Capítulo Diecisiete
¿Casualidad o destino?
Tiffany POV
••• Al teléfono •••
— No Jessica, aún no se a dónde me llevará
— Debe ser algo especial, parece que Yuri sabe algo pero no me ha querido decir, para mi que se te va a declarar
¿Declarar? Ojalá así sea, no supe cuanto tiempo me perdí en mis pensamientos
— ¡Tiffany! ¿sigues ahí?
— ¿Eh? Sí, perdona. ¿qué decías?
— Eres un caso perdido, como sea, suerte en tu cita. Creo que Yuri acaba de llegar
— No iertan a Prince
— Yah, Fany, nos vemos
--- FIN DE LA LLAMADA ---
Miré el reloj sobre la pared dandome cuenta de que faltaba una hora para que Taeyeon llegara por mi.
— Rayos, tengo que apurarme.
Después de unos minutos -bastantes en realidad- terminé decidiendome por un vestido blanco con detalles plateados que se ajustaba muy bien a mi cuerpo y lo acompañe con unas zapatillas de tacón alto que hacían ver mis piernas más largas.
De peinado había pensado dejarlo suelto pero termine recogiendolo y deje un par de mechones que le daban un aspecto más fresco.
Faltaban 5 minutos, decidí usar un maquillaje más natural, sólo use un poco de delineador y rimel para los ojos y un labial rosa claro en mis labios.
Miré el reloj por última vez, eran las ocho, escuché el auto de Taeyeon llegar, así que tome mi bolso y salí a su encuentro.
Después de lanzarnos algunos cumplidos subimos al auto, a Taeyeon se le ocurrió decirme que hoy talvez no llegaría a casa, por suerte había dejado a Prince con Jessica. Mi mente necesitada de sentir a Taeyeon tomó sus palabras en un sentido más ertido provocando un sonrojo causando la burla de Taeyeon.
El resto del camino traté de convencerla de que me dijera a donde íbamos pero fracase en el intento.
Parece que llegamos, se ve agradable el lugar.
— Cenaremos aqui?
— Espero te guste el menú de hoy, ¿vamos?
Me ofreció su mano y entramos al lugar, inmediatamente un joven se acerco a recibirnos y nos guió al segundo piso donde estaba la terraza.
— Esta hermoso Taeyeon
El lugar era realmente encantador, el espacio era amplio y el cielo se veía especialmente brillante.
Note que había una mesa un poco separada del resto, supuse que era la nuestra, aunque igual ninguna de esta área estaba ocupada.
Nuestra mesa estaba adornada con un mantel blanco con detalles de color guinda y había unas velas sobre ella. Tomamos asiento y el joven que nos había recibido no tardo en llegar con la comida y vino.
— Es de mi reserva favorita, espero sea de tu agrado
Tae sirvió vino en ambas copas, realmente tenía un buen gusto en vinos.
La cena tra
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