Cuando llegamos a mi casa me fui directo a la cocina a preparar café.

La temperatura estaba bajando rápidamente Baekhyun y yo nos estábamos congelando.

-¿Y tus padres? – me pregunto entrando conmigo a la cocina.

-Se fueron a la casa de mi abuela

-Huy ¿entonces nos podemos portar mal? –  dijo sonriendo maliciosamente

-Sabes que no funcionaría –sonreí

-Lo sé, lo sé. No me funciona contigo –  dijo riéndose

Nos sentamos en la barra de la cocina a beber nuestro café.

-Sabes que no estoy de acuerdo con esto

-Baekhyun, sabes que no me gustan los hombres  –  dije burlonamente.

-No hablo de eso tonta. Me refiero a Hwang

-Lo sé –  dije sin voltear a verlo

-Eres mejor que esto Taeyeon, no puedo creer lo que estás haciendo. No eres mejor que ella.

¡Auch! Entonces si lo mire con una expresión entre interrogante y molesta.

-¿Porque me dices esto? – pregunte un poco enfadada.

-porque es la verdad, estás haciendo lo mismo que ella.

-Pero Baekhyun no puedo perm…

-Nada… No vas a sacar nada de esto más que devaluarte como persona y no quería que siguieras sin antes decírtelo

-¿La estas defendiendo?- era el colmo ahora si estaba molesta.

-No Taeyeon, te estoy defendiendo a ti.

No sabía que responder a eso.

La seguridad y las ganas de venganza se estaban disipando, pero sabía que tenía que ser firme o Tiffany Hwang me destrozaría.

-Te quejabas de lo bruja que se portaba contigo, pero estas igual y aparte ¡estas convirtiendo tu ualidad en un circo!

-Lo sé, pero ¿ahora qué hago Baekhyun?, no me puedo echar para atrás, yo propicie esto

-Lo sé, solo no seas tan perra con ella

-¡pero se lo merece!

-Lo sé, pero si vas a ser su verdugo, entonces no eres la chica que conocí. Creo que ahora te prefiero con los nudos en el cabello –  dijo antes de soltarse a reír.

Y entonces comencé a dudar.

Tiffany se lo merecía, eso estaba claro.

Pero Baekhyun tenía razón me estaba volviendo igual a ella, en cierta forma.

-Sigo aquí  –  dije dejando mi taza sobre la barra.

-Lo sé, por eso te lo dije

-Pero no puedo dejar esto a medias, entiéndelo; mi orgullo está de por medio

-Hay Taeyeon, te vas a lastimar tu misma.

A la mañana siguiente cuando desperté estaba lloviendo.

Hacía mucho frío como el día anterior.

Me encantaba ver las gotas de lluvia recorrer el cristal de mi ventana.

Me senté sobre el baúl debajo de esta y saque un cigarrillo.

Tenía mucho tiempo que no fumaba.

¿De verdad deseaba hacerla sentir así?

Yo había pasado por lo mismo y sabía lo que se sentía estar sola.

 Alguna vez la quise mucho, ella me había hecho sonreír, y había sentido lo mismo que yo hacia la misma persona.

¿Qué hubiera pasado si Jessica se hubiera enamorado de Tiffany?

¿Hubiera reaccionado igual que ella? O ¿me hubiera hecho a un lado para que fueran felices?

Me conozco y sé que hubiera agarrado a patadas lo primero que tuviera enfrente pero de ahí a hacerle la vida imposible a Tiffany… no lo sé.

Luego estaba el beso que nos habíamos dado; por alguna razón no salía de mi cabeza la sensación de sus labios; suave, dulce, y tierna.

Y estaba esa forma en la que se me erizaban los bellos de la nuca; ¿acaso me estaba enamorado de ella? No, no, no, eso no podía pasar.

Era inimaginable.

Pero no pude evitar que las dudas llegaran.

Después de unos minutos me apresure a ponerme el uniforme y salí casi corriendo de casa para recoger a Tiffany.

Camino a su casa me sorprendí de los pocos autos con los que me crucé.

Estuve quince minutos esperando a que saliera, pero no lo hacía.

Le marque con el celular e intente calentarme las manos frotándolas.

-¿Hola?-contesto la voz dulce de Tiffany

-¿Dónde estás? ¿Te estoy esperando?

-¿Estas afuera?

-Obvio

-¿Estás loca?, está haciendo un frío endemoniado, entra

La reja se abrió y encendí de nuevo el auto.

La calefacción estaba a todo lo que daba y aun así tenía frío.

Lentamente comenzaron a caer copos de nieve sobre el parabrisas del auto.

-Maldición- dije ya estaba empezando mi malhumor y el frio no ayudaba

Me estacione frente a la entrada de su casa.

Ella salió y me hizo señas de que entrara.

Se veía graciosa con su pijama rosa de ositos.

Salí del auto