Y paró. Paró en cuanto notó como unos labios le besaban apasionadamente y le dejaban sin respiración. Iba a empezar a cogerle el gusto a los besos con sabor a sal.

Esta vez Kikwang no le agarró del pelo, ni siquiera levantó los brazos, se quedó a su merced disfrutando del momento. O al menos eso le pareció. Se dejó besar pero no le correspondió. Cuando se separó de él y le contempló con los ojos cerrados y los labios enrojecidos sintió que aquello no estaba bien. Jugar así con él. Pero cuando abrió los ojos y le miró con esa carita de perrito abandonado supo que el juego no había hecho más que empezar, aunque no sabía cómo iba a terminar.

- ¿Dejarás de llorar algún día? - Preguntó tratando de burlarse de él con media sonrisa en la cara.

- ¿Saldrás conmigo algún día? – Dijo muy seriamente.

La sonrisa desapareció y sus ojos se abrieron de par en par. ¿Ese pequeñajo le estaba pidiendo una cita? No daba crédito a lo que acababa de escuchar, y eso que no era nada nuevo para él, que chicos atractivos le pidieran salir era lo más normal en su vida, y contestarles no le causaba ningún problema, es más, le traía más de un beneficio. ¿Por qué no podía entonces articular palabra? ¿Por qué su voz había decidido abandonarle?

Viendo que no decía nada Kikwang decidió apartarse y sus manos, que aún sujetaban su cara, empezaron a caer lentamente. Los dos se quedaron en silencio, esperando que fuera el contrario quien diera el primer paso.

Los labios de Kikwang empezaron a temblar de nuevo y sus puños comenzaron a tensarse, agachó la cabeza, fijó la vista en el suelo y...

- ¿¡Y BIEN!? ¿!PIENSAS DECIR ALGO O VAS A QUEDARTE AHÍ CÓMO UN IMBÉCIL TODA LA NOCHE!?

Levantó la cabeza y le miró a los ojos con furia y ganas de pegarle una patada, morderle un ojo o arrancarle la estúpida sonrisa que estaba empezando a formarse en su cara.

- ¿Acabas de gritarme? – Dijo mientras se acercaba.

- ¿Que acaso estás sordo? – Respondió alzando la cabeza de manera desafiante acortando aún más la distancia entre ellos.

- Lo que debo estar es loco... – Masculló mientras le miraba fijamente a los ojos – Está bien, saldré contigo alg..

No pudo terminar la frase porque el pequeñín había decidido darle un beso, bueno, algo más parecido a un pico, pero aún así pudo sentir perfectamente sus labios en la boca.

- gun día... – Terminó cuando Kikwang se separó algo avergonzado por lo que acaba de hacer.

Se quedó mirando como enrojecía por enésima vez aquel día mientras se preguntaba cual de los dos estaba peor de la cabeza. Porque estaba claro que aquello no era ni medio normal.

- De... Deberíamos volver... – Dijo todavía con la cabeza gacha y se dio la vuelta para regresar al hotel.

- ¿...Mos? – Preguntó sorprendido mientras le cogía la mano y le hacía girarse.

- Di... ¡Dijiste que me llevarías! – Le contestó poniendo morritos sin darse cuenta.

Empezó a reírse por lo bajinis. Cada vez le resultaba más gracioso y adorable. A pesar de los constantes cambios de humor y su facilidad para derramar lágrimas por cualquier cosa. Aunque también le ponía nervioso y alteraba sus sentidos, para bien o para mal. Ya fuera que le gritara o le tocara su corazón comenzaba a bombear más deprisa y su adrenalina se disparaba. No era capaz de entender que le pasaba o si podría acostumbrarse pero necesitaba que ese día acabara pronto o se volvería loco.

Cogidos de la mano y a paso lento deshicieron el camino y regresaron al hotel donde deberían despedirse hasta la próxima “primera cita”. Pero para su sorpresa aquel chico que se habían encontrado minutos antes les estaba esperando en la puerta.

- Vaya, vaya, vaya... – Decía mientras avanzaba a su encuentro mirando sus manos entrelazadas – Veo que ya me puedo ir a dormir tranquilo – Sonrió y enlazó sus brazos al de Kikwang – Buenas noches mi Kiki – Se despidió de él dándole un beso en la mejilla – Buenas noches Dongwoon ssi – se separó de Kikwang y extendió su mano.

- Buenas noches... – Respondió con voz firme e inquisitiva.

- Hyunseung, Jang Hyunseung – Se presentó y viendo que no iba a recibir respuesta bajó la mano, inclinó la cabeza y el cuerpo a modo de reverencia y se retiró dejándoles solos de nuevo.

Kikwang estaba temblando y no parecía que fuera debido al frío. Se había llevado la mano a la mejilla y tocaba con cuidado la zona donde hacía pocos segundos habían estado los labios de Hyunseung.

- Tu amigo parece muy... cariñoso... – Dijo tratando de parecer tranquilo.

- Sí... Siempre lo ha sido – Se podía notar cierta tristeza y melancolía en su tono mientras lo decía.

Estaba claro que había algo más detrás de aquella frase que había llegado a molestarle más que el hecho de ver como otro chico le besaba.

- Kikwang – Empezó a decir llamando su atención – Será mejor que entres – terminó soltando su mano y señalando la puerta.

- Seung... – Respiró hondo – Fue quien me dejó...

- What?! – Gritó sin pensar.

No se podía creer que ese cretino hubiera sido su novio y menos aún que le hubiera dejado.

- Tenías razón, soy de tipo al que se deja – Sonrió, y a pesar de ver como sus ojos desaparecían sabía que esa sonrisa  sólo contenía dolor.

Le hervía la sangre. En ese momento lo único que quería era entrar en el hotel, buscar al tipejo ese y decirle cuatro cosas. ¿Quién se creía que era para primero dejarle y luego abrazarle o besarle como si fuera alguien?

- ¿Aún le quieres? – Preguntó con miedo a mirarle sin saber muy bien porqué.

- ¿Aún le quiero? – Se preguntó a sí mismo.

Se giró para poder verle la cara y le obligó a que le mirara. Ahora no sonreía, pero tampoco parecía estar triste, más bien preocupado.

- Deberías ir a descansar – Le dijo acariciándole la mejilla – Hoy ha sido un día... complicado.

Kikwang dejó escapar una pequeña sonrisa mientras movía ligeramente la cabeza para disfrutar del contacto con su mano.

- Sí – Suspiró y se acercó a él. Apoyó la cabeza en su pecho y con cuidado agarró los costados de su camisa.

Le estaba pidiendo que le abrazara. Y eso hizo, con el mismo cuidado bajó sus brazos, con uno le rodeó la espalda y con la otra mano empezó a jugar con su pelo.

-  ¿Me dejarás llamarte? – Le preguntó tímidamente.

- Tantas veces como quieras – Le contestó mientras le daba un pequeño beso en la frente.

- Te vas a cansar de mí – Se rió.

- Probablemente... – Le sacó la lengua.

Se separaron y Kikwang comenzó a alejarse pero cuando estaba a medio camino se detuvo, se dio la vuelta y retrocedió.

- Bu, buenas noches Wo, Woonah – Susurró y se puso de puntillas para darle un beso en la mejilla. Acto seguido se fue corriendo y entró en el hotel.

Se quedó allí de pie, con una mano en la cara, mirando cómo se alejaba y se "escondía" tras las puertas de cristal. Le vio mover las manos a modo de despedida y poco después desaparecer entre la gente de la recepción.

¿Acababa de llamarle Woonah?

Realmente había sido un día muy largo, y muy muy extraño. ¿Lo mejor? Aún tenía que volver al hotel y enfrentarse a su hyung... ¿Podía ese viaje terminar ya?