El sol se asoma por la ventana anunciando la mañana de un nuevo y no bienvenido día. No dormí, pase casi toda la madrugada buscando a Yuri y con la esperanza de que ya estuviera en su departamento regresé, aun cuando él me había ordenado que no me quería aquí.

Pero no me importa.

Lo esperaré.

Él tiene que escucharme, tiene que escuchar lo que mi corazón tiene que decirle.

Las horas siguen pasando, intento llamarlo de nuevo, a su trabajo a su celular pero no hay respuesta. Estoy comenzando a preocuparme y entrar en pánico, la hora de mi cita con Kou se acerca, estoy pensando seriamente en no ir hasta no ver a Yuri pero descarto esa posibilidad, tengo que terminar y cerrar mi historia con Kou primero.

Suspiro y me levanto de mi lugar, me dará tiempo de ir a mi casa y cambiarme.

Espero que Yuri esté en de vuelta cuando yo ya haya terminado, con más calma.

Recordar la reacción de Yuri la noche anterior… duele.

Yuri… sólo espera un poco más, por favor, sólo… un poco más.

…

Estoy enfrente de la puerta donde Kou me citó.

Ya es hora.

Toco la puerta y a los pocos segundos Kou abre la puerta, sus ojos se abren sorprendidos y de inmediato una sonrisa se dibuja en su rostro, una sonrisa que alguna vez yo amé.

Pero ya no.

No hoy.

“¿Puedo pasar?”, mi voz suena sin vida y cansada, sólo quiero terminar de esto de una vez y volver donde Yuri. Kou asiente y se hace a un lado cediéndome el paso.

El lugar es espacioso y grande, una nueva villa tal vez.

“¿Te gusta? Me acabo de mudar… un nuevo lugar, un nuevo comienzo”, no digo nada, mi mirada se pierde en la vista que hay a través de los enormes ventanales.

“Creí que no vendrías…”, Kou susurra en mi oído y sus manos abrazan mi cintura por detrás.

No…

Estos no son los brazos que yo necesito en estos momentos.

“Kou”, me doy la vuelta deshaciéndome de su abrazo, pero él de inmediato captura mi rostro entre sus manos y posa su frente contra la mía.

“Lo siento”, susurra y por primera vez su voz y ojos son sinceros, “Yo… lo que te hice, fui cobarde pues yo no creía en el amor. Tenía miedo, sabía que tú eras alguien especial para mí, pero no quería aceptarlo y complicar las cosas… me aferré a otra mujer para poder olvidarme de ti y dejar que esos sentimientos tan fuertes dejaran de torturarme y convertirme en una persona que yo creí no era”, Kou cierra los ojos, “fui un cobarde, un estúpido y sé que tú mereces alguien mejor, pero…”, sus manos dejan mi rostro, bajan por mi cuello, mis hombros hasta mi cintura de nuevo.

Cuantas veces anhelé que Kou me tocara como lo está haciendo en este momento.

Todo el tiempo.

Pero ahora… no siento nada.

No son las caricias que yo anhelo ahora, no son las caricias que hacen que mi corazón se aceleré y me dejen sin aliento, no son las caricias gentiles que me hacen sentir amada.

No, no son sólo las caricias.

Es la persona, Kou ya no es la persona que yo anhelo.

Es Yuri, y ambos lo tienen que saber. Aunque mi cuerpo está aquí, mi mente, corazón y alma están con él en estos momentos… dondequiera que esté.

“…tú eres a quien yo quiero”, sus labios comienzan un peligroso recorrido por mi cuello, me alejo de inmediato, él me mira herido y trata de alcanzarme de nuevo peor yo niego con la cabeza.

“Ya es demasiado tarde, Kou…”

Yuri

El lugar… está vacío.

Sonrío.

¿Qué esperabas Yuri?

Si… esperaba que ella aún estuviera aquí.

Fue a donde él.

Ha tomado su decisión.

Saco mi celular y marco rápidamente un número.

“La oferta que me acabas de hacer… Acepto”, cuelgo.

Ya no hay vuelta atrás.

Está decidido.

El teléfono no tarda en vibrar una y otra vez, llegándome notificaciones de artículos y noticias, mensajes de reporteros, socios y amigos, felicitándome e interrogándome.

Sonrío agriamente.

Ella no pierde el tiempo, en estos momentos el mundo ya sabe lo que Chinen Yuri está por hacer.

Será mejor que me prepare, será una tarde larga.

Hana

Salgo corriendo y detengo el primer taxi que veo, al subir le digo al conductor la dirección del edificio de Yuri.

Si no está ahí regresaré a su departamento.

Pero lo encontraré y escuchará lo que tengo que decir.

En mi lugar, juego con mis dedos, ansiosa por llegar.

“Noticias importantes, el presidente de una de las más grandes empresas en Japón y en todo el mundo, Chinen Yuri, acaba de anunciar su compromiso con la heredera de una prestigiosa empresa que comienza a crecer…”

Mis oídos no captan lo demás, se enfocan en una sola palabra.

¿Compromiso?

“Vaya, ya era hora que el joven Chinen encontrara a alguien y mira que escogió a una hermosa dama”, el conductor dice escuchando las noticias de la radio, “ese es al lugar que nos dirigimos  ¿cierto? ¿está segura que quiere ir a ese lugar? Estará lleno de reporteros”

No puedo pensar en estos momentos.

No…

Esto es una broma ¿cierto? Uno de esos rumores que inventan.

“¿señorita?”, el conductor me vuelve a llamar y yo asiento sin siquiera verlo.

Busco mi celular rápidamente y marco su número.

Suena y suena, no hay respuesta.

Marco de nuevo.

Por favor Yuri… por favor.

Dime que no es cierto, dime que sólo es un rumor de mal gusto.

No hay respuesta.

“Vaya, vaya, esto era de lo que le estaba hablando, señorita”, el conductor se detiene cuando un policía se pone enfrente del taxi haciéndole señas de que no hay paso.

Miro a mi alrededor, hay demasiadas personas con cámaras y micrófonos. Hay un alboroto y todas las personas se empujan y comienza a haber caos, una pareja va saliendo del enorme e intimidante edificio tomados de la mano.

Mi mundo se congela.

No era mentira…

Yuri con una hermosa mujer a su lado quien tiene la frente en alto y orgullosa, sonriendo y saludando a todos los reporteros.

Los reporteros tratan de abordarlos pero personas de seguridad los detienen.

Dejo de escuchar todo a mí alrededor y me enfoco en ellos.

Yuri esta sonriente y posa su brazo alrededor de la cintura de aquella elegante y desconocida mujer, la acerca a él y planta un beso en sus labios ocasionando que los reporteros enloquezcan y los flashes de la cámara no dejen de cesar.

Aire.

Me falta aire.

“¿señorita? ¿señorita se encuentra bien?”, el conductor que probablemente me ha estado llamando todo este tempo me está mirando confundido y asustado. “¿la dejo aquí?”

Vuelvo a mirar donde esta Yuri y esa mujer, ellos están saludando a las cámaras, sonrientes.

Agacho la cabeza, dejando que la lágrimas se apoderen de mí, una sonrisa se forma en mis labios al darme cuenta de la ironía de mi vida.

Para mí ya es tarde también, ¿cierto Yuri? ¿Eso es lo que tratas de decirme?

No soy competencia para esa hermosa y elegante mujer. Ahora lo veo, no soy digna de él.

“Vámonos” se me quiebra la voz.

Perdí a mis padres, perdí lo que más amo hacer y ahora lo perdí a él.

Estoy sollozando no importándome nada, necesito sacarlo todo antes de que termine conmigo.

No tengo derecho de ir y pedirle a Yuri que no me deje, simplemente no tengo ese derecho cuando ya lo he lastimado demasiado, cuando lo hice esperar por tanto tiempo.

Cómo él dijo y tiene razón… yo no lo merezco.

Ni siquiera puedo enfadarme o sentirme traicionada, porque sé que todo esto lo merezco. Él se merece a alguien mejor, y al parecer la ha encontrado.

Yuri… sólo te deseo que encuentres en ella lo que yo no pude darte.

¿Yuri?

Sé feliz.