Little death

The Guardian: heart sigh (Suspiro de corazón)

El susurro de las aves no detenían a TaeYeon en su puntería, un círculo tachado en la corteza de un árbol hacía que el suspenso aumentara aún más, la navaja viajaba con velocidad hasta enterrarse en la dura y firme madera, aquel proceso se repetía cada mañana, cada domingo pero éste era diferente, este día TaeYeon cumplía dieciocho años. Se detuvo a pensar en lo que ocurrió hace dieciséis años atrás, lo peor de aquello era que no recordaba nada, no sabía si lo que decía su padre era cierto, o las imágenes que tenía en su mente era una mera fantasía, porque sí, ahí las fantasías eran diferentes. Con firmeza, apretó el mango del pequeño cuchillo y con algo de furia, lo empuñó para lanzarlo.

—¿Y qué harás después? ¿Mh? ¿Pedirle perdón como cada año al árbol?— vociferó un hombre canoso y robusto que se asomaba por detrás.

La mano de Tae se iba relajando de apoco, esa voz era su freno, su tope, la única persona que podía detener sus arranques de furia. Scar se acercó con cuidado mientras posaba una de sus manos en el hombro de su hija en forma de aliento.

—TaeYeon… creo que debes salir de casa hoy ¿Por qué no vas a dar una vuelta?— Scar era un padre intachable en el ámbito de la crianza hacia su hija, realmente le inculcó la mayoría de sus valores.

Su hija simplemente aceptó, un suspiro ahogado salió de sus cerezos mientras la navaja caía al suelo. Aquella imagen siempre se repetía, cada año y cada vez peor. El sol yacía arriba de su cabeza, y su mirada se perdía en las cortezas de los árboles que le enseñaban el camino hacia una laguna; era maravilloso como unos pequeños detalles te podían llevar al mismo infierno y paraíso en cosa de segundos, para cualquier inexperto en bosques, el quedarse una noche ahí sería su perdición. La brisa tambaleaba el cabello largo de TaeYeon, aquello era un relajo total para su persona, como si su alma se conectara con las raíces de los árboles y pudiera absorber todas sus vitaminas, la energía. No demoró en llegar al lado, el sol de a poco comenzaba a descender, aunque aún calentaba lo suficiente como para mantener el agua caliente. Su mano tanteó el agua y ante una desaprobación en su rostro, se acostó en la orilla y cerró sus ojos.

Palacio Jung.

—...Entonces deberás saludar a los invitados, tendrás que caminar hacia la derecha y así poder recibir a los príncipes que vendrán… ¿Me estás escuchando, Jessica?— La voz de su padre entraba y salía por uno de sus oídos, no estaba pendiente y tampoco quería estarlo. Su mente navegaba en un sin fin de imágenes, soñadora como ella sola.

—Claro, padre. ¿Qué clase de persona sería si no te estuviese escuchando, mh?— comentó con una cierta delicadeza, sabía mentir bien, o eso creía ella. —Por ahora me debo retirar, vendré a la cena sin falta.— realizó una leve inclinación y salió de aquella gran habitación.



 


Su mente se encontraba en otro lugar, hace poco había escuchado a su madre hablar del bosque encantado, pese a que había escuchado historias en cuentos de niños, no sabía si eran verdaderas, tenía curiosidad. La sonrisa traviesa de una niña se podía notar en su rostro, y su guardiana sabía lo que eso significaba… otra escapada del palacio.

 

—S-su majestad… ¿Está segura que quiere hacerlo hoy? Podemos esperar hasta el lunes, no es necesario ir hoy, además, es peligroso.— respondió Yuri ante la pregunta inexistente.

 

—¿Desde cuándo un guardián del palacio tiene miedo de ir al bosque encantado, mh? Creo que tendré que decirle a papá que me busque a otro...— murmuró sin siquiera mirarla. Jessica sabía lo que hacía, y en cierta manera, sólo lo hacía para provocar a su guardián.

No hubo respuesta alguna por parte de la servidumbre, pero no sólo Yuri se encontraba siguiendo a Jessica, Tiffany se encontraba a su lado, ésta con un aspecto más informal y cómodo que la morena y alta; quién cabe destacar que lucía una especia de armadura negra y unas armas por detrás de su espalda.

—Entonces, haremos esto.— Jessica habló mientras se sentaba sobre su cama. Tiffany sin decir palabra alguna, se quedó cerca de la morena. —Iremos las tres.—asintió con su cabeza, tal cuál princesa con un berrinche, cruzó sus brazos.

—¿Qué?— Aquella palabra se escuchó en unísono por parte de la servidumbre. ¿Por qué querría a una curandera y a una… bueno, a la morena la quería para otros fines además de cuidarla.

—Y nos iremos pronto, le prometí a papá que llegaré a cenar, ya que quiere planear mi boda y…— el hilo de su voz se hacía notar. Yuri intentó acercarse, pero Tiffany la detuvo; y hacía bien. —Así que prepárense, nos iremos en unas horas más, no quiero objeción alguna y no quiero que alguien se entere de esto… Castigan a todas o a ninguna.— comentó triunfante, aunque sabían que no podían castigar a una princesa, las hermanas Kwon debían admitir que era divertido hacer todo eso a escondidas.

 

Las horas habían pasado, el sol estaba poco a poco acercándose a su fin, no obstante, podía seguir iluminando la tierra por varias horas más sin que la noche consumiera el reino. Tiffany sería el distractor principal, había una salida justo en la cocina y como ella siempre pasaba ahí en busca de hierbas y aceites, era perfecta para realizar una distracción mientras las dos chicas salían por el largo antro hasta el exterior.

—Oh, sólo necesito estos aceites, la reina pidió unos cuantos masajes y me falta un poco de hiedra, así que iré por ella en unos minutos más ¿No encargarán nada, verdad?— una dulce voz se propagaba por el salón mientras que por una de las orillas dos chicas cabizbajas, salían.  

El personal se negó completamente, al parecer, para ser día domingo, ya habían realizado los pedidos a los negociantes ambulantes que llegaban los lunes, eso era perfecto. Tiffany salió a los minutos después, el aire volvía a revolotear los cabellos de las tres chicas, quienes se escabullían por los arbustos hasta encontrar los árboles.

—¿Estás segura de querer hacer esto?— preguntó Yuri mientras trataba de buscar la mirada de Jessica.

—Yo ni siquiera debería estar aquí...— murmuró con desdén Tiffany mientras tragaba un poco de saliva. Pese a que nunca se había adentrado al bosque, creía en todas las historias que de él salían, porque después de todo, algo de ahí tenía que ser verdadero.

—Claro que sí, escuché a mi madre decir algo… necesito comprobar si es verdad o no.— respondió la rubia mientras subía su mirada a la punta de los árboles. Le causaba gracia cómo poco a poco, cada historia que salía en libros, se hacía realidad. Cada detalle, podía notar cómo el viento susurraba palabras.

—Si quieres comprobar las historias...— Antes de que Yuri pudiese decir palabra alguna, Jessica se adentró con paso lento en el oscuro y húmedo bosque. No quería responder las preguntas de ella, o más bien, no quería hablar sobre ese tema ahora mismo.

La morena sólo se dignó a seguir sus pasos, tenía ambas manos en el mango de su espada de la cintura; quería estar preparada para lo que fuera, más bien para el lobo del que tanto se oía. Tiffany en cambio, cruzó sus brazos y comenzó a caminar algo frustrada por la situación, sabía que estaba haciendo lo incorrecto, y que si la castigaban, sería por culpa de los demás y no de ella, pero no podía quejarse ni desobedecer las órdenes de los Jung.

Cada paso que daban, se hundían cada vez más en las profundidades ilimitadas del bosque, y las tres chicas lo podían sentir pero ninguna se atrevía a hablar, quizá era muy tarde para aquello. Ramas en los suelos atrapaban los vestidos de las dos chicas, queriendo detenerlas pero no, Jessica era igual de testaruda que Tiffany, y lo que hacían aquellas ramas sólo era dañar su ropa.

—Jessica, esto te costará caro.— inquirió Tiffany mientras jalaba parte de su vestido blanco, unas cuantas ramas se habían enganchado de forma casual, al parecer.

La princesa no dijo nada, pese a que la voz de Tiffany sonara tan simétrica con su persona, era su amiga después de todo. Se criaron juntas. Un forcejeo bastó para que parte de la tela se quedara en aquellas ramas, así las tres proseguían con la caminata. El sol poco a poco dejaba de iluminar la tierra, a decir verdad, poco se veía con los árboles tan inmensos que cubrían el cielo, los latidos de las tres chicas se mezclaban con la sutil brisa de los alpes y así mismo el sonido de los animales. Los minutos pasaban, Tiffany soltaba de vez en cuando un quejido para hacerse notar, como siempre, no podía pasar desapercibida.

—Miren… creo, creo que es una laguna lo que está por allá. Sería bueno ir, así podemos descansar un poco, ya creo que es momento que nos devolvamos.— Inquirió Yuri mientras se detenía y apuntaba hacia el norte.

Jessica no se notaba convencida. No podía estarlo, quería de alguna forma encontrar a aquella chica que le causaba tanta preocupación a su madre. Una tal Tae. Con su ceño fruncido, aceptó lo que la morena había dicho, no obstante, podía notarse lo malhumorada que estaba. Tiffany en cambio, celebraba, corrió prácticamente hacia la laguna, no era su lugar favorito, pero sí era un lugar que le relajaba.

—¡Yah... idiota! Ten cuidado, no quiero que te pase nada malo.— gritó su hermana desde el fin de los árboles. La diferencia entre la laguna y el bosque era notoria, la laguna tenía un largo prado por su alrededor con unos arbustos, que a simple vista, no lucía fin alguno.

Jessica se sentó con las piernas cruzadas en el inicio el prado, mientras exigía a la morena, sacar una de las manzanas que yacía en un árbol cercano. Resignada, Yuri sólo pudo asentir al mandato; lo gracioso de aquello, era que la manzana se encontraba a unos tres metros del suelo por lo que la morena debía escalar el árbol, aquello era un espectáculo para Jessica, en el fondo de su corazón, amaba que Yuri hiciera ese tipo de cosas por su persona.

Tiffany en cambio, ya estaba en la orilla del lago, sus dedos tocaron parte del agua tibia y cristalina. Realmente era como un cuento de hagas. El reflejo que hacía el agua de su persona le consumía un poco ¿Así fue cómo Narciso se enamoró? Sus ojos no se despegaban de los propios, nunca había visto un reflejo con tanta claridad. Una voz la sacó de sus pensamientos, aunque más que voz, fue un estornudo.

TaeYeon yacía durmiendo a unos cuantos metros de Tiffany, ninguna sabía que ambas estaban tan cercas y a la vez, tan lejos. La nariz de la más baja se arrugó por inercia mientras que unos pequeños insectos voladores, intentaban molestarla. El cometido lo habían cumplido, TaeYeon estornudó demasiado fuerte como para sacar a Tiffany de esa obsesión, y tan despacio como para no distraer a las amantes de la entrada.

Tiffany, curiosa, levantó su mentón e intentó buscar con su mirada de dónde provenían aquellos sonidos, sus amigas aún estaban en la entrada, por lo que sabía que había otra persona, su respiración se agitó ¿Y si era un monstruo? ¿Y si era el lobo? ¿Los lobos estornudan después de todo, no? Aquellas eran las preguntas que la invadían, se levantó con cuidado del suelo y caminó un poco por la orilla, al parecer no había nada, no hasta notar un pequeño bulto moverse mientras escarbaba su nariz. Se quedó contemplando aquella imagen por unos segundos hasta romper en una carcajada, TaeYeon abrió sus ojos de golpes, como si un balde de agua fría la hubiese despertado. No demoró en ponerse de pie y en arrancar hacia los árboles, aquella parte siempre había sido la más segura para quién vivía en el bosque. No obstante, Tiffany la siguió.

—¡Hey! No te vayas... — comentó mientras veía a la ajena escalar uno de los árboles con facilidad. La había dejado atónita, sin palabra alguna. ¿Qué clase de persona hace eso?

El corazón de TaeYeon estaba por salirse de su sitio, no sabía si su pecho aguantaría cada ladito.

—L-lo siento… de verdad no te quería asustar, es sólo que con unos… con mis hermanas, no es hemos perdido y…— Tiffany intentó explicar la situación, se acercó al árbol en donde había subido TaeYeon y buscó su mirada.

TaeYeon en cambio, un poco más calmada, se sentó en una de las ramas y escuchó a las palabras de la ajena. ¿Debería ayudarla? ¿Y si la quieren matar? ¿Cómo entraron aquí? Estaba llena de dudas y de desconfianza, aunque al momento en que su mirada chocó por unos segundos con la ajena, su respiración se detuvo. Su corazón se paralizó en cosa de segundos, aquella chica lucía más bien como un ángel. Tiffany por otra parte, sintió algo similar, aunque nunca lo podría asociar con eso llamado amor, para Tiffany eso no existe, ella no podría soportarlo, ni su cuerpo tampoco. Una pequeña angustia se apoderó de su cuerpo, y sin obtener respuesta alguna de la más baja, se atrevió a preguntar de nuevo.

—¿Podrías… podrías ayudarnos, por favor?— repitiró.

La más baja sólo observaba el perfil de la ajena, y claro, TaeYeon no estaba acostumbrada a ver visitas en medios del bosque, con suerte veía a su padre y uno que otro soldado pasar en el bosque. Se mojó los labios en un estado de nerviosismo completo, y descendió por completo del árbol, su mirada seguía igual de cautelosa hacia Tiffany. Esta última podía notar cómo en la mirada ajena se veía la incertidumbre hacia su persona ‘’¿Acaso nunca había visto una chica?’’ bufó en su interior Tiffany, sus pensamientos la distrajeron un poco sin darse cuenta que TaeYeon estaba frente de ella con su mano alzada. ¿Qué iba a hacer?
El pecho de Tiffany comenzó a moverse más rápido, una respiración agitada fue lo que apareció cuando TaeYeon, con la punta de sus dedos, comenzó a dejar unas caricias en su mejilla. ¿Caricias? Quizá para Tiffany era así, pero TaeYeon sólo buscaba comprobar que ella fuera de carne y hueso, como ella misma.

La imagen que se estaba dando entre las dos chicas realmente daba para hablar, la brisa había bajado su intensidad sólo para mezclarse con la agitada respiración de las dos, ambas se perdían en los ojos de las ajenas, una cierta conexión fue lo que sintieron; algo que llevaría a Tiffany a la muerte y a TaeYeon a la locura. Unas ramas quebradas se escuchaban, Yuri y Jessica se detuvieron de golpe al observar a la extraña chica acariciando la mejilla de Tiffany.

—¡Aléjate de ella!— Exclamó Yuri envainando su espada. TaeYeon sólo reaccionó yéndose hacia atrás, envainó su pequeña navaja y se dirigió hacia Yuri. Lucía como un pequeño animal asustado.

—Espera… Yuri...— Tiffany se acercó y trató de que bajara su espada. ¿Qué excusa le podría dar?

 

Jessica no dijo nada, sólo se limitó a observar a la más baja, lucía realmente como una persona descuidada; a comparación con ellas. Sentía un leve deje de envidia ¿Por qué Tiffany y no ella? Se podía notar la incomodidad en su rostro.

—¿Y tú? ¿Cómo se te ocurre acercarte a alguien del bosque? ¿Qué fue lo que te dije?— Comentó de forma malhumorada Yuri.

—Pero… estaba buscando ayuda, ya es tarde y creo que deberíamos volver al Palacio. Además nos perdimos.— Se excusó. Y vaya que era buena excusa, porque sus palabras fueron acertadas.

TaeYeon mirada a Tiffany, intentando descifrar lo que intentaba, aunque sus miradas se fugaban de vez en cuando hacia la más rubia. Algo que molestaba a Yuri, y que simplemente alegraba a Jessica.

—Creo que… creo que podría ayudarlos.— Comentó TaeYeon guardando su navaja, Yuri no demoró en seguirle el paso, quien sólo asintió con su cabeza.

TaeYeon comenzó a caminar, pasando por delante de Jessica; ambas tenían unas ciertas miradas de curiosidad, no obstante, la menor no dijo nada y guió a las tres chicas de regreso al Palacio. No hizo relación en que una de las tres podría ser una nobleza princesa, realmente, TaeYeon ni siquiera pensó en eso. Los murmullos comenzaron detrás de su espalda, una cabreada Yuri regañaba a su pequeña hermana por dicha escena, en cambio Jessica sólo se limitaba a mirarla con sus brazos cruzados.

No había rastro del Sol, es más, la luna ya se posaba por sobre sus cabezas iluminando ligeramente el camino. Ninguna de las tres noblezas se quejaba por la larga caminata, TaeYeon sólo las estaba probando, de vez en cuando le gustaba ser un poco traviesa, por lo que llevó a las chicas por el camino más largo.

—¿Cuánto falta?— Bufó Jessica mientras adelantaba paso y caminaba al lado de TaeYeon. Se notaba claramente su ceño fruncido, que con el brillo de la luna, lo hacía un poco más gracioso para la más baja.

TaeYeon la observó por el rabillo de sus ojos, y cuando iba a hablar, Yuri se encargó de quitarle el protagonismo.

—Miren… ya llegamos.— Comentó y apuró el paso, no quería que Jessica entablara alguna conversación con la nueva chica, por lo mismo, se apresuró y se ubicó cerca de la rubia como un fiel perro guardián. —Genial, entonces creo que deberíamos irnos ya, gracias por todo…¿Tu nombre?— cuestionó la morena.

 

Tiffany tragó saliva expectante ¿Por qué ansiaba tanto saber su nombre? TaeYeon volteó a mirarla, pero no dijo nada. Encogió sus pequeños hombros y esbozó una sonrisa la cual Jessica se vio afectada.

—Tranquila, no hay nada que agradecer… Vayan a casa y por su bien, no regresen.— Afirmó TaeYeon con cierto semblante frívolo.

La morena y la rubia asintieron al mismo tiempo, mientras que Jessica levantaba su vestido para evitar que las ramas dañaran nuevamente su tela, Yuri intentaba pensar en alguna excusa para que no las regañaran. Tiffany buscó una excusa para quedarse, pero no había nada.

—¿Te volveré a ver?— preguntó sin timidez alguna.

¿Qué debería responder TaeYeon exactamente? Se quedó prácticamente sin habla, aquella pregunta la había tomado por sorpresa.

—Lo mejor es que… es que no.— respondió mientras evitaba por completo su contacto visual. TaeYeon miró a las otras dos chicas que yacían un poco lejos. —Será mejor que vayas, o te dejarán atrás.—

Tiffany simplemente frunció su ceño. TaeYeon no le estaba cumpliendo su ‘’capricho’’, y aunque quisiera verla de nuevo, no dependía de ella; nada le aseguraba que cada vez que se perdiera en el bosque, ella estaría ahí para rescatarla. La más baja podía notar la molestia de Tiffany, pero no hizo nada.

—Uhm… Mi nombre es Tiffany, Tiffany Kwon y de verdad espero verte de nuevo, adiós.— Se despidió aunque TaeYeon iba a hablar, Tiffany se adelantó y besó su mejilla de forma fugaz. No fueron ni segundos cuando ya se había dado vuelta, corriendo para alcanzar a sus dos amigas.

TaeYeon se congeló, sus labios entreabiertos querían responderle a Tiffany, pero era tarde, muy tarde. Llevó una de sus manos hacia su mejilla y se la acarició ligeramente. Esa chica la había desorientado, miró hacia ambas lados como una delincuente que iba a ser atrapada. y ante su desorientación, comenzó a caminar de regreso a casa.

 
 
 

 

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Comments

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taesica33
#1
Actualiza!!!!!
apsunbyung #2
Chapter 3: toser...sangre?? en serio?!? \= hemoptisis o que tiene?
actualiza pronto ^^
loveable11 #3
Chapter 3: tiffany ... espero que no le pase algo peor en la historia :c y me intriga saber que es lo que tiene ?? :o
pia_msachgon #4
Chapter 3: Esta buenisima llz actualiza pero que le paso a fany u.u espero este biem me encanta jessi espero actualicez pronto kaamsamnida ^-^/
mayryy #5
Chapter 3: Mágico y encantador, eres increíble!!! Adoro tu historia es hermosa y divertida, vaya después de todo ese estres de mi querida enana las cosas salieron mas que bien, solo de imaginármelas disfrazadas a esa tres loquilla y comiendo pastel de barro con frijoles acaramelados a sido fantástico, ame esa conexion de Taeny es que son perfectas juntas, solo espero que no le pase nada mala a mi Fanny, no le vaya a hacer nada malo!!! Continua por favor y no tardes mucho: Cuídate bye =)
Skyth06
#6
Contiiii contiii
Mao1999 #7
Chapter 2: ♡ ♡ ♡ ♡ ♡ ♡ ♡
-Yiime- #8
Chapter 2: oh quede enganchada con la historia xD
actualiza pronto *Q*
MrsYulSick
#9
Chapter 2: Ayer me leí el primer capítulo y sencillamente me enamoró, y al leer el segundo aún estoy más feliz de leer tal magnífica historia...Jessica es tan adorable, adoro su personalidad, y que ame a Yuri hace que mi corazón haga tokidoki más deprisa, pero las adoro a todas, y a Scar <3

Esperaré con ansias el próximo capítulo^^
mayryy #10
Chapter 2: Hola que puedo decirte, tu historia es encantadora, me gusta, me gusta, mucho la interacción entre la princesa y su tonta guardiana es simplemente adorable, y eso que apenas empieza, Taetae y Fanny, amor a primera vista? me parece que si... muero por saber como va la enanita a invitar a sus tres nuevas amigas, el feo ogro, al bruja y la ninfa porque ahora su amistada solo fue un encuentro casual, vaya si se metió en un gran problema. Espero impaciente esa fiesta de disfraces, no tardes y cuidate mucho =)