Capítulo dos: Primera llamada.

I do.

Las semanas pasaron, después de extenuante trabajo Hyun Joong y Hye Sun estaban por terminar de recibir personas en casa para reparar los desperfectos. Pero ese día era "El" día, su mejor amiga estaba en un taxi de camino a su casa, lo que ambas llamarían hogar.

Con el cabello atado en una maltrecha cola de caballo, corrió a la puerta después de escuchar el timbre. Abrió la puerta para encontrarse con ese rostro tan familiar que pudo ser suyo.

—¡Gae Ni! —gritó dando saltos por todos lados.

—Se que no podías vivir sin mi pero déjame pasar que las maletas pesan —dijo mientras esbozaba una gran sonrisa, entró y vio como era aquel lugar.

Las paredes estaban de un color crudo haciéndolo ver todo más espacioso, unos cuantos muebles adornaban la estancia casi vacía.

—Woow... Nunca me dijiste que era tan grande —susurró viendo la casa.

—Ni siquiera yo lo sabía, me ha tomado por sorpresa. Mis padres dijeron que mandarían muebles ya que tengamos listo todo para que lleguen...

—Mis padres dijeron lo mismo, lo que hiciera falta, debo de hacer un correo y enviárselos a su secretaria.

—Oh... Ya veo —espetó su amiga mientras movía las sillas a su alrededor — ¿Acaso tuvieron un ascenso?

—Sí... No se como lo hacen están en compañías distintas en puestos similares —acotó mientras subía las escaleras para encontrarse con seis cuartos.

—Dios mío... Esto es demasiado. ¡No podemos con tanto! —Exclamó viendo las puertas que seguían a lo largo —.Dime, ¿cuántos cuartos hay?

—Creo que diez que son para habitación y otros cinco de recreación...no se como se le ocurrió que podríamos lograr amueblar esto —continuó sentándose en el frío piso de mármol.

—¡Limpiar! ¡Nunca podremos hacerlo! ¡Es demasiado!—agregó su amiga colocandose a su lado.

—Tendré que usar la carta maestra —se lamentó Hye Sun y tomó su celular.

—¡¿Qué?! ¡¿Estás loca?! Creí que la usarías para algo más... Más importante— atacó su amiga viendo como la otra rodaba los ojos.

—Es eso o terminaremos usando esto como pista de patinaje.

—¿Estás segura?

—Si... Aunque se que me arrepentiré de esto después, pero medidas desesperadas son lo que ocupamos ahora.

Marcó el número y espero pacientemente, coloco el celular en altavoz y comenzó a morderse las uñas.

—Hey... Déjate las manos, ya.

—Perdón, perdón —murmuró conteniendo el aliento.

—Residencia Park, ¿con quién hablo?—pregunto el mayordomo.

—Amm...soy yo, Park Hye Sun... ¿Estará mi abuela por ahí?—preguntó con un hilo de voz.

—Si señorita, enseguida la comunico.

Un grito se escucho del otro lado de la línea y sus miradas se unieron, tenían miedo de la abuela de Hye Sun, después de que su padre se casará con su madre, la cual no era aceptada por ellos, abandonaron la familia y con ello, el dinero que tenían, eran una empresa grande de las cuales eran herederos, lo sabían bien, ellas eran amigas por ese percance, la madre de Gae Ni era la prometida de el padre de Hye Sun, el padre de Gae Ni tenía también un arreglo con la madre de Hye Sun. Nadie quiso hacerse daño nunca pero... Las cosas se dieron de otros modos, y los cuatro dejaron atrás a sus familias para hacerse frente a la vida por ellos mismos, haciéndolo muy bien si podían agregar, excepto que el problema para los hijos eran las familias.

Las abuelas que querían que estuvieran ahí con ellos viviendo en una gran mansión en Gangnam alejadas del mundo real.

—¡Hye Sun!—gritoneó su abuela.

—Hola abuela, tengo que darte una noticia—comenzó tomando aire y mientras veía la gran estancia.

—¿Qué sucede? ¡Dime anda!

—Mi hermano y yo nos hemos mudado a Seúl hace dos semanas...

—¡¿QUÉ?! ¡¿Y NO ME LO HAN DICHO?!—berreó la señora haciendo que se taparán los oídos.

—Lo sentimos... Es que no queríamos molestarte...

—Nada de eso, me siento tan mal en no saber que han decido venir aquí, no son molestia ya lo saben— prometió con voz alegre.

— Que humor...—masculló Gae Ni desde el otro lado.

—¿Dónde viven?

—En una casa de Gangnam, mis padres nos la dieron, era una casa que le hacía falta reparaciones y...

—Ahh si, la casa que le regalamos a tu padre con su compromiso.

—Entonces me mintió...—artículo dándose un golpe en el rostro con la mano.

—¿Qué sucede con ella cariño?

—Es demasiado grande... No he podido llenar todas las estancias ni los cuartos y aún no se como será para limpiar...—continuo viendo a su amiga que tenía su celular en mano también.

—¡¿Estás loca?!—Dijo en un tono sumamente bajo —.No lo hagas... Con qué una se ahorque es suficiente.

—No... También tendré que decir, se molestará si no sabe que estoy aquí, además con que nos ayude un poco no es malo —masculló.

—Linda, mañana iremos a comprar las cosas para la casa, dime de nuevo la dirección y enviare a un decorador para que vaya a verla, tenemos mucho trabajo que hacer  —excla- mó feliz.

—Abuela no...—comenzó pero ella la detuvo.

—Nada, ¡quiero consentir a mis nietos!

—Abuela... No solo somos nosotros... Hay alguien más en este lugar—prosiguió con el rostro pálido.

—¡Hye Sun! ¡Estás ocultando a un muchacho! —no lo decía como pregunta sino más bien como hecho.

—¡NO! ¡Eso no!

—Menos mal, menudo susto que me he dado —dijo la abuela soltando un suspiro largo.

—Mi mejor amiga esta aquí también...—comenzó a atacar con la artillería pesada mientras que la otra tenía el celular en mano lista para colgarse del cuello con su abuela.

—¿Hablas de Kim Gae Ni?

—Si abuela...

La línea quedó en silencio por un momento haciendo que la tensión creciera.

—¡Esa jovencita es adorable! Aunque tus padres y los suyos nos causarán problemas y sacaran todo el orgullo, su abuela y yo seguimos siendo buenas amigas      —informó logrando que el ambiente se relajará considerablemente.

—¡Le llamaré a Kim Min Ji para arreglar todo! ¡Esto será tan emocionante!—gritoneo antes de despedirse —.El decorador llegara pronto y mañana iremos con las Kim de compras, ¿sí?

—Esta bien abuela... Gracias— susurró tirandose de espalda para ver el techo.

—Te quiero.

—También yo, cuídate.

Y la línea murió.

—Esto ha sido...

—Interesante —finalizó Gae Ni desde el otro lado.

La llamada a su abuela no entraba y le hizo tener lo peor.

—Tu abuela ya le llamó, me va a despellejar viva—se levantó del suelo y arrastro la maleta hasta llegar a su cuarto.

—Tengo mi cama—exclamó lanzandose al suave colchón.

—Sabes que enviamos eso con la mudanza esto hace días— Hye Sun entro en la habitación con una maleta pequeña que su amiga había dejado en la puerta.

—Si...— respondió viendo el techo blanco de la habitación.

—Donde esta Hyun Joong?—pregunto ella.

—Durmiendo, ha estado molestado con que quiere que llenen la piscina de atrás.

—¡¿Hay una piscina?!—exclamo sorprendida.

—Si..., no va a haber trabajo de medio tiempo que pueda mantener esto— se quejó Hye Sun.

—Nuestros padres tendrán que hacer algo al respecto, ellos nos enviaron aquí, ellos lo solucionan— sentencio Gae Ni.

—Eso es verdad.

Un celular sonó en dónde minutos antes estaban ellas.

—¡Diablos!—Gae Ni salió corriendo dejando a su amiga riendo.

Pasaron unos minutos y volvió con el rostro pálido.

—Están juntas.

—¿Quiénes?

—Nuestras abuelas.

—No es algo que no me imaginara —declaró su amiga que veía su celular.

—No solo ellas… esas amigas que tienen también…

—¡¿Que?!

En ese momento supieron que habían cometido un gran error, sus abuelas, y esas mujeres que parecían querer ser sus abuelas también, confabulando contra ellas, no podía ser posible, juntas... iban a convertir todo en un alboroto.

—¿Qué...qué harán?

—Ellas con nosotros mañana.

—No me gusta como va esto—susurró Gae Ni viendo el suelo.

—Menos a mi— coincidió su amiga.

En ese momento un golpe en la puerta y en timbre.

—El decorador—gritaron las dos.

 

En la mansión de los Choi, Yoon Seung salía de la cancha de tenis con una toalla en el cuello y una raqueta en la mano.

—Joven — el mayordomo Jang se acercó dándole una botella de Gatorade.

—Gracias.

En cuanto le dio un trago a la botella sintió un golpe en la espalda que lo hizo saltar.

—Yah!

—Slow down man, estaba jugando ya sabes—comenzó su amigo dándole un golpe a la raqueta del otro —.Perdón por llegar tarde pero mi abuela quería que la trajera aquí.

—¿Aquí? ¿Tu abuela?—preguntó mientras continuaban su camino a la cancha de tenis.

—Si... Ya sabes, tu abuela y mi abuela tienen unas amigas, vino diciéndome todo el camino que estaba tan feliz por sus amigas que sus nietas habían decidido venir a vivir a Seúl.

—¿Nietas?

—Pero... Nunca he visto que traigan a nadie a las fiestas.

—Es una historia muy larga —dijo el tratando de safarse del tema que no sabía.

—Bueno ya que, eso no importa —declaró. Ambos corrieron y al pasar por el jardín vieron a las señoras tomando el té.

—Abuela, señoras —saludó dando una reverencia.

—Abue —dijo Myungsoo dándole un abrazo.

—Oh niño, que es lo que quieres ahora, ¿eh? —quiso saber sonriéndole a su único nieto.

—He visto una motocicleta genial el otro día...y ya sabes... No me gusta pedirles cosas a mis padres... Amm yo...

—Ay niño, te llevare más tarde a buscarla ¿sí?

—¡Gracias abuela! ¡Eres la mejor! —exclamó dando brincos.

—Nos vamos antes de que Myungsoo les quite algo más —comentó Yoon Seung.

—Nos vemos señoras —dijo Myungsoo dándoles un guiño.

—Este nieto tuyo... —rieron todas ante el comportamiento del chico, siempre tan centrado, frío, serio, pero cuando estaban los mejores amigos juntos, y su familia.

—Creo que... Sería bueno que hagamos algo al respecto con ese par— comenzó la abuela Choi.

—¿Qué dices?—pregunto la Sra. Park

—¿No les gustaría formar parte de una familia?—continuo la Sra. Kim

—¿Están diciendo lo que estoy pensando?

—Oh si.

 

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