Capítulo Uno.

Balancín de sentimientos || Yoonmin.

Una maldita mañana en más inyecciones, no sabia cuando acabaría y eso era lo más asqueroso de estar en el hospital, venir tres veces a la semana era cansado.

Pero mi rutina era la misma de siempre, nada de esfuerzo, nada de impresiones fuertes porque podía costarme la vida y era lo que más quería pero siempre existe un "pero" en todo, eso era mi madre y mi hermano eran el motivo por el cual aún intentaba sostenerme.

Siento que mi corazón esta acabando con mi vida más rápido de lo que creo, teniendo un gran peso en mis hombros y no la sostenibilidad que me falta sino era cansancio de mi mismo, de seguir delirando esperando el momento indicado.

— Tus dolores del pecho joven Min, ¿ está viniendo con más frecuencia o sigue siendo leve?.— la enfermera siempre había tenido un parecido a mi madre y eso era algo cómodo para mi al menos al estar acá sentado mientras tenía el brazo mas pálido lleno de puntos morados por los inyectables.

— Ayer tuve uno fuerte, pero el medicamento me calmó algo y hoy amanecí un poco mejor.— Le muestro una sonrisa de boca cerrada mientras me recostaba sobre el mueble esperando a que me quiten la aguja del brazo.

La puerta es abierta mientras se asomaba el rostro de Taehyung con una sonrisa y levantando las cejas, no veía lo gracioso a esto pero supongo que algo bueno traería su comportamiento infantil que se cargaba casi siempre a pesar de portar un buen físico.

— Buenos días señora Im .—En efecto algo había detrás de esa sonrisa, porque hasta la enfermera también la tenía.

—¿Pasa algo?.— El niega mientras se acomodaba en el sofa del frente.

— A por cierto, Mamá no vendrá dijo que tenía doble turno hoy asi que yo te llevo a casa pero antes de eso una personita muere por verte YoonGi.— Sabia quien era y eso me hace sonreír, también era el motivo por el cual mis días en este hospital no eran tan malos.

— Taehyung, ¿Te fijaste si vino el joven de siempre?.— él asiente mientras le regalaba una sonrisa a la mayor.

— Si, lo vi con dos enfermeros más, de hecho.— Se acerca a ella para susurrar algo, mientras yo seguía sentado sin entender de lo que hablaban, pero el rostro de la señora Im cambia y solo se aleja de Taehyung para mirarme unos segundos, podía notar su preocupación al solo verla directamente a los ojos.

— Falta solo doce minutos, de ahí te lo puedes quitar YoonGi, ya has visto como es así que lo puedes hacer.— Yo solo asiento mientras ella se iba de la habitación dejándome con Taehyung.

— Me toca esperar diez largos minutos.— Se hecha en aquella camilla mientras se acomodaba y sabia que en efecto se iba a dormir.

Miraba el reloj de la pared a cada segundo mientras solo en la habitación se escuchaba el pequeño ruido de las gotas de alcohol caer por la tapa de botella, estando en un silencio absoluto, faltaban solo ahora diez minutos para poder quitarme esta inyección.

Taehyung seguía sin moverse y supuse que en efecto se había quedado dormido ya le era una costumbre hacerlo cada vez que venía al hospital, sabia que no era su lugar preferido a comparación mío.

...

Podía levantar a Taehyung de su largo sueño pero para que hacerlo si me tardaría, pasaria por mi estrella favorita de este hospital, por la cual las veces que caía internado ella se desvelaba tratando de cuidarme, mientras yo no podía hacer nada por ella y eso me hacia sentir miserable, pero ahora la encuentro riendo con un chico de baja estatura, y no voy a mentir me hace sentir unos pequeños celos, porque le andaba acariciando con su pequeña mano el rostro a aquel enano.

—¿Ahora me dirás que te paso en la mejilla?.— su voz tan delicada sonaba preocupada por aquel chico quien se le había borrado notablemente la sonrisa para bajar la cabeza mientras ambos se sentaban en las pequeñas sillas a un lado de todos.

Yo solo me disponia a escuchar una conversacion ajena entre mi pequeña y aquel desconocido quien habia cambiado su rostro a uno melancólico mientras Sook tenía lo miraba buscando una respuesta.

— Jimin, siempre vienes así, ¿ Hay algo que esta pasando contigo?...

Par tener una edad promedio de nueve años, sabia darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor, eso la hacía muy inteligente y supuse que lo había sacado a su padre.

— Sook, a veces la vida no es correcta para todos, no siempre vas a ver una sonrisa verdadera en los adultos, porque sabemos mentir cuando algo anda mal para no demostrar lo miserables que somos.

Aquello me dejó sin palabras, como era que aquel chico podía decirle las cosas tan claras a un pequeña de tan solo ocho años, con una mentalidad de veinte eso si, muy madura para su corta edad. Pero aquello había sonado tan fuerte que suponía que yo no era el único que la pasaba mal sino que habían varias personas con cada problema pero cada sonrisa falsa que te hacían creer era aparentar que todo marchaba bien.

— Se que cuando sonríes, no lo haces desde el fondo de tu corazón, porque se que sufres por algo, pero si tu te lo propones puedes ser feliz, buscarlo siempre tarda pero deja que suceda a su debido tiempo mochi.

Lo último le saco una sonrisa al castaño quien ahora solo sonreía al igual que Sook, quien comenzaba a mirar el reloj que estaba colgada en la pared de aquella sala del hospital.

— ¿Esperas a alguien?.

— Si, él siempre viene a estas horas pero se le está haciendo tarde, sabes YoonGi es muy reservado, incluso a veces es muy terco y enojón pero es muy lindo con las personas que tiene confianza.

Yo solo me disponía a reír de su pequeñas descripción hacia mi, mientras veía al castaño escucharla atentamente.

— ¡Sook!.— salgo de donde estaba, llamando la atención de los dos, quienes voltean a verme mientras Sook ya estaba corriendo hacia mi para abrazarme.

—¿Por qué tardaste?.

— Quería esperar a Taehyung pero se durmió.

Se separa para verme y regalarme un beso en la mejilla haciéndome sonreír al igual que ella, quien pone pequeña mano en mi pecho.

— ¿Cómo amaneció?.— aquello me pareció muy gracioso de su parte, pero era muy preguntona a veces.— Supongo que bien ... yo quisiera hablar contigo.

— ¿Pasó algo?.

— Ven.— había veces en que ella era idéntica a a su padre, sus pequeñas manos abrazaban las mías mientras salíamos del lugar dejando a aquel castaño de mediana estatura atrás.

Sook suelta de mis manos mientras se sentaba en la banca que estaba en la terraza del hospital, al parecer era tomar el aire libre.

— Toma, me dió Hayun ayer.— recibo aquel sobre blanco mientras ella ya tenía su vista en el inmenso jardín del hospital.

—¿Por qué le recibiste?, quedamos en no hacerlo .

— Es que me dijo que te la diera YoonGi.—Esquiva mi mirada un poco nerviosa.

— No le vuelvas a recibir nada a ella.

Empezaba el dia tan bien que ahora solo sentía un poco de enojo, pero Sook voltea a verme y una sonrisa se le escapa de sus labios antes de hablar.

— ¿Ya no la quieres verdad?.— Aquello pregunta era la misma de siempre cada vez que Sook tenía la oportunidad de preguntar, siempre supe que no le caía Hayun.

— No, en su momento lo hice, pero esa relación se volvió costumbre, no cariño.

— Sabes algún día también quisiera enamorarme pero no sé si pueda hacerlo.—Su mirada va directo al cielo y ahí podía ver la característica que tenía su padre, estaba en ella eran idénticas y eso me hacía sonreír un poco, tratando de recordar momentos buenos.— Pero yo quiero que tu lo hagas.— Esta vez voltea a mirar al jardín mientras mi mirada caía ahi también, donde estaba aquel chico castaño jugando con los niños del hospital, podía ver su sonrisa y cada vez que lo hacía sus ojos se cerraban sacadome una sonrisa inconsciente.

—No estoy preparado ahora Sook, no tengo el tiempo de hacerlo.

— Una vez leí que el amor no se busca simplemente llega y cuando menos lo esperes caíste enamorado a pesar del corto tiempo que tengas.

Esta vez la miro mientras ella tenía esa sonrisa bonita al arrugar su pequeña nariz cada vez que lo hacía.

— Espero que la vida me sorprenda después de todo.

— Créeme que así será.— Esta vez nuestra mirada va nuevamente al jardín mientras veía al castaño sonreirnos mientras levantaba la mano en son de saludo mostrándome su sonrisa mientras sentía la mirada de Sook hacia mi.

— Llegará más pronto de lo que esperas...

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