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Endless Night

 

 

La pareja había pasado toda la noche hablando. Yoohyeon le contó prácticamente toda su vida aunque Minji fue bastante escueta con la suya. Casi mil años de existencia podían resultar sobrecogedores. Las horas habían pasado volando y quedaba poco tiempo para el amanecer. 

 

-Dentro de un rato tendré que irme a la cama porque saldrá el sol pero puedes quedarte todo el tiempo que quieras. 

 

Yoohyeon pensó durante unos segundos. No quería volver a casa, lo único que quería era seguir junto a Minji. Además, sus amigas estaban enfadadas con ella y no tenía valor para enfrentarlas tan pronto. El día anterior había estado lleno de emociones y peleas. Su cuerpo estaba cansado y lo único que la había mantenido despierta era la ilusión de conocer más cosas sobre la vampira pero cada vez le quedaban menos energías. 

 

-¿Puedo quedarme a dormir? No creo que me espere nada bueno en casa. 

 

La alegría instantánea en la cara de Minji hubiera sido respuesta suficiente. 

 

-Claro que si -Minji acarició la mejilla de la chica con suavidad. -Lo decía en serio. Si tienes problemas con tus amigas y tienes miedo de volver, puedes quedarte aquí todo lo que quieras. Días, semanas, el tiempo que necesites. Al fin y al cabo todo esto ha sido culpa mía. 

 

-¿Que? No. ¿Por qué dices eso? Tu no tienes la culpa de nada. 

 

-Yo fui la que te metió en este lío desde el principio. 

 

Las dos callaron distraídas por sus pensamientos. Yoohyeon tenía una pregunta en la punta de la lengua, la misma que la había carcomido por dentro durante esos días. Quería saber por qué. Que era lo que había llevado a Minji a aquel amanecer en el que se conocieron. Sin embargo, no se había atrevido a preguntar por miedo a incomodarla. Se acababan de conocer y no quería empezar con mal pie. 

 

-Bueno, si te vas a quedar supongo que tengo que enseñarte la casa. Espero que puedas sentirte cómoda aquí. 

 

Las dos comenzaron el tour por la mansión. Al llegar a la cocina Yoohyeon se sorprendió porque era enorme y estaba perfectamente equipada. 

 

-¿Para que teneis todo esto si no cocinais?

 

Minji río por la observación. 

 

-Es cierto que no lo necesitamos pero habría quedado raro remodelar toda la casa y dejar la cocina igual que como hace dos siglos. 

 

-¿Y por qué no habéis usado el espacio para otra cosa? No se, una biblioteca o un gimnasio por ejemplo. 

 

-Tenemos espacio de sobra para todo eso arriba. Además una casa sin cocina levantaría sospechas. Es mejor así. 

 

Yoohyeon asintió entendiendo mientras observaba la estancia con curiosidad. Todo estaba impecable ya que no se usaba nunca. Minji siguió con la visita pero Yoohyeon se dio cuenta de que estaban dejando atrás una puerta en la cocina. Le dio curiosidad porque a diferencia del resto que eran de madera aquella era de metal y tenía un gran candado. 

 

-¿Que hay ahí? 

 

Vio que el rostro de Minji se ensombrecía por un momento y supo que había metido la pata. 

 

-Es el sótano. Está lleno de trastos viejos y… -soltó un suspiro triste- fantasmas. 

 

-¡¿Fantasmas?! -Yoohyeon abrió los ojos como platos. 

 

-Me refiero a malos recuerdos -Minji sonrió con cansancio y le tomó la mano. -Este lugar ha visto mucho dolor. Al llegar guardamos todo lo viejo y lo pusimos bajo llave. Bueno, las demás lo hicieron, yo no pude bajar ahí de nuevo. 

 

-Cuando nos conocimos le dijiste a Siyeon que habías nacido aquí. ¿Esta era tu casa? 

 

-No. Yo vivía en la pequeña aldea que con el paso del tiempo se convirtió en este pueblo -cerró los ojos esforzándose por recordar. -Era muy diferente a lo que es ahora. Esta mansión está construida sobre los cimientos de una mucho más antigua. La misma a la que me llevaron cuando me transforme en vampiro. Aquí pasé mis primeros siglos pero no quiero hablar de eso ahora -en sus ojos había una mezcla de tristeza, vergüenza y disculpa. -Entiendo que tienes curiosidad pero… 

 

-Esta bien -Yoohyeon apretó con cariño la mano que aún seguía sujetando. -No tienes por qué contarme nada. 

 

-Te prometo que te explicaré todo pero necesito algo de tiempo. 

 

Yoohyeon le besó la mano y le sonrió. Gracias a eso la ansiedad que le estaba comiendo por dentro comenzó a desaparecer. 

 

Siguieron con el resto de la casa. La mayoría de sus cosas seguían en cajas. Acababan de llegar y no sabían cuánto tiempo iban a quedarse. Muchas de las habitaciones estaban vacías y Minji le ofreció una para dormir. Entonces Yoohyeon se quedó parada, era evidente que quería decir algo pero no se atrevía.

 

-Mm… -se aclaró la garganta para ocultar su poca confianza. -¿Podría quedarme en tu habitación?

 

Minji abrió los ojos sorprendida. Tartamudeó porque los nervios le enredaron la lengua.

 

-C-claro -se quedó mirándola, dudando si decir lo que estaba pensando. Lo acabó soltando pero su voz tomó la forma de un murmullo atropellado. -Aunque te advierto que por el dia necesito dormir. No puedo hacer nada más.

 

Yoohyeon se sonrojó al darse cuenta de como había interpretado sus palabras. Levantó las manos y empezó a gesticular exageradamente.

 

-Si, si -de pronto su corazón latía a toda velocidad. -Vamos a dormir. Nada más. 

 

Ambas se sentían perdidas porque la situación no podía ser más extraña. Apenas se conocían pero las dos tenían razones para pensar que delante de ellas estaba la persona con la que pasarían el resto de sus vidas. Normalmente la gente se conocía poco a poco y a veces se acababa enamorando, igual que poco a poco ganaban la confianza como para compartir sus cuerpos. Sin embargo, ellas lo habían hecho al revés, habían empezado por el final y todos esos pasos lógicos que seguía cualquier relación estaban desordenados. Todo era confuso.

 

Llegaron a su habitación. Yoohyeon observó el lugar con curiosidad, le dio la sensación de estar mirando la foto de un catálogo porque apenas había cosas personales. Algunas cajas amontonadas en un rincón y unos cuantos libros en una estantería eran lo único destacable. La cama era enorme y ocupaba gran parte del espacio. Al fondo podía verse la entrada a algo que parecía un vestidor.

 

-Perdona el desastre, aún lo tengo que ordenar todo. Voy a buscarte algo que puedas ponerte para dormir.

 

Yoohyeon se sentó en la cama y se sorprendió de lo cómoda que era. Aunque era de esperar después de haber visto toda la mansión, ese nivel de vida estaba muy por encima de a lo que estaba acostumbrada. Aquella sola habitación era tan grande como la sala de estar de su propia casa pero no dijo nada al respecto. Minji volvió con la ropa y se la ofreció. Era un pijama rosa con pequeñas fresas dibujadas. Al verlo tuvo que aguantar la risa porque eso era lo último que hubiera esperado que un vampiro llevase para dormir. Le dio las gracias y empezó a desvestirse sin pensárselo ni un segundo. Minji reaccionó nada más darse cuenta y apartó la mirada con apuro. El poco pudor de Yoohyeon la ponía de nuevo en un aprieto. Decidió que era un buen momento para asegurarse de que las persianas estaban bien cerradas para que el sol no entrase en la habitación. Yoohyeon notó que Minji la estaba evitando y rió por lo bajo.

 

-Puedes mirar si quieres. No me importa.

 

Minji tuvo que toser porque el aire le jugó una mala pasada. No supo que le desconcertó más, las palabras de Yoohyeon o que había vuelto a sentir un latido en su corazón. Se llevó la mano al pecho asustada. Ahora su corazón había vuelto al silencio pero por un instante la había golpeado con toda la fuerza de la vida. Con timidez miró de reojo a la chica y vio que las heridas con las que había llegado apenas eran visibles ya. Minji era un manojo de nervios pero al menos había perdido una de sus preocupaciones. Fue entonces cuando vio la pequeña cicatriz que seguía marcando su abdomen y se acercó para verla más de cerca. Yoohyeon estaba comenzando a abrocharse los botones del pijama pero se detuvo al sentir los dedos de Minji sobre su piel.

 

-¿Esto es de lo que hablaban tus amigas? No lo entiendo. ¿Cual es el problema?

 

Yoohyeon tragó saliva, la pequeña caricia le puso la piel de gallina. La vampira lo notó al igual que podía sentir su pulso acelerándose por momentos. La miró a la cara y vio el rosado de sus mejillas. Tenía que admitir que los mortales podían ser extremadamente adorables. Le dio un último vistazo a la misteriosa marca y se puso a abotonarle el pijama. Yoohyeon usó ese tiempo para poner algo de calma en su corazón desbocado. Agradeció que la mujer lo hiciera sin prisa porque le encantaba tenerla tan cerca. Al terminar la tomó de las manos y la miró con algo de duda.

 

-¿Si te lo cuento me prometes que no te vas a asustar?

 

Minji se echó a reír directamente y acabó acariciandole la mejilla.

 

-Vas a tener que esforzarte mucho para encontrar algo que me asuste de verdad. Vamos -se subió a la cama sin soltarla de la mano y las dos se recostaron cómodamente. A Minji se le escapó un pequeño bostezo pero se esforzó por mantenerse atenta, tenía muchas ganas de saber a que había venido aquel alboroto. -Explícame todo.

 

-¿Estás segura de que no te dormirás a mitad? -Le sonrió con ternura al ver que intentaba mantener los ojos abiertos. -Pareces cansada, podemos seguir hablando mañana.

 

-No, cuéntamelo. De verdad quiero saberlo.

 

-Está bien… -pensó en cómo empezar. -Te haré un resumen. De todas formas no se me da bien contar historias. 

 

Una sonrisa triste apareció en sus labios pero Minji no se dio cuenta. Recordó que era Siyeon la que siempre les había contado a ella y a Yubin historias de miedo cuando eran niñas. A la chica se le daba realmente bien y las dos siempre acababan abrazándose y temblando de miedo. Siempre había guardado esos recuerdos con cariño pero ahora tenían un sabor agridulce. Se esforzó por no pensar en sus amigas porque no quería volver a ponerse triste. 

 

-Hay una leyenda que dice que hace muchísimo tiempo un licántropo ofendió a una diosa araña. Esta lo castigó a él y a su amada separándolos pero al final se sintió culpable. Lo que hizo no tuvo remedio, así que como compensación quiso ayudar a nuestra especie a encontrar el amor. Cuando a uno de nosotros nos aparece esta marca en la piel significa que hemos conocido a nuestra alma gemela. Nos enamoramos al instante, nuestro corazón le pertenecera a esa persona para siempre pase lo que pase. Por eso la pareja estara junta hasta el final de sus días y donde vaya uno irá el otro. 

 

Yoohyeon sentía que le ardía la cara de vergüenza. También tenía miedo de asustar a Minji, entendía que lo que estaba diciendo podía resultar inquietante. Sabía que la vampira tenía interés en ella pero de ahí a ser almas gemelas había un buen trecho. Tenía la vista fija en el techo porque no se atrevía a mirarla a la cara. 

 

-Yo y mis amigas crecimos oyendo historias como esa. La mayoría eran cuentos y hasta que apareciste pensaba que esta también lo era. 

 

Hubo unos segundos de silencio y Yoohyeon empezó a pensar que Minji se había dormido pero entonces sintió su mano en la mejilla que le hizo girarse hacia ella. Cuando lo hizo su miedo desapareció de un plumazo. La sonrisa de Minji no podía ser más reluciente. 

 

-Resumiendo, lo que quieres decir es que vas a quererme para siempre. 

 

Yoohyeon únicamente asintió porque tenía demasiada vergüenza incluso para un simple "sí". Los ojos de Minji brillaban con emoción contenida que se mezclaba con una pizca de sueño, lo que le daba un aire encantador. La humana estaba pensando en cómo podía gustarle tanto cuando Minji volvió a hablar. 

 

-Supongo que me toca sincerarme. Los vampiros no tenemos algo como tu marca para demostrarlo pero también tenemos nuestra pareja perfecta. A algunos nos cuesta siglos encontrarla, otros no dan con ella incluso viviendo una eternidad -sintió un pinchazo en el pecho al recordar que hasta hace nada había pensado que era de los segundos. -Es la única persona a la que podemos amar de verdad. Podemos tener otras relaciones con personas diferentes, por supuesto, pero siempre sabremos que es falso. 

 

Buscó la mano de Yoohyeon y la colocó sobre su pecho. El calor que salía de su palma era tan agradable que cada vez era más difícil luchar contra el sueño. 

 

-Nuestro corazón se detiene al convertirnos en vampiros pero es capaz de volver a la vida gracias al amor, al menos durante un instante. 

 

Yoohyeon quería prestarle atención pero no podía evitar ponerse nerviosa teniendo la mano donde la tenía. Se había puesto roja hasta las orejas y había pánico en sus ojos. Minji rio al verlo pero calló al volver a sentir un latido. Yoohyeon lo sintió también y se quedó boquiabierta. Ni siquiera se atrevía a moverse por miedo a perderselo si pasaba de nuevo. Esta vez la mayor pensó con más cuidado cada una de sus palabras. Bajó el volumen de su voz como si estuviera contando un secreto pero su mirada estaba llena de confianza. 

 

-Tu haces latir mi corazón, Yoohyeon. 

 

La chica sintió alivio al saber que también era importante para ella y sonrió de oreja a oreja. No podía caber más felicidad en su interior.

 

-¿Quieres saber desde cuando están juntas Handong y Gahyeon? 

 

La otra asintió al instante llena de curiosidad. 

 

-Se conocían de antes -el tono de Minji daba a entender que había una gran historia detrás de esas palabras- pero empezaron su relación formalmente cuando convertí a Handong. De eso hará cien años el mes que viene -Yoohyeon parecía realmente impresionada. -Las palabras "para siempre" tienen mucho más significado cuando las dice alguien que vive eternamente. 

 

Yoohyeon intento pensar en esos cien años, los comparó con lo que había vivido y sintió vértigo. Su vida era un suspiro al lado de las de todas ellas. Minji notó que el tema le había causado impresión al ver cómo fruncía el ceño. Le sonrió con cariño y le habló con dulzura en la voz.

 

-No le des demasiadas vueltas. Simplemente te lo digo porque parecías preocupada de ser la única con esos sentimientos. Quiero que entiendas que te amaré para siempre y que cuando lo digo va muy en serio.  

 

Se estaba muriendo de sueño y los párpados le pesaban cada vez más. Su mente empezaba a quedarse en blanco y por eso no pensó mucho cuando se acercó más a Yoohyeon y dejó un beso de despedida en sus labios. Le salió de forma natural, como si fuera lo único que pedía el momento.

 

-Dulces sueños… -logró murmurar aquello pero cayó rendida al instante. 

 

Yoohyeon se quedó petrificada por la sorpresa y a lo que reaccionó ya era demasiado tarde. Minji estaba dormida pero a ella el corazón le iba demasiado deprisa como para seguir su ejemplo.

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Comments

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Sone_Yuuki
#1
Chapter 8: Tu historia me atrapó por completo, por favor actualízala, sería una lástima que una historia tan hermosa se quede así
mamamodc1234 #2
Chapter 8: wow amo tu historia espero que siga
mamamodc1234 #3
Chapter 8: wow amo tu historia espero que siga
SooTaelove
#4
Chapter 7: Me esta encantando la historia, tiene algunas partes que me tomaron por sorpresa, lo cual me dejó encantada y con ganas de seguir leyendo mucho más
P0rtM4n
#5
Chapter 6: Wow, si bien esperaba un SuaYeon agresivo, no esperaba que SiYeon terminara así, pero fue un buen capítulo.
trenat #6
Chapter 6: Pobre dami xd
P0rtM4n
#7
Chapter 5: Siiiiiii, te siento cerca SuaYeon... y no sé porque pero me las imagino conociéndose en un escenario algo violent o por parte de SiYeon y pfff aparecer la diosa de Bora. Esperaré con ansias el siguiente capítulo. Gracias por esta genial historia.
trenat #8
Chapter 4: Dios que intenso, gracias por actualizar a pesar de la spocas visitas!!!
trenat #9
Chapter 4: La historia está genial!