Me desperté con una sensación muy extraña. Abrí los ojos lentamente y por alguna razón la cama parecía mucho más grande de lo que recordaba. Inspeccioné la habitación, y me di cuenta de que no era solo la cama, si no toda la habitación lo que era más grande. Me levanté confusa y me miré las manos, pero para mi sorpresa, lo que estaba viendo no eran manos, sino que eran unas peluditas y blancas patitas de animal. Intenté gritar, pero lo único que salió fue un extraño chillido agudo. Bajé de la cama con un saltó y me puse ante el espejo. No podía creer lo que estaba viendo, ¡me había convertido en un conejo!

Yo: ¡Nooo!-grité con una voz aguda y estridente.

XXX: ¿Se puede saber que pasa?

Me di la vuelta y vi a mi perrito sentado en en suelo.

Yo: L-luhan ¿has ablado tu?-pregunté aun en shock.

Luhan: ¿Cómo sabes mi nombre? Espera-dijo acercándose y olfateándome-. ¿ Eres ______? Si, eres tu.

Yo: Luhan puedes hablar-dije feliz-. Oye, ¿Por qué nunca me has hablado?

Luhan: Pero si te hablaba siempre, pero tu no me entendías. ¿Qué te ha pasado? Estas fea, aun si te hubieses convertido en una perrita.

Yo: ¡Oye! ¿Crees que me gusta ser un conejo?-pregunté-. Tienes que ayudarme a ser como antes Luhan.

Luhan: Cuenta conmigo, haría lo que fuera por ti.

Yo: Gracias peque.

Ambos salimos de mi cuarto en busca de la señora Kim.

Yo: ¿Crees que podré comunicarme con ella?-pregunté nerviosa.

Luhan: No lo sé, hasta ahora no sabía que los humanos os convertíais en animales. Seguro que es por culpa de esos humanos raros que tanto te gustan.

Yo: Oye, no son raros-dije molesta.

Luhan: Vale, no te enfades.

Yo: No podría enfadarme contigo aunque quisiera. Eres mi chico preferido ¿recuerdas?

En eso apareció la señora Kim.

Sra Kim: ¿Pero de dónde has salido pequeñín?-dijo refiriéndose a mi.

Yo: Oye que soy una chica-repliqué.

Sra Kim: ¡Oh dios mío! ¡Puedes hablar!-gritó sorprendida.

Yo: Omma, hablo desde los tres años, no es algo nuevo-dije con sarcasmo.

Sra Kim: ______ ¿Eres tu?-preguntó sorprendida-. ¿Qué te ha pasado?

Yo: No lo sé, ayer hice lo que me dijiste para cumplir mi deseo y ahora…

Sra Kim: ¿Pediste ser un conejo?-rió divertida- Sabía que te gustaban pero no imaginé que llegarías a este punto.

Yo: No pedí ser un conejo-repliqué-. Esto no es lo que yo quería. ¿Por qué ha pasado esto? Yo solo pedí conocer a B.A.P?

Luhan: Lo sabía, es todo culpa de esos raros. Ya decía yo que alguien que adorase a los conejos no podía ser de fiar. Si fuesen buenos adorarían a los perros. ¿Qué se supone que tienen los conejos? Si no hacen nada, y no son tan monos.

Yo: Luhan ahora no.

Sra Kim: ¿Entiendes a Luhan?-dijo sorprendida.

Yo: Si ¿usted no?

Sra Kim: No, ya me es extraño entenderte a ti, supongo que ahora puedes entender tanto a los humanos como a los animales.

Luhan: Ya que estamos dile a la señora Kim que no me dé más galletas para perros baratas, las odio.

Reí ante su comentario, me pequeño Luhan era más exigente de lo que esperaba. Bueno, ¿Qué se podía esperar de un perro que era las 24 horas del día menos el tiempo que estaba en el instituto mimado por su dueña?

Yo: Esta bien, se lo diré, pero ahora tenemos un problema mucho más importante. ¿Qué dirá mi madre cuando me vea?

Sra Kim: Tokki si te has convertido en conejo es por algo. Puede que sea una forma de cumplir tu deseo.

Yo: ¿Cómo se supone que cumpliré mi deseo transformada en conejo?-pregunté confusa.

Luhan: Bueno, podrías colarte. Ahora que eres pequeña no te sería difícil. Algo bueno tendrían que tener los conejos-dijo con sarcasmo.

Yo: Tienes razón Luhan, eres un perro genio-dije emocionada.

Sra Kim: Disculpa Tokki, pero no hablo perro ¿podrías traducir?

Yo: Se lo explicaré por el camino-respondí-. Necesito que me lleve a un lugar.

Sra Kim: ¿Adónde?-preguntó aun más confusa.

Yo: A la TS Entertainment.