Capítulo 5

Long Story Short

“¿Jisú y Antoine Dieuf oficialmente comprometidos?”

TMZ.COM

Escrito por: Laurie Well.

11 de septiembre del 2021.

Por mucho tiempo se ha especulado sobre la relación entre la actriz Jisú y el actor de origen senegalés de nombre Antoine Dieuf. Ambos se conocieron en la miniserie de HBO, Begin Again. Desde ese momento se pudo atisbar una conexión profunda entre ambos actores. En el 2017 los volvimos a ver juntos en la pantalla grande protagonizando la cinta francesa de Durand, Sad Beautiful Tragic (Premio que consolidaría a Jisú como una de las actrices más galardonadas de la academia). Sin embargo ambos actores son bastante reservados sobre su vida privada, de Jisú poco se conoce de su vida familiar. Pero las especulaciones siempre fueron en dirección a su relación cercana. Siempre se le ves juntos paseando por las calles parisinas o de vacaciones en Niza. Ninguno de sus publicistas ha emitido ningún mensaje desmintiendo su relación, ni siquiera ellos mismos han aclarado nada, lo que ha dado más cabida al público a creer que están juntos en una relación bastante sería. Anteriormente a nuestro portal se nos han acercado fuentes muy cercanas a la pareja, hablando sobre como el encierro de la pandemia fue un punto muy focal en su relación, fortaleciendo aún más los lazos: “La cuarentena ha ayudado a darse cuenta de que se aman y quieren estar juntos para toda la vida, han hablado de planes de boda”.

No es hasta hace unos días otra fuente cercana ha confirmado un posible compromiso. Ambos pasaron parte de la cuarentena en un Penthouse en Upper West Side, en la ciudad de Nueva York, donde la actriz se ha establecido en los últimos años. Nos revelaron de última instancia que Dieuf se puso de rodillas en una cena súper romántica, en uno de los restaurantes más costosos de Manhattan, cerrándolo para su privacidad. Jisú al parecer dio el sí con lágrimas en los ojos. Al parecer también reveló que la familia de la actriz de origen coreano se ha puesto bastante emocionada por el compromiso y hay rumores de dos ceremonias nupciales. Una en Seúl y otra en Paris. El anillo según dijeron es de corte esmeralda valuado en 3 millones de dólares, sin duda sería una tontería que Jisú no aceptara.

La pareja al parecer confirmó su asistencia [por separado] a la OLD FASHION que se hará este 13 de septiembre del 2021, en el Museo Metropolitano de Arte de la Ciudad de Nueva York, organizado por Vogue. Jisú ira representado a la marca de alta costura Christian Dior, de la cual se ha hecho su embajadora global y musa a partir de…

¿Será que Dior se ha el encargado de diseñar el vestido de novia?

Lo que si podemos decir es desearles desde TMZ un feliz compromiso a la pareja del momento.

Deja aquí tu opinión.

Jisoo’s Version.

13 de septiembre del 2021.

Es un mito: Hollywood, el dinero, la fama y el artículo de TMZ.

Sale del SUV después de media hora en una fila insoportable de autos perfectamente alineados, avanzando en progresión después de cada aparición aparatosa de alguna celebridad cualquiera. No es de esperar que se encuentre de mal humor. Esta irritada, no sólo por los contratiempos originados en la fluidez vehicular, añadiéndose a ello está el sitio de chismes que parece pugnar con celosía la verdad de su estado sentimental. Sin embargo, si se encuentra enfurecida no lo deja ver. Salvo que seas su manager Seulgi Moon, nunca lo notarias. Seulgi por el contrario muestra siempre una mirada calmosa y mientras una sonrisa animada cuelga perpetuamente en sus labios. Toda esa acción hace que se sienta como una mujer caprichosa. No debería ser así, pero claro que lo es. Así es la vida, la fama y el precio de la inexistente privacidad. En vez de denotar la creciente ira, con simpleza templa sus ojos y domina la expresión facial como si fuera una maestra del ilusionismo. Esta es la vida que eligió cosechar, es su forma de ganarse el sustento cada día: Es la perfecta estafadora. La sonrisa milimetrada pende en sus labios al momento de bajar de la camioneta. Un tipo de seguridad, el triple de alto que ella y con unas grandes manos callosas la sujeta para que no caiga. Nada de bochornos, nada de pasos en falso, todo debe de estar en perfecto orden.

Este es el rol protagónico, es su vida.

Una estilista le ayuda con el vestuario, acomoda las partes que se desviaron durante el trayecto del [hotel] Plaza, hasta el Metropolitan Museum Of Art [MET]. Tiene la eficacia de un cirujano plástico al momento de realizar suturas. Seulgi por otro lado siempre va en pos de ella, tiene un ojo vigilante mientras se esconde de los reflectores y de la atención no deseada.

No hay mucho que quiera establecer ahora. La escalinata es el mismo tortuoso recorrido infernal. No lo odia en lo absoluto, porque aun así ama parte de la atención. Pero le está irritando no tener el control. Las personas a su alrededor hacen una pequeña barbulla, mientras comienza a moverse. Toma una respiración y cierra los ojos intentando mantener cualquier atisbo de inquietud. Hay algunas cosas que no puede gobernar en ella. La ansiedad, los focos disparejos y que siempre digan mal su nombre. Cada paso, cada estación de su pequeña inmersión al purgatorio [sí, es una referencia a Dante], comienza a desprenderse no sólo de sus inseguridades, sino que se desengancha de las telas terrenales que cuestan más que el salario de su padre por toda una vida de sobreexplotación. Es un circo y ella es una de las trapecistas más populares. Tras de sí el ojo de Seulgi siempre la admira, en perpetuo silencio, dándole cobijo. El hanbok poco a poco se evapora y da paso algo nuevo, un vestido más ligero, es esta reinterpretación más coreana del Vestido de la Venganza que Diana de Gales utilizó, cuando su esposo confesó su infidelidad en televisión nacional. Es un mensaje puntualizado diáfanamente con la forma en que su mirada atisba cierta frialdad, una gélida expresión que puede catalizar toda la rabia dentro de ella.

Las voces corean su nombre mal. Las preguntas son las mismas, señalan a Antoine Dieuf, cuestionan la falta de un anillo de compromiso en su dedo anular. Pero ella solo posa, desafiante y segura. Ignora incluso a la reportera de E! Entertaiment que está esperando como una depredadora para atraparla en una entrevista incomoda. Pasa de largo y camina directo a internarse dentro del MET.

Un recorrido a través del museo, un breve discurso después, algo de interacción social necesaria para supervivencia del ser humano y puede respirar con tranquilidad. Arrinconada contra una esquina en el baño de mujeres del Museo. Por motivos de pandemia ha habido más restricciones, pero al menos puede sentarse contraída fingiendo inexistencia. La ansiedad la hace desplomarse contra los azulejos mientras abre el empaque de osos de gomita farfullando maldiciones. No es como si las cámaras la fueran atrapar. Nadie le iba importar, a lo mucho sería una anécdota de una joven celebridad en Jimmy Kimmel. Pero Kim Jisoo, por primera vez pudo tener una sonrisa sincera deslizándose por sus labios, rebuscando de manera intuitiva las gomitas por el orden de color por el que las comía: Las verdes primero porque las odiaba, las naranjas después porque detestaba el color naranja, las amarillas le siguieron porque sabían bien y las rojas al último, porque era un color atrapante.

Mientras tomaba una gomita y procedía a rebanarle la cabeza guillotinándole con sus dientes delanteros, pasó a inventarse una estúpida cancioncilla, más que una cancioncilla era un sonido, un tarareo inconsciente que su padre señaló siempre significaba su buen ánimo. Es una cosa impensable, una estrella de la talla de Jisoo, animada contra los azulejos fríos y poco salubres del baño de MET. Sus piernas estaban extendidas y poco a poco el sabor de agria dulzura comenzaba a disipar su rabia.

¿Qué le había causado tanta molestia?

No lo recordaba y eso era lo mejor que podía sucederle en esta noche tan aburrida.

Hace 24 horas que había apagado su móvil, en una forma de silenciar su vida. El día anterior había sido frustrante. Las notificaciones habían reventado y noqueado su teléfono. Tuvo que denegar un montón de veces la versión oficial de TMZ, con su círculo más cercano. Sobre todo aguantar el estallido del Vesubio que había sido iniciado por su madre. Kim Eun-young no estaba significativamente contenta con la idea de enterarse de su supuesto compromiso a través de una tendencia de Twitter. Jisoo no estaba feliz de escucharla mascullar por media hora sin dejarla interrumpirla. En medio de la jaqueca, había externado la falsedad del artículo. La palabra matrimonio estaba muy lejos de sus planes. Lo más bochornoso ocurrió cuando Mathilde Favier, la directora de relaciones con celebridades de Dior, le había mandado un encantador mensaje felicitándola por su compromiso, señalando la participación absoluta de la marca en la elaboración del vestido. Dejó consigo una invitación abierta a los ateliers en Paris. Cuando ya no pudo más y sintió que estaba por reventarse su paciencia, dejó todo en manos de su publicista y amiga Kim Seohyun. Aún no había sacado una declaración pública, pero esperaría unos días antes de que sucediera. La atención extra era publicidad gratuita y ella esperaba que eso atrajera a ojos curiosos a su nuevo proyecto cinematográfico que se estrenaría en invierno en la plataforma de Netflix. Fue un proyecto caótico y demasiado tedioso, eran demasiadas tomas de una misma acción, la hizo sentirse como un muñeco de plastilina que era manipulado en stop-motion. Luego se tuvo que congelar el culo en Wyoming y aguantar la hiperactividad explosiva de Talia Ryder.

Sin duda se merecía el disfrutar sus ositos de gomita con tranquilidad, sin ninguna mirada inquietante.

Jisoo no quería una relación romántica con nadie. Hay recuerdos desagradables y sus ambiciones quizás sean más grandes que tener que soportar la idea de estar enamorada. A veces, muy pocas, le plaga la idea febril de tener alguien con quien acurrucarse dentro de su fortaleza imaginaria [su casa alquilada en Cornelia Street], tener algún tipo de contacto físico, de momento agradable y doméstico. Quizás una voz dulce recitando alguna canción, algún poema.

Pero todo lo que conllevaba el amor en sí le hacía dar tres pasos hacia atrás.

No, sin duda no pugnaría al romance en su vida personal.

Sobre todas las cosas, no quería sentirse vulnerable frente a otra persona.

No después…

Se queda sin aliento.

[Porque los traidores nunca ganamos, Chu].

Sin embargo contrario a lo que esperaba de su estancia el baño, desechar plenamente la idea de vulnerabilidad estaba fuera de su alcance. Sobre todo cuando dejó de mascar las veces necesarias para no atragantarse con el oso de gomita [como en ese libro de una chica que muere ridículamente por esa acción].

¿Cómo no sentirse expuesta cuando los ojos de Rosé están delante suyo?

La conversación que tuvieron hace cuatro años había sido muy breve. Un mero ejercicio de educación. Aun así, por algún motivo extraordinario no olvidaría nunca el contorno de sus labios, sobre todo el color. Rojo. Con ese color la asociaría por mucho tiempo. No es que quedara enferma del rojo, no es que lo buscara obsesivamente en todos los aparadores de las tiendas de maquillaje. No había forma de replicar un color tan atrevido, porque era Rosé la que asentaba esa sensación.

Esta vez no llevaba aquel labial rojo, de aquel año, de aquel septiembre. El tono le daba un toque sutil al maquillaje simple, casi natural, quizá lo más sobresaliente era el delineado de sus ojos. El cabello estaba más descolorido, insano, atado de manera desordenada. Y el vestido negro, con el moño blanco como peto [una reinterpretación a un vestido de Marylin Monroe] era corto, le llegaba un poco encima de la rodilla. Un little black dress en toda su expresión. En su cuello, estaba una gargantilla hecha de pedrería en forma de flor.

“Ah, hola Pasta” el saludo que envía es tan simple, una mirada con suspicacia. Sigue guillotinando ositos de gomita verde para posteriormente triturar sus cuerpos en su boca. Se estremece ante lo agrio que es el sabor limón.

En respuesta, logra ver como Rosé se arranca toda la seguridad con la que había cruzado el umbral del baño. Lleva su móvil y una cartera de mano con el emblema de YSL, en la hebilla dorada. Le recuerda a su bolso de Dior, pero sin la correa de oro.

“H-Hola” parece cohibirse en un sonrojo profundo, dándole más vida a sus pálidas mejillas. Rosé parece quedarse dudosa en su lugar, casi como una estaca tambaleante. Puede incluso ver lo desesperado de sus pensamientos y como parece distraerse en un segundo, para después empujarse así misma a enfocarse.

Algo raro y fascinante.

Jisoo decide seguir animada, sobre todo ver a Rosé le causa una breve sensación de alegría. Siempre le causa emoción encontrarse a alguien agradable, sobre todo si es asiático.

Sigue balanceando su cabeza tarareando una melodía mientras muerde otro pandita color verde. Luego frunce las cejas, ‘¿Por qué sigue quieta?’, Rosé está ahí, como un cervatillo frente a un par de enormes faros. Luego de pensarlo y repensarlo, decide que Rosé ahí quieta está molestándola mucho. No porque odie a Rosé, no la odia, le parece agradable, fue agradable y la conversación breve de acertijos fue satisfactoria, sobre todo cuando le ayudó a separar la idea de que casa de Hogwarts necesariamente tenía que ser idéntica al del Test en Pottermore [Wizarding World]. Ya puede llamarse una Slytherine orgullosa, a pesar de sus tendencias Ravenclawnianas. Lo que le comienza a hastiar es verla muy quieta y empalidecida. No quiere verla ahí detenida en el tiempo, quiere que este cómoda y disfrutando de lo atractivo que es estar estancada en el baño, como lo disfrutan las otras celebridades que se escapan brevemente lejos de la opulencia extrema del evento. A veces es abrumador para todos, sobre todo cuando es tu primera vez en un lugar así.

“Pasta, ¿Quieres gomitas?, podemos compartirlas. Me las ha dado Seulgi Eonnie” le cuenta mientras sin importarle mucho palmea el lugar vacío a su lado. Por un momento piensa que tal vez fue extremo en invitarla a sentarse, por el simple hecho de que quizá no quiera ensuciar su vestuario. Sin embargo una sonrisa se anima en sus labios al ver como Rosé parece moverse de manera más relajada hasta posicionarse a su lado, sentada con las piernas dobladas, ya que es más alta que Jisoo. Un gigante bonachón con el cabello decolorado y maltratado, pero con mejillas abultadas que le dan un toque infantil.

Extiende el empaque de gomitas a su dirección con una mirada alentadora.

“No pensé que te acordarías de mi” señala mientras parece vislumbrar dentro del empaque y sus dedos pasan a través los diferentes colores, que denotan diferentes tipos de expresiones en el rostro de Jisoo. Toma uno rojo cuando ve como la actriz parece darle una mirada bastante intensa, pero se suaviza al recordar que Pasta Rosé es un ser individual que tiene un método diferente de comer ositos de goma.

La ve masticarlo sin siquiera guillotinar una extremidad. Lo que hace que sus ojos se abran. Pero lo que más parece picarle en su estómago es la forma en que sus mejillas se hinchan al mascar. ‘Adorable, muy adorable’.

“Te dije que lo haría” señala con petulancia. Jisoo ama tener la razón en todo, es demasiado ítica en ese aspecto. Puede oler el potencial de las personas, no de forma literal, pero su intuición es bastante buena. Se dio cuenta muy fácil que Talia Ryder tenía el potencial para interpretar a la versión joven de Dorothea en su última película. Alison Finlay se lo había señalado en los castings, sobre como era de buena teniendo un ojo para las personas. Aunque Jisoo pensaba que era algo más que tenía que ver con su mística herencia familiar.

No dicen nada más.

Caen ambas en un cómodo silencio. Rosé atrapada en sus divagaciones, distrayéndose. Sus ojos se pierden fáciles, es algo que Jisoo nota. Ve como vagan desde la luz blanca incrustada en el techo, hasta el reflejo del espejo o el sonido que chisporrotea de la llave de agua abierta. Las celebridades entran, dan simples asentimientos en forma de saludo o algún breve de intercambio de palabras. Saborean ositos de goma. Llega un momento en que la propia distracción de Rosé la hace hablar torpemente en voz baja con Jisoo. Comienza comentando sobre como prefiere los South Path y después habla sobre sus dulces australianos favoritos, sobre todo habla de los Caramello Koalas y los Cherry Pie. Eso la hace remontarse a una anécdota sobre una vez que comió muchos Violet Crumble y terminó en el dentista por caries en los dientes. Para esto dio una larga explicación [bastante torpe] sobre cómo era el dulce, lo comparó con un dulce inglés llamado Crunchie. Jisoo quiso decirle que los había probado anteriormente, ambos dulces. Pero se calló porque le pareció bastante entrañable ver como los ojos de Rosé se bañaban en nostalgia y le parecía gracioso la forma en que buscaba imitar las voces de las personas que aparecían en su recuerdo. Uno de ellos le hizo derramar una breve lágrima que logró atrapar en la comisura de sus ojos. Luego descarriló sobre su aparente sensibilidad y como sentía que no iba tanto al caso con su signo zodiacal acuariano. Eso llevó a que Jisoo fuera interrogada sobre su propio signo.

“Creo que soy capricornio” se encogió de hombros. No creía en el zodiaco, ni en las fuerzas místicas que indican como las personas deben de comportarse. Usualmente señalaría aquello, pero parecía que Rosé era una especie de acepción a todos sus comentarios agrios.

De hecho sonaba interesante como hablaba Rosé. A ratos soltaba comentarios fuera de lugar o hacía un movimiento random bastante gracioso. Cuando se daba cuenta se quedaba muy quieta, como si olvidara respirar y procedía a sonrojarse abochornada. Pero le dio una defensa apasionada sobre la necesidad de entender que los signos son algo más que el solar, que hay demasiadas constelaciones y planetas que intervienen, la carta natal es un panorama amplio. Luego despotrico sobre como su grupo y ella parecen tener cierta incompatibilidad que hace enardecer las grandes discusiones.

“Es como una especie de masacre medieval, como la batalla de los bastardos de Juego de Tronos. ¿Has visto Juego de Tronos?, mi personaje favorito era Daenerys, pero después no sé…supongo que le tenía bastante cariño. Quizá había nociones que denotaban que iba enloquecer, pero, ¿Viste a sus dragones?, ¡Dios imponían!, aunque tal vez ella era volátil. Igual odie el final, fue todo apresurado. Sin embargo vi el final con una amiga que había arrastrado a otras dos de sus amigas. Ellas también son parte de la industria, tienen una banda genial, ¡Son buenísimas!, tienes que escuchar sus canciones, ¡Multifacéticas!, no me considero tan multifacética, pero me gustaría saber si otros lo piensan. ¿Tú eres multifacética?, yo creo que lo eres, tus personajes son muy diferentes…pero en fin...siempre pendemos de un hilo cuando peleamos” parece detenerse para absorber más aire porque se ha quedado sin aliento y los ojos los tiene muy abiertos, parece que las ideas en su cabeza se revolvieron.

Eso hizo que Jisoo se riera.

Tomó un osito de gomita amarillo del empaque lo empujó a los labios de Rosé, que inconscientemente lo arrancó de sus dedos para mascarlo con un bonito tono de rojo en el cuello y orejas. Hubo algunas palabras que no pudo distinguir mientras bufaba rodando los ojos y en seguida se rio de manera nerviosa después de tragarse el dulce.

“Sí, he visto Juego de Tronos” Jisoo se encoge de hombros “No sé si sea multifacética y no me dijiste el nombre de la banda de tu amiga, por cierto, aunque no lo creas ya se diferenciar BTS de Blackpink, creo que eso es un logro” se encoge de hombros buscando su propio dulce amarillo.

La sonrisa de Rosé es animosa y asiente con velocidad. Sus dedos torpes buscan en la biblioteca de música de ¡Tunes en su teléfono para empujar The Perfect Velvet sobre el rostro de Jisoo.

“¿Red Velvet?” lee la actriz con atención.

“Sí, es una gran banda. Conozco a todas sus integrantes, sobre todo a Joy una de mis grandes amigas”.

“Suena lindo, tener amigas en el mismo ámbito”.

“¿Tú no tienes alguna amistad en Hollywood?”.

Jisoo podría evadir fácilmente la pregunta, sin embargo se encoge de hombros mientras rebusca otro osito de gomita y antes de guillotinarlo contesta: “Ah, son más conocidos, que amigos”.

“Ah” Rosé parece desanimarse.

Por eso Jisoo decide continuar “Tal vez, no tan íntimamente Anne Hathaway o Emma Stone… y Kristen Stewart”.

“¡Oh tuve una etapa Crepúsculo!” confiesa de manera vergonzosa, eso hace que a Jisoo se le eleven las cejas.

“¿Edward o Jacob?”.

Rosé parece quedarse quieta pareciendo procesar, dudosa en contestar con honestidad. Pero Jisoo la alienta con una pequeña sonrisa “Nikki Reed”.

“Oh, ella es muy bonita”.

“Aparte de eso, la historia se me hace tonta y muy…mmm…peligrosa…sobre todo los personajes, digo les tengo cariño, pero siento que todo se siente más plano”.

“Ah, sí me pasó lo mismo. Me gustan las historias de vampiros, pero no sé qué tan orientados al romance puedan estar…por ejemplo me gusta Vampire Diaries, primeras temporadas…The Originals, pero no puedo negar que Crepúsculo fue un antes y un después”.

“¿Elena o Katherine?”.

“Katherine” rodó los ojos “Damon o Stefan”.

“Caroline”.

“Gran personaje”.

“Sí”.

“¿Por eso eres rubia?”.

Nour”.

“Perdón”.

“Pareces disgustada” señala la forma en que el rostro de Rosé parece contraerse.

“¡Oh, no, no!, sólo…fue algo muy”.

“Lo siento” sentencia Jisoo “Sobre alguna amistad…no soy mucho de salir…ya sabes soy ermitaña…pero desde hace dos años cargo conmigo la responsabilidad de ser la mentora/ padawan de Talia Ryder, ¿La conoces?, creo que vino con YSL, es de mi estatura, un pequeño elfo de ojos azules, que parece ser bastante inteligente y de cual me estoy escondiendo ahora mismo porque quiere mi cabeza” dice eso ultimo encogiéndose con las cejas fruncidas, comienza doblar sus rodillas hasta abrazarlas contra su pecho.

“Wow…es…bastante”.

“Raro, sí, me mandó un SMS, diciendo que me iba asesinar” dice dejando las gomitas aun lado “Al principio pensé que era un sentido muy literal, pero más bien fue más un reclamo ante mi silencio momentáneo” se encoge de hombros fijando los ojos de Rosé que parece demasiado incrédula “Es un poco dramática, pero le tengo mucha fe, me recuerda a una versión más joven de mí. Como Dorothy caminando por el camino amarillo hacía Ciudad Esmeralda”.

“Soy más de Wicked” señala Rosé, eso hace que los ojos de Jisoo brillen. Ella amaba Wicked, a veces estaba pensando en audicionar para interpretar a Elphaba, pero la idea de volver a cantar le causaba nauseas. No cree que este nunca para recuperar esa faceta de su vida artística. Tal vez sólo se quede mirando los clips de Idina Menzel y Kristin Chenoweth en Youtube.

“¿No crees que Wicked es tan…gay?”.

Rosé parece atragantarse con su saliva, tose furiosamente antes de asentir sonrojada.

“¡Dios claro que sí!, ¿Has visto el potencial en Elphaba y Glinda?!” parece hacer un ademan de estrellar su puño contra una pared imaginaria “Maldita sea, odie que se quedará con Fiyero”.

“Se besaron en el libro”.

“¡Aghhh, es bastante molesto!” luego de que Rosé lance un par de maldiciones más parece recordar algo y vuelve sus ojos hacía Jisoo que está ocupada comiendo panditas rojos “Oh, también conozco a Talia”.

“¿Sabes si aún quiere mi cabeza en una estaca?”.

“Se veía bastante nerviosa, estaba sentada junto a mí y Olivia Rodrigo, ¿Sabes quién es ella?”.

Jisoo mentiría si dijera que no había leído ese hilo de twitter donde hablaban sobre un tipo de triángulo amoroso de dos coestrellas de Disney con una antigua chica Disney. Se limita a asentir rápidamente.

“Sí, he escuchado su álbum”.

“Oh, me gusta mucho Traitor”.

“Soy más Hope ur Ok”.

“Si es linda, más acústica”.

“Creo que deberíamos buscar a mi pequeño aprendiz del mal” Jisoo establece poniéndose de pie, para después extender la mano en dirección a Rosé para ayudarla a levantarse “Sí está nerviosa, no me gustaría dejarla sola. No me gusta mucho este tipo de ambientes” señala mirando furtivamente a hacia diferentes direcciones, como si hubiera alguien observándolas, después se abraza cuando se siente estremecida.

“Lo entiendo” puede ver igual preocupación en los ojos de Rosé “Yo también me siento bastante insegura, sobre todo lejos de la familiaridad de mi industria”.

Ambas intentan adecentar sus vestimentas antes de partir. Se lavan las manos con rapidez y se colocan las mascarillas. Caminan juntas fuera del baño, saludando levemente alguna persona que parezca familiar. Al principio no hablan, pero se miran disimuladamente. Cuando Rosé esta distraída con alguna estructura ornamentada del MET o con alguna celebridad. Jisoo aprovecha para fijarse en sus labios, ha decidido que Rosé tiene los labios más bonitos. A pesar de que también ha visto los labios de Nicole Kidman muy de cerca cuando trabajaron juntas en una película en Australia. Se turnan pasándose el envoltorio de ositos de goma a medio terminar. Rosé vuelve a divagar, hablan sobre los días de encierro. Hay muchas cosas que puede decir de aquellos días, las frustraciones, el detenimiento de toda su agenda, los días donde pasaba mirando la TV acurrucada con Dalgom, mejor amigo y roommie [no le gusta decir que es su mascota]. Puede hablar de las paranoias de su madre, de las palabras firmes de su padre. De todas las cosas que intentó hacer y falló estrepitosamente. Pero quiere morderse la lengua y callar. Rosé divaga y divaga, sobre su hermana, su agenda apretada, su regreso, su álbum, su promociones en pandemia. Hace que la lengua se le afloje en un parpadeo y comience a hablar sobre lo ansiosa que se sentía al estar encerrada y ver todas las noticias horrorosas. Habla sobre las teorías conspirativas, sobre su los chismes que su madre le enviaba, sobre todas las veces que estuvo preocupada porque su familia se contagiara, sobre la sensación nauseabunda de soledad.

Era como si todo lo que la mantenía estable, se esfumara.

Todo deteniéndose y dejándola en el sofá, mirando Grey’s Anatomy o jugando PUGB.

Se da cuenta que Rosé por alguna razón es reconfortante. Tiene una mirada bastante comprensiva y a pesar de su propio nerviosismo crea un puente para que Jisoo puede hablar con seguridad.

“Oh, hola señorita Ryder” existe cierto toque de fingida sorpresa cuando llegan finalmente a la mesa circular, donde están sentadas Talia Ryder y una joven de tez morena ojos saltones. Talia simplemente se sobresalta ante el saludo, en vez de darle la sonrisa tímida que ocasionalmente tenía sobre su rostro en los primeros casting para la joven Dorothea, esta vez sus cejas se hunden en una clara expresión de disgusto.

No es que le haya sentado mal aquel gesto. De hecho, Talia aun parece tener una apariencia menos agresiva que el SMS que cuelga en su móvil desconectado de la vida. Da un asentimiento de cabeza y luego se vuelve ante la joven a su lado, la cual le da un manotazo para llamar su atención. Ésta a diferencia de su joven aprendiz, está bastante conmocionada. Ha olvidado un poco que vive en la burbuja de la fama, por ende es bastante desconcertante la plática silenciosa que se gira entre ambos ejes (Talia y la chica), un par de miradas insistentes, sacudidas y codazos bastan para que los ojos cerúleos cedan y vuelvan a encaminarse hacia la mirada jovial que le ha dado desde que llegó junto a Rosé a la mesa.

“Señorita Kim, esta es Olivia” presenta con exasperación antes de que la joven Olivia se levante torpemente de su asiento, haciendo que la mesa se remueva un poco, pero no lo suficiente como para derramar las bebidas sobre ésta.

“¡Un placer conocerla!” es lo que logra decir caminado hacía ella extendiendo su mano obstinada para un saludo. Jisoo gira sus ojos hacía Rosé que está a su lado, con las manos detrás de su espalda dando una sonrisa bastante suave. Siente como se le arrugan sus propias cejas dudando si debería estrechar su mano con la de Olivia. Puede numerar cuan fuera de los protocolos de salud sería estrechar la mano de la joven. Sin embargo pensando que hace unos instantes estaba sentada en las baldosas del baño del MET comiendo ositos de gomita junto a Rosé, hace que cualquier acto de rechazo sea hipócrita. Estira su propia mano y siente el tacto de la palma de Olivia, está sudorosa y sus dedos parecen temblar. Sabe que está nerviosa, la forma en que todo tilda en ella. No le gusta mucho ver a las personas comportándose de esa manera a su alrededor. El nerviosismo siempre lo asocia con el miedo y lo que menos querría es darle miedo a una persona. Tal vez está siendo demasiado egocéntrica, pensando que su figura genera la suficiente imponencia como para causar una perturbación enorme en esta joven adolescente. No es diferente a Talia que se inmutaba a no verle a los ojos o a la propia Rosé que recuerda se pasaba el rato sonrojada y tartamudeando. Decide sonreírle con la mirada, sus ojos se vuelven dos líneas curvas, mientras su boca sigue cubierta por la mascarilla negra con adornos de serpientes doradas, como el joegori transparentado que cuelga como una bata ligera sobre su cuerpo.

“Un placer conocerte Olivia, Pasta, ¿Ya te presentaron a Olivia?” sus ojos buscan los de Rosé que parece distraída mirando hacía una de las luces neón que colgaba del techo. Toda el área del templo de Dendur, donde se asentaba la cena benéfica estaba ensombrecida por luces moradas, al puro estilo Euphoria.

Rosé se da cuenta que la nombra y se gira para dar un breve asentimiento. Sabe que sonríe porque es algo que no se puede ocultar cuando eres una persona asiática. Sus ojos tienden a entrecerrarse en una sonrisa sugestiva. Contiene el chillido en su garganta y las ganas de pellizcarle las mejillas que se esponjan ante la sonrisa.

“Sí, nos ha presentado Talia” establece mirando a la chica de ojos azules que está cruzada de brazos fingiendo indignación.

“Oh, eso maravilloso, supongo que todos ahora somos buenas amigas” señala Jisoo mientras decide sentarse al lado de Talia [justo a la izquierda] y palmea el asiento vacío a su lado en una manera de incitar a Rosé a sentarse. Olivia regresa a su asiento sonrojada, murmurando algo intangible y después descansa su mentón sobre el hombro de su aprendiz.

Cuando las cuatro permanecen sentadas se crea en el aire un silencio sepulcral. El resto de las personas siguen interactuando, farfullando, la música de fondo es un simple solo de saxofón derivado alguna pieza de jazz. Hay hombres bien vestidos, camisas blancas impolutas, guantes, chalecos negros y pajaritas en el cuello, llevan charolas con comida o champaña, zumbando palabras sugestivas alrededor de las personas. Lo impresionante era como rodeaban a las multitudes que parecían desplegarse en pequeños archipiélagos.

Su visa vuelve a Rosé que parece rígida, sus ojos parecen desviarse buscando un punto fijo hacía donde mirar. Esta frotando su brazo con nerviosismo y después de mucho dudarlo, Jisoo ve como sus miradas se conecta. Le eleva una ceja a la cantante impulsándola a que lance algo al azar que pueda sofocar el silencio de la mesa.

La rubia parece entenderlo al instante y simplemente dice: “Oh, Olivia olvide mencionar que escuche tu álbum, South, me encanta, Jisoo-sunbaniem y yo estábamos hablando de nuestras canciones favoritas. Yo estaba diciéndole que mi favorita era Traitor, me parece increíble y bastante dolorosa, no sé si ponerla en mi lista de canciones de ruptura, porque una de mis canciones favoritas de ruptura es Jealous de Labrinth, o What about us de P¡nk. OH, eso me recuerda a la noche en que nos conocimos” se gira para ver a Jisoo con los ojos iluminados “Para esto, fuimos a un evento de moda hace como cuatro años y nos tocó ser compañeras de asiento, resulta que yo estaba hablando con Kiko Mitzuhara, ¿Conocen a Kiko Mitzuhara?, ¿Talía?, sí, ¿Olivia?, no” y entonces toda la conversación cambia a Rosé hablando sobre el desfile de modas atrasado, la presentación de Kiko, incluso Jisoo se ríe y contribuye cuando ve como imita la voz de la japonesa. Olivia parece destensarse cuando Rosé hace que Jisoo cuente la anécdota del concierto de Ariana Grande y el escupitajo. Talia que al principio estaba bastante reticente, se relaja y comienza también hablar sobre su experiencia con Kiko. Lo que hace que toda la conversación sea bastante amena.

“Oh, claro que sé que a la señorita Kim no le gusta ir a conciertos sola. Fuimos al último Coachella” contestaba Talia “Ahí nos conocimos” dice señalando a Rosé que asiente riéndose “Yo estaba emocionada porque quería ir al festival, pero mi madre no quería que fuera sin supervisión. Todo ese comienzo de año, estaba conviviendo mucho con la señorita Kim, porque estábamos preparándonos para una película y ella estaba desanimada porque supo que Ariana Grande iba al Coachella pero no quería ir sola. Entonces vi la oportunidad y la aproveche, yo quería ver a Blackpink, ella quería ver Ariana Grande, ¡Bam!, la arrastre al concierto de Blackpink, incluso me compró un ligthstick”.

“¡Oh, ¿enserio?!” Rosé abre los ojos y la boca con sorpresa.

Jisoo rueda los ojos, se siente bastante avergonzada y ni siquiera sabe por qué. “El concierto fue bastante bueno, hicieron un buen trabajo”.

Rosé se queda un segundo procesando eso y torpemente da las gracias, antes de seguir hablando sobre el encuentro con Talia en Backstage, y preguntando por el paradero de la actriz. ‘Ah se enfermó y tuvo volver al hotel’ indicaba Talia mientras Jisoo asentía. Después Rosé volvió a empujar la conversación de regreso a lo que estaba tratando de explicarles. Les habló sobre cómo buscó la versión japonesa del 7/27 de Fifth Harmony y como se había enamorado de 1000 Hands. Eso la hizo bufar porque ella misma amaba la canción y detestaba el hecho de que no estuviera en la versión estándar.

“Mi álbum favorito sigue siendo Reflection” señaló mientras sus ojos vagaban a Olivia “Tu álbum me gustó mucho, por favor sigue esforzándote y espero ir al tour, dudo que Talia se niegue a ir conmigo”.

“¿Qué prefiere Kiko Mitzuhara o yo una persona que no le pediría el Meet and Greet?” se burlaba la joven.

“Ay, Talia, nunca crezcas” dice palmeándole la cabeza. Ve a Rosé que está aceptando una copa de champaña dándole una mirada cálida al mesero que se sonroja en el acto antes de retirarse con torpeza. “Tú también Pasta. Sigo siendo tu mayor fan, espero más canciones como Gone u On The Ground”.

Rosé casi se atraganta con la champaña y se disculpa por el número de inmediato. Siente cual intensa es la mirada que le otorga la rubia, que hace que por nerviosismo propio juguetee con sus dedos debajo de la mesa.

“No esperaba tal apoyo”.

“Te dije que sería tú fan, me gusta retribuir” susurra discretamente.

Rosé asiente entrecerrando los ojos, como si quisiera decir algo más, pero parece simplemente callar.

“Ah, Talia, antes de que tenga que retirarme a mi propia mesa, ¿Podemos tener unas palabras en privado?” la chica eleva una ceja pero da un asentimiento.

Se despide de las dos cantantes, con un gesto vago y avanza junto a Talia a un pasillo un poco más apartado y silencioso.

“¿Así que intentó de asesinato?” se cruza de brazos fingiendo indignación.

“Esperaba al menos un aviso y no enterarme por TMZ, pensé que tal vez…”.

“Niña pequeña y obstinada” le da un pequeño golpecito en la frente “¿Qué pensaste?”.

“No sé, supone que éramos buenas amigas”.

“Oh, lo somos en cierta manera, pero no puedes ser así de irrespetuosa, sigo siendo tu mayor, sigo teniendo más años en la industria. No te quería echar en cara esto, pero no puedes estar lanzando este tipo de mensajes agresivos, ¿Qué sucede si alguien lo viera?, tal vez exagero pero tienes que cuidar tu imagen, tampoco tienes que ser tan incómoda, ¿Estas enojada conmigo?, bueno, pero aquí en este lugar las personas sólo observan con celosía buscando el mínimo defecto”.

Puede escuchar la respiración temblorosa de Talia “¿Algo más señorita Kim?”.

“Sé buena chica y no tienes edad legal para beber” le advierte disponiéndose a irse “Ah y el artículo de TMZ falso”.

Una parte de ella siente que fue bastante dura con Talia. Tal vez dramatizó la situación, era sólo un mensaje bastante humorístico. Sin embargo le preocupaba que dejara ver muy fácil su disgusto u otras emociones. En su época de entrenamiento siempre le habían dicho que tenía que sonreír siempre, ser vulnerable no la llevaría nada. Lo podía ver en Rosé, entendía que parte del sentimentalismo en ella era parte de su imagen. No es que no fuera honesta, es que sólo dejaba ver un extremo pequeño. No iba darle cabida libre a todo. Jisoo pensó que era inteligente, seleccionando que decir y que no, aunque todos pensarían que es sinceridad pura y no algunas cosas pre fabricadas, por la forma en que sus palabras salen entorpecidas con rapidez, realmente sigue las estrategias del manual de estafadores. Lo más desorbitante quizá es que había caído en su propio confort, si en algo los educan es en ser bastante confortantes con el resto de las personas, como si fueran una almohada suave en la cual reposar la cabeza. Pensándolo mejor, Rosé había sido muy honesta con ella, la chica sabía a quién contarle sus secretos compartimentados y a quien no. Lo entiende, porque sería difícil que estafara a Jisoo, ambas eran estafadoras, entendían la jerga, los gestos, el tacto, la timidez. La conversación en esa mesa fue agradable, pero su tuviera que rescatar la más memorable, la más honesta y la que le hace sentir cierto escozor de repugnancia es la del baño. No se había sentido tan desnuda con alguien en mucho tiempo, hasta que la rubia se sentó a su lado en los azulejos, divagando recuerdos de la infancia que quizá, nunca derramaría con otro desconocido.

Eso es algo que Jisoo parece respetar bastante.

Lo peor es que no se la puede sacar de la cabeza. La cena transcurre, las conversaciones son someras, el show de Rihanna la anima un poco, pero aún se siente cohibida. No actúa como tal, se mantiene serena con la pierna cruzada y una mirada inexpresiva. Por dentro sigue pensando en Rosé, en el baño, la sensación de su brazo rosando el suyo, los panditas saltando de boca en boca, las miradas, las risas y la sensación de hormigueo en su estómago. Esto quizá rebasa cualquier límite de lo quiere pensar.

Pero no puede detenerlo, es una cascada de Rosé, que brota a chorros.

Al menos para su diversión, Antoine Dieuf está sentada junta ella. Puede captar la mirada juguetona que les envía Anna Wintour frente ambos. Nadie dice nada, no chista ningún comentario o alguna pregunta curiosa sobre los planes de boda. Su amigo, de cierta manera permanece tranquilo, sus hombros están relajados y está más enfocado en disfrutar de la opulencia que en tener que desmentir el mismo rumor estúpido.

“¿Cuándo lanzas el comunicado?” le pregunta en francés en voz baja. Jisoo se estremece por la repentina cercanía y porque había olvidado la voz grave. No le gusta que la tomen por sorpresa, sin duda le causa náuseas y repulsión.

No lo denota, porque por fuera es imperturbable. Sólo arruga brevemente las cejas para responder discretamente: “Un par de días”.

“Deberías demandarlos por difamación”.

“Libertad de expresión” responde exasperada.

“Me voy de Nueva York el jueves, voy a Argentina” responde vagamente “Mi esposo está llevando Hebe a conocer a los abuelos” hay una sonrisa de orgullo paternal muy similar a la que vio en su padre el día en que le llamó por facetime con su primer Oscar en la mano.

  1. eso es muy lindo, ¿Habla español?”.

“Sí, Manu, ya sabes, no quiere que se olvide sus raíces, argentinas, la carne asada, el dulce de leche” se encoge de hombros “El artículo de TMZ, fue bastante…”.

“Incomodo” sentencia ella “Lo resolveré, si es necesario puedo decirle a mi publicista que adelante el comunicado”.

“Sería genial, vuelo a Buenos Aires y después iré a Villegas”.

“¿Pueblo pequeño?”.

“Es bastante, una mala película western o es lo que Manu siempre dice”.

No hablan después de eso. Alguien hace un comentario sobre lo acaramelados que se ven y ambos niegan rotundamente estar en una relación. Sin embargo son buenos colegas. Se han conocido desde hace años, cuando Jisoo decidió dejar parte de su vida atrás y aventurarse en busca de satisfacer su ambición. Begin Again fue importante, fue un reto que pensó terminaría con ella. Los recuerdos y la perdida estaban frescos y fue cuando más sola se sintió. A veces le tiemblan las manos y siente que carga todo el peso de las mentiras. Sobre todo las noches habían sido un reto, con todos esos espíritus encimados en su cuerpo, dándole parálisis del sueño. Si no fuera por Dalgom, tal vez el resultado de éxitos hubiera sido más bien algo perturbador. Fue el último regalo que Sae unnie le había dado, como una despedida digna.

[Si no puedo acompañarte en tu largo viaje, al menos llévate a Byum Dalgom, Chu].

El evento era como esperaba, elitista, excesivo y sobre todo socializador. Pasó un rato agradable teniendo breves conversaciones con el resto de la mesa. No volvió a interactuar con las chicas YSL, sin embargo pudo vislumbrarlas de reojo. A veces su mirada chocaba con la de Rosé, que daba un gesto modesto de aprecio. Jisoo estaba bastante intrigada buscándola de vez en cuando. Por otro lado siguió discutiendo con Antoine, sobre todo hablando de la filtración de información falsa. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron, lo cual hacía ilógico que ambos estuvieran la cuarentena juntos. Jisoo negó la idea rotunda de vivir en Upper West Side, pero se negó a hablar sobre su domicilio. Como si pensara que algún espíritu maligno la seguiría del museo hacía Cornelia Street. Lo preocupante era la fuente falsa y la difamación. Antoine pensó en demandar, pero Jisoo dijo que servía como publicidad gratuita. Hubo un momento donde se les ocurrió salir e irse juntos, sólo para jugar con los medios.

“Algo muy siniestro, si me preguntas” decía bebiendo vino mientras movía su pierna con nerviosismo. Jisoo sólo rodo los ojos mientras volvió a buscar algún rastro del cabello decolorado y los ojos desterrados.

“No lo es, simplemente nos vamos juntos”.

“No sé si Manu querría esto”.

“Toma tu teléfono y pregúntale” señaló a móvil sobre la mesa “Lo negaremos después”.

“Sí vamos a hacer un circo, al menos deberíamos hacerlo como se debe” puntualiza hay una mirada juguetona en sus ojos marrones que llama la atención de Jisoo, esa forma traviesa de sonreír le trae de vuelta a sus primeras semanas en Paris, en medio de las grabaciones, cuando Antoine se ponía a hacer travesuras como si tuviera siete años. Sin duda este tipo había hecho que su espontaneidad explotara.

“Dime” dice recargando sus codos en la mesa, usándolos para apoyar su mentón. Da la mirada de una niña expectante a la orden de poder tomar el dulce frente a ella.

“Tendrás que ir a la After Party, no pienso decirte más”.

“No me gusta”.

“Diviértete un rato, te vi con la chica rubia” dice señalando con su copa en dirección a Rosé que pasaba desorientada siguiendo a un tipo casi de su estatura vestido de negro, tras ellos Talia iba bastante animada. Jisoo suspiró un poco y bajó la mirada. Sintió como Antoine la contemplaba divertido.

“Una joven bastante bonita” da una sonrisa sugerente “Irá a la After, tengo entendido”.

“¿Cómo sabes?” se gira para verle con el rostro arrugado.

“Sólo ven conmigo”.

“Está bien, iré”.

Está apunto de bajar las escalinatas y tiene el aliento atorado en su garganta. Sus hombros están tensos y atrapa los ojos Seulgi a unos pasos de ella. Hay pequeño movimiento de labios que traduce como una pregunta [¿Estas bien?], Jisoo le asiente confirmando de manera discreta. Se riñe a sí misma, pero se obliga a no sonreír. Ya no es una chiquilla a la que obligaban a sonreír hasta que le se le entumeciera el rostro. Los fantasmas no pueden perseguirla hasta Nueva York, es imposible que crucen el océano o que vuelen muy lejos de Seúl, que se vayan muy lejos de Tokio. Hay pequeño e intrincado momento donde exhala y piensa en ese verano, 2012 y está en ese auto rentado en el aeropuerto, en la autopista de Narita que lleva hacía Niigata. Se han detenido en un konbini a comprar flores, todas ellas están en un stand a afuera del establecimiento, a los lados niños juegan en unas pequeñas máquinas de videojuegos. El clima: Caluroso. Los ojos arden, puede ver a Kiko inclinándose sobre el asiento trasero mientras tiene la misma mirada que ha tenido desde que se vieron en Tokio, una profunda confusión. Sae está afuera, con el vestido negro y los tacones bajos, agachada sobre rosas rojas mientras habla con la encargada. Recuerda bien ese entumecimiento en los huesos, esa sensación espesa en el aire, lo acababan de perder todo. Retira el recuerdo de su cabeza, si sigue se le romperán los ojos y se quebrara en un instante. Pero arde en su muñeca izquierda el recordatorio constante de aquellos viejos días. Lleva la mano hacía el parche que tapa cualquier rastro de aquella historia.

En cambio sus ojos se agudizan ante el griterío. Al otro lado de la calle está una multitud de personas. Gritan el nombre de Pasta. Entonces la ve, bajando con dificultad las escalinatas, de la mano de Talia. Ambas se aferran intentando darse ánimos para no desplomarse. Una parte quiere reírse, quiere socorrerlas. No puede dejar de pensar en el baño, en lo frío que era y el olor a blanqueador. El sabor de las gomitas no se escapa de su boca y quisiera haberse quedado escuchando las divagaciones de Rosé por siempre. Es un anheló que sube por su garganta. Rosé está a unos metros, si fuera lo suficiente valiente como para acercarse lo haría. Pero antes que una chica impulsiva, es una persona calculadora. Ella sabe que no le convendría a ninguna de las dos. Cantidades de odio masivo se cerniría contra la rubia. Jisoo está acostumbrada al odio, a la rabia y a la culpa que conlleva. Rosé aun es amada por las masas y no le quitaría eso. Así que se queda detenida, sofocada. Aprieta los dedos sobre el parche, hasta que se sobresalta ante la palma de Antoine. Se gira para verla.

“¿Estas lista?” le da una sonrisa juguetona.

“Lo que sea que signifique amor” responde con la respiración turbulenta.

Él ofrece su brazo como todo un caballero para que caminen juntos por las escalinatas.

Ella lo acepta.

Hay muchas cosas que surcan en su cabeza, al momento de descender sobre el infierno. Primero, le duelen los pies, sobre todo los tobillos y está segura que debió haberle hecho caso a su publicista, cuando le recomendó usar banditas para protegerlos. Escuecen, pero reprime cualquier siseo, porque ese dolor no era nada, nunca fue nada. Otra cosa en su cabeza es la reunión postergada con la señorita Cho, su terapeuta, como también algunas reuniones que concretar con su coach actoral, nada serio simplemente seguir puliendo lo aprendido. Por último y menos importante, sus ojos siguen buscando a Rosé y parece que es el mismo sentimiento porque cuando bajan el primer escalón, con la prensa enloqueciendo ve como se gira para verla. Hay una sonrisa temblorosa en sus labios oprimidos, Jisoo da un breve asentimiento en modo de saludo. Luego su mirada va a Talia que la mira interrogante y la actriz niega de manera sutil.

Sabe que las páginas de chismes van a estallar, después de esto.

Pero hay una sensación en su diferente estómago, mientras ve como se difumina en flashes la cabellera rubia.

Oh, sin duda espera que hayan sido las gomitas.

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Thank you!
TorresMendoza
Este fic esta publicado en Wattpad y AO3

Comments

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Astraea21 #1
Chapter 6: ❤️
nishichan
#2
Ohhh thank u so much for u story i vote for u !