Daño

ANGEL MALVADO

A/N: *Agarra sus cosas y huye a la frontera con su pasaporte falso*

 

-vamos, es el último bocado – el brazo del menor, sujetando en la mano la última cucharada del guiso sobre la bandeja, se extendió a lo largo, directo hacia los labios sellados del hombre que yacía sentado sobre la cama del hospital.

Junjin giró el rostro de lado, rechazando por tercera vez la comida. Era el tercer día que pasaba en el hospital y aún no se acostumbraba al tipo de comida que servían ahí. Tenía que aceptar que era un paciente y, por lo tanto, llevar una dieta especial mientras permaneciera internado. Aunque su estado de salud se veía mucho mejor ahora, comparado al día en el que lo trajeron con una severa crisis de deshidratación y un resfriado leve.

Andy no se había separado de su novio ni un minuto desde que su hermano mayor lo entregó a los brazos, luego de ser liberado de aquella mujer que lo mantuvo cautivo por más de un día.

El menor se sentía aún culpable por lo que le había pasado a su novio.

-aleja eso de mí! Esa comida es desabrida, ya quiero irme de este sitio, dile a HyeSung hyung que me de alta! - el mayor se quejó como si se tratara de un niño pequeño, rehusándose nuevamente a aceptar la cucharada de comida que su novio pretendía introducir en su boca.

Junjin no mentía al referirse a HyeSung como la persona que estaba encargada de autorizar su alta del hospital. El ángel de cabello oscuro había insistido con los doctores para mantener a Junjin aún internado, a pesar de haber sido autorizado clinicamente a abandonar el hospital hacía dos días atrás.

HyeSung sólo quería asegurarse que Junjin estuviera en perfecto estado de salud y no sufriera una recaída tardía. El ángel de cabello oscuro también se sentía responsable por los padecimientos del novio de su hermano.

-si te portaras bien, ya te habrían dejado ir. Deja de quejarte por todo y come la comida, a Hyung le preocupa que no te estás alimentando bien – regañó Andy a su novio, rindiéndose con el guiso, dejando la cuchara de regreso en el plato.

-quiero ir a casa… este hospital sólo hace que me sienta más enfermo… - Junjin apoyó la cabeza sobre las almohadas, clavando sus ojos sobre las luces en el techo.

-lo sé, te extraño mucho – la voz de Andy se tornó más suave, tomando la mano de su novio por encima de la bandeja de comida.

Los dos hombres se miraron en silencio por unos minutos, acercando luego sus rostros

hasta que sus labios se tocaron. Ambos agradecían el poder estar juntos de nuevo y a salvo.

-se acabaron las vacaciones… - la voz serena y tranquila de Dongwan interrumpió el momento de intimidad de los dos menores, asomándose por la puerta de la habitación en compañía de uno de los doctores del hospital.

-el Sr. Shin ha autorizado su alta, puede irse ahora mismo, el Sr. Kim acaba de firmar los papeles – informó el doctor al paciente en la cama, retirándose luego sin dar oportunidad a una palabra más de alguno de los tres hombres que quedaron dentro de la habitación.

-al fin! Andy ayúdame a sacarme esta cosa, quiero darme una ducha antes de irnos – habló Junjin a su novio, comenzando a remover la parte superior de la pijama del hospital.

-no tan rápido, si HyeSung te dio el alta es porque te necesita, iremos directamente a Shin Company – interrumpió Dongwan los pasos de los dos menores, borrando la expresión de alegría de sus rostros.

-ahora? Pero…

-es urgente Andy, el abogado lo consiguió. HyeSung adelantará la junta de accionistas para esta semana.

Con unas palabras, Dongwan consiguió que los menores entendieran todo y se apresuraran a salir del hospital.

 

 

El agua fresca caía sobre su piel, relajando sus músculos y llenándolo nuevamente de energías; tomó el frasco del shampoo sobre la repisa dentro de la ducha, masajeando gentilmente su cabellera, llenando sus pensamientos en la persona que había dejado sobre la cama de la habitación, ocupado en el teléfono.

Odiaba tener que tomar una ducha solo cuando el departamento no estaba vacío, pero no podía interrumpir a su novio en sus conversaciones de negocios.

Los días siguientes a la liberación de Junjin, HyeSung había canalizado toda su atención a la empresa que había heredado de su abuelo. Eric podía recordar perfectamente como HyeSung desapareció a la mañana siguiente de dejar a Junjin en el hospital bajo el cuidado de Andy. No lo había vuelto a ver hasta la noche anterior en la que repentinamente llegó a instalarse a su departamento con un par de maletas.

Un lado de Eric sentía cierto temor por lo que podría venir más adelante, HyeSung había sido muy claro al decir que ya no jugaría más Yeseul y las maletas en el departamento solo podían indicar una cosa. El matrimonio estaba a punto de terminar.

-sigues ahí? Cuánto tiempo llevas dentro? - la voz melodiosa del ángel de cabello oscuro llamó la atención de Eric, asomando su cabeza por una pequeña abertura entre la puerta de la ducha.

-por qué no te me unes? - invitó Eric desde la ducha, observando una tentadora vista de su novio vestido únicamente con una ligera bata de baño.

-quizás en otro momento, tengo que ver a Dongwan en unos minutos – respondió el ángel de cabello oscuro, tomando asiento sobre la mesa del lavabo.

Eric sentía mucha curiosidad por preguntar, pero sus miedos le impidieron tomarse el valor, decidiendo regresar al interior de ducha, bajo la refrescante agua tibia que relajaba sus pensamientos.

-le dije a Bogeum que te llevara directo al café – habló el ángel de cabello oscuro, alcanzando una toalla seca a su novio cuando éste salió de la ducha.

-qué vas a hacer? Has estado ausente desde lo de Junjin – Eric reveló parte de su curiosidad, aprovechando la guardia baja de su novio, tomándolo por la cintura, enfrentando sus rostros.

-no es nada de lo que debas preocuparte – una sonrisa suave se formó en labios del ángel cabello oscuro, inclinándose lo suficiente para tocar los labios de su novio.

HyeSung estaba completamente diferente de otros días. Por lo general no se mostraba tan relajado y afectuoso con Eric, al menos no desde el día del matrimonio con Yeseul. El ángel de cabello oscuro parecía haber olvidado todo el drama que había vivido con su novio desde aquel día, y disfrutar de una relación normal donde no existían todos los laberintos que lo tenían atrapado.

-te oí decir que dieran de alta a Junjin, no harías eso al menos que lo necesitaras – Eric era insistente cuando se lo proponía y HyeSung no podía luchar con ese lado de su novio.

-ya te dije que no te preocupes, todo está bajo control. Por qué no vas a visitar a tu madre, llévale mis saludos, le diré a Bogeum que compre un bonito ramo de flores para ella – HyeSung se perdió en sus propios pensamientos, ignorando la mirada suspicaz de Eric mientras enredaba sus brazos sobre su cuello.

-está bien, voy a dejar de preguntar… sólo dame tu palabra que todo estará bien – Eric podía sentir ese mal presentimiento golpear contra su pecho, a pesar del rostro sonriente del ángel de cabello oscuro frente a él.

-mejor que nunca. Ahora vete, estoy retrasado – aseguró HyeSung, soltándose del agarre de su novio, retirando la bata que cubría su cuerpo e ingresando luego a la ducha.

Eric observó a su novio por un par de minutos, contando los segundos hasta que oyó el agua corriendo dentro de la ducha; retiró luego la toalla que cubría su cintura y abrió la puerta uniéndose al ángel de cabello oscuro.

-yah! Te dije que estoy retrasado! - se quejó HyeSung desde el interior de la ducha, luchando por separar las manos de su novio que rápidamente lo capturaron por la espalda.

-si de todos modos estás retrasado, qué son unos minutos más – susurró seductoramente Eric a oídos del ángel de cabello oscuro, atrapando luego sus labios.

HyeSung no tuvo otra salida que rendirse ante la tentadora invitación de su novio.

 

 

Sus pasos se hicieron oír por toda la sala de recepción principal del edificio, robando las miradas a todos trabajadores y público visitante que se topaban a su paso. El camino al ascensor se abrió fácilmente para los dos, aprovechando la fascinación de la gente con su aura fuerte y misteriosa.

Dongwan y Minwoo llevaben cinco minutos de adelanto a la hora fijada por el ángel de cabello oscuro para la reunión en su oficina. Andy y Junjin también habían sido llamados junto con los abogados de cada uno de los hombres.

Sí, HyeSung estaba planeando algo. Y algo muy grande.

La última y más reciente hazaña de Yeseul había servido para apretar el botón que medía la paciencia del ángel de cabello oscuro. HyeSung no iba a seguir poniendo en peligro a ninguno de los hombres que rodeaban su pequeño círculo de amistad.

El secuestro de Junjin había sido más que suficiente para acelerar todos los pasos que ya habían sido escritos por los cinco hombres. Era hora de hacer todo efectivo con hechos reales.

-tenías razón, somos los primeros – sonrió Minwoo apenas abrió la puerta del salón de juntas en la oficina de presidencia de Shin Company.

-Andy y Junjin pasaron primero a su departamento – respondió Dongwan, encendiendo el computador que había estado cargando desde que salió de su residencia.

Minwoo dio unas vueltas por los alrededores del piso, sintiendo la tranquilidad del lugar, a comparación de unos días atrás en los que le piso estaba lleno de gente que no paraba de hablar y dar instrucciones. Una experiencia que definitivamente no quería volver a repetir.

-los abogados llegarán en media hora – Dongwan rompió el silencio, una vez que Minwoo regresó a su lado en la sala de juntas.

-mi padre me preguntó para qué quería tanto dinero, tuve que mentirle – sentándose en la silla frente al lugar donde se encontraba su novio, Minwoo continuó la conversación que había quedado pendiente en el auto camino a Shin Company.

-no te preocupes, los abogados ya lo tienen todo – sonrió Dongwan con una expresión que el pequeño hombre no había visto en varios años.

-no tienen miedo de lo que pueda hacer esa mujer? - Minwoo dejó salir sus propias preocupaciones, inclinándose sobre la superficie de la mesa con las manos cruzadas.

-después del viernes, Yeseul ya no será un problema – la sonrisa no abandonaba el rostro de Dongwan, preocupando aún más a su novio que tenía un extraño presentimiento que no todo podía marchar como los miembros de la triada esperaban.

-tan pronto? No creí que fuera adelantar tanto la reunión – Minwoo se mostró sorprendido ante la revelación de la nueva fecha para la reunión a la que habían sido llamados todos los accionistas de Shin Company.

-HyeSung quiere tomar a Yeseul por sorpresa y acorralarla; ella sólo nos hará las cosas más sencillas – la confianza en la voz de Dongwan asustaba aún más a su novio.

Era cierto que Han Yeseul se había valido de varios trucos para obtener lo que quería, pero nadie podía negar que la mujer en su torpeza y desesperación, podría ser muy peligrosa.

-hablemos de otra cosa, reservé un par de boletos para Amsterdam este fin de semana – relajado y sin nada más que decir, Dongwan dio la noticia como si fuera algo muy natural.

-de veras que están muy confiados – sonrió Minwoo sin mucho espíritu, inclinándose aún más sobre la mesa para ver las imágenes del hotel que su novio había reservado en Amsterdam.

 

 

Su mano temblorosa tocó el timbre de la modesta residencia tres veces seguidas, dando una mirada orgullosa al hombre que se encontraba de pie a sus espaldas sosteniendo unas pesadas bolsas en sus manos.

Eric no recordaba exactamente cuando había sido la última vez que visitó la casa de su madre, demasiados hechos fortuitos lo habían mantenido alejado de casa más de lo que deseaba. Su corazón latía expectante a la aparición del rostro de su progenitora.

-hijo! - la mujer abrió la puerta con timidez, delineando luego una gran sonrisa en su rostro en bienvenida al hijo que tanto extrañaba.

El interior de la casa no había cambiado en nada, los mismos viejos muebles decoraban la sala, guardando esa sensación de calidez en el ambiente. Definitivamente era la calidez de estar de regreso en casa.

-HyeSung te manda sus saludos – Eric entregó el ramo de flores que sostenía en manos, notando el ligero cambio en la expresión de su madre.

-gracias, que lindo detalle… son hermosas – respondió la mujer, recibiendo el ramo y llevándolo inmediatamente a la cocina en busca de un florero.

Eric pudo reconocer el discomfort en la actitud de su madre, ordenando al hombre que lo acompañaba que dejara las bolsas que había comprado en el súper mercado en el camino, sobre la mesa y pasara a retirare y esperar en el auto hasta que él terminara su visita.

-compré algunas cosas para el almuerzo – sonrió Eric a su madre una vez que la mujer regresó de la cocina sosteniendo una bandeja con tres vasos de refresco.

-realmente haz venido a hacer una visita… - respondió la Sra. Mun, tomando asiento en el mismo sofá donde se acomodaba su hijo.

-lamento no haber venido antes, yo…

-vi las revistas… no quería pero las vi, fue una casualidad

Eric detuvo sus pensamientos ante lo que no podía evitar. Deseaba que esta fuera una visita casual y poder pasar tiempo con su madre como solían hacerlo antes, pero a la vez era consciente de todas las preocupaciones y el peso que había dejado en ella el día decidió partir al lado del ángel de cabello oscuro.

-perdóname por hacerte pasar por esto

-vuelve a casa, no hagas que me siga preocupando – la voz de la Sra. Mun era una súplica dolorosa a oídos a Eric.

-ojalá pudiera… pero por más que quiero no puedo alejarme de él. No cuando sé que me necesita – Eric vivía constantemente en una encrucijada entre sus sentimientos y hacer lo correcto a los ojos de la sociedad.

La Sra. Mun bajó la cabeza, reconociendo ese valor y seguridad que le había inculcado a su hijo desde que era muy joven. Le dolía ver como Eric sufría en medio de una situación en la que él mismo había decidido envolverse, pero a la vez entendía a su hijo y quizás eso era lo más doloroso. Guardar esperanzas en lo correcto, sabiendo que la voz del corazón era aún más fuerte.

-sólo… cuídate, prométeme que estarás bien – su corazón de madre le impedía ser severa con su hijo a pesar de no estar de acuerdo con sus decisiones.

-todo estará bien, ya pronto terminará – sonrió Eric a su madre, asegurando cada una de sus palabras.

 

 

Sus finos dedos paseaban por encima de la gran gama de pendientes de oro y plata, indecisa aún de cuáles serían los elegidos para terminar de ornamentar su apariencia del día. Era una fecha especial por la que había estado esperando ansiosa y quería vestirse para la victoria.

Su mirada finalmente se detuvo en los hermosos pendientes perlados que destelleaban en un rincón del joyero. Un regalo de su madre el día de su graduación de la secundaria. Aún recordaba ese día como si los años no hubieran pasado; un día en el cual su resolución se hizo más grande hasta que luego de años de mucho trabajo, su objetivo fue alcanzado.

Sólo que no era el sueño que se había imaginado.

Los susurros y miradas de lástima que la gente le dirigía la perseguían en sus pesadillas. No era feliz y lo sabía, pero tampoco le importaba. Su tan proclamado amor se iba convirtiendo cada día en odio. Tanto odio que estaba segura que su alma ya no tendría salvación aún si decidiera salvar toda una nación.

No era su culpa tampoco, sólo había sido una víctima. Estaba convencida de ello.

-Sra. Yeseul, el auto está lista – la mucama dio un toque suave a la puerta de la habitación, ingresando luego con la cabeza baja y dando los pasos suficientes para dar el anuncio y regresar a sus labores.

Yeseul no respondió a la sirvienta, estaba demasiado concentrada en observarse en el espejo. Necesitaba lucir despampanante ese día. Necesitaba demostrarle a todos que la ganadora final era ella.

Había preparado más de una sorpresa para ese día y ardía en deseos por ver esa expresión de derrota en el rostro de su esposo.

-hoy me las vas a pagar todas HyeSung… juro que me las vas a pagar todas – su voz sonaba dulce y melodiosa, aunque su expresión lucía como la de alguien que acababa de perder la razón.

Su último encuentro con su esposo había terminado por detonar el botón que acabó con toda su cordura. HyeSung le había increpado el haber participado del secuestro de Junjin, terminando la discusión con una amenaza directa al fin de su matrimonio.

Yeseul estaba muy segura que pasaría aún mucho más tiempo para que el ángel de cabello oscuro pudiera demandar un divorcio oficial; de lo contrario la familia Mun sufriría las consecuencias. De la misma manera, las acciones que Yeseul poseía de Shin Company, eran de mucha utilidad para que HyeSung pudiera hacerse de la presidencia de la empresa.

Yeseul tenía muchas armas que podía usar para asegurar la larga vida de su matrimonio, aún sabiendo que el amor ya no era algo que la hacía perseverar en mantener al ángel de cabello de oscuro a su lado. A partir de ahora, todo sería venganza y el desquite por tantos años de humillaciones.

Estaba muy segura de ello.

 

 

Elegantes trajes delicadamente escogidos por cada uno de los importantes hombres que iban desfilando por el edificio de las oficinas de Shin Company, eran vistos y admirados por los empleados y visitantes que merodeaban a los alrededores.

La reunión de ese día era crucial para los accionistas de la empresa. Tras la muerte de la cabeza de la familia Shin, el CEO había heredado todos sus bienes a su nieto, contrario a lo que muchos esperaban; pero HyeSung era aún menor de edad para asumir la cabeza de Shin Company, por lo que todos los bienes heredados pasaron a ser administrados por su padre, una tarea que el hombre aceptó gustoso y con cierto resentimiento hacia su progenitor.

Una vez que HyeSung alcanzara la mayoría de edad y demostrara que era lo suficientemente competente para liderar la empresa de la familia, serían los accionistas de Shin Company los encargados de ratificar los últimos deseos del abuelo Shin. Caso contrario, un nuevo presidente sería elegido de entre los accionistas que no mantenían vínculos de sangre con la familia Shin.

El abuelo Shin confiaba en las habilidades de su nieto pero también conocía a su hijo, por lo que se aseguró que la empresa nunca cayera en sus manos definitivamente.

La reunión de ese día tenía a todos los empleados del edificio en vilo.

-buenos días… -la joven recepcionista saludaba uno a uno a los miembros del directorio de la empresa, escoltándolos personalmente hasta la sala de reuniones principal del edificio.

El lugar se fue llenando poco a poco, invadiendo el silencio de minutos antes con susurros y conversaciones a voz alzada de los hombres y mujeres de negocios. Todos a la expectativa de lo que esta reunión podría traer al futuro de Shin Company.

-po-por acá Señora… - la puerta se volvió a abrir, esta vez dando paso la nerviosa recepcionista que señalaba tímidamente una de las cuatro sillas que todavía lucían vacías.

Han Yeseul ingresó con la cabeza alto, asegurándose que todos en la sala de reuniones pudieran sentir su aura dominante. Estaba lista para mostrar la sonrisa de victoria al final de la reunión.

Algunos de los miembros del directorio intercambiaron breves y desconcertadas miradas con la mujer, antes que terminara de tomar asiento en su lugar designado. Yeseul dio sonrisa segura, convenciéndose que ese día no sería traicionada.

El ambiente se sintió más cargado aún luego de la llegada de los esposos Shin, que no tenían autoridad ni voto en la mesa del directorio pero sí el derecho de estar presentes en la reunión, ubicados en un par de sillas que se les había sido preparadas en una esquina discreta de la sala de reuniones.

Los murmullos se hicieron más constantes, pasando luego al silencio total cuando la puerta se abrió una vez más, esta vez revelando al ángel de cabello oscuro, vestido enteramente de negro de pies a cabeza, acompañado por detrás por su fiel amigo y también accionista minoritario de Shin Company, Kim Dongwan.

Los dos hombres permanecieron en la puerta por unos segundos, pasando la mirada por cada uno de los rostros de los miembros del directorio, asegurándose que no faltara nadie.

-creo que ya podemos dar inicio – el encargado de romper el silencio fue HyeSung, caminando con seguridad hacia la silla de presidencia en la mesa.

Dongwan tomó la silla del lado derecho donde se ubicó el ángel de cabello oscuro.

-aún faltas dos personas – la voz femenina que llamó la atención entre todos los miembros del directorio, fue nada más que Han Yeseul.

Sus ojos destelleaban con mucha anticipación y entusiasmo.

-claro, Srta. Yoo, por favor haga pasar a los Señores que están esperando afuera – la respuesta de HyeSung al reto de su “esposa” fue instantánea, manteniendo la expresión fría con la que había ingresado a la sala de reuniones.

Yeseul saboreó su primer golpe aún cuando la puerta apenas estaba volviendo a abrirse.

-buen día Señores

La sonrisa en el rostro de Yeseul se congeló, palideciendo su rostro al mismo tiempo.

 

 

La primera persona encargada de ingresar a la sala de reuniones, fue un hombre de baja estatura y mediana edad, saludando a las personas reunidas en el interior, presentando luego a los dos jóvenes muchachos que ingresaban a unirse a la reunión de directorio.

-qué es esto!? Abogado Joon, qué es esto!? - la sonrisa y calma que había mostrado Yeseul segundos antes se esfumó, colocándose de pie de un salto, sorprendiendo a todos los presentes.

-Sra. Han, los Señores Lee y Park son los nuevos propietarios de las acciones que puso a la venta en la bolsa – el abogado explicó la situación con mucha serenidad y aplomo, retirándose luego a la sala de espera de la oficina.

Los ojos de Yeseul no lo podían creer, su mirada se debatía entre lanzar su odio hacia su “esposo” y los dos hombres que tomaban asiento en las sillas frente a ella.

-esto es absurdo, yo misma vi ese contrato! Ustedes nos no pueden ser los dueños de esas acciones! - acusó Yeseul desesperadamente, lanzando una mirada letal contra los dos nuevos miembros del directorio de Shin Company.

-efectivamente, vendiste esas acciones al Sr. Song en un inicio, y luego él las vendió por separado – con tranquilidad y mostrando mucho control, Minwoo respondió a la alterada mujer.

-todo fue muy limpio – agregó Junjin, evitando observar a cualquier otro lugar que no fuera el rostro furioso de Yeseul. Sus nervios lo estaban matando y no quería enfrentarse directamente con los rostros sorprendidos de los demás accionistas. Mucho menos HyeSung o Dongwan.

-es hora de empezar – con voz fuerte y colocándose de pie de manera autoritaria, el ángel de cabello obtuvo regresó toda la atención de la mesa hacia él.

La reunión duró poco más de dos horas, entre discusiones, exposiciones y una revisión detallada de los movimientos de Shin Company desde la toma de administrativa del padre de HyeSung hasta el último año en que el ángel de cabello oscuro había tomado la cabeza de la compañía.

La diferencia en números y avances corporativos era muy obvia entre la dirección de padre e hijo. Muchos de los miembros del directorio se veían satisfechos y decididos por quien darían su voto final al término de la reunión.

Por otro lado, Yeseul había estado absenta mentalmente de toda la discusión en la sala de reuniones. Su cabeza parecía hacer un cálculo en silencio, observando algunos de los rostros de los accionistas que participaban activamente de la reunión, tratando de verificar que todo ese tiempo invertido reuniéndose a escondidas con cada uno de ellos no haya sido en vano.

-creo que es momento de dar inicio a la votación – la voz de Dongwan finalmente regresó la atención de Yeseul a la reunión.

-los que están a favor que Shin HyeSung tome permanentemente la presidencia de Shin Company, levanten la mano – Dogwan dirigió la votaciones con el rostro serio y una mirada penetrante dirigida hacia la nerviosa mujer en la mesa.

El 40% de las personas en la mesa levantaron sus manos instantáneamente, incluyendo Dongwan. Los ojos de Yeseul se clavaron en los rostros de los dos hombres sentados frente a ella, quienes se dieron su tiempo para levantar con lentitud sus manos.

El 5% de las acciones de Shin Company le pertenecían a Andy, como herencia del abuelo Shin; pero debido a que HyeSung no podía tomar posesión completa de su herencia aún, las acciones de Andy estaban congeladas y por lo mismo, imposibilitado de participar en la votación.

Las votaciones se encontraban actualmente 48% a favor del ángel de cabello oscuro.

El restante de los miembros del directorio que aún no habían ejercido su voto, intercambiaron miradas cómplices y nerviosas, dirigiendo finalmente una silenciosa mirada de disculpas hacia Han Yeseul.

Un 25% de los accionistas restantes alzaron sus manos antes que el tiempo para la votación terminara.

 

 

Las puertas que habían sido herméticamente cerradas luego que los dos últimos nuevos miembros del directorio de Shin Company ingresaran, finalmente se abrieron luego de casi tres horas de intensa espera.

Uno a uno y muy lentamente, los hombres y mujeres de negocios que formaban la junta de accionistas de la empresa, fueron abandonando la sala de reuniones en absoluto silencio. Algunos susurraban muy bajo, no pudiendo contener su sorpresa y opinión personal con respecto a la reunión.

Sólo siete personas permanecieron en el interior de la sala de reuniones, observándose como si fuera a estallar una guerra entre ellos en cualquier momento.

-ya puedes irte padre, se acabó. Ya no tienes nada que hacer aquí – fríamente y como si le estuviera hablando a cualquier otro empleado, HyeSung se dirigió a su padre sin ninguna expresión en su rostro.

-felicidades, ahora Shin Company será dirigida por ti y ese mocoso bastardo – el Sr. Shin no podía ocultar su descontento y repudio por el desenlace final de la reunión.

-no te vuelvas a referir así de Andy, no en mi cara o harás que olvide quien eres – la amenaza fue tan directa que hizo temblar a los dos hombres que aún permanecían sentados en sus sillas.

-vámonos… - la Sra. Shin sujetó a su esposo por el brazo, guiándolo fuera de la sala de reuniones.

La mirada de HyeSung se mantuvo fija en la vista por detrás de sus padres, despidiéndose en silencio luego de estar seguro que pasarían muchos años para que volvieran a encontrarse.

La pareja Shin viajó esa misma noche a Francia, abandonando la vida de lujos y fama que solían tener en Corea.

-bravo! Te felicito! - la nueva retadora para romper la tranquilidad que había invadido al ángel de cabello oscuro, fue Han Yeseul.

La mujer lucía con el rostro desencajado y los ojos cristalizados del coraje. O más como si estuviera siendo poseída por la furia y la frustración.

Se había preparado tanto para dar su gran golpe y, una vez más, el momento le había sido arrebatado de las manos.

 

 

-vamos, hay mucho que celebrar – Dongwan tomó la palabra, instando a los dos hombres en sus sillas a colocarse de pie y abandonar juntos la sala de reuniones.

-claro! Vayan a celebrar cómo me engañaron! Pero esta me las vas a pagar! Olvídate del contrato, no te daré el divorcio tan fácilmente… - Yeseul escupía sus palabras con toda la rabia contenida en su interior. Había sido humillada una vez más y su ego no podía soportarlo.

-divorcio? De qué hablas? - HyeSung se oyó ahora más relajado, observando con mofa a su esposa.

La rabia de Yeseul ardió con más fuerza.

-creíste que te ibas a librar de mi luego de esos dos años del contrato? Pues no! No pienso dejarte ir, te vas a quedar a mi lado y haré tu vida miserable! - la mujer lucía ahora más poseída, mostrando las gruesas lágrimas que corrían por sus mejillas.

-Yeseul, para que exista un divorcio, primero tiene que existir un matrimonio… - la respuesta de HyeSung dejó congelada a la mujer.

Confusión, rabia y frustración comenzaron a mezclarse dentro de Han Yeseul, haciendo convulsionar su cuerpo.

-tú te casaste conmigo, los papeles existen… sino enviaré a esa gente a la calle, dejaré a la madre de tu amante en la calle! - los gritos de la mujer pudieron ser oídos en todo el piso, alertando a los trabajadores que permanecían rondando por el lugar.

-a quién vas a enviar a la calle? Debo recordarte que nos casamos por bienes mancomunados, que como tu esposo tengo derecho y decisión sobre todas tus propiedades? - HyeSung no quería hacerlo muy evidente tan temprano, pero el rostro de desesperación de Yeseul era tan tentador que no aguantó las ganas de querer verla destruida en ese instante.

-no… no!

-esa propiedad fue vendida hace mucho tiempo, no te lo informaron los abogados?

Dongwan tomó su teléfono celular, enviando un corto mensaje de texto mientras la pareja de “esposos” continuaba en su duelo visual.

-desgraciado… eres un desgraciado! - Yeseul aceleró sus pasos en dirección del ángel de cabello oscuro, preparada para clavar sus uñas en su rostro y hacerle sentir el dolor que ella estaba sintiendo en ese instante.

Minwoo y Junjin interceptaron a tiempo a la mujer, sujetándola por cada uno de sus brazos ante la mirada firme y serena del ángel de cabello oscuro.

-lo tenías planeado… lo tenías planeado y yo caí como una estúpida! - Yeseul comenzó a reír entre lágrimas, alertando a los otros tres hombres dentro de la sala de reuniones. Era como si la mujer acabara de perder la cordura.

El sonido de la puerta abriéndose desvió la atención de todos los presentes.

-justo a tiempo abogado Yoon – HyeSung mostró una sonrisa maliciosa, estirando el brazo cuando el abogado alcanzó una carpeta de color café a sus manos.

Los ojos de Yeseul lanzaban fuego en dirección del maduro hombre. Había confiado en él por mucho tiempo, y ahora se daba cuenta que el precio pagado por el ángel de cabello oscuro había sido más alto.

-dijiste divorcio Yeseul?… ese matrimonio ya fue anulado hace una semana – dejando abierta la carpeta que le acababa de entregar el abogado sobre la mesa, el ángel de cabello oscuro observó con la mirada fría a la mujer.

Los ojos de Yeseul se abrieron ampliamente, alcanzando a leer solamente el encabezado del documento, que certificaba efectivamente que su matrimonio había sido anulado por la oficina de registros civiles de Corea.

-no… no pudiste… tú… - incrédula y luchando con sus emociones, Yeseul observaba al ángel de cabello oscuro como si estuviera perdida.

-nunca vivimos como un matrimonio, jamás te toque y fue más que evidente que me casé contigo coaccionado por una amenaza tuya

Las piernas de Yeseul perdieron fuerza, desplomándose en el piso sobre sus rodillas luego que los dos hombres que la sujetaban la dejaran en libertad. No pasó mucho para que la alfombra comenzara a empaparse con sus lágrimas.

-puedes quedarte con la casa si quieres – fue lo último que pronunció HyeSung, pasando al lado de la mujer en compañía de los otros tres hombres.

-te juro que me las vas a pagar… no descansaré hasta verte sufrir de la misma manera que me has hecho sufrir… te lo juro! - habló Yeseul al vacío, golpeando con sus puños contra el piso.

 

 

La reunión había finalizado hacía una hora atrás, y aún no había señales de ninguno de los cuatro hombres tuvieron participación en ella. Los nervios y la tensión se hacían dueños de los cuerpos de los dos hombres que llevaban esperando desde muy temprano en el interior de la oficina de presidencia de Shin Company.

Andy y Eric habían sido ofrecidos de esperar en el departamento del ángel de cabello oscuro, pero la tensión que se había vivido en los últimos días los hizo insistir por estar presentes en el edificio donde se llevaría a cabo la reunión. Querían recibir el resultado de la reunión de primera mano.

Una botella de champagne fue traída por una de las secretarias, a los minutos de ser anunciado por todo el edificio el resultado final de las votaciones. Ahora sólo quedaba esperar por la aparición de los cuatro hombres.

-al fin! - Andy fue el primero en correr a los brazos del ángel de cabello oscuro, felicitándolo por su victoria final.

Minwoo y Dongwan se veían relajados finalmente, tomando asiento en el sofá en medio de la oficina, mientras Andy y Junjin se encargaban de la tarea de servir las copas de champagne para iniciar la celebración.

-entonces… una carga menos? - Eric se acercó al ángel de cabello oscuro tímidamente, siendo recibido por los brazos de éste que se enredaron en su cuello, juntando sus rostros.

-no sólo eso, ya soy libre – la sonrisa de HyeSung era inmensa y relajada, una sonrisa que sólo Andy había visto hacía varios años atrás, cuando su madre llevaba a su hermano mayor a escondidas a jugar con él.

Los cuatro hombres dentro de la oficina observaron en silencio y con sonrisas cómplices mientras la pareja que se encontraba a unos pasos de distancia del grupo, juntaban más sus rostros hasta perderse en un dulce beso.

Sí, ya todo había terminado; no había más de qué preocuparse.

-bueno, qué empiece la celebración! - Minwoo rompió el momento, comenzando a repartir las copas de champagne entre cada uno de los hombres.

-y qué pasó con Yeseul? - Eric cambió la conversación, satisfaciendo su lado curioso luego de saber por boca de Andy todos los movimientos en los que su novio había estado trabajando por bastante tiempo.

-ya no tenemos que preocuparnos por ella – sonrió HyeSung, pasando su brazo por detrás de los hombros de su novio.

-hay un vuelo directo a Atenas esperando por ella, estoy seguro que lo tomará para huir de la prensa – agregó Dongwan, alzando su copa en alto.

Los seis hombres brindaron felices y sonrientes, bebiendo el contenido de sus copas de un sorbo, decidiendo luego mudar la celebración a un lugar más íntimo. Dongwan había hecho reservaciones en uno de los clubes privados de su familia.

 

 

-el abogado llevará los papeles mañana a tu oficina, sólo basta tu firma para que las acciones sean tuyas finalmente – habló HyeSung a su hermano menor, mientras el grupo salía del ascensor en dirección a la puerta principal del edificio.

-no puedes parar de hablar de negocios? Creí que íbamos a celebrar – Eric interrumpió a los dos hermanos, tomando al ángel de cabello de oscuro de la mano, adelantándose unos pasos al resto de grupo.

Andy sonrió dulcemente, dando una mirada a su novio al lado que lo abrazó por los hombros cuando notó las miradas de un par de mujeres a lo lejos.

-pediré que traigan los autos – habló Dongwan por detrás del grupo, sacando su teléfono celular del bolsillo de su saco.

-qué haríamos sin ti – Minwoo se inclinó traviesamente, besando la mejilla de su novio.

HyeSung y Eric se detuvieron finalmente al llegar a la puerta principal del edificio, esperando al arribo de los autos. Sus rostros irradiaban mucha felicidad y una serenidad que no habían poseído en años.

Ahora ya eran libres para amarse sin arrastrar ninguna carga. El sentimiento era tan cálido que ambos no podían esperar a que llegara la noche para celebrar su amor en privado.

-Eric, tengo algo que decirte… - HyeSung se dirigió a su novio con el rostro serio.

Eric fue tomado por sorpresa, perdiéndose inmediatamente en la mirada firme del ángel de cabello oscuro.

-ahora que ya todo terminó y no hay nada más pendiente, creo que es el momento de…

El tiempo se detuvo en esa fracción de segundos. Nadie lo vio venir, mucho menos se esperaban que pudiera suceder tan repentinamente.

El sentido auditivo de Eric se agudizó al oír el rechinar de las llantas que aceleraban con furia en dirección de su novio, su primer instinto fue proteger al ángel de cabello oscuro, soltando su mano bruscamente, empujando contra su pecho con sus dos palmas mientras el lado izquierdo de su cadera sentía el impacto.

HyeSung abrió los ojos de par en par, queriendo ignorar la realidad mientras observaba como el cuerpo de Eric se elevaba en el aire y pequeñas gotas de sangre caían al compás del viento.

Todo sucedió como en cámara lenta frente a sus ojos.

Un fuerte sonido fue oído cuando el cuerpo de Eric aterrizó sobre la parte delantera del vehículo, que no se detuvo hasta estrellarse contra la puerta de vidrio del edificio.

-ERIC!!! - el gritó desgarrador del ángel de cabello oscuro llenó toda la calle.

Curiosos y empleados comenzaron a amontonarse alrededor.

-llamen una ambulancia! - Dongwan se hizo paso rápidamente entre la multitud, encontrando a su mejor amigo en el piso, arrodillado sobre los pedazos del cristal roto, sosteniendo sobre su regazo la cabeza ensangrentada de su novio.

-no, por favor! Resiste! Tienes que resistir! No me abandones! - rogaba HyeSung en lágrimas, empapando su pantalón con la sangre que no dejaba de correr de la cabeza de Eric.

Andy, Junjin y Minwoo se mantuvieron de pie detrás del ángel de cabello oscuro, conteniendo sus lágrimas y en completo shock.

La mirada de Dongwan paseó por cada uno de los rostros de los curiosos, hasta caer finalmente en el deteriorado vehículo que se había estrellado contra la puerta principal de Shin Company.

Y ahí, detrás del vidrio quebrado en el parabrisas del vehículo, la sonrisa de Han Yeseul relucía desquiciadamente.

Yeseul al fin lo había logrado, tal y como lo había prometido. HyeSung finalmente había sido herido en lo que más amaba.

 

 

A/N: Ya les he dicho que me gustan los finales dramáticos?... Todo artista tiene su sello, este es el mío! XD. El próx capítulo es el final, final.

Gracias por seguir leyendo esta historia!!

 

 

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Comments

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turyka #1
Chapter 41: Ok este comentario tenía q haberlo dejado hace 3 meses. Pero estaba en shock q los dos únicos fics, en español y de Shinhwa, acabaran al mismo tiempo. Releer todo fue volver a vivir toda la Montaña Rusa de los chicos, me encantó que fuera Syung el centro del fic, que sea fuerte e independiente y que Eric fuera su escape. Genial historia. El final es fenomenal. Buen trabajo (^^)v
lyrapenta
#2
Chapter 41: Buenísima historia!! Me encantan todas y cada una de tus obras? espero con ansias nuevas actualizaciones. Hyesung en esta historia me ha encantado, es tan diferente a lo que suele ser que lo he adorado?
missstery #3
Chapter 41: Hola, que buen capitulo, llore al ver que Eric no despertaba y ver el sufrimiento de Hyesung y que no quería compartir con nadie. En fin buen capitulo como siempre, es una lástima que este fic haya llegado a su fin. Yo fui de las que se unió después y generalmente no dejaba comentarios en ellos, pero creo que algunas veces es necesario un comentario para alentar a los escritores a continuar con su trabajo, para que sepan que alguien lee sus fics y les gustan, supongo que aunque no es mucho puede servir de algo. Gracias por tan Buen fic y espero que continúes con los otros que también son muy buenos.
missstery #4
Chapter 40: Wow, pobre de Eric y Hyesung, se que te gustan los finales dramáticos, pero siempre nos haces sufrir con ellos, aunque creo que así se disfruta más el final feliz (Espero), porque se lo merecen después de tanto sufrimiento. Gracias por la actualización, estaré esperando el próximo capitulo y como siempre muy buen trabajo.
missstery #5
Chapter 39: Gracias por la actualización, me alegra que hayan rescatado a Jin y por fin puedan respirar tranquilos, aunque sea solo por un momento, por lo menos es un problema menos. Espero que Hyesung se decida y termine con su problema pronto para que Eric deje de sufrir. Muy buen capítulo como siempre y espero el próximo con ansias.
Woodongshipp #6
Wow!!!! Tus historias cada vez me sorprenden mas... espero el proximo capitulo.... y como ya dije una fiel naranjita de 17 años
missstery #7
Chapter 37: Wow otra obsesionada, que vamos a hacer con ellas. Gracias por la actualización, ahora estoy más intrigada de hacia donde va esto.
yoshidark #8
IN-CRE-I-BLE<3sin dudas esta fic tiene todo lo que amo y obvio que esperare a que actualices <3(^o^)
mariel20 #9
Chapter 37: Fighting Shinbella !!!! te esperaremos con ansias tu regresooo
AlexaxSHCJ #10
Chapter 36: y me dejas así con la intriga!!! ayy yo agarro a Eric y lo beso y salgo corriendo y me voy del país y no vuelvo más! allá fortuna! no importa!!