Lentamente empecé a abrir mis ojos. Los párpados aún me pesaban y comenzaba a sentir un creciente pálpito en mi cabeza. Resaca.
Parpadeé un par de veces y logré enfocar mi vista, solo para darme cuenta de que no estaba en mi casa. Claro, y es que ya no tenía una casa.
Resoplé ante el recuerdo del día anterior y decidí que lidiaría con mis problemas más tarde.

Cuando intenté levantarme, me encontré retenida en la cama por un brazo que rodeaba mi cintura.
Ah, otra vez. Se había vuelto algo casi cotidiano despertar cada mañana con una chica diferente en mi cama... mejor dicho, despertar cada mañana en la cama de una chica diferente. Pero, ¿quién me juzga? Son irresistibles.
Esta vez era una atractiva pelicorta con quien amanecía desnuda a mi lado. Para ser honesta, no la recuerdo, ni mucho menos cómo llegué aquí.
Me levanté lo más discretamente que me fue posible, me vestí y salí sigilosamente de la habitación.

"Buenos días". Una delgada, femenina figura me saluda cuando llego a la cocina, pero no la conozco. 
"Err... buenos días". Vaya, casi no me doy cuenta, esta mujer es una belleza. Y me observa, claramente en espera de algo... bueno, eso supongo, en realidad mientras tanto estoy imaginándome encima de ella.
"Soy Hyomin, compañera de piso de Eunjung".
¿Eh? ¡Ah! ¡Eunjung! Claro.
"Oh, seguro. Hyomin..." No puedo dejar de verla y, por alguna razón, mi directa e intimidante personalidad se esfuma, me veo como una torpe que no sabe qué decir.
"Y tú eres..." Torpe.
"Torp- digo, Jiyeon. Park Jiyeon". 
Puedo sentir mi rostro volviéndose completamente rojo pero mantengo mi postura, y puedo notar la curva que forman sus labios, como si estuviera conteniendo una risilla.
"Encantada". Me dice cálidamente, sin embargo. "¿Te quedas a desayunar?" Pregunta intentando romper ese hilo de tensión que, por primera vez, no puedo manejar.
"Eh, claro, me quedo. Gracias". Respondo al mostrarle una pequeña sonrisa y pongo 'relajadamente' mis manos en los bolsillos de mi hoodie, intentando salvar mi imagen si es que ya no era demasiado tarde para eso.
Me ofrece tomar asiento frente a la pequeña mesa en la cocina-comedor y lo hago, mientras la veo preparar dos tazas de café con las que pronto se sienta frente a mí. "Hay galletas, si quieres". Me alcanza una de las tazas y puedo notarla un poco incómoda, entonces me doy cuenta que es porque no he podido quitar mis ojos de ella. No obstante, esta vez, en lugar de sentirme avergonzada, tal descubrimiento me emociona. Entonces, sonrío. Sutilmente, traviesamente. 
"Me encanta el aroma del café por la mañana". Suelto en medio del silencio, sin quitar mi mirada de ella. Siempre funciona. 
Hyomin solo asiente. Y yo sonrío, orgullosa. "Tienes algo por ahí" señalo, mintiéndole de la manera más descaradamente obvia, y ella, ingenua, cae al intentar remover el supuesto estorbo. "No, no..." la corrijo, abriéndome paso para efectuar mi siguiente maniobra, inclinándome hacia ella y llevando mi pulgar a su rostro, con el mero objetivo de rozar su mejilla y colocar aquellos cabellos castaños detrás de su oreja. En ningún momento pierdo de vista sus ojos, sin embargo, ante nuestra cercanía, ella desvía su mirada. Y ahí está de nuevo, esa pequeña curvatura en sus labios, que me provoca sonreír también. "¿Siempre tomas café?" pregunto para crear el ambiente, mas su única respuesta es levantarse repentinamente de su lugar y dirigirse hacia el lavabo para fregar las tazas.

"Rayos, se me hace tarde". Exclama luego, dejándome sonreír a sus espaldas. Pero no se iba a librar de mí tan fácilmente.

Así que la sigo y me paro justo a su lado, tan cerca de ella como me fue me posible. "El desayuno es el alimento más importante del día. ¿Sabes?" Pregunto, aunque fuese la estupidez más enorme del mundo, mientras espero a que voltee para mirarla de frente. 
"Lo sé". Me responde al hacerlo; para mi sorpresa, mirándome directamente y sin rodeos, como si ninguna de las dos supiera lo que acababa de pasar y lo que yo pretendía que pasara. Entonces guardo silencio, y la miro. Ella no rompe el contacto visual, y yo no tenía intenciones de hacerlo. 
"Tienes unos ojos hermosos. ¿Te lo habían dicho?" susurro, mostrándole mi más encantadora sonrisa. Hyomin asiente una vez más.
"Alguna vez". Responde, y yo, sin otra idea en mente más que probar esos tentadores labios, pregunto con su respuesta. 
"¿Alguna vez?" Aprovecho para acercarme más, pero aún dándole tiempo para contestar como ella quisiera.
"Sí". Responde. "Y no soy gay".

Y lo que veo es una evil, burlona sonrisa en su rostro. E imagino la expresión de pánico en el mío.

~TBC~ 

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A/C: Ya sé, ya sé que nunca termino los fanfics largos pero lo voy a intentar de nuevo(?). Ésta historia, en realidad, está basada en una serie que quizás algunos de ustedes conozcan, pero les pido que por ahora no la mencionen, yo lo haré en cuanto acabe el fic o cuando me parezca oportuno. En fin, espero se suscriban y se mantengan entretenidos con esta historia. <3