Soojin se encontraba exaspera, manos al aire después de haber revuelto un poco su cabello, caminando de un lado a otro mientras decía palabras que su mejor amiga Soyeon no lograba decifrar. - a ver Soojin para ya que me mareas - Soyeon exclamó haciendo que su pelirroja amiga parará en secó. - Dime bien que pasó, no te estoy siguiendo-  ya más tranquila la chica de cabello corto preguntó en preocupación. Soojin nunca perdía el control, si algo la caracterizaba era su amable, tranquila, callada y tímida actitud así que para Soyeon verla tan agitada era señal de alerta. - Shuhua, ella nos mintió- Soojin admite en derrota - nos mintió, ¿a qué va eso?- Soyeon acepta a su amiga en su cama, abrazándola de vuelta cuando está se acurruca en su pecho. - ella y Miyeon están saliendo- su voz susurra no queriendo aceptar ese hecho más la risa en respuesta de su amiga le hace alejarse del abrazo y mirar a la rubia en desagrado. -oh vale, estás de broma¿no?- la chica rubia continúa riendo tratando de controlar su risa - que va Soojin pero si esa niña se muere por ti - Soyeon trata de animar a su pelirroja amiga al ver qué hablaba en serio. - pues al parecer todas sus palabras y acciones han sido mentira!- Soojin se levanta de la cama recargandose en la ventana - yo las vi, besándose hoy- y la menor entre ellas no puede evitar sonar herida - Y cuál es el problema, si tú a esa chica no le das ni la hora - Soyeon recalca encontrando divertida las reacciones de su amiga. Y esa pregunta hacia sentido, ¿Por qué se sentía tan agitada y decepcionada por la situación? Ambas quedaron en silenció, una observando detenidamente a su amiga mientras que la otra se perdía en sus pensamientos. Tal vez ella debería  dejar de pensar en el objeto de su delirio, pero no podía evitar que su mente la llevará a recuerdos que ahora dolían. Imágenes de una chica de piel blanca como la leche, labios rojos como la fresa y ojos negros azabache, hermosa pero no solo por fuera si no también por dentro su bondad, ternura y cariño resaltaban a la vista si observas con atención. Su nombre era Yeh Shuhua, una chica que provenía de Taiwan y llevaba viviendo en Corea más de tres años. Su historia no era muy diferente a la de cualquier otra persona, se habían conocido en una fiesta que organizó Yuqi, novia Soyeon, descubrieron sus personalidades eran diferentes más por alguna razón se habían caído bien, después de eso fueron amigas, no las más cercanas pero se sentían cómodas la una con la otra. Shuhua era una niña cariñosa y lo hacía notar, ya para nadie era extraño ver a la menor del grupo colgada del brazo de Soojin, abrazándola, robándole besos a sus mejillas y confesando su amor hacia la mayor. Todos sabían del enamoramiento de la taiwanesa por la coreana, siempre invitándola a salir y pasar el rato solo las dos o mirándola como un tierno cachorro a su dueño. Esperando por Soojin al final de clases, aún que no cursarán el mismo año de preparatoria, mostraba un interés tan puro que Soojin aún siendo reservada y siempre esquivar el cariño otorgado había creado un punto débil por aquella chica frágil. Soojin la veía como una hermana menor, le ofrecía una amistad sincera y siempre cuidaba de ella ya sea acompañándola a casa o en ciertas ocasiones cocinando algo especial, nada fuera de lo normal. Pero ahora que Soyeon lo mencionaba, se sentía inquieta por su descubrimiento,  podría ser que el haber visto aquel beso sea una señal. ¿Ha estado a caso cegada de la realidad todo esté tiempo? Y al analizar la situación, el habla volvió a su garganta. - ese no es el problema, uno no puede ir por la vida siendo cariñosa con la gente, abrazándola y declarándose cada cinco minutos...
Mencionó la pelirroja agitada, las imágenes de cada momento al lado de la Taiwanesa repitiéndose en su mente, más las palabras que dejaron sus labios después, sorprendieron a ambas.
- no es justo que me haga fijarme en ella para después irse con otra -  quedando así sus  verdaderos sentimientos en el aire. - alto ahí, estás diciendo lo que creo que estás diciendo- una sorprendida Soyeon lanza la pregunta para después comenzar a dar pequeños brincos en la cama al ver la sonrisa cómplice de la pelirroja. - ¿cómo pasó?- la rubia indagó - no tengo la más mínima idea- confesó como mecanismo de defensa pero luego recordó que esa era Soyeon, podía ser molesta e irritante a veces pero era su mejor amiga por lo que Soojin decidió sincerarse. -...para ser honesta, un día me encontré a mi misma admirandola de lejos, y disfrutando su compañía, ella parecía bastante interesada en mi, tal vez todo estaba en mi cabeza- Soojin comenzaba a mostrar sus verdaderos colores sintiéndose decaída al final. - joder en tu cabeza nada! Es más que obvio que está colada por ti, debe haber una mejor explicación para lo que viste- Soyeon la motivaba en su manera especial. - ¿tu crees?- preguntó dudosa Soojin no creyendo realmente lo que le decía su amiga, aquél beso le había parecido tal sincero, real, no había signos de lucha para qu