__ ¡Auch! Oye… que violenta…-abulte los labios y me sobe el brazo a pesar de que el golpe no fue para nada fuerte. Ella curveó los labios pero note el como sus ojos no reflejaban nada.

Hyomin...

Algo me decía que esa chica tenía que ver con el estado de ánimo de Eunjung.

__Hey, nena… ¿Qué pasa?.- me acerqué a ella y le sonreí acariciándole la mejilla ¿Es que como evitar sonreír cuando estoy con ella? Ya había perdido bastante tiempo al estar lejos, aunque eso me hizo darme cuenta de que era los que quería y que debía luchar por ella.

De nuevo no me respondió pero en medio de ese silencio pude notar como ella no dejaba de mirarme, lo cual me agradó. Se humedeció los labios, su respiración chocaba contra mí, podía sentirlo. Estaba nerviosa ¿Yo la ponía así?

Me acerque y a medida que esto ocurría obviamente que la distancia desapareció, ella no se alejo lo que me incito a seguir , tomaría el riego. Para mi el pasó de los segundos fue mas lento.

¿Aún podría ser yo su primer beso?

Nuestros labios se unieron, los de ella eran suaves y su sabor dulce, claramente sabían a chocolate como su helado. Eunjung no sabía que hacer pues movía con torpeza sus labios, era jodidamente tierna. Claramente yo tome el control de la situación, no me apresuré, fueron movimientos lentos y delicados junto algunos cuantos roces, era de esas veces que no quieres que termine y no tienes la intención pero pasa dando fin.

Al terminar que fue por su causa, bajó la mirada nagandose a mirarme, aunque yo estaba complacida por el beso era mas que obvio que ella quería que se la tragara la tierra.

__Te llevare a casa, tengo ganas de saludar a tu madre.-me puse de pie y le extendí mi mano para que la tomara, tras vacilar lo hizo.

Le dejaría que asimilara lo que había ocurrido, a mi parecer todo iba bien. Además ahora sabía que tenía asegurado ser yo quien estuviera en los pensamientos de Ham.

Sonreí para mis adentros y sutilmente entrelacé mi mano con la de Eun, ella se estremeció, lo sentí. Me miró y se mordió el labio, me encantaba cuando no sabía como actuar ante alguna situación.

La dejé frente a su casa y le hice un ademán para que entrará, lo de ver a su madre era solo un pretexto para acompañarla.

__Te veo mañana.-afirmé con una divertida sonrisa.

__¡Eunjung! Al fin llegas...-su madre salió a su encuentro y tras abrazarla me miro de soslayo.- Tenemos que hablar es urgente, gracias por traerla a casa jovencito.

Eunjung no tuvo tiempo ni de despedirse de mi pues fue arrastrada por su madre al interior de la casa.

¡Un momento! ¿Sigue pensando que soy un chico?  No puede ser...