Capítulo 45
El amor es tan complicadoDara intentó no sentirse cohibida sobre el estado de su edificio. Intentó no mirar demasiado de cerca a todas las evidentes imperfecciones. Se preocupaba que Chaerin lamentara su decisión de ir.
-Siento que el ascensor no funcione.- Dijo al subir otro escalón.
-Está bien.
Sólo es cortés. Dara lo sabía. Ella debió haberle dicho a Chaerin que fueran a su apartamento. Todo esto era egoísta y estúpido, y sin duda terminaría en la vergüenza y la humillación, de la cual ya había logrado su cuota del día.
-En realidad me recuerda que podría hacer ejercicio.- Chaerin añadió.
-Sí, me di cuenta que tu trasero está empezando a hundirse un poco.- Se burlaba de ella.
-¿Has estado mirando mi trasero?
Esa no era la parte que había previsto para centrarse en Chaerin.
-Bueno, es difícil no perderse en tus pantalones vaqueros.
-Interesante…
Dara se mordió el labio inferior y se concentró en sus pasos en la subida. A ese ritmo Chaerin entendería todo antes de que incluso llegaran al apartamento.
Llegó a su piso un momento posterior y Dara desbloqueó la puerta, agradecida de que Bom hubiera salido. Ahora todo lo que debía hacer era abrir la boca y confesar.
-Perdón por el desorden.- Dijo entrando. Encendió la luz y miró a su alrededor, de repente algo preocupada por si había dejado algo fuera de lugar.
Pero Bom había limpiado. Los platos de la cocina se habían lavado y guardado, el montón de ropa en el sofá ya no era visible. Se sintió aliviada de no sentir vergüenza por todo lo demás: el mobiliario barato, las manchas de agua en el techo, las grietas en las paredes.
Miró a Chaerin, tratando de medir su reacción.
-Debe parecer realmente deprimente en comparación al tuyo.- Dijo, cuando no pudo leer la expresión de la actriz.
-No estaba comparando.- Dijo Chaerin, mirándola.- Estaba pensando que era agradable ver dónde vives finalmente.
Por último, Dara no se dio cuenta de que Chaerin había estado esperando una invitación.
-¿Quieres beber algo?
-Estoy bien.- Chaerin estaba inspeccionando el arte en las paredes del pasillo.- ¿Son todos tuyos?
Dara miró la enmarcada pintura, tratando de recordar cómo se sentía acerca de ellas, tratando de determinar si se sentía o no avergonzada de que Chaerin las viera.
-Son viejas.- Dijo por medio de una respuesta, porque estaba demasiado nerviosa para poner sus pensamientos en orden. Aún no podía acostumbrarse a ver a Chaerin en su apartamento.- ¿Quieres ver mi habitación?
-Por supuesto.
Dara intentó visualizar el estado de su habitación como Chaerin se dirigía en su habitación. Si ella hubiera sabido que iba a invitar a CL, habría realizado un total make over, pero no había tiempo. Solo estaba la tenue esperanza de que los elfos mágicos hubieran aparecido durante el día y hayan limpiado.
No hubo suerte.
Se estremeció levemente ante la gran cantidad de materiales de arte al azar apilados en un rincón, en el surtido de libros de texto y cuadernos de bocetos que nunca había llegado a guardar. La alfombra parecía aún más manchada de lo habitual. Por lo menos había tenido la previsión de hacer la cama.
-Es un poco una pesadilla.
Chaerin vino al lado de la cama y miró a su alrededor.
-A mí me gusta.
-¿Te gusta?- Dara miraba dudosa a la actriz, que parecía como en casa en su sórdido apartamento.
Chaerin se quitó su chaqueta y la arrojó sobre la cama.
-Claro. Es muy como tú.
-¿Muy como yo?- Dara miró a su alrededor de nuevo, tratando de averiguar lo que significaba lo que dijo Chaerin.
Chaerin intensificó su mirada hacia una sección de la pared.
-¿Qué es eso?
-Es un proyecto de fotografía en el que estaba trabajando.- Dijo Dara, mirando el collage de fotos que había pegado a la pared.- La vida de Nueva York.
-¿Tú las tomaste?
-Sí.
-Son increíbles. No sabía que tomabas fotos.
-No lo hago.- Dijo Dara rápidamente, sintiéndose tímida de repente.- Quiero decir, no realmente. Estaba tratando.- Chaerin miró hacia arriba de repente y Dara siguió su mirada. Por encima de ellas estaba su intento fallido de pintura en el techo, una pintura de una puesta de sol que nunca terminó.- No tenía un lienzo a la mano…
Chaerin le sonrió.
-¿Dónde está?
-¿Dónde está… qué?
-Tu colección de papel higiénico.
-No puedo creer que te acuerdes de eso.
-No puedo creer que hayas pensado que lo olvidaría.
Dara sacudió la cabeza.
-Me temo que es un gran secreto. No tienes el espacio adecuado.
-Ya veo.- Chaerin se sentó en el borde de la cama y se veía tan hermosa que hizo sentir dolor a Dara.
Era ahora o nunca.
-Pregúntame una vez más acerca de mi día.- Dijo con más fuerza de lo que había previsto.
Chaerin la miró con curiosidad, con una pregunta en sus ojos.
-Muy bien. Cuéntame de tu día.
-No tenía una clase en el Met.- Dijo, optando por abrir con una confesión, pensando que haría más fácil el resto.
Ella podía oír los latidos de su corazón ante cada una de sus palabras.
-Fui esta mañana porque no podía dormir, porque desesperadamente quería decirte algo. Tomé un taxi, compré café y ensayé lo que diría. Y entonces me encontré con Jessica y pensé que había pasado la noche contigo y me sentí como… como la muerte, o bien, con ganas de vomitar, quizá al mismo tiempo, lo que sería extraño y desordenado…
Veía la expresión de Chaerin, tratando de medir una reacción, pero Chaerin parecía confusa.
Dara continuó.
-Y pensé que te lo diría, pero entonces… estabas en toalla. No estoy segura si sabes esto, pero te ves muy bien con el cabello mojado y tus piernas… son…
Chaerin enarcó una ceja y decidió atenerse a las palabras. O tal vez ese era el punto. Estaba demasiado nerviosa para pensar.
-Y luego besaste mi mejilla, lo que trituró mi cerebro incluso más de lo que ya estaba. Así que me vine a casa y tomé una siesta y no hice nada. Y me desperté aún con este monólogo en mi cabeza, que por cierto, no sonaba como ahora. Era más elocuente y con grandiosas palabras… así que… te escribí un correo electrónico, porque pensé que tal vez sería más fácil. Para las dos. Bueno, principalmente para mí, pero para ti también. Sin embargo, se lo he enviado a mi profesora por error, por lo que no lo has recibido.
Chaerin la miraba con una intensidad que hizo a Dara tragar con dificultad. Olvidó momentáneame
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