I'm cute. I'm hot. This is cool.

Iguales.

La luz entró por la ventana y se chocó contra tu cara. Murmuraste algunas palabras malsonantes y empezaste a dar vueltas por la cama, removiendo aún más las sábanas. Tu pierna asomó por el borde, y sin darte cuenta, poco a poco, tu cuerpo se fue deslizando fuera de la cama.

Notaste el frío suelo contra tu cuerpo y abriste mucho los ojos. Rápidamente te pusiste de pie, y tus ojos se entrecerraron. Caminaste hacia la cocina como si fueras un zombie, y cogiste una manzana del frigorífico. Volviste a tu cuarto y te sentaste en la silla frente al escritorio. Te mirabas los pies, tu visión estaba un poco nublada y exactamente no tenías ni idea de qué estaba pasando. Dejasta la manzana sobre la mesa y le diste al botón de encender el ordenador. Subiste tus piernas en la silla, y las cruzaste. Pensaste que hacía frío y que deberías de ponerte pantalones, pero luego te reíste porque los pantalones estaban en el cajón y tendrías que hacer esfuerzo para cogerlos.

Esas eran tus mañanas.

Introduciste la contraseña en el ordenador y mordiste la manzana. Recordaste que tenías que empezar a componer alguna melodía para tu último trabajo y las mariposas empezaron a despertarse en tu barriga. Abriste el programa y probastes algunas herramientas. Cantaste el rap que compusiste un par de veces para encontrar tu inspiración, pero no dio resultado.

Otro mordisco a la manzana.

Te frotaste los ojos.

Estiraste los brazos por detrás de tu cabeza.

Sonó el móvil. Un mensaje.

Estiraste la mano para alcanzarlo, estaba en la esquina de la mesa. Un mensaje de Zico.

''¿Zico?'' levantaste una ceja extrañada. Las mariposas de tu barriga se agitaron un poco. Decidiste no mirar el mensaje hasta más tarde así que dejaste el móvil sobre la mesa. Suspiraste y apoyaste tu cabeza sobre la madera.

Los siguientes minutos consistieron en no moverte mientras dabas golpecitos en la mesa con los dedos, hasta que encontraste el ritmo. Volviste rápidamente al ordenador y expirimentaste. Escuchaste lo que acababas de hacer, y asentiste con la cabeza.

Cogiste el móvil y abriste el mensaje.

De. Zico

Para: Yo.

''Buh~''

No pudiste evitar no reirte tontamente al recordar el susto que te dio Zico la noche anterior. Decidiste no contestarle aún y continuar con la canción.  30min más tarde gritaste de alegría al terminar. Lo escuchaste cuatro veces seguidas, a la vez que cantabas el rap que habías compuesto. Tus manos se movieron rápido.

Para: Zico

De. Yo.

''EEEEEEEEEHYO! Ven a mi casa esta tarde, intenta no perderte.

AH, Y NO HABLES CON EXTRAÑOS POR EL CAMINO~ :p''

Unos minutos más tarde recibiste su respuesta:

De. Zico

Para: Yo.

''OKI-DOKI. Allí estaré. Tendré cuidado por el camino :(''

Mientras leías la respuesta de Zico, tu móvil empezó a vibrar, era una llamada de Zack. Lo dejaste sonar durante unos cinco segundos, hasta que le respondiste.

''¿Sí?''

''Eh Revy, estoy en la puerta.''

Las mariposas de tu barriga dejaron de volar, y parecieron estrellarse fuertemente. No estabas segura de querer ver a Zack otra vez, o al menos no en aquel momento.

''Voy'' respondiste secamente.

Cogiste tus pantalones de pijama que estaban sobre la cama y te los pusistes en tu camino a la puerta. La abriste torpemente y sonreiste a Zack. Él te miró extraño, de arriba a abajo sin decir una palabra. Esa mirada, la odiabas, te hacía sentir inferior. Le intentaste sonreir. Se te erizño el pelo de la nuca al ver que te devolvió la sonrisa. Era realmente atractivo.

Zack era tu novio desde hace unos seis meses, era alto y guapo, con esa pizca de chico malo que a todas les vuelve loca. Su pelo era corto y rubio chillón, y su boca con labios finos esbozaba sonrisas irresistibles. Le dijiste que entrara y así hizo.

''Perdón por el desorden, y perdón por estas pintas, no esperaba que vinieras.''

''¿Sabes que te has puesto los pantalones del revés, verdad?''

''Pues ahora que lo acabas de decir, sí.'' Te miraste las piernas, ya notabas que algo no encajaba bien. ''Me los he puesto en el camino para abrirte la puerta.'' Te reiste de ti misma.

''Tampoco me hubiera importado que no los tuvieras puestos'' Levantó una ceja mirándote, sus ojos traviesos. Vuestros cuerpos se acercaron, entraron en contacto. Echabas de menos el calor de su cuerpo, sus ojos sobre los tuyos, pero había algo que no te hacía sentir cómoda.

Posó sus labios sobre los tuyos, calidos y suaves, pero apasionados y juguetones una vez que empezaron a moverse, así como su lengua. Sus manos te acariciaron la espalda y jugaron con tu ropa. Llevaste las manos a su cuello caliente mientras el beso se hacía aún más profundo. Empujó tus caderas contra las tuyas, sentiste el calor, la excitación del momento.

''¿Sabes ya por qué los pantalones eran innecesarios?'' te susurró al oido.

De pronto, todo aquello dejó de gustarte. La conversación de la noche anteror con Zack pasó por tu cabeza, su indiferencia, su sequedad, todo aquello comparado con ahora... ahora te hacía sentir segura, querida... ¿pero era realmente cierto? Si bien, te sentías utilizada.

Posaste las manos sobre tu pecho y empujaste suavemente su cuerpo para apartarlo de ti, el beso se rompió. Sus ojos se clavaron en los tuyos, dudosos. Pero ignoró tu mirada y quiso continuar con el beso, le esquivaste, pero insistió en encontrar tus labios.

''No.'' protestaste. Sus manos continuaron moviéndose.

''Z-zack.'' Sus caricias se volvieron quemaduras sobre tu piel. Por mucho que intentaste liberarte de su cuerpo, no lo conseguías. Le agarraste una de sus manos con la tuya y la apartaste de tu cuerpo. ''¡Para!'' gritaste.

Notaste un fuerte golpe sobre tu mejilla, te llevaste las manos sobre ella. Su cuerpo se despegó del tuyo, luchaste por no perder el equilibrio. Tus ojos se llenaron de lágrimas al instante.

MIraste a Zack, se mantenía quieto, mirándote fíjamente, no sabías si estaba enfadado, o arrepentido. Se miró la mano. Sin decir una palabra caminó hacia la puerta y se fue, cerrándola tras él.

Corriste hacia tu habitación. No conseguías hacer que las lágrimas dejaran de correr por tus mejillas, una de las cuales ardía como el infierno. Tomaste aire, intentando no perder los nervios y explotar en sollozos. Te miraste al espejo, tu pómulo estaba rojo oscuro, y un poco inflamado. GENIAL.


El cielo estaba nublado aquel día, mi camino se estaba haciendo bastante largo, así que me pregunté más de una vez si me habría perdido en busca de la casa de Sigma. No sería algo raro, me suelo perder con facilidad, lo mío no es memorizar caminos.

Terminé en una calle que me parecía familiar, pensé que sería la que estaba buscando, claro que de día la visión cambiaba. Aproveché que una señora salía de uno de los edificios para sujetar la puerta y entrar dentro. Subí unos cuantos pisos leyendo los nombres de las puertas.

''Seré idiota'' me quejé de mí mismo. No sabía el apellido de Sigma, ni siquiera SIgma era su verdadero nombre.

Cogí mi teléfono y la llamé, tardó un poco en contestar.

''¿Sí?''

''¡Hola Sigma! Estoy por aquí, pero no sé cuál es tu puerta.''

''3ºI''

''Allá voy'' colgué el móvil y subí un par de escaleras hasta llegar a la puerta. Justo antes de llamar, esta se abrió, y entonces la vi.


 

Zico estaba en la puerta con una gran sonrisa en su cara, no llevaba gorra, y pudiste ver mejor los rasgos de su cara y su pelo oscuro. Le sonreiste, aunque tu mejilla aún dolía. Una vez que dejaste de llorar como una tonta después de lo ocurrido, pasaste toda la tarde escuchando música y trabajando en tu canción, intentando ignorar todo lo ocurrido con Zack. También te habias tomado la molestia de ponerte ropa decedente durante el resto del día.

''Ven, sígueme.'' le hiciste un gesto con la mano para que te siguiera, y fuiste hasta tu cuarto donde te sentaste en tu silla de trabajo y le hiciste un gesto con la cabeza para que se sentara en una que se encontraba a tu lado.

''Espera.'' Le dijiste a Zico mientras hacías los últimos retoques a tu canción.

Zico miraba al ordenador, y a veces fijaba su mirada sobre ti.

''WA! SIGMA! ¿Te gustan estas cosas?'' se rió Zico mientras agarraba el peluche de Hello Kitty que estaba sobre tu cama.

''¡EH! Suelta eso, es mi peluche favorito'' te quejaste con un tono de niña pequeña.

''¿Hello Kitty?'' se rio Zico.

''No seas tonto, es preciosa.''

''Es cursi''

''Soy cursi''

''No creo, no me das esa impresión. Pero el hecho de que tengas una Hello Kitty como peluche favorito te hace un poco adorable.''

''¿Yo adorable?'' te reiste.

''Adorable e inocente. Qué cosas.'' Te miró divertido.

''Sí bueno, al menos no doy miedo como tú.''

''¿UE? ¿Miedo? ¿Por qué te doy miedo?'' Zico abrió mucho los ojos mientras te miraba con la boca abierta.

Te reiste.

''Un poco de miedo... no sé... eres alto... y... no sé. Pero mi Hello Kitty te queda bien, también te hace adorable.''

Miraste a Zico divertida, notaste que estaba un poco picado ante tu comentario, y le levantaste una ceja a la vez que te cruzaste de brazos. Zico te miró fijamente, y cuando menos te lo esperaste adoptó una pose adorable con su cara, como si fuera un niño de cuatro años y dijo con voz de bebé.

''Soy mono, soy guapo, soy guay''

Estallasteis a carcajadas. No lo podías negar, era adorable.


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Comments

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alobato #1
PERDON POR NO HABLAR BIEN ESPANIOL
alobato #2
QUE NO SIGAS CON EL HISTORIA
alobato #3
ES UN PENA
alobato #4
Dios mío, estoy enganchadísima, y ese nuevo grupo? :3
Sigue así!
alobato #5
Me encanta *.*