilidad. Leí un trozo de "El Diario de Noa" en alto, en voz suave para que me escuchase bien.

-"El mejor tipo de amor es el que despierta el alma y hace buscar más, que planta un fuego en el corazón y trae paz a la mente. Eso es lo que tú me has dado y lo que yo espero darte para siempre."

Taeyeon soltó un quejido de sus labios y reí acariciándole con un toque suave la mejilla.

-¿No te gusta? Mira, esto es mejor. —Me aclaré un poco la voz. —"Les costaba ponerse de acuerdo. De hecho, rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo y se desafiaban todos los días. Pero a pesar de sus diferencias tenían algo importante en común: estaban locos el uno por el otro."

Y Taeyeon suspiró en modo de aprobación.

Al día siguiente, las chicas libraban así que decidí comer en la habitación de Taeyeon sólo por hacerle compañía. Me comí la pasta mientras veía una reposición de la serie a la que me había enganchado por culpa suya, cada vez que pasaba por aquel canal ella suspiraba, me parecía gracioso y a la vez rematadamente tierno.

Terminé el plato de verduras dejándolo en la bandeja para sentarme en la cama junto a las piernas de Taeyeon. Tomé su mano y puse el pulgar justo donde estaba su pulso, e iba acelerado.

-Eh, ¿qué ocurre? —Acaricié suavemente su mano pasando la yema de los dedos por la palma de esta. Era suave y tersa, agradable al tacto. En aquél momento los dedos de Taeyeon se aferraron a mi mano y empezó a toser, abriendo los ojos para mirarme desconcertada. Me levanté y me puse el fonendoscopio en las orejas escuchando por primera vez la voz de Taeyeon.

-Agua... —Pedía con la voz totalmente ronca y me hizo sonreír.

-Ahora te doy agua corazón. —Le abrí la camisa del pijama y comencé a auscultarla con detenimiento. Su ritmo seguía igual que antes y estaba totalmente bien. Cogí un vaso con agua y le puse una pajita acercándoselo a la boca para que pudiera beber.

-¿Tiffany? —Taeyeon habló y asentí.

-¿Me recuerdas? —Reí un poco y le peiné el pelo a un lado ladeando la cabeza para observar a la chica que estaba debajo de mí.

-Escuchaba tu voz.

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Pasaron unos meses tras aquello en los que no volví a saber nada de Taeyeon, aunque me apenaba, seguí con mi vida. Informes, formularios, pacientes que entran y salen, pero ninguno me llegó tanto como ella.

Eran las doce de la mañana y las visitas de niños habían terminado, pero como era viernes era totalmente libre. Me quité la bata y la puse en el perchero de la consulta escuchando tres toques en la puerta. Suspiré porque como fuese otra madre preguntando por qué su hijo se mordía las uñas, iba a matar a alguien. Abrí la puerta y mi rostro cambió por completo.

Pelo liso, rubio y brillante cayendo por sus hombros. Una americana encima de una camisa blanca, zapatillas de deporte y unos pantalones un poco holgados.

-Taeyeon... —Me quedé sin aliento porque era la fantasía ual de cualquier persona.

-Doctora Hwang. —Esbozó una sonrisa y mis ojos se fijaron directamente en sus labios. Dios era tan y y yo con un simple vestido corto blanco.

-Creí que ya me habías olvidado. —Sonreí y ella negó sin borrar aquella sonrisa de su rostro.

-Sólo estaba esperando a recuperarme para verte y agradecerte lo que hiciste por mí. ¿Interrumpo alguna consulta? —Negué mirándola, cogiendo mi bolso y colgándomelo en el brazo.

-No, de hecho ya he terminado por hoy.

-Bien, porque iba a invitarte a comer.

Taeyeon conducía un Porsche pero no sabría decir qué tipo porque de coches sabía poco. Sin querer me quedé observándola mientras conducía y no quería eso. Tenía el gesto serio, impasible, concentrada. Su mirada fija en la carretera y a veces su mano cambiaba de marcha con la palanca. ¿Podía haber algo más y que aquella mujer conduciendo?

-¿Y cuántos años tienes? —Preguntó y me aclaré la garganta.

-Veintiséis. ¿Y tú? —Me atreví a preguntar. Movió el volante con las manos hasta aparcarlo frente al restaurante. Gire la cabeza y tenía una gran cristalera desde la que se podía ver un restaurante de alta cocina, yo ni sabía que era eso, ¡comía bandejas precocinadas!

-Veintisiete. —Arqueó una sonrisa que me hizo sentir cosas que no debía porque había sido mi paciente. Pero en teoría ahora no era nada, era una chica que me había sacado a comer.

Entramos en el restaurante y me senté frente a Taeyeon con las manos en el regazo intentando no desencajar allí.

-¿Segura que puedes permitirte esto? No hice nada para que me lo agradezcas así. —Dije en voz baja y Taeyeon me miró a los ojos de forma penetrante.

-No me conoces, ¿verdad? —Negué lentamente.

-¿Conoces la cadena de hoteles Butterfly? —Asentí lentamente. El camarero fue a echarle vino en la copa pero esta puso la mano para que parase sin dejar de mirarme. —Bueno, ya conoces a su dueña. —Sonrió girándose al chico, eligiendo vino blanco para aquella ocasión. Abrí los ojos mirándome las manos intentando encajar aquello.

-Yo soy una simple doctora en comparación... —Reí porque sonaba absurda diciéndole aquello a la dueña de los hoteles que se habían extendido por todo el mundo como la pólvora.

-No deberías decir eso. En ese caso, yo soy una simple empresaria. Tú me salvaste la vida. —Taeyeon puso las manos encima de la mesa enlazándolas entre sí. —Además, cuando me desperté no esperé que mi doctora fuera preciosa, ¿sabes? —Tomó un sorbo de vino y la comida llegó. Mis mejillas se pusieron del color de la carne que había en mi plato.

-Yo no te salvé la vida, estaba allí cuando te despertaste. —Me encogí de hombros dándole un bocado al carpaccio de ternera que tenía sobre la mesa.

-¿De verdad crees que no escuché nada de lo que me decías? Lo recuerdo todo, recuerdo tu voz y como me animabas siempre a seguir intentándolo. Podía sentir tus manos, podía... Sentir que estaba allí contigo y que podía conversar aunque sólo fuese con suspiros o quejidos. —Sonreí porque Taeyeon me estaban diciendo cosas que jamás me habían dicho. Ni la estúpida de mi ex novia, ni las tías con las que salí en la universidad.

-Es muy dulce de tu parte. Sólo hice mi trabajo. Tú luchabas por no irte y yo sólo te di un empujón para que volvieses. —Bebí un poco de vino para volver a comer algo de aquél carpaccio que me estaba deleitando el paladar.

-¿Cómo estaría aquí si no hubieses estado tú para darme el empujón? —Me quedé en silencio y seguí comiendo hasta que tragué, negando.

-No lo sé. —Dije en voz baja, cruzando las manos encima de la mesa.

-Vale, sólo... Déjame recompensarte como yo quiera. Mi novia está fuera de la ciudad por unos días, -Eso dolió más que nada en el mundo- y doy una fiesta en mi casa mañana por la noche. Champán, sushi, canapés de salmón, lo que desees, pero ven.

Me mordí el labio mirando a Taeyeon que me cogía las manos por encima de la mesa. Tenía novia, tenía una maldita novia. ¿Cómo no lo había supuesto? Tiffany, piensa. Es y, guapa, lista, hermosa, amable, tierna,provocativa, RICA. No podía estar soltera de ninguna forma, pero, tenía ganas de salir, además su novia, la maldita novia no estaba.

-Está bien. —Di como respuesta, ella sonrió y se quedó mirando su plato haciendo una mueca.

-¿Te apetece McDonalds?

Acabamos en un Porsche viendo el paisaje mientras nos comíamos un Big Mac. Taeyeon tenía la risa más contagiosa del mundo y yo no podía parar de reírme. La verdad es que aquél carpaccio estaba bueno pero sólo me había dado para empapelar las paredes de mi estómago.

La rubia dio un bocado enorme al Big Mac manchándose las mejillas de salsa. Se había quitado la americana y llevaba la camisa blanca dentro del pantalón, sin descartar que probablemente le encantaban los minions ya que se pasó casi 20 minutos hablándole sobre la nueva película y eso se le hizo tierno.

-Así que dime, ¿tienes novio? —Preguntó en voz muy baja mientras se comía una patata a mordisquitos y me miraba de soslayo.

-No. —Respondí contundente. —Me gustan las chicas. —Aclaré escuchando toser a Taeyeon que se había atragantado con la patata. —Eh, eh, cielo toma. —Le acerqué el vaso con la pajita y reí. Aquella escena me era familiar a la de hacía unos meses.

-Vuelves a salvarme la vida, ¿eh? —Rio ella mirándome a los ojos. Nos quedamos en silencio un momento hasta que por fin habló. -¿Puedo decirte algo? —Asentí lentamente. —Eres preciosa. Pero, eres… Preciosa. Es decir... No necesitas maquillaje para ser preciosa porque lo eres sin más.

Me limité a sentir la calidez que se instalaba en mis mejillas y por consiguiente debía estar roja como el sobre de kétchup que estaba justo encima de la bolsa.

-Gracias. —Susurré mordisqueando la patata algo tímida.

-No te lo dicen mucho por lo que veo. —Dio otro mordisco a su hamburguesa y seguía con la boca entera manchada de salsa.

-Taeyeon... Tienes toda la boca manchada de salsa. —La señalé y comencé a reírme porque parecía un payaso. En cuanto se limpió se giró encima de mí y comenzó a hacerme cosquillas.

-¿¡De qué te ríes tú!? ¿¡Eh!? —Me decía sonriendo mientras yo no podía contenerme más y me retorcía en mi sitio casi llorando de la risa.

-¡Taeyeon para! —Soltaba carcajadas apretando sus hombros para que se separase. -¡Taeyeon! —Seguía riéndome hasta que paró .Nos miramos a los ojos agitadas, bastante cerca la una de la otra. Con ella encima podía observar cómo sus labios estaban húmedos y su aliento salía de su boca inestable, al igual que el mío.

-¿Me crees cuando te digo que eres preciosa? —Preguntó con la respiración agitada, pegada a mí sin distanciarse un momento.

-Te creo.

 

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Comments

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Skyth06
#1
Chapter 4: Ya es 2018
_MAX_KWON_JUNG_
#2
Chapter 4: CUANDO ACTUALIZARA DE NUEVO ESTA HISTORIA
welovetae #3
Chapter 4: Me he leido los 4 capitulos y debo decir que me encanta, continuala
taeyeon_es_mi_macho #4
Chapter 4: vamos, actualiza
liketaeyeon #5
Chapter 4: Taeyeon es una ertida jajaja
liketaeyeon #6
Chapter 4: Taeyeon es una ertida jajaja
lola_lola #7
Chapter 4: Cuando actualizas? esta super no demores
taeyeon_es_mi_macho #8
Chapter 4: Me encanta, continua por fa
ailyn2111 #9
Chapter 4: Taeyeon es tan divertida y ertida sigueeee
kimtaeyeon159 #10
Chapter 4: Oh, esta hermoso, me gusta cuando Taeyeon es toda ertida con Tiffany. Actualiza pronto