este gift no me pertenece, su creadora es http://pinky-fleury.tumblr.com/tagged/jjongah :)

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Desde que habían llegado a Seúl que no hablaban, tres semanas sin saber nada del otro. Ni siquiera tuvieron una despedida apropiada, pues en el aeropuerto sólo se dijeron lo justo y necesario: “olvidemos lo que pasó en el baño”.

Antes del viaje solían hablar por sns, aunque ahora, ninguno de los dos había enviado correos electrónicos ni mensajes por kakao talk. Tampoco, era como si Jonghyun fuera más conversador por escrito, no variaba mucho de la vida real pero sí era más natural y relajado. Si bien los mensajes lo pillaron desprevenido en un comienzo, con el tiempo fue una de las cosas que más disfrutaba de estar en we got married. Porque los mensajes que se enviaban casi nunca tenían relación con su matrimonio ficticio, en su mayoría comenzaban por un tema específico o una broma. Jonghyun leyó uno de los primeros -cuando no llevaban más de dos encuentros- según la fecha de envío: “Jjong oppa, quiero regalarle un RC a un dongseng… ¿me puedes decir dónde compras los tuyos? “. Era tan mala mintiendo. Ahora lo notaba pero cuando por primera vez leyó ese mensaje, no esperaba que Ahyoung fuera a reponer el autito que accidentalmente había lanzado al agua.

Sentando esperando que comenzara su escena, JJong sostenía su teléfono en silencio. Cuando descubrió que una parte de él estaba esperando un mensaje de Ahyoung, lo metió dentro de su bolsillo rápidamente. No quería pensar en ella ni tampoco quería sentir ese vacío en el estomago que lo embargaba todo el tiempo desde que habían peleado.

*

-¡omona! ¿qué fue lo que te hizo?-preguntó Hyeri con seriedad.

-nos besamos y me dijo que le gustaba pero…-Yura sonaba tímida y avergonzada. – lo dijo porque quería hacerlo conmigo, no porque le gustara seriamente.

-¿te enojaste? ¿Pelearon?

-no fue una discusión-respondió sin levantar la mirada de su celular. Estaban a la espera de filmar un CF de soju- no le digas a nadie, no quiero él sepa-susurró Yura apuntando a su manager- creo que debo renunciar al programa.

-¡omo! Pero Jonghyun parecía estar interesado en ti- insistió Hyeri golpeándole el hombro con fuerza. Yura negó la cabeza intentando sonreir.

-es un interés diferente -dijo Yura mordiéndose los labios- no me ve como una posible novia… “nuestras vidas son incompatibles”- las últimas palabras se deslizaron como veneno por su boca.

-unnie, cuñado no es del tipo de hombre al que le importan las apariencias- dijo suavemente Hyeri.- quizás no tiene tiempo.

-eso justificaría por qué no me ha llamado en tres semanas-respondió Yura con un nudo en la garganta.- pero sé que Jonghyun siguió adelante y está bien, debo hacer lo mismo.

-puede que esté triste-dijo Hyeri rápidamente.

-Jjong oppa-Yura negó con la cabeza- él… parecía tranquilo como siempre- su seriedad sorprendió a su compañera de grupo que retrocedió abriendo los ojos.- yo pensé que al menos me buscaría o querría saber cómo estoy. Qué tonta soy.

-aigo…entonces, ¿de verdad vas a dejar el programa?

-sí, bueno-tartamudeó- es difícil continuar filmando. Él no va a actuar como si yo le gustara y si lo hiciera, no podría soportarlo.

-¡No!-gritó Hyeri acercándola para darle un fuerte abrazo- no llores, no llores.

Yura asintió pero las lágrimas caían por sus mejillas. Al contarle a Hyeri se había sentido más expuesta que en la misma noche que se había besado con Jjong.

-Yura-ia…vamos a romperles los vidrios del auto-dijo Hyeri con el puño levantado.

-no estoy triste ni enojada-dijo Yura secándose las lagrimas e intentado sonreír a la broma de su amiga- sólo me siento decepcionada.

Hyeri quería seguir preguntando pero Sojin las llamó para que se acercasen al plató a terminar de filmar.

*

Hyeri sabía que no debía entrometerse en las relaciones de los demás, pero Yura era casi su hermana y sufría al verla tan deprimida. Entonces, en un arranque de rabia -mientras Yura se bañaba- ella tomó su teléfono.

-¿Ahyoung? –la voz de Jonghyun sonaba sorprendida.

-no, -respondió Hyeri saliendo al balcón para gritarle tranquila.- quiero saber cómo pudiste aprovecharte de Yura…ella es tan…-gruñó enojada- inocente y confiada.

-lo siento…

-¡no me digas a mí que lo sientes!-gritó Hyeri- ella va a dejar el programa ¿sabes?

-Hyeri –murmuró- ¿estás hablando en serio? no me mientas sobre esas cosas…

-¿por qué? ¿estás preocupado ahora? YAAAH….realmente eres un descarado-las palabras de Hyeri se tropezaban entre sí, quería maldecirlo de todas las formas.

-necesito ver a Ahyoung…-pidió suavemente Jjong ignorando los sinónimos de “bastardo” que Hyeri lanzaba por el teléfono.

-no, no vengas-adviritó Hyeri.- lo que menos necesita es ver tu cara.

Pero ya era tarde y Jjong ya había colgado. Hyeri se acostó en la cama confundida, quería odiar a Jonghyun pero su voz preocupada y confundida, impedían que se pusiera totalmente en su contra. Vio salir a Yura del baño con el pelo húmedo, lucia pálida e inexpresiva. Hyeri fue hasta a ella y le tomó el rostro entre las manos.

-aigo…¿a qué hora van a regresar las unnies?

-una hora y media, quizás dos horas-respondió Yura tomando las manos de Hyeri.

-voy a ir a comprar algo delicioso para que te sientas mejor.

-no te preocupes, ya me siento mejor ¡basta de estar triste!-exclamó Yura tirando animadamente las manos de Hyeri.

-unnie –dijo Hyeri mordiendo su labio inferior, sabía que Jonghyun debía estar por llegar- déjame comprar algo para ti  ¿carne o donas?

-es muy temprano para carne, donas, donas y en la tarde carne-dijo Yura sonriendo.

-shhhh…debías elegir sólo una opción-la regañó Hyeri.

-mi corazón está roto- Yura hizo un puchero bromeando, aunque sin duda era cierto.

Hyeri salió del departamento y en menos de dos minutos llamaron a la puerta. Yura aún con la bata de baño se acercó arrastrando los pies hasta la puerta.

-YAH Hyeri tonta ¿dejaste tu billetera aquí?-preguntó Yura mirando el suelo de la entrada pero antes de abrir, notó que algo no calzaba. Hyeri conocía la contraseña de la puerta, no había razón para que tocara.

-Ahyoung-ah…

Yura se paró en seco, su corazón había dado un vuelco y ahora latía tan deprisa que podía oírlo.