Los lobos lo miraban con  desprecio, sabían que era como ellos y que protegía a la chica que estaban a punto de matar y disfrutar.  

-No hagas una estupidez. –Le ordeno y la guio para caminar y alejarse.

Gruñidos y aullidos comenzaron a escucharse. Tiffany simplemente se quedó en silencio temblorosa  y le seguía ya que él la tenía tomada de la cintura, hasta que salieron del territorio de lobos la soltó.

-¿Te enviaron por mí? –Aquellos ojos de diferente color le llamaban tanto la atención que se  mantenía mirándolos.

-Si claro. –Respondió con tono de fastidio. -¿Por qué tenías que meterte a su territorio?

-Busco a mi amiga, esta con los Lee , yo no creí que se fueran a enojar tanto sus nuevos amigos.

-Ellos no son Lee. Se ha metido en territorios que no debía, gracias a que tiene el olor de la princesa impregnado no descubrieron que es humana, de lo contrario habrían salido disparados a devorarle,  lo que igual casi hacen por invadir su lugar.

-La princesa. –Murmuro con tristeza.

-¿Cómo llego tan lejos?

-Me perdí, creí que había señalamientos para llegar al lugar de los Lee.

-Como los nombres de las avenidas. Avenida Jung, avenida Lee.

-Ya me entiendes. –Forma su sonrisa sin tener más miedo.

-Señorita este no es el mundo humano además aquí no hay amigos

Tiffany agacho su cabeza unos segundos, hizo miradas confusas y volvió a mirarlo. -¿Por qué viniste? Querías rescatarme porque te gus...

-No se equivoque. –La corto antes de que completara. -Fui humano alguna vez, tampoco entendía este mundo y todos se burlaban de mí, jugaban conmigo. Usted no confíe en nadie. –La vio asentir. –Vamos la guiare de vuelta.

Tiffany se quedó inmóvil.

-¿Ahora qué?

-Dijiste que no confiara en nadie.

El suspiro con pesadez y se llevó una mano a su frente.

-Estoy bromeando. –Le sonrió con su eye smile y se le aproximo para agarrarse de su brazo.

-¿Podría soltarme?

-No. –Incluso negó con su cabeza sin dejar de sonreír.

El hizo una mueca y comenzó a caminar, sabía que ella en el fondo tenía miedo y por eso se había aferrado a su brazo.

-¿Llamas princesa a Jessi?

-Soy un sirviente y debo tener respeto por todos los vampiros de esa casa,  Jessica y su hermana son princesas, a la princesa Krystal he de llamarla reina ahora que ha tomado el cargo.

-Eres el lobo de Mika. ¿Por qué eres su sirviente?

-No puedo responderle a eso señorita.

-Háblame informalmente, suena tan raro que me hables de usted. –Lo ve asentir no muy convencido. -En el camino había muchos seres feos y una especie de ave horrenda que me hizo correr y por ello me perdí.

-Esas son las aves que existen en este mundo, no atacan a terrestres a menos que alguna bruja les controle pero no tiene de que preocuparse, lo único que no debe hacer es meterte a territorios que no son Jung, los seres sobrenaturales respetan al clan Jung pero defienden su territorio si hay intrusos.

-Todos lo que encontré en el camino no me hicieron nada por el olor Jung.

-Así es, los caminos son libres, puedes transitarlos, de todas formas evite hacerlo, seres con mejor olfato sabrán que eres humana y ese olor fresco en ti no ayuda.

-De verdad háblame de manera informal ¿tú puedes llevarme con los Lee?

-No puedo.

-A la princesita le doy igual, necesito ver a mi amiga para quejarme, hazme un mapa.

-No serás bienvenida en esos lugares.

Tiffany resopla. -¿Cuántos años tienes?

-Muchos.

-¿Cuántos son muchos? No, tengo una mejor. Fuiste humano. ¿Por qué te volviste licántropo?

-Ya he hablado demasiado, sigamos el camino en silencio.

-¿Por qué? Tú si me respondes, Jessica diría algo como, no me gusta responder preguntas o haces preguntas tontas  ¿Mis preguntas son tontas?

No respondió, tampoco mostro expresión facial alguna.

-Tienes ojos lindos. –Se ganó una mirada incrédula. -Hablo en serio. Me recuerdas a un cachorrito que tenía a los cinco años, también tenía ojos de diferente color, no tan llamativos como los tuyos.

Sonrió de medio lado mientras negaba.

-Tetsuji ¿Verdad? –Recordó su nombre. -¿Te puedes transformar en cachorrito? La novia de mi amiga es licántropo y lo hacía.

-Señorita yo no soy su amigo ni lo seré nunca.

-¿Por qué? Se mi amigo, por favor.

-No puedo serlo aunque quisiera y la señora Jung me va a castigar por salir a buscarla.

-¿Mika? Yo hablare con ella, es mi amiga. –Tetsuji se carcajeo. -¿Qué?

-Te engaño y todavía piensas que es tu amiga, se mostró amable contigo para divertirse y para hacer enojar a la princesa Jessica.

-Fue malvado que me engañara, más malvado fue lo de Sulli. Espera, dijiste que Mika hace enojar a Jessica –Apenas lo había captado. –Muy mal, que Jessi se lleve mal con su mami.

-Es su madrastra.

-¿Qué paso con la mamá?

-Hay cosas que no puedo responder.

-Háblame de ti.

-No vamos a ser amigos.

-¿Qué tiene de malo? Voy a estar poco tiempo por aquí.

-La única persona que tengo es la señora Jung, no puedo tener a nadie más, no necesito amigos.

-Ya lo entiendo, ella no te lo permite. Si consigo que te deje ser mi amigo. ¿Lo serias?

Tardó en responder y prefirió cambiar de tema. -Tus preguntas no son tontas, estas en un mundo desconocido para ti, es natural que te surjan muchas dudas y quieras respuestas.

-Decidido, serás mi amigo. –Volvió a formar su eye smile.

Jessica salía de la habitación de Hyomin, fuera de ella se encontraba un personaje que no debería estar ahí y que se le quedo mirando con sorpresa.

-¿Qué miras? –Amber agacho su mirada. -¿Quién te permitió entrar?

-La señorita Hyomin me llamo.

-Lárgate ya no será necesario. –Avanzo unos metros para encontrarse a otros dos.

-Las viejas costumbres no se quitan.

-Ni porque traes acompañante. Tal vez tengamos una oportunidad también.

-Pobres estúpidos, las viejas costumbres de entrometerse donde no les llaman tampoco se les han quitado. –Los dos se soltaron a reír burlándose aumentándole la furia. -¿Están buscando otra lección? –Hablo intimidante y amenazante.

-Para nada princesa. –Respondió Kris dejando de reír.

-Quítense estorbos. –Los empujo para abrirse paso.

Ahora tenía más dudas y se dio cuenta de lo mal que había hecho al dejarse llevar por Hyomin,  regresar fue su peor error o lo fue el irse y encontrarse a Tiffany.  Stephanie, salió por culpa de una persona y esa era su madre. Furiosa llego a la oficina de esta y entro empujando la puerta con fuerza.

-¡Madre!

-Hola. –Respondió como si nada provocándola.

Jessica se aproximó pero su avance se vio impedido por el lobo guardián que salió en defensa de su señora y dueña.

No dejaba que nadie tocara o se acercara a su dueña, sin importar de quien se tratara.

-Apártate o te aparto.

-Atsushi, retírate. –Le pido Mika antes de que las cosas se pusieran feas.

Una vez él se fue, Jessica golpeo el escritorio partiéndolo.

-¿Pero qué diablos te sucede? ¿Te sientes bien?

-Deja de hacerte estúpida, ya se lo que le has dicho a Stephanie, salió fuera por tu culpa.

-¿Mi culpa? Ah sido tuya por descuidarla, por preferir dormir en lugar de darte cuenta de sus necesidades.

-Tú y todos los que se burlen de ella me la van a pagar.

-Esa humana es tu responsabilidad, si es engañada o le pasa algo la única culpable eres tú. ¿Qué esperas que hagamos nosotros? Darle abrazos y besos como la haces tú. –Respondió riéndose.

-¡Cállate!

-La vas a compartir, beberemos su sangre que seguro es exquisita. –Se relamió los labios.

-Atrévete a ponerle una mano encima y te voy a matar como lo he querido hacer desde hace tanto tiempo.

-Tú amor por ella da risa. –Continuaba riéndose.   

-¡Deja de burlarte!

 -Dejare de reír después de que me respondas la siguiente pregunta, también la has engañado. ¿Qué vas a hacer con eso?

 -Yo no

-Tienes una mordida que te delata. ¿Krystal o Hyomin? Debió ser Hyo, Sulli se la pasa pegada a Krystal.

-¡A sido por tu puta culpa, si Steph estuviera aquí yo jamás me habría dejado llevar por esa!

-Lo que faltaba, que me culpes de tus bajezas. –Dio otra risa sonora. –Mejor ve a buscar a tu amor o cuando lo hagas puede que sea tarde.

-Sé que está bien. Ella me llama cada que está en peligro.

-¿Ahora vas a salir con que tienen una conexión especial?

-Vete al infierno arpía. –Camino a la ventana en la cual se asomó.

-¿Por qué te gusta tanto esa humana y a la vez la haces menos? –No obtuvo respuesta. –La estas tratando pésimo para evitar las burlas. En cuanto a lo que te gusta de ella ¿es su sangre? ¿A que sabe?

Ahora Jessica se reía divertida todavía mirando en la ventana. –Al parecer tu licántropo dio un paseo y encontró a Stephanie.

Mika se dirigió a la ventana y quedo muda, los veía llegar. –Nunca había ido por otra que no fuera yo.

-Venga, ríete, sigue haciéndolo. ¿Estabas tan divertida no?

-Serás idiota. –Se alteró enseguida. -¿Qué tiene de gracioso? ¡Esta con tú humana! Tampoco deberías estar tan feliz. –Ya se mostraba molesta.

-Le daré su merecido es que antes quería verte enojar, madre. –Sonrió de medio lado antes de desaparecer de la habitación.

Tiffany soltó a Tetsuji en cuanto llegaron.

-Gracias. –Formo su eye smile, él respondió con una reverencia. -Jessica. –La vio acercar con furia por lo que se interpuso. –NO

-Apártate. –Sus colmillos se mostraban.

-Me perdí y Tetsuji fue a rescatarme, me ayudo cosa que tú no has hecho desde que llegamos aquí.

-¿Es tu nuevo héroe?

-Ojalá, tú has cambiado.

-Ya tiene dueña. –Se aproximó Mika y enseguida Tetsuji se agacho y apoyo en una rodilla esperando su castigo.

-No quise decir eso. Yo solo quiero que sea mi amigo. Mika ¿podría dejarlo ser mi amigo?

Jessica abrió sus ojos más de lo normal, Mika también se extrañó y luego soltó una pequeña risa. -¿Estas segura de lo que dices?

-Totalmente, Tetsuji me agrada, él me habla sin frialdad. –Soltó la indirecta contra Jessica.

-Menuda estupidez. –Jessica se cruzó de brazos y espero por el momento para atacar al licántropo. –Te lo va a quitar. –Provoco a Mika.

-¡No lo hare! ¡Jessica te odio!

-Vale que sea tu amigo. –Acepto Mika sabía que con ello fastidiaría a su hijastra y en efecto, la vampira maldecía por dentro. -Le doy permiso, Tetsuji levántate. –Le ordeno.

-Ves, somos amigos ya. –Dijo Tiffany feliz, él tenía expresión de desagrado.

-No quiero ser tu amigo. Señora tomare mi castigo ya.

-Bueno Tiffany si se opone yo no puedo hacer nada. Sígueme de rodillas y rápido. –Le hablo con desprecio.

La humana iba a interceder por él pero Jessica le cubrió la boca. -Has silencio o le ira peor. –Se veía molesta, le descubrió la boca. -Sabes que, dile lo que quieras. Madre, aquí te van a decir algo.

Mika giro su rostro y lo único que vio fue como Tiffany le planto una bofetada a Jessica. -Interesante, eres interesante Tiffany. –Se metió murmurando y sonriendo.

Jessica por su parte, termino de enfurecer, cargo a Tiffany sobre uno de sus hombros.

-¿Qué haces?

-Te voy a llevar al infierno.

-No, bájame. –Forcejeaba y la golpeaba.

-Soy una princesa no puedes abofetearme, te voy a enseñar a respetarme.

-¡Yo no soy tu sirviente! Tú eres la que deberías de respetarme por ser humana, dios te va a castigar.

-¿Qué estás diciendo?

-Dios te está viendo, va a mandar a mi ángel de la guarda.

Jessica la bajo debido al fuerte ataque de risa que le dio. -¿Tu qué? De verdad te superaste.

-Los humanos tenemos ángel de… –Recordó que todo lo que sabía era erróneo. -¿No es así cierto?

-Los bebés humanos tienen ángel y este se va cuando ya fue suficiente cuidar de ellos.

Tiffany frunció el ceño porque ella seguía riendo, la observo fijamente y noto algo. -¿Por qué tienes unos colmillos marcados en el cuello?

-¿Eh? –La risa se detuvo y se llevó una mano al cuello. –Por nada.

-Te mordieron, me engañaste. ¿Con quién?

-¡No te engañe! Es sólo una mordida, necesitaba sangre.

-Tú también mordiste. Eso es engaño, una infidelidad.

-Esto no es el mundo humano. –Se defendió.

-Ya lo sé pero dijiste que cuando ustedes muerden llegan al éxtasis, que es igual a un o humano lo que significa que me engañaste. –Pronuncia con decepción.

-Tenía demasiada sed.

-¡Hay sangre en esa casa, en jarrones! ¡Yo la vi!

-Es de animales, no sabe igual.

-Me tienes a mí. –Se hallaba al borde de las lágrimas. –Ya recuerdo, mi sangre no debe ser nada a comparación de la de un vampiro, soy una simple humana. –Le dio la espalda.

-Fue Hyomin. –Tiffany avanzo y Jessica la siguió. -Ni siquiera la bese. Fue una mordida, dos, para tomar su sangre y ella tomo la mía. –Claro que eso fue