Capítulo 3: PDV Yoona

-          Buenos días señorita, ¿Qué desea hacer primero desayunar o bañarse? – frente a mi estaba el señor Moon,  un mayor que se había hecho cargo de mí, ya que mis padres viajaban constantemente

-          ¿Dónde están mis padres?

-          Salieron temprano a una reunión de trabajo, su madre le dejo una carta en el escritorio, y su padre unos documentos para que revisara – me levante lentamente mientras veía como él se dirigía a la puerta – entonces ¿Qué hará primero?

-          Me duchare, en cuarenta minutos estaré abajo para tomar el desayuno – tras decir esto lo vi perderse tras la puerta.

                 Me dirigí al cuarto del baño, y entre a la ducha para relajarme bajo la cálida agua. Mi nombre es Im Yoona, tengo 17 años y estudio en casa por expresa orden de mi padre. Mido 1,68, me considero alta, soy delgada, pero mi cuerpo está bien formado. El cabello castaño claro y los ojos café. Mi piel es clara, seguramente por pasarme gran parte de tiempo en casa, no salgo mucho porque según mi padre debo trabajar duro para convertirme en una digna heredera de su imperio financiero. Como antes dije estudio en casa, con maestros particulares, cosa que odio, quisiera ser como las demás jóvenes y tener amigas, y si fuera posible un novio, pero con el estilo de vida que llevo actualmente la sola idea de eso se me hace imposible. En fin, mi madre es una gran mujer, es dueña de una línea de moda así que viaja constantemente para estar al día con las novedades. Mi padre tiene una gran cadena hotelera, entre otros negocios menores. Es un gran hombre, mi ejemplo a seguir, sin embargo, es muy sobreprotector conmigo, eso es lo único que puedo recriminarle. No comparto con mucha gente de mi edad, me lo paso principalmente con los empleados de la casa y los hijos de los socios de mis padres. Pero estos son hipócritas, sínicos y egocéntricos, según mi humilde opinión, lo admito no soy una blanca paloma o la mejor persona del mundo, pero por lo menos creo ser mejor que muchos de ellos. Todo gracias a mi madre que me enseño que todos podemos ser mejores. Y que la fortuna y el éxito solo lo tienen las personas de esfuerzo, por eso es fácil que una persona humilde se vuelva rica.

                   Cuando termine de bañarme y vestirme salí de mi cuarto para dirigirme a la cocina, cuando mis padres no están me gusta comer allí, en compañía de los trabajadores. Comer sola en el comedor es triste. Como estudio en casa las clases eran más relajadas y las concentraba en unos pocos días, soy lista así que no era un problema para mí. Me ofrecieron adelantar unos años, para poder entrar ya  a la universidad, pero prefiero esperar para no ser la “pequeña” en aquel lugar.

-          ¿Qué hará hoy señorita? – me pregunto la cocinera cuando me senté, frente a mi encontré muchos platos, a pesar de ser delgada como mucho, y todos se preocupan por donde meto la comida, es un gran misterio y mientras ese lugar no se llene puedo seguir viviendo tranquila.

-          Iré a caminar por la ciudad, las clases no serán hasta dos días, así que disfrutare que mis padres no están y saldré

-          Preparare el coche – vi como mi mayordomo se levantaba, pero le hice una seña para que no siguiera

-          Dije que caminaría, no es necesario el coche – cuando termine de comer me coloque un poleron que me quedaba ancho, cuando me escapaba acostumbraba ponerme ropa que no hiciera llamar la atención. Si mis padres se enteraran quizá se molestes, prefiero evitar los problemas.

              Tome mi bolso, luego me puse los audífonos y la capucha del poleron, estaba lista para salir a relajarme. Comencé a caminar hasta el paradero más cercano para tomar un bus. Luego me baje cerca de un parque en el centro de la ciudad y continúe caminando donde la música y mis pies me llevaran. Tan metida en mis pensamientos iba que no me percate que una chica caminaba directo hacia mí, para desgracias de ambas chocamos cayendo sin poder evitarlo al suelo. Ella se levantó rápidamente pensé que estaría molesta, pero me miro con dulzura y me ofreció su ayuda.

-          ¿Estás bien? – su mano estaba frente a mí para ayudarme

-          Si, perdón, no iba pendiente por donde iba – al pararme note que era un más baja que yo, mediría menos 1, 60, es como un modelo compacto - ¿estás bien?

-          Si – note que miro su reloj, su expresión me causo risa, pero la aguante, no quería que se molestara – omo voy tarde, cuidado por donde caminas – me grito mientras corría perdiéndose entre la gente

-          Al parecer encontré alguien interesante – reí y seguí mi camino

           Lo que quedaba de la mañana y parte de la tarde pasaron tranquila, sin darme cuanta comencé a ser rodeada por estudiantes, seguramente había terminado el horario escolar. Al mirar mi reloj era la una de la tarde, llevaba más de cuatro horas caminando sin rumbo. Sentí mi estómago gruñir, así que comencé a buscar un lugar para comer algo, hoy no tenía ganas de comer algo elegante. Me senté en una banca y comencé a pensar en que podía comer. Estaba meditando cuando recordé el lugar que frecuentaba cuando escapaba, me pegue en la frente y me puse en camino, de verdad de repente soy muy distraída y olvido cosas obvias, bueno ¡nadie es perfecto cierto! Media hora después estaba frente  a un local familiar, la Ahjumma de allí era muy amable siempre que iba, años antes había trabajado de cocinera en casa de mis padres, pero renuncio para poder colocar un negocio propio.

-          Señorita Yoona ¿escapo nuevamente de casa? – me pregunto al verme mientras me abrasaba

-          No Ahjumma, mis padres no están así que pase a saludar

-          Yo diría que a comer – se rio con malicia cuando dije eso

-          Pero también a saludar – hice un puchero cuando conteste, ella me conocía de toda la vida, era como una abuela para mí

-          ¿La mesa y la comida de siempre? – pregunto tiernamente, ella era adorable, la abuela perfecta

-          Si

                Me dirigí a la mesa para esperar mi comida. Era la hora de la comida, así que en el lugar había mucha gente, muchos en grupo y otros en pareja. En mi caso estaba en una mesa de pareja, pero la Ahjumma amablemente siempre me dejaba usarla. En quince minutos ya estaba la comida frente a mí: arroz, sopa carne verduras…. La comida me daba un ambiente familiar, quizá por eso me gustaba ese lugar. Comencé a mirar a mi alrededor mientras comía, aún seguía escuchando música, para no escuchar las conversaciones ni los comentarios de las personas que me rodeaban. Como siempre deje la carne para el final, el mejor alimento según mi humilde opinión, de pronto vi que una chica alta se acercó a mí, al parecer me había preguntado algo, ya que me miraba como esperando una respuesta, para no parecer maleducada asentí, antes que pudiera reaccionar tomo mi carne y se devolvió a su mesa, no creía lo que pasaba, vi cómo se comió mi carne mientras hablaba con una morena que estaba frente a ella.

-          ¡¡YAH!! – le grite cuando reaccione mientras me acercaba a ella. Las dos me miraron sorprendidas, al igual que muchos de los que estaban en el lugar, al llevar los audífonos no medí mi tono, me los quite rápido antes de seguir hablando - ¡esa era mi carne!

-          Pero si me la diste – se defendió ella ¿yo se la di? ¿cuándo?

-          ¿Por qué te la daría? ¡era mía!

-          ¡Pero si te pregunte!

-          ¡Mentira!

-          Tu asentiste

-          ¡Estaba escuchando música, no escuche lo que dijiste!

-          ¡Entonces es tu culpa!

-          ¡¡Devuélveme mi carne!!

-          Devolvértela puedo, pero no creo que quieras comértela – vi cómo comenzó a hacer arcadas

-          ¡Espera! – cerré los ojos, no quería ver ese espectáculo – dame esto – le quite un plato con carne a su amiga, escuche como me grito, pero me lo comí de una vez – cóbraselo a tu amiga – camine a la caja sintiendo las miradas asesinas de las chicas, corrí como alma que se lleva el diablo, no pensaba darle la oportunidad para que hicieran lo que planeaban – Ahjumma aquí tiene – le deje el dinero y me fui de allí.

               Camine nuevamente y esta vez llegue a un parque, a mi alrededor había muchas familias y parejas compartiendo una bella… ¿enamorarse? Como se sentirá eso.  

-          El día de hoy conocí gente muy extraña – suspire mientras caminaba nuevamente sin rumbo – quizá si estudiara en una preparatoria o academia me relacionaría con gente como esa, no sé si temer o estar feliz por eso - mientras caminaba un chico me entrego una hoja que guarde sin leer, pero al llegar a casa me dio curiosidad, encontrándome con algo muy interesante, este día había sido más productivo de lo que pensé al despertarme.