Todos tenemos problemas

Peso en el corazón

Tal y como esperaba, mi mejor amigo me esperaba de pie, en el patio que había justo antes de la puerta principal que daba entrada al edificio, estaba apoyado en la pared, con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones mientras tenía la vista perdida en algún punto del lugar, con los auriculares en sus oídos. Aproveché para parar durante un momento entre la multitud para contemplarlo ¿Cómo podía ser tan alto pese a ser tan joven? Seguramente le faltaba realmente poco para llegar al metro noventa de altura, su cabello que, hasta hace unos días era de un color azul intenso ahora estaba parcialmente descolorido en un azul grisáceo. Parecía un modelo de pasarela, siempre se lo decíamos provocando su característico sonrojo en las mejillas. Sonreí y volví a arrancar el paso, no se había dado cuenta de mi presencia todavía así que agarré con cuidado su antebrazo, había que ir con bastante cuidado con estas cosas, no solía gustarle el contacto físico. Sus ojos finalmente se centraron en los míos. Había algo extraño en ellos, normalmente sus orbes normalmente tenían un brillo especial y esa mañana no había ni rastro de él.

-Hyung -Incluso su voz sonaba más débil de lo habitual - ¿Qué ha ocurrido? ¿Estás bien? -De repente recordé porque lo había hecho esperarme en aquel lugar, le indiqué que nos sentáramos en los escalones aprovechando que ya no quedaba prácticamente nadie por entrar.

-Himchan ha vuelto de Londres -Musité mirando al frente, entrecerrando los ojos, no hacía falta que mirara a mi amigo para saber que me estaba mirando sorprendido.

-¿Tan pronto? Pensé que... -Esta vez si que lo miré, seguía con aquel rostro apagado, sin vida, me quedé así durante un momento, hasta que el mismo me devolvió la mirada, se apresuró a sonreír débilmente -Creí que se iba a quedar allí un tiempo más.

-¿Estás bien Junhong? -Dejé a un lado durante un momento todo lo relacionado con Himchan, a mi mejor amigo le estaba pasando algo y quería saberlo -No tienes buena cara, va, suéltalo.

-No -no es nada -Se levantó de repente dándome la espalda -Anda vamos a clase, no querrás llegar tarde el primer día ¿Verdad? -No tuve tiempo de responder puesto que él ya había arrancado el paso, eso hacía preocuparme aún más.

 

Como todos los años, el primer día de clase fue bastante flojo, todos los profesores nuevos se limitaban a presentarse y a presentar sus asignaturas, qué esperaban de nosotros durante estos nueve meses futuros, los tipos de trabajos que íbamos a tener que hacer o nos explicaban cómo iban a evaluarnos, los que ya nos conocían de otros años nos daban algo más de conversación, preguntándonos, por ejemplo, qué habíamos hecho para las vacaciones. Me limité a tener la barbilla apoyada en la palma de la mano casi todo el tiempo, de vez en cuando observaba a Junhong por el rabillo del ojo a mi lado, no había cambiado la expresión de tristeza y me frustraba no saber qué le ocurría. Finalmente, el timbre que anunciaba el final de la última clase del día sonó, haciendo que todos los estudiantes se apresuraran en salir, mi amigo recogió las cosas en silencio, pero antes de que pudiera arrancar a andar sin mi de nuevo puse una mano en su hombro.

-Durante la comida Daehyun me ha enviado un mensaje, quiere que nos pasemos por la cafetería esta tarde ¿Quieres venir?

-No, yo no voy hoy -Abrí los ojos en enorme sorpresa, era la primera vez que le escuchaba decir que no quería venir al punto de reunión, normalmente era el primero en animar a los demás en hacer cosas juntos, se giró para volver a sonreírme de aquella manera tan extraña y poco habitual de él -Lo siento hyung, es que tengo cosas que hacer en casa.

Me encogí de hombros sin saber qué decir, tendría que hablar con mi hermano sobre esto, sacudí la cabeza quitando de mi todos los pensamientos problemáticos y me apresuré a marcharme con los demás.

Cada vez que me plantaba frente aquel establecimiento me sorprendía, siempre veía algo cambiado en la decoración, tanto exterior como interior, tenía que reconocer que la familia Jung tenía un gusto exquisito en cuanto a decoración se refería, la puerta de cristal automática se abrió y enseguida me encontré con la sonrisa cálida de la señora Jung, que estaba tras el mostrador principal de la cafetería acompañada de un par de camareros, por lo que podía ver les estaba enseñando algún tipo de menú nuevo.

-¡Jongup, bienvenido! -Salió a recibirme mientras se secaba las manos con un trapo de cocina, después puso ambas manos en mi rostro -Cada día estás más guapo - El cumplido y el guiño de ojos hicieron que el rubor subiera a mis mejillas incontrolablemente – Si buscas a los chicos están fuera, en el porche -Arqueó ambas cejas mirando a ambos lados -¿No ha venido Junhong contigo? -Negué con la cabeza y me devolvió otra sonrisa -Bueno, no importa, ve con los demás, enseguida te llevaré tu batido de siempre.

La cafetería constaba de dos pisos, ambas salas era muy grandes y conectaban con una escalera de caracol muy ancha justo en medio del local, contaba también con una terraza exterior para el buen tiempo y con un pequeño porche que casi siempre estaba reservado para nosotros en los días cálidos, abrí la puerta que daba al exterior y los vi a todos allí. Mi hermano junto a Daehyun estaban demasiado ocupados comiéndose los diferentes pasteles de degustación que tenían en la mesa mientras que Himchan y Youngjae parecía que observaban algo interesados. Me acerqué y saludé con una sonrisa acompañada de un movimiento de mano.

-¡Jonguppie! -El primero en responderme, obviamente, fue Channie, dejó de lado el interés en la cámara de fotos y se levantó para abrazarme de nuevo, volví a sentir aquella sensación en el estómago que me oprimía. Después fueron los demás, hasta que terminé sentándome entre Yongguk y Himchan, el primero me revolvió el pelo y me hizo poner los ojos en blanco como respuesta. Todos volvieron a lo que estaban haciendo, la madre de Daehyun me había traído el batido que tanto me gustaba así que me propuse tomármelo mientras seguía pensando en qué podría haberle pasado a Junhong hoy, estaba tan extraño que casi era incapaz de reconocerlo

-¿Qué tal os ha ido el primer día de clase? -La suave y dulce voz de Youngjae me hizo alzar la cabeza para mirarlo, se había cambiado de sitio y ahora su cabeza estaba apoyada en el hombro de Daehyun mientras éste le acariciaba la espalda -¿Y Honggie? -Me mordí el labio inferior al escuchar la pregunta, supuse que ellos tampoco sabían nada.

-Todo ha ido de lo más normal – me rasqué la nuca sin saber bien qué decir -No hemos dado nada importante -Volví a darle otro sorbo a mi casi acabado batido antes de continuar -Junhong está en casa, creo, no tenía muy buena cara hoy. Mi hermano, que hasta el momento había permanecido distraído tecleando en su teléfono móvil paró en seco, mirándome alarmado.

-¿Está enfermo? -Himchan fue el siguiente en interferir, con un tono de sincera preocupación -¿Deberíamos ir a verle?

-No creo que sea para tanto -Todos miramos a Dae, incluso su novio levantó la cabeza para observarlo -Quiero decir que seguro que está cansado por el baile, todos sabemos lo competitivo que es con ese tema, seguro que está disgustado con algo de eso -Jae pellizcó una de sus mejillas haciendo que el mayor riera, después se fundieron en un tierno y cariñoso beso que fue interrumpido por la madre de Daehyun riendo mientras recogía la mesa haciendo que la pareja se sonrojara fuertemente.

 

Me gustaba la calma que había después de cenar, dónde, después de ayudar a mi madre a fregar los platos nos sentamos todos en el sillón para ver la televisión antes de ir a dormir, mis padres eran los primeros en levantarse para ir a la cama, mi hermano y yo nos limitabamos a hacer un movimiento con la mano y a estirarnos aún más en el sillón aprovechando el espacio libre.

-He llamado tres veces a Junhong antes de cenar y no ha respondido -La voz grave de mi hermano se mezcló con las voces monótonas de la televisión, alcé un poco la cabeza para mirarle -Estoy preocupado.

-No creo que sea nada, ya sabes cómo es... un tanto especial -Volví a hundir la cabeza en los cojines pero no tuve respuesta, sabía que en ese momento los pensamientos de mi hermano sólo tenían un dueño y ese era mi mejor amigo. Al cabo de un rato se levantó alegando que también se iba a dormir, me revolvió el pelo a modo de 'buenas noches' y me advirtió de que no me fuera a la cama demasiado tarde a lo que asentí como respuesta.

 

Sabía que me había quedado dormido en el sofá cuando unos golpes en la puerta de entrada me despertaron bruscamente, me quedé quieto durante un momento ¿Quién era capaz de picar en una casa a aquellas horas? Me levanté rápidamente al ver que el ruido no cesaba, si seguía iba a despertar a los demás. Fruncí el ceño y me dirigí a la entrada a paso rápido, abriendo la puerta de mala gana, sin pararme a pensar que pudiera ser un ladrón o un asesino. La persona que estaba tras la puerta distaba mucho de ser una de esas cosas.

Mi mejor amigo, el pequeño Junhong estaba ahí, de pie, con las manos en los bolsillos de su cazadora mientras su cuerpo temblaba violentamente, su cara estaba roja e hinchada y suouse que llevaba gran parte del día llorando, sus lágrimas caían como torrentes por sus níveas mejillas

-¡Junhong! -Exclamé asustado, sus brazos enseguida rodearon mi cuerpo en un abrazo fuerte, su cuerpo estaba helado ¿Cuanto tiempo habría estado esperando ahí fuera? -¿¡Junhong qué te pasa?! -De sus labios sólo salían unos fuertes gemidos lastimosos acompañados de más lágrimas, chasqueé la lengua y lo conduje al interior de la casa, se dejó caer en el sillón sin parar de llorar, su cuerpo temblaba inevitablemente y no sabía qué decir ni qué hacer -Voy a buscar a mi hermano, intenta tranquilizarte ¿Vale? -Sentí que incluso mi propia voz se estaba empezando a quebrar. Subí los escalones de dos en dos y abrí la puerta de mi hermano sin ni siquiera llamar, estaba sobre la cama con los auriculares puestos y con el ordenador en su regazo.

-¿Y esa cara? ¿Qué pasa Jongup? -Alzó las cejas alarmado, le expliqué la situación que teníamos en el salón y le faltó tiempo para correr escaleras abajo, lo seguí de cerca, quería saber si el era capaz de sonsacarle a Junhong lo que le estaba pasando. Yongguk lo abrazó con fuerza sentándose en el sillón junto a él, el pequeño hundió su rostro en el pecho de mi hermano y pude observar como relajaba el cuerpo poco a poco a medida que mi hermano mayor acariciaba su espalda con movimientos suaves.

-Ssshht... venga, cálmate... -Junhong levantó un poco el rostro para mirarlo a los ojos, había dejado de llorar, Yongguk besó su frente con suavidad y volvió a abrazarlo -¿Nos cuentas que ha pasado?

-E-e-es... -Tartamudeó y llevó rápidamente una mano a sus labios, Yongguk la retiró con suavidad y le animó a continuar -Mi hermano se marcha... -Murmuró en voz muy baja – Se marcha fuera a estudiar, me abandona hyung... me... -De sus ojos volvió a brotar un torrente de lágrimas, mi hermano soltó un suspiro y yo me tensé. Sabía que la situación en su casa era complicada. Junhong vivía con su hermano mayor, su madre y el marido de ésta, no era el padre biológico de los chicos, él murió cuando Junhong era muy pequeño, debido a que era un renombrado arquitecto pudo hacer una enorme fortuna que dejó en herencia a sus hijos y a su mujer. Todos sabíamos que el hombre que ahora estaba en su casa no se preocupaba para nada de su nueva familia, sólo estaba con ellos por la fortuna que algún día podría poseer pero la mujer estaba muy enamorada. También sabíamos que nuestro maknae había sido víctima en alguna ocasión de malos tratos, normalmente eran verbales.

-No estás sólo... -Susurrró Yongguk mientras besaba su mejilla en repetidas ocasiones -Yo voy a cuidar de ti, te lo prometo -Junhong asintió con la cabeza y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano y dibujó un intento de sonrisa a la que ambos correspondimos de buena gana.

-Quédate hoy aquí Junhonngie -Intervine poniendo la mano en una de sus rodillas, aprovechando que estaba sentado en el suelo -A nuestros padres no les va a importar. Los tres nos levantamos de nuestros sitios y empezamos a andar escaleras arriba, me detuve en la puerta de mi habitación mientras abría la puerta, después vi como los otros dos se metían en la habitación de enfrente. Una vez cerré la puerta solté un sonoro suspiro y me dejé caer en la cama cerrando los ojos, agotado por el día que acababa de tener.

 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Makiii
#1
Chapter 2: Asdfgghj oh my god esta increíble dios que bello waaa quiero más por favor actualiza pronto :3