En las afueras de la casa de Jiyong, dos taxis se estacionaron al frente de su casa. En una, salía Gina(Jinah) vestida elegantemente con un vestido rojo largo, algo escotado, luciendo el cabello perfectamente laceado con suave maquillaje, hermosa joyería y un bolso de juego. Y en la otra, salía una chica no tan agraciada luciendo un uniforme gris de secretaria de los 90’, unos lentes antiguos y lucía cabello recogido en un moño tradicional. 

“Quédese con el cambio” Dijo Gina al conductor, cerrando la puerta del taxi. 

“Aquí tiene” Dijo gentilmente la otra chica, dándole el dinero al chofer y cerrando la puerta. Ambas caminaron mientras guardaban su dinero y chocaron accidentalmente. 

“Oh, ¡tu madre seguro fue una secretaria!” Se burló Gina notando el atuendo de la otra chica. 

“¿Cómo dijo?” Respondió de manera intimidante. Gina retrocedió un paso algo asustada. 

“¡Lo siento!” Se disculpó Gina arrepentida. “Estoy buscando la casa número 29” 

“28” Dijo fríamente la otra chica. 

“Dong”

“Kwon” 

Ambas, sin tener más que decir, se fueron por diferentes caminos. Dudosas, decidieron tomar el camino contrario, no estaban muy seguras. 


-En la casa de Jiyong-

Jiyong y Top estaban sirviendo la mesa. Seungri y Kyung Hee estaban jugando a los espadachines con los cubiertos. La madre de Seungri y Tae Suk estaban sentados cerca de Seungri. Daesung y Young Ja estaban al frente de ellos. 

“Daesung, debes comer toda la comida tradicional de Corea que se ha preparado. Te has puesto pálido por estar comiendo ese estúpido pan todos los días.” Le dijo Young Ja mirándolo con una sonrisa. “Ten, come algo de arroz” Le extendió un plato de arroz a Daesung. Éste sonrió y empezó a comer del plato. 

Kyung Hee fijó su mirada en su abuela y su hermano y dejó de jugar con Seungri. Sentía tristeza y algo de envidia, le gustaría llevarse tan bien con su abuela como lo hacía Daesung. Seungri miró a Kyung Hee con curiosidad, y vio lo que ella veía con insistencia. Sonrió compasivo, aquí había algo raro, e iba a averiguarlo. 

“Mi pequeño Daesung, tan guapo. Igualito a Larry Henney.” Young Ja le agarró las mejillas y las apretó. 

“¡Daniel Henney!... ¡Basta abuela!” 


-En la casa de Taeyang-

“¡Basta Dara! ¡Basta!” Taeyang gritaba adolorido, su hermana estaba ayudándolo a ponerse una cafarena con cuello de tortuga y su cabeza no entraba.

“¡Aguanta un poco más! ¡Ya casi entra!” Gritó su hermana, tratando de hacer que la cabeza de Taeyang entrara.

“¡Pues apúrate que mi cita ya va a llegar!” 

“¡Yo no tengo la culpa que tengas la cabeza tan grande! ¡Además tu cabello no ayuda mucho!” Dijo Dara frustrada, hace 20 minutos estaba intentándolo. 

“¿Cómo te atreves a decirme eso, grosera? ¡Y ten cuidado con mi cabello, que demoré dos horas en peinármelo!” Le advirtió Taeyang ayudando a Dara.

“¡Uish, está bien! ¡Pero no tengo la culpa si…!” Dara iba a seguir hablando, pero la cabeza de Taeyang por fin había entrado, y tanta había sido la fuerza que había utilizado, que casi cae al suelo. 

“¡Cuidado Dara!” Taeyang agarró a su hermana antes de que cayera al suelo. 

Dara rió un poco y se paró acomodándose el cabello. “Aigoo~ Al fin entró” Suspiró aliviada. “Hermanito, tienes que hacer algo con esa cabeza… ¡está muy grande!” Bromeó sonriendo 

Taeyang hizo el ademán de querer darle un golpe en la cabeza y Dara se tapó la cabeza asustada. 

*Ding Dong* 

Dara y Taeyang llevaron su mirada hacia la puerta de la entrada. Dara agradeció a cualquier deidad que la haya ayudado. 

“Mira, tu cita ciega ha llegado… ¡Yo abriré!” Dijo rápidamente ante la molesta mirada de Taeyang.


-En la casa de Jiyong-

*Ding Dong* 

Todos miraron a la puerta.

Jiyong se levantó rápido de la mesa. “¡Es Gina!” 

Young Ja lo miró. “Yo abriré” Dijo también levantándose. 

“Pero…”

“¡He dicho que yo abriré!” Young Ja hizo un ademán para que se sentara y fue a abrir la puerta. 


-En la casa de Taeyang-

Dara fue a abrir la puerta rápidamente. Cuando la abrió, notó que era una chica bastante hermosa, comparado con las chicas que salía su hermano. No era que no pudiera conseguir chicas lindas, sino que siempre salía a citas ciegas y siempre salían chicas algo… feas. Esta chica lucía un vestido rojo escotado con una larga abertura en la pierna izquierda, quien la miraba algo nerviosa.

“Oh hola” Dijo realmente sorprendida, viendo a la chica que tenía al frente. Quería ese vestido.

“Hola” Hizo reverencia Gina aún nerviosa. 


-En la casa de Jiyong-

Young Ja abrió la puerta y vio a la persona que había tocado, estaba algo decepcionada. “¿Tú?” Vio a una mujer vestida de secretaria. 

“Si, yo” Le dijo la chica acomodándose la chompa gris que usaba. 

“¿Vienes de la agencia?” Murmuró Young Ja mirando hacia atrás, no quería que nadie se entrara aún. 

“Si.”

Young Ja la miró de arriba a abajo. “¡Pero yo pedí una nipona por teléfono!” Murmuró un poco más alto, notando que la chica no tenía ni una pizca de nipona, más parecía francesa. 

“Y yo dije ‘joven atractivo’ en el formulario” Contestó algo sorprendida.

“No soy yo, ¡es mi nieto!” Se exaltó un poco Young Ja, ¿acaso creía que era ella?

“Ohh~” La chica suspiró aliviada. “Confusión.” Le mandó un beso volado y le guiñó el ojo. Causando que Young Ja se hiciera un paso atrás asustada.


-En la casa de Taeyang-

Dara había hecho pasar a Gina a la casa y estaba conversado con ella. “Oh es cierto… ¡Tae, ella ha llegado!” Lo Llamó para que se apurara.

Gina parpadeó confundida. “¿Tae? ¿Lo llamas Tae en su casa?” Preguntó. 

Dara rió levemente, no sabía a qué se refería. “Mmm… Ven, pasa a la sala” Y se fue caminando, enseñándole el camino.

Gina sonrió. Así que llamaban ‘Tae’ a Jiyong en su casa… “Tae~” 


-En la casa de Jiyong-

“María” Dijo la chica francesa entrando a la casa. 

Young Ja la miró. “Si” Miró al retrato de la virgen María, hizo reverencia a la imagen y siguió caminando por el corredor. 

La chica la detuvo. “No, no. Mi nombre es María.” 

Young Ja miró la imagen y luego a la chica. Un extraño sentimiento de felicidad la embargó. La tomó del mentón y le señaló el comedor. “Pasa, hija mía.” 

María sonrió y pasó a entrar al comedor.


-En la casa de Taeyang-

Gina buscaba con la mirada a Dara. “Esto, ¿señorita?... ¿Señorita?” Entonces escuchó un ruido y volteó alarmada. 

“Pasa, querida” Dara señaló el sofá en el que estaba sentada. “Tae ya viene.” 

Extrañamente sintió miedo, pero hizo lo que le dijo y se sentó. “Esto… pareces la hermana de Tae” Dijo Gina mirando a Dara. 

Dara rió fuertemente. “Tonta, soy la hermana de Tae” Le dijo y se paró para salir de la sala. “¡Ya vengo!” 

“Claro” Le dijo y miró el suelo un momento. Un minuto, ¿Jiyong tenía una hermana mayor?… “¿Qué?” 


-En la casa de Jiyong-

María y Young Ja entraron al comedor y cuando Jiyong vio a la supuesta ‘Gina’ se paró exaltado. “¿¡Qué…!?”

“¿Qué ocurre? Nuestra invitada es nuestra Diosa. Siéntate.” Le ordenó su abuela y no tuvo más remedio que sentarse. Todos los demás se preguntaban quién era esa chica.

Seungri miró sorprendido a la chica que estaba al lado de Young Ja y luego a Jiyong. “Travieso, no nos dijiste que Gina era tan atractiva” Su burló parándose para saludar a la chica e hizo una suave reverencia. “Tú eres Gina” Sonrió y extendió su mano en forma de saludo.

María miró la mano de Seungri y la golpeó con su mano. “¿A quién llamas Gina? ¿¡Quién es Gina!?” Le preguntó acercándose peligrosamente a Seungri. Éste se sentó asustado y miró a otro lado. 

Young Ja se acercó a María y la calmó agarrándola de los hombros. “¿En qué trabaja esa Gina? Su nombre es…” 


-En la casa de Taeyang-

“María, María, María…” Susurró Taeyang entrando a la sala y sentándose demasiado cerca de Gina. Con un movimiento, la agarró de la cintura y la atrajo más cerca de él (si fuese posible). “Vamos, empecemos” Le dijo seductoramente. 

Gina miró alarmada el brazo de Taeyang que rodeaba su cintura. “¿María? ¿Quién es María?” Preguntó asustada tratándose de sacarse a Taeyang de encima. 

Taeyang sonrió lascivamente. “¡Tú eres María!” Le dijo y la hizo poner su cabeza en su pecho. Gina lo miraba confundida. “Olvídalo… dime, ¿Dónde vives?” 


-En la casa de Jiyong-

“Vivo en Jackson Heights.” Empezó a contar María a Young Ja y a Seungri, quienes escuchaban atentos. Se había sentado entre ellos dos y justo delante de Jiyong. “Primero mi antro estaba en Seúl, dejé Seúl y me vine a los EE.UU. ¿Qué opinan?” Presumió María mirando a Seungri. 

Jiyong estaba molesto, muy molesto. Tenía la mirada fija en María. Ni siquiera sabía quien era esa chica y estaba cenando en su casa. Top, que se sentaba a su lado, no sabía que decir o hacer, estaba sin palabras. 

Seungri sonrió. “¡Bien hecho, chica!” La felicitó y tomó un trozo de pollo. “¿Quieres pollo? Jiyong lo ha hecho.”

María miró el trozo de pollo y luego miró a Seungri. “¿Quién es Jiyong?” Preguntó rápidamente de manera altanera.

“Ese, el gafitas” Seungri señaló con la mirada a Jiyong. María lo vio y se empezó a reír, seguido de Seungri y su abuela. 

Jiyong y Top se miraron, Jiyong ofendido y Top, estupefacto.

Young Ja dejó de reír. “¿Quién más vive en tu casa?” Preguntó rápidamente para cambiar de conversación. 

“¿Dónde?” 

“En casa” Seungri le susurró, de repente no oía bien. 

Jiyong y Top volvieron su vista a María, respiraron profundo.

“Pues… en casa está mi madre, yo y Amo” María tomó un poco de agua y miró a Young Ja.

“¿Amo? Ah, ¿Quieres decir tu padre?” Young Ja miró maravillada a María.

María lucía confundida. “No, Amo es un perro” 

Young Ja se desconcertó en demasía. “¡Nunca digas esas cosas de tu padre!” Y le dio una suave bofetada ante la mirada asombrada de los demás.


-En la casa de Taeyang-

Gina aún seguía pegada a Taeyang. Empezaba a creer que la razón por la cual Jiyong no lo invitaba a su casa era por sus hermanos… o al menos ESE hermano.

“Esto… creo que yo…” 

“Shh!” La silenció Taeyang, poniendo delicadamente un dedo en sus labios. 

Please log in to read the full chapter