6 meses después…

“Hola cariño, ¿necesitas compañía?”, una mujer con un vestido muy corto y ajustado se acerca a mí trazando la línea de mi brazo con su dedo índice, un intento descarado para llamar mi atención.

La ignoro, pero ella sigue insistiendo.

“Piérdete”, la miro a los ojos perdiendo la paciencia, la chica hace una mueca y se va ofendida.

Siempre es así todas las noches, voy a un club a tomar unos tragos y antes de que esté totalmente ebrio regreso a mi departamento, después de todo no quiero que se haga un escándalo y darle de que hablar a los medios cuando la boda está cada vez más cerca.

La boda…

La boda solo es un lazo para la unión y expansión de dos empresas, nos beneficiará a ambos, pero… pasar el resto de mi vida con una extraña… fue la única salida que pude encontrar en ese momento.

Después de tanto… no he podido olvidarla.

No creo poder hacerlo.

Que miserable…

Tomo el último trago y me levanto sintiéndome un poco mareado, me dirijo hacia la salida pero algo me detiene abruptamente. Una figura familiar con alguien que no esperaba ver.

Ese bastardo.

Sin pensarlo me dirijo hacia él y lo le doy un gran golpe en la cara.

“¿No tienes aunque sea un poco de respeto por Hana?”, después de tantos meses de evitar mencionar su nombre, aún en mi mente, me cuesta trabajo nombrarla.

El bastardo limpia su boca donde comienza a salir sangre y su acompañante lo ayuda a levantarse.

“¿Respeto?”, se ríe.

Mi sangre hierve, no debería importarme, después de todo ella fue quien se lo busco al regresar con él, pero el pensar que pueda estar sola en casa esperándolo, incluso llorando por un maldito que le está viendo la cara una y otra vez, mi instinto protector regresa.

“Yo no soy el que la dejo y está a punto de casarse con otra”, él escupe.

Lo tomo del cuello de su camisa con fuerza, nuestros rostros a escasos centímetros.

“Aquel día, ella regreso a ti, creyó en ti como para ir de nuevo contigo, y tú ¿le respondes de esta manera? maldito hijo de puta”

Vuelve a reír.

“Ahora lo veo… ni tu ni yo la merecemos. Yo sé lo que hice, pero al parecer tú no. Cuando la cite ese día ella vino a mí, pero no para regresar conmigo, sino para decir adiós y decirme sus verdaderos sentimientos”

Él se suelta de mi agarre.

“Niña tonta. Te escogió a ti pero tú no fuiste capaz de responderle de la misma manera y creer en ella”

Sus palabras se clavan una a una a mi pecho y me están dejando sin oxígeno. Estoy tratando de procesar cada una de sus palabras.

No…

No es verdad.

“¿Quién es el maldito hijo de puta ahora?”

Pasa a un lado de mí chocando contra mi hombro.

“Ah, por cierto. Felicidades por tu boda”

…

El pasillo está completamente vacío, todos los niños están afuera en el patio jugando. Conforme me voy acercando al salón que me indicaron una suave y triste melodía comienza a escucharse, es… ella.

Llego hasta la puerta, pero hoy no entraré, esperaré el momento. Cierro mis ojos y dejo que la melodía me absorba.

Sonrío.

Así fue como la conocí… cuando éramos niños, mis padres estaban platicando con el director de la escuela de música y yo estaba aburrido, así que me decidí a explorar el lugar en el que pasaría varias horas hasta que mi madre se sintiera satisfecha y me metiera a otra clase. Fue entonces que escuché una hermosa y cálida melodía que me atrajo más y más hasta que llegar al salón donde provenía y fue cuando vi por primera vez a Hana.

Pensé que estaba presenciando la melodía de un ángel, recuerdo su hermoso e infantil rostro sumergido en la melodía.

“¿Está buscando a mi profesora, señor?”, un pequeño niño jala de mi pantalón para obtener mi atención.

Sonrío gentilmente y me hinco hasta quedar a su altura.

“Así que ella es tu profesora”, el pequeño asiente con una gran sonrisa.

“Gracias a mi profesora, puedo tocar mejor y hacer muy feliz a mis papás”

“¿hacer feliz a tus papás?”, mi corazón se contrae al comprender lo que Hana ha estado haciendo, lo que siempre ha soñado hacer.

“¡Si! Ella siempre nos dice que toquemos con el corazón y así haremos felices a más personas”, la sonrisa del niño se va desvaneciendo poco a poco, “pero… aunque nuestra profesora nos diga eso, ella siempre está triste, y en el receso siempre se queda a tocar melodías muy tristes”

Eso me toma por sorpresa, siento un pinchazo en el pecho.

“No la vemos sonreír mucho, nos dijo que tuvo un accidente y que no podía tocar bien, pensamos que es por eso que siempre está triste”, el niño dice desanimado.

Siento un nudo en mi garganta y una fuerte opresión en mi pecho.

Lo siento…

“La admiras mucho ¿no es así?”, trato de controlar mi voz que está a punto de quebrarse por la nueva información.

“¡Mucho!”, la sonrisa del pequeño vuelve sus ojos brillando, “soy su fan #1, iré a ver su presentación de regreso”

“¿Presentación?”, finjo no saberlo.

“¡Siiiiii! Estaré en primera fila”, el niño dice orgulloso, le dedico una sonrisa.

“Entonces te veré ahí”

“¿Ud. También es admirador?”

Asiento.

De hecho más que eso…

“Pero esto debe ser un secreto entre nosotros ¿vale?”

Autor

Hana está en su camerino, arreglando los últimos detalles de su atuendo, trae puesto un hermoso vestido de un suave color lila, su cabello alzado en un elegante moño y un natural maquillaje que le da más vida y luz a su demacrado y cansado rostro.

Ya es hora, jamás había estado tan nerviosa, ni siquiera en su debut.

Ahora sus manos responden mejor y realizar otro de sus más anhelados sueños que es dar clases a pequeños, la ha ayudo mucho.

Hana respira profundamente y lista sale de su camerino, todos a su alrededor le desean suerte y no se ha dado cuenta que desde que llego, incluso mucho antes, ha sido observada con adoración y amor por un apuesto joven, quien se niega a aparecer hasta que sea el momento.

En el momento en el que Yuri la ve salir de su camerino se queda sin palabras de lo hermosa que se ve, un frágil y delicado pero bello ángel, sonríe con orgullo al ver que el vestido le queda perfectamente.

Él ha estado detrás de todo, se puso en contacto con su representante para coordinar todo, absolutamente todo, y el vestido, fue un regalo de él, diseñado e inspirado exclusivamente para ella, toda la decoración, su vestido, su piano están inspirados en Hana.

Incluso el gran teatro fue hecho sólo para ella, un santuario que el mismo Yuri diseño, coordino y construyo para Hana hace tiempo, un teatro símbolo de su inmenso amor por ella, pero que jamás se dio la oportunidad de mostrárselo, hasta hoy.

Hana en su lugar, está embelesada por este hermoso teatro, jamás había escuchado de él, tal vez es nuevo y realmente es mágico, todo absolutamente todo es de color blanco y hermosamente adornado con rosas de color lila, el mismo color de su vestido.

Cuando su representante le hablo repentinamente de que volvería a los escenarios ella dudo pero su representante insistió y fue todo un fenómeno, en revistas, periódicos, internet, televisión, espectaculares en todos lados hablaban su regreso.

Anuncian la tercera llamada y Hana ya está en su posición, lista, sus manos están sudando pero cree en ella misma.

Cree en su corazón.

El telón se abre y todo el mundo aplaude cuando el telón se abre, Yuri quien se encuentra en el backstage también aplaude.

Hana recibe el público con una reverencia, se sienta en su lugar, moviendo su cuerpo con gracia y elegancia cautivando los corazones del público quien admira su belleza, Yuri incluido.

Hana cierra sus ojos, teniendo siempre presente la imagen de él, pues esta melodía significa mucho para ella, una suave sonrisa se dibuja en su rostro, posiciona los dedos en las teclas y comienza a tocar una cálida y hermosa melodía.

El corazón de Yuri se detiene, él conoce esa melodía, es la melodía que ella tocaba en aquel salón cuando niños, la primera vez que se conocieron, la primera vez que sus miradas se encontraron, esa primera vez que el corazón de Yuri fue cautivado y exaltado.

Él se da cuenta que es un poco diferente, tiene un nuevo sentimiento, un fuerte y emotivo sentimiento. Está dando un mensaje y lo que Hana no sabe es que su mensaje está siendo escuchado por esa persona especial.

Yuri se deja llevar por la melodía, hermosos recuerdos regresan a la mente de él y a su vez Hana también está pensando en lo mismo, sus corazones están conectados.

La melodía llega a su fin y el público enloquece.

El concierto sigue su cronograma exitosamente y cuando termina la canción final, Hana se levanta y agradece a su público, recibiendo una lluvia de flores.

Hana se siente feliz, satisfecha por aún poder transmitir algo a las personas a su alrededor y que sus manos hayan respondido bien, aunque comience a sentir un poco de dolor y cansancio. Pero eso no es importante ahora, ella está disfrutando.

“Señor, todo listo”, la asistente de Yuri le anuncia y Yuri ensancha más su sonrisa asintiendo con la cabeza.

Él sabe que todo lo que está haciendo y hará no será suficiente para ganarse de nuevo el corazón de Hana. Pero él quiere intentarlo, todos los días, cada momento, cada minuto lo mucho que Hana significa para él.

Después de un largo tiempo de ovaciones, despedidas, fotos y algunas entrevista, regresa a su camerino y al entrar se encuentra con un hermoso mar de rosas lilas, toda la habitación está impregnada de su delicioso aroma.

En medio del tocador, hay una nota, Hana se acerca y la lee.

“Ve al escenario”

Una simple frase, mira a su alrededor. Insegura sale de su camerino y se dirige de nuevo al escenario, no hay nadie, no hay absolutamente nadie.

Hana sube de nuevo al escenario y se queda sorprendida al mirar el vacío lugar, ahora puede admirar con mayor atención aquel hermoso y delicado teatro.

Yuri sube silenciosamente al escenario admirando a Hana, lo bella y delicada que es ante sus ojos, lo mucho que ha florecido, ninguna de estas flores se compara con la belleza de este hermoso ser enfrente de él.

“Estás hermosa…”, Yuri dice en voz alta sin pensar y Hana se congela en su lugar al reconocer aquella familiar voz. Ella se da la vuelta para encontrarse con aquellos ojos que nunca creyó volver a ver, su corazón se acelera.

“Yuri…”, son las únicas palabras que salen de sus temblorosos labios, él se acerca un poco más a ella cautelosamente. El corazón de Yuri se contrae al escuchar su nombre salir de esos hermosos labios, esos labios que él ha extrañado tanto.

Si tan sólo él hubiera creído en ella, si tan solo ella hubiera luchado, no estarían pasando por este sufrimiento.

“¿Qué… haces aquí?”, es lo único que Hana puede decir, después de todo él no tiene por qué estar aquí ¿cierto?

“Este es mi teatro”, Yuri no pretendía sonar duro y decir eso, pero la ola de sentimientos está dominándolo, molesto con él mismo, molesto con ella.

Es tu teatro…

De inmediato Yuri se arrepiente al haber dicho esas palabras sin pensar al ver la expresión herida de Hana.

Hana baja la cabeza comprendiendo sus palabras, sintiéndose tonta por pensar que probablemente él estaba aquí por ella.

Él será un hombre casado… no está aquí para verte.

“Yo… si hubiera sabido, yo no habría aceptado presentarme aquí. Lo siento”, Hana balbucea con voz herida, es natural que él no quiera verla y menos si este lugar le pertenece, siente un fuerte dolor en el pecho al comprender que él solo vino para eso, para alejarla, “siento haberte incomodado, yo… me iré de inmediato”

Hana se dirige rápidamente hacia la salida pero la mano de Yuri la detiene, sintiéndose mal. Él no quiso decir eso.

Nunca.

“¿Por qué no me lo dijiste?”, es lo primero que sale de su boca, entrando en pánico al verla irse.

No.

No la volverá perder.

Hana mira la mano de Yuri y después al él, confundida, “¿Por qué no me buscaste?”, Yuri comienza a sentir de nuevo esa cólera, “¿por qué no luchaste por nosotros?”

Hana no responde

¿Qué caso tiene ahora?

Ella forcejea tratando liberarse del fuerte agarre de Yuri, pero él no la dejará ir.

“¡Hana contéstame!”

“¡Tú mismo lo dijiste, yo no te merecía!”, Hana no puede contenerse y todo lo que había estado guardando muy profundo en su corazón todo este tiempo se libera, deja de luchar y comienza a llorar silenciosamente, a romperse en mil pedazos enfrente de él.

Y él le había dicho que él quería ser quien la hiciera feliz, y está haciendo todo lo contrario.

Yuri recuerda aquellas y las demás palabras que él le dijo aquel día, arrepintiéndose de aquellas que la hirieron.

Él, más calmado, abraza el frágil cuerpo de Hana. Ella no lo aleja, cuanto había extrañado sus brazos, reconfortándola, protegiéndola. Por una vez más, solo una vez más, quiere mentirse a sí misma.

En el momento en que los brazos de Yuri rodearon el cuerpo de Hana se fue calmando, sintiéndose bien al tenerla al fin en sus brazos.

“Cuando fuiste con él… ¿qué fue lo que le dijiste?”, Yuri pregunta una vez que Hana se ha tranquilizado, su cabeza está descansando en el pecho de él mientras que él la sostiene gentilmente.

Hana se tensa ¿por qué sigue mencionando lo que paso aquel día?

“Eso ya no importa”, Hana dice tranquilamente y aspira suavemente el exquisito perfume de Yuri.

“¿Por qué no?”

“Pronto serás un hombre felizmente casado, con una mujer que realmente te merece y te pueda dar todo lo que necesi-“

“Tú eres todo lo que necesito, Hana”, la abraza más fuerte, “todo…”.

Hana levanta su rostro, preguntándose si escucho bien.

Yuri lleva su mano a la mejilla de ella y gentilmente limpia sus lágrimas. Hana en su lugar está buscando profundamente en los ojos de Yuri.

“Pretendo casarme en un futuro, pero con la mujer que yo amo”, el rostro de Yuri se acerca al de Hana lentamente cerrando sus ojos, “y esa eres tú, Hana. Tú”, sus labios están rozando suavemente los de ella.

“Te amo…”, susurra y sus labios presionan en los delicados y dulces labios de ella.

Hana no tiene las fuerzas para luchar, y tampoco quiere hacerlo así que deja que los labios de Yuri la dominen, ambos compartiendo los mismos sentimientos. Las manos de Yuri aprisionan la cintura de Hana y la presiona más contra su cuerpo, no dándole la oportunidad de que pueda escapar, ella pertenece a sus brazos.

Siempre…