Vuelta a la difícil rutina

Peso en el corazón

Mis ojos se abrieron de manera automática cuando el rayo de sol que se filtró por la ventana impactó directamente en mi cara, me quedé unos segundos quieto, mirando el techo de color marfil. Hoy tendría que madrugar, ducharme y arreglarme para que mi hermano me llevara al instituto, ese mismo día empezaba un nuevo curso. Parpadeé un par de veces antes de rodar para acabar boca abajo sobre el colchón, abrazando al par de almohadas que tenía en la cama y hundiendo mi rostro en ellas. No quería levantarme, no quería enfrentarme de nuevo a la rutina y olvidar los tranquilos días de verano. Ellos me habían hecho dejar de lado algunos pensamientos que habían empezado a torturar mi cerebro, habían conseguido aplacar mis noches en vela dando vueltas en la cama. Solté un sono suspiro y automáticamente la estridente melodía que tenía por alarma en mi teléfono móvil empezó a sonar sin piedad. Alcé el rostro con una mueca de fastidio y me apresuré a apagarlo. Tenía que levantarme.

Me encaminé arrastrando los pies hasta el cuarto de baño dispuesto a darme una ducha rápida, por el camino no pude evitar bostezar un par de veces mientras escuchaba los murmullos de mis padres en el piso de abajo al igual que la voz grave de mi hermano mayor.

El agua de la ducha me espaviló de manera considerable, eso hizo que mi cerebro empezara a pensar en cosas que no debía, apoyé la frente en las frías racholas de la ducha y cerré los ojos, no sabía cuánto tiempo más iba a aguantar en aquella situación.

Veinte minutos más tarde bajé las escaleras rumbo a la cocina, vestido ya con el incómodo uniforme escolar, llevaba tantísimos días vistiendo con mi propia ropa que realmente había olvidado lo raro que me sentía vistiendo prendas como aquella, me sentía una persona completamente distinta.

-Mira quién ha aparecido por fin -Mi hermano, que hasta ahora estaba hablando animadamente con nuestra madre desvió la mirada, sonriendome con esa amplia sonrisa que siempre le caracterizaba, hice un mohín mientras me sentaba en la mesa, a su lado, él revolvió mi pelo y yo chasqueé la lengua -Definitivamente no te gusta madrugar ¿Eh?

-¿Y ese buen humor tan matutino? -Respondí con otra pregunta. Normalmente a él tampoco le gustaba para nada levantarse tan temprano, sobretodo sabiendo que la noche anterior se había acostado realmente tarde debido a una charla telefónica, no hacía falta ser muy listo para saber que se había quedado hasta las tantas hablando con Zelo, con él medía todas y cada una de las palabras que utilizaba.

-Es mejor despertarse con buen humor porque sin... -Sus palabras fueron interrumpidas por la fuerte melodía de su teléfono móvil, ahogué una risita cuando vi la cara de desagrado que pusieron nuestros padres al escuchar la melodía, probablemente sabían que aquella letra estaba cargada de palabras malsonantes que salían de algúnro afroamericano. -¡Channie! -Tal y como escuché ese nombre mi sonrisa se evaporó y pude deducir que mi rostro perdió todo el color cuando mi madre puso una de sus manos sobre la mía y me miró con cara de si me pasaba algo, negué frenéticamente con la cabeza.

No podía decir que era mentira, que si que me pasaba, que todos mis pensamientos estaban ocupados por el mismo nombre, que ni comía ni dormía con normalidad por su culpa, que en mis sueños sólo podía sentir sus caricias sobre mi piel. No podía confesar que había dejado de verlo como un hermano mayor, él no lo era, él era algo más. Era mi todo. Observé por el rabillo del ojo a mi hermano, que seguía hablando animadamente soltando alguna carcajada de vez en cuando, mi cerebro era incapaz de procesar la conversación, sólo notaba un hormigueo por todo mi cuerpo. -Muchas gracias Channie, te veo en diez minutos -Colgó el teléfono y lo dejó sobre la mesa. Tomé una bocanada de aire para intentar relajarme sin éxito. -Papá, ya no hace falta que nos lleves -¿Llevarnos, a dónde? Mi hermano me devolvió la mirada extrañada que le acababa de dar -Ah claro, que no estabas cuando lo he comentado -Se rascó la nuca tranquilamente -Se me ha estropeado el coche así que iba a llevarnos papá, pero se lo he comentado a Channie y va a recogernos él.

-¡No! -Exclamé de manera inconsciente, levantándome de la mesa, no podía, no estaba preparado para verlo de nuevo. Estos meses de verano habían sido muy cortos, no había tenido tiempo de aplacar mis sentimientos por él. Tuve que buscar una excusa cuando observé como mi familia me miraba de manera extraña -Quiero decir.... -Me pasé una mano por el cabello – Que no debería molestarse en venir a buscarnos.

-Sabes que él se molestaría si le hubiese insistido en que no viniera -Se cruzó de brazos mientras me seguía mirando fijamente a los ojos, me volvía a poner nervioso de nuevo -¿Qué te pasa esta mañana? Estás muy raro.

-Voy a acabar de preparar mis cosas -Me apresuré a levantarme de la mesa para evitar las miradas llenas de preguntas que me estaban mandando, y a las que no podía permitir dar una respuesta -Bajo en diez minutos.

Me encerré en mi habitación y empecé a dar vueltas de un lado a otro como un animal salvaje y desesperado ¿Cómo iba a hablarle? ¿Qué iba a decirle? ¿Iba a ser capaz de mirarlo a los ojos? Me senté en la cama de un golpe y pellizqué el puente de mi nariz con mis dedos pulgar e índice mientras cerraba los ojos con fuerza, todo esto me estaba generando una jaqueca terrible, necesitaba desahogarme. Mis manos trémulas cogieron el teléfono móvil que aún descansaba encima de la cama, dónde lo había dejado al levantarme y frenéticamente tecleé un mensaje para mi mejor amigo. “Junhong, antes de que suene el timbre espérame en el patio principal, tenemos que hablar” Con la misma rapidez le di a la tecla de enviar. No pasaron demasiados segundos hasta que recibí su corta respuesta afirmativa. Sólo él conocía mi secreto, sólo podía sincerarme con él, sabía que por muy cercano que fuera con mi hermano nunca me delataría, Junhong era joven pero era una de las personas más leales que conocía.

El teléfono se cayó de mis manos impactando contra el suelo, seguidamente la batería y la tarjeta de memoria se escaparon de su sitio, quedándose sobre el suelo de madera, justo en ese momento entró Yongguk.

-Date prisa enano -Sonrió aún algo extrañado -Channie está abajo.

Tragué toda la saliva que pude, pero parecía que no quería pasar, se me acababa de resecar la garganta y la mente se me había nublado. Bajé pesadamente las escaleras e incluso tardé más de lo previsto en ponerme los mocasines en la puerta de entrada. Al abrirla pensé que pensaba más de veinte toneladas, se me había ido toda la fuerza del cuerpo. Suspiré y alcé la mirada para mirar enfrente, ahí estaba él, Himchan estaba apoyado en la puerta del copiloto con toda su aura de perfección, su cabello castaño, sus perpetuas gafas de sol y su preciosa sonrisa, mi hermano estaba a su lado y lo había rodeado con un brazo mientras seguían riendo. Enseguida los dos pares de ojos se centraron en mi, pero yo sólo pude unir mi mirada a la Kim Himchan, pude ver como su sonrisa se ensanchó considerablemente al verme, había abandonado su posición inicial y se dirigía a mi a paso rápido. Sentí que debía salir huyendo pero mis pies estaban clavados en el suelo incapaces de moverse. Sus brazos me rodearon y lo sentí muy cerca, me abrazaba con fuerza, incluso con más fuerza de la necesaria. Quedé embriagado con su esencia mezclada con algún tipo de colonia que olía maravillosamente bien, debía ser muy cara.

-Jonguppie... -Su voz ronca pareció música celestial para mis oídos, el aire se escapaba de entre sus dientes e iba directo a mi cuello, dónde tenía el rostro apoyado. -Dios Jonguppie... te he echado tantísimo de menos -Se apartó de mi pero sus manos aún seguían sosteniendo mis antebrazos con fuerza, su tacto siempre me creaba una sensación placentera -Estás guapísimo -Una de sus manos se dirigió a su rostro para quitarse las gafas, fue entonces cuando pude admirar sus preciosos ojos castaños -¿Has crecido? Me parece que sí -Cerré los ojos con fuerza cuando sus labios se posaron en mi cabello.

-Lo estás agobiando -La voz de mi hermano me despertó de la ensoñación en la que me encontraba, pude ver como el aludido le dedicaba una mirada poco amistosa.

-Eso no es verdad, idiota -Exclamó Himchan mientras volvía a mirarme con esa enorme y perfecta sonrisa -¿Verdad que te alegras de ver a tu hyung? ¿A que si?

-Cla...claro hyung, bienvenido a casa -Intenté que mi voz sonara todo lo normal posible. No tuve tiempo de pensar en nada más puesto que debíamos darnos prisa en entrar en el coche o íbamos a llegar tarde.

Mi hermano tuvo la genial idea de hacer que fuera yo el que me sentara en el asiento del copiloto, por más que me negué poniendo mil excusas de cortesía al final ahí estaba, a escasos centímetros de Himchan de nuevo.

-¿Qué tal estos meses por Londres, Channie? -Yongguk rompió el silencio que se había generado, pero me alegraba, esperaba que ellos pudieran mantener una conversación y quedarme yo en silencio.

-Ha sido increíble, una gran experiencia... en muchos sentidos -Vi como sus labios se curvaron en una media sonrisa y seguidamente ambos estallaron en una sonora carcajada. Sabía a lo que se referían, incluso yo mismo sabía que Himchan no era de relaciones largas, él era más de vivir el momento. Intenté que no me afectara demasiado, pero de nuevo no pude evadirme de su mundo, Himchan me dio una sonora palmada en el muslo haciéndome sobresaltar -Guppie, estás muy callado hoy, ¿Acaso te encuentras mal? -Sus ojos se desviaron un par de segundos de la carretera para mirarme con expresión preocupada.

-Hoy está rarísimo -Intervino mi hermano mayor, haciéndome chasquear la lengua, sabía que eso sólo aumentaría la curiosidad del otro -Desde que se ha levantado no ha hecho nada a derechas.

-¿Y eso? ¿Qué te ocurre? A mi puedes contármelo, ya sabes que era yo el que dormía contigo cuando eras pequeño y tenías miedo, no tu hermano -Yonguk puso los ojos en blanco -

-No es nada -Respondí mientras miraba por la ventana -Sólo que no quiero volver a la rutina. A la rutina de verte cada día, de pensar en ti, de sentir tus abrazos pero ver cómo no vas a corresponder a mis sentimientos jamás de la misma manera que podría hacerlo yo, a la rutina de quererte en secreto. Vislumbré el instituto cerca y suspiré en agradecimiento, no sabía cuanto rato más iba a poder aguantar sin estallar. Himchan detuvo el coche justo en la puerta, eso hizo que muchos de los estudiantes lo mirasen asombrados, era un coche de alta gama, por supuesto. Justo cuando iba a abrir la puerta para salir corriendo me agarró con fuerza del brazo atrayéndome hacia él, en un rápido movimiento sacó su teléfono móvil y apretó el botón de la cámara.

-Primera foto del curso Jonguppie, sonríe!

Se avecinaba una nueva rutina... y vislumbraba ser mucho más dura que la anterior...

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Comments

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Makiii
#1
Chapter 2: Asdfgghj oh my god esta increíble dios que bello waaa quiero más por favor actualiza pronto :3