CHAERIN

Las palabras de mi madre me pusieron en alerta, sea lo que fuera que me dijera tenia que ser algo malo. Deje en el suelo los pedazos de un plato roto y me aproxime hacia a ella. Alcé la mirada y me tope con sus ojos, estaban tan fríos, podría haberme congelado si así lo quisiera. Me acomode como pude y le hable.

-Dime, mamá.

-No volverás a llamarlos. -Solo eso dijo sin más, estaba calmada.

Quede estupefacta, aquel hombre tenia toda la intensión de hacernos daño y ella quería que no nos defendiéramos.

-¡Pero que dices! -Grite con amargura.

-Lo que has escuchado. No volverás a llamar y si te atreves te largas de aquí.

No podía concebir lo que acababa de escuchar, esto era demasiado. Siempre la había respetado a pesar de lo controladora que era, no podía salir con amigos y aun así se atrevía a bromear con que solo tenia una vida detrás de la pantalla y yo lo aguantaba pero esto supero todo.

-Puedes dejarte pegar tu. No a Harin. -Le dije totalmente enfurecida.

-Entonces ve pensando a donde te iras.

Decidí no responder mas, mi cuerpo se tenso no habría sido capaz de controlarme si ella se iba a los golpes. Me levante y corrí hacia mi habitación.

Que había sido eso, me estaba pidiendo que dejara desprotegida a mi hermana, no me importaba que me golpearan a mi pero no iba a permitir que tocaran a Harin. Salte de la cama y busque el número de mi abuela, ella era mi única esperanza. Sabría decirme que hacer. Después de revisar varios papeles lo encontré. Por suerte tenia un teléfono de mesa en mi habitación, así mi madre no se daría cuenta.

-Aló ¿abuela?

-¿Chaerin?

-Si, soy yo, necesitó tu ayuda.

-Para que te no preocupes en preguntarme como estoy supongo que debe ser urgente.

-Lo siento es que mamá enloqueció, quiere que deje de pedirle ayuda a la policía. Ya sabes...

-¿Que? Tranquilizate y explicate mejor. Que fue lo que paso para que tu madre dijera tal cosa.

-Él regreso. Llegue de la escuela y lo encontré tirando y rompiendo todo, ella solo lo miraba asustada y no los llamo. Harin estaba escondida en las escaleras llorando. Se lo llevaron. Y cuando baje me dijo que no volviera a llamarlos que si lo hacia otra vez ella me echaría de casa. No se que hacer, temo que lastimen a Harin.

-Tranquila Chaerin. Iré mañana y hablare con ella, todo estará bien. Preocupate por la escuela... y Chaerin, hiciste bien en llamar hija. Descansa ahora, te quiero.

-Te quiero. -Solo eso quise decir y colgué.

Tenia mucho que pensar, idear un plan. No podía entender por que de la noche a la mañana mi madre se comportaba así, ella siempre nos decia que subieramos a nuestra habitación y que no bajaramos por nada. La razón por la que tengo un teléfono en mi habitación es esa, poder llamar a la policía en cuanto el viniera. No la entiendo esas fueron sus ideas, decía que mientras hiciéramos todo eso nosotras estaríamos a salvo. Prácticamente nos esta lanzando a el. No puedo evitar preguntarme si sus amenazas son reales ¿realmente es capaz de echarme? ¿que clase de madre lo haría? Debería hacer la tarea pero no tengo fuerzas, estoy cansada. Necesito dormir ya.

Luche contra el sueño y moví mis pies hacia la habitación de Harin, abrí la puerta intentando hacer el minimo ruido y entre sigilosamente. Toda la emoción de hoy había hecho mella en ella. Estaba dormida, junto a varios osos de peluche, decia que era ya una niña grande y lo era pero aún necesitaba dormir con estos amiguitos de felpa de vez en cuando, sobre todo en momentos como este. Le di un beso en la frente y la volví arropar. Me dirigí hacia mi habitación a duras penas. Jamas había sentido tan acogedora la cama. La ira aun no se disipaba pero el sueño ayudaba a no darle mas vueltas a lo que había pasado. Poco a poco cerré los ojos, no pude mas.

-Que haces aquí..

Esa voz. ¿Donde estoy?

-¿Quien eres? ¿Donde estoy?

-Dije que importaba. Recuerda "vivir"

-¿De que hablas? Deja que te vea.

Divise unos pies oscuros a lo lejos, pies que en unos segundos se convertirían en polvo. El lugar ennegreció por completo.

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