Capítulo II: Confianza

You're my Magic
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Resultó que, en efecto, los seres féricos y los humanos eran muy diferentes y Jimin tenía que considerar el hecho que el Hada que se encontraba con él era muy reservado.  

 

A la mañana siguiente el humano había tratado de ser un buen anfitrión en su hogar, ofreciéndole comida, aunque no había sabido qué ofrecerle. Al ser una criatura de la naturaleza y habitante del bosque rodeado de animales… no le parecía agradable la idea de comer animales. Tal vez Jimin no había leído lo suficiente acerca de las Hadas ó ese tipo de datos no eran de conocimiento popular, gracias a ello se limitó a cocinar pancakes acompañados con bananas y un poco de miel pero cuando puso el plato frente a Taehyung este parecía estar inseguro. 

 

Con su mano un poco temerosa separó los trozos de banana y los comió rápidamente antes de devolverle una mirada expectante al joven. Jimin no sabía que tanto comían las Hadas pero tenía la impresión que Yunho no se tomaba muchas molestias con el cuidado de las criaturas que se encontraban en su sótano así que buscó en su refrigerador algo que pudiera ser de su agrado, lamentablemente lo único que Taehyung parecía digerir sin problema eran las frutas y esas eran escasas por el momento, unas cuantas fresas y duraznos que habían sobrado de su última compra en el supermercado. De hecho su refrigerador y despensa estaban casi vacías por lo que trató de hacer una nota mental para hacer un viaje corto al supermercado, además debía comprar más vendajes y gasas ya que podría necesitarlas. 

 

Taehyung no pudo contener el sonido que salió de él al probar las fresas mientras cerraba sus ojos debido a la sensación de sabores que experimentaba al disfrutar lo dulce que eran, contrario al sabor similar al cobre de su propia sangre y lo salado de su sudor y lágrimas que habían corrido por todo su cuerpo en los últimos días. De vez en cuando su captor le había proporcionado un poco de agua pero no se había molestado con la comida. Se decía que las hadas no necesitaban de mucho para subsistir y Yunho había creído que por el color de su cabello, Taehyung era un Hada con naturaleza de agua por ende había asumido que con eso bastaría para mantenerlo con vida cuando en realidad le había mantenido al borde de sus límites de supervivencia. 

 

Al ver que se encontraba fascinado con las fresas, Jimin se disponía a cortar los duraznos en pequeños trozos pero se detuvo al observar cómo se estremeció inconscientemente al ver el cuchillo en su mano. Sus miradas se encontraron antes de que Taehyung la desviara, enfocándose en el plato que aún se encontraba frente a él. Jimin dejó la fruta a su alcance y dio dos pasos hacia atrás con la intención de darle su espacio, volvió a su desayuno en cuando vio como el Hada aceptaba los duraznos. 

 

   ***

 

 

Habían establecido una especie de rutina, o al menos eso es lo que quería creer. Jimin le había cedido su habitación con la intención de ofrecer una mayor comodidad, dadas las circunstancias. 

 

Trataba de darle su espacio pero a la vez se preocupaba por él. En algún momento tendría que cambiar sus vendajes y probablemente su espalda necesitaba más cuidados pero se sentía con las manos atadas y en realidad le ponía un poco nervioso la mirada que recibía por parte del Hada cada vez que se encontraban en la misma habitación y sentía como le seguía con sus enormes y hermosos ojos azulados.

 

Solía ofrecerle comida al menos tres veces al día con alguna golosina de vez en cuando, algunas veces era rechazado pero en otras el joven le insistía en comer.

 

Jimin había intentado conversar de vez en cuando pero las respuestas que recibía eran cortas indicándole que no parecía tener la intención de hablar con él, había ocasiones en las que lo ignoraba completamente. Así que había optado por observarle a la distancia. 

 

Taehyung se pasaba la mayor parte del día cerca de las ventanas, especialmente la que se encontraba en la sala de estar, ya que era la más amplia y contaba con una vista directa sobre la ciudad. No podía culparte, la vista era sencilla pero hermosa, por las mañanas la luz tenue se colaba por la ventana mientras el sol brillaba sobre la ciudad y a las afueras de ésta se alcanzaba a distinguir la entrada del bosque. Mientras que por la noche las luces artificiales iluminaban las casas y calles a su alrededor, Jimin se preguntaba qué es lo que pasaba por la mente del Hada mientras dirigía miradas de anhelo hacia el exterior. 

 

Asumía que le gustaban los espacios abiertos, ya que Taehyung solía dejar las puertas abiertas al entrar y salir de las habitaciones, sin embargo la única puerta de la que parecía mantener distancia era la de la entrada principal. 

 

Por las noches se preocupaba un poco, podía notar como el Hada se veía cansado y por algunos momentos su semblante se veía adolorido, mantenía su distancia pero cuando se retiraba a la habitación y se quedaba dormido Jimin no podía evitar asomarse cada cierto tiempo para asegurarse que la respiración del  otro se mantuviera constante, limpiaba el sudor de su frente si su fiebre regresaba y trataba de buscar rastros de dolor en su rostro. Todo esto le parecía extraño, las Hadas cuentan con habilidades regenerativas pero Taehyung no parecía estar sanando en lo absoluto. 

 

Le había aclarado previamente que no deseaba mantenerlo encerrado en contra de su voluntad, que era libre de escapar y regresar al bosque o donde sea que fuera su hogar.

 

Decidió que era el momento de realizar las compras de las cosas que necesitaba y trató de sonar seguro de sí mismo al mencionar que dejaría la puerta del apartamento sin llave, que era libre de tomar su decisión. Le preparó un ligero desayuno y lo dejó sobre la mesa, sin embargo no obtuvo ninguna respuesta más que la vista de la espalda de Taehyung frente a la ventana. 

 

Jimin mentiría si dijera que no se sentía nervioso al salir del apartamento. Se aseguró de estar alerta ya que no sabía si Yunho lo estaría buscando, después de todo había ignorado cualquier mensaje o llamada en su teléfono, había bloqueado el número del mayor pero seguramente estaba utilizando otro número para contactarlo. Tal vez era momento de cambiar su teléfono celular, al fin y al cabo no había nadie que se preocupara por él ó alguien con quien mantenerse en contacto. La otra razón de su ansiedad mientras recorría los pasillos del supermercado era la posibilidad que al regresar encontrara su apartamento vacío.

 

Sin embargo, horas más tarde con sus manos ocupadas por las bolsas de las compras encontró su apartamento en el mismo estado en que lo había dejado. Taehyung no parecía haberse movido de lugar, ni siquiera había tocado su plato de comida y aunque trató de no mostrarlo no pudo evitar la sensación de alivio al encontrar al Hada aun en su hogar. 

 

 

 

***

 

 

Habían ocasiones en las que Taehyung rompía su silencio y tenían la oportunidad de intercambiar algunas palabras, o incluso pasar tiempo juntos en la misma habitación cuando compartían los tiempos de comida. Jimin se percató que Taehyung tenía el hábito de observarle constantemente, como si quisiera preguntarle algo pero no se armaba de valor para hacerlo. En otras ocasiones parecía como si estuviera viendo cosas que Jimin no podía. Pero lo que había notado recientemente en su mirada, era cómo sus ojos se tornaban expectantes como si esperara cierta reacción por parte del joven al contestar sus preguntas y cosas por el estilo. 

 

Sin embargo, a pesar de lo anterior aún había cosas de las que no bajaba la guardia y una de ellas era el contacto físico. Ahora que se encontraba consciente, Taehyung no confiaba en Jimin para tocarlo, razón por la cual no le había permitido revisar las heridas de su espalda. Le había ofrecido vendajes y cambios de ropa para que pudiera asearse y tratar las heridas en sus muñecas y tobillos desde la primera mañana que despertó en el apartamento. Y aunque no quiso admitir lo maravillado que se encontraba de la tal llamada “tecnología” de los humanos para hacer que el agua corriera por tuberías y que un simple grifo decidiera la temperatura de ésta, también le asustaba un poco.

 

No había tomado una ducha, a pesar que Jimin le había explicado cómo moverse dentro del baño y todos los productos que podía usar. Ya que el agua siempre parecía muy fría o muy caliente para su gusto, de tal manera que extrañaba el agua templada de los lagos y la pequeña cascada que se encontraba cerca de su hogar. Así que se limitó a humedecer una pequeña toalla y pasarla por todo su cuerpo. El olor artificial de todos los productos para el cabello y demás que se encontraban a su disposición no había hecho más que marearle por unos minutos, así que también desistió en usarlos después de todo no creía necesitarlos. 

 

Las ropas que había recibido el primer día no estaban muy gastadas y a pesar que no eran exactamente de su talla eran mejor que las ropas que había usado los últimos días. No estaba muy seguro de cómo las había conseguido pero, el día que Jimin le había dejado solo en el apartamento había regresado con ropas nuevas que parecían encajar a la perfección de hecho algunas de ellas eran un poco más holgadas lo cual evitaba que el material de las ropas rozara sus vendajes y heridas, Taehyung había estado agradecido por ello, incluso si no lo expresara directamente.

 

Había estado teniendo problemas para conciliar el sueño, en primer lugar porque le era imposible encontrar una posición cómoda en la que su espalda no doliera y en segundo lugar…porque cada vez que dormía parecía tener pesadillas. Trataba de mantenerse despierto por las noches pero después de unos minutos le parecía imposible resistirse.

 

Se sentía adolorido y cansado todo el día, sabía que su cuerpo trataba de curarse y eso le hacía consumir mucha energía, la cual no poseía. Había perdido el apetito y en las ocasiones que comía, su estómago no parecía ser capaz de retener mucha comida, dándole la sensación que no podía comer nada más cuando lo único que había ingerido eran unas cuantas fresas o una manzana. 

 

Creía que con el pasar de los días se sentiría mejor pero su condición empeoraba, razón por la cual no pudo negarse cuando a la mañana siguiente Jimin tuvo un pequeño vistazo de la espalda de Taehyung mientras terminaba de cambiarse. El Hada se sentía tan agotada que ni siquiera se estremeció cuando Jimin le tomó de la mano y lo llevó hacía el baño luego de tocar su frente y regañarle con que había sido suficiente.

 

Había leído que las Hadas al igual que el resto de criaturas mágicas contaban con la habilidad de curar más rápido que los humanos, lo más rápidos en su regeneración eran los vampiros y los hombres lobo, pero las Hadas no se quedaban atrás, razón por la cual le extrañaba que Taehyung parecía estarse recuperando a la velocidad de un humano cualquiera. 

 

Incluso si el muchacho se había empeñado en tratarle con calidez y un poco de confianza, una parte de él aún se sentía inseguro de sus intenciones.  Lo que le había dicho aquella vez luego de curar sus heridas había sido la verdad, Taehyung podía sentir cuando las personas mentían y a pesar que el muchacho había sido honesto no olvidaba el hecho que era un humano y las experiencias que el Hada había tenido con ellos no eran buenas. Después de todo, su único encuentro con humanos le dejó golpes, cicatrices y pesadillas que lo atormentaban incluso cuando se encontraba despierto.

 

Jimin le asistió hasta el baño y lo obligó a sentarse al borde de la tina, mientras él mismo se posicionó en el suelo con el botiquín en sus manos buscando las gasas, vendajes y pomadas que pudiera necesitar. Se preocupó todavía más al percatarse que cada uno de esos implementos seguía casi en el mismo estado que hace unos días, indicando que Taehyung no los había usado.

 

Comenzó con sus tobillos, levantó el dobladillo de sus pantalones y retiró los vendajes viejos para poder desinfectar nuevamente el área. No le había tomado mucho tiempo, después de todo sus tobillos eran los que parecían haber recibido menos daño. Probablemente su expresión lo delataba pero el Hada parecía percibir lo que Jimin pensaba cuando retiraba suavemente los vendajes de sus muñecas y veía como su aspecto no había cambiado en el transcurso de los días. Es más, ahora con el descanso que ambos habían recibido y la luz natural que se filtraba por la habitación le permitía observar que las laceraciones en sus muñecas eran muy graves. 

 

­— Es culpa de tu amigo. — el tono cansado y despectivo del Hada había hecho que el joven se estremeciera al escucharlo y retirara sus manos bruscamente como si su contacto le hubiera quemado. 

 

—Yunho no es mi amigo. — susurró. Al ver como su afirmación no generaba ningún tipo de reacción en el otro y su rostro seguía indiferente sentía la necesidad de convencerle. 

 

— Nunca lo fue, simplemente… trabajé para él, eso es todo. — El recordar su primer encuentro con Yunho le hacía regresar a una época muy oscura de su vida, una en la que todo era gris, incierto y sin ningún propósito. No era algo que le agradara recordar por lo que sacudió un poco su cabeza y se limitó a retomar las cosas del botiquín antes de sumergirse de nuevo en esos recuerdos, nunca terminaba bien.

 

— ¿Fue él quien te propició estos golpes? — Trató de ser cuidadoso al momento de cambiar los vendajes en sus muñecas pero sabía que Taehyung aun así experimentaba mucho dolor, incluso si trataba de mantenerse firme. Así que pensó que tal vez podía ayudarle si se distraía un poco. 

 

— No del todo. — decía, mientras Jimin comenzaba a aplicar un poco de pomada sobre los moretones en su rostro. La primera vez no había sido tan incómoda pues el Hada había estado inconsciente, pero ahora podía percibir la mirada penetrante en cada movimiento que realizaba, y por si no fuera poco la distancia entre ellos era muy corta poniéndole más nervioso. — Él solo me golpeó en la cabeza. —

 

— ¡¿Qué?! ¿Por qué no lo dijiste antes?— Las manos de Jimin se movieron rápidamente a la parte trasera de la cabeza de Taehyung, sorprendiéndole y no fue hasta que se encontraba revolviendo los suaves cabellos turquesa que se percató de sus acciones y se sintió avergonzado. No encontró ninguna herida abierta pero al revolver su cabello notó unos leves rastros de sangre sobre su sien en el lado derecho y se extendía un poco por su oreja.  

 

Asumió que debía de haber sangrado un poco cuando recibió el golpe pero probablemente el sudor había borrado algunos de los rastros. Ahora que estaba buscando esa herida había sido capaz de visualizarla, la noche de su llegada no lo había notado. Se disponía a limpiar y curar su sien pero esta vez fue más consciente de sus acciones, en especial por los comentarios que había recibido.

 

— ¿Puedo? — preguntó con un poco de incertidumbre, le parecía más bochornosos el hecho de sentirse nervioso al estar tan cerca del otro, quien luego de unos segundos asintió y movió un poco su cabeza para estar más al alcance de Jimin. 

 

Esta vez movió sus cabellos de una manera más delicada aprovechándose un poco de la oportunidad que tenía al poder pasar sus dedos entre su cabello, eran finos y delgados y el color era tan natural en él que combinaba perfecto con la tonalidad de su piel y sus ojos. Comenzó a limpiar su frente cerca de las entradas en su cuero cabelludo y en efecto no había ninguna herida abierta lo cual significaba que el golpe tenía más días que los demás moretones y volvía a preguntarse, ¿Cuánto tiempo había pasado encerrado?

 

El rastro de sangre seca continuaba hasta detrás de su oreja por lo que ajustó un poco su posición para poder limpiarlo del todo, sin embargo se llevó otra sorpresa. Taehyung tenía el cabello un poco largo, de manera que si lo limpiaba bien y cepillaba estaba seguro que un flequillo cubriría un poco sus ojos, el de los lados caía un poco sobre sus orejas y no tenía un corte bajo como en el caso de Jimin, quien tenía su cabello más corto en la parte baja y laterales. Es por ello que no lo había notado, nunca había conocido a otra Hada antes y era algo  con lo que no se encontraba familiarizado.

 

— ¿Tienes un tatuaje? — dijo sin contenerse. Creyó que no recibiría respuesta, probablemente el otro ya no querría seguir hablando.

 

— No son tatuajes. — decía Taehyung al tocarse ambas orejas. —Son mi fuente. —

 

— ¿Fuente? —

 

— Todas las hadas poseen una fuente en específico o clase como prefieras llamarlo, ya sea de los elementos o en algunos casos de la naturaleza. Algo que los representa y de donde obtienen su magia. —

 

— Creí que la fuente de sus poderes eran…— se cortó antes de decir algo más, pues sentía que no tenía siquiera el derecho de mencionarlo.

 

— Nuestras Alas. — Jimin le escuchaba atentamente mientras observaba cómo la mirada de Taehyung parecía más enfocada que hace unos minutos. — Es cierto, pero podemos nutrirnos o fortalecernos con nuestro ambiente, eso nos ayuda a recuperar fuerzas. —

 

— ¿Es por eso que aún no has sanado? ¿Por estar lejos del bosque? ¿Las flores? — Jimin estaba a punto de disculparse por seguir preguntando al observar cómo el rostro de Taehyung se tornaba triste.

 

— En parte...eso y que recibí inyecciones con algo de plata para impedir mi regeneración.— El escuchar eso le hacía enfurecer, lo habían lastimado, torturado, mutilado y quién sabe qué otras cosas más. 

 

— Entonces, ¿tu naturaleza son las flores? — Ya no se encontraba tan seguro si deseaba cambiar el tema para distraer a Taehyung o para enfocarse en algo diferente que le hiciera olvidar el coraje que sentía en esos momentos.

 

— Algo así. — Jimin podía ver la mirada triste del hada mientras tocaba las flores sobre el dorso de sus orejas. El muchacho sentía que no era un tema del cual Taehyung quisiera hablar así que decidió no presionarle pero, ahora estaba seguro que no dejaría de apreciar ese detalle. Las flores que se encontraban sobre sus orejas eran de color azul, probablemente unos tonos más oscuros que los de su cabello, pero eran pequeñas, con siete pétalos delgados y lo que parecía el tallo de las flores caía por el resto de su oreja. Ahora que las había notado se preguntaba cómo es que no las había visto antes. 

 

Lo último eran las heridas de su espalda y a pesar que éste se negó rápidamente, Jimin insistía que eran las que necesitaban mayor atención, y después de ver el resto de sus heridas le preocupaba que los cortes en su espalda se infectaran. Debía revisarlas y luego cambiar los vendajes, ahora que sabía por qué su curación era lenta estaba claro que no podía ignorarlo más tiempo. Le había dado su espacio, no solamente porque aún se sentía culpable sino porque sabía que la posición en la que se encontraba Taehyung era muy difícil. Jimin estaba seguro que si las cosas fueran a la inversa él se sentiría molesto pero a la vez temeroso de tener que vivir con alguien que le ha lastimado, incluso de manera indirecta. Tenía que curar su espalda para que dentro de unos días pudiera recibir un poco de aire.

 

— Por favor. Sé que no confías en mí pero realmente quiero ayudar. — Trató de mantenerse firme ante la mirada aprensiva de Taehyung. No quería presionarlo pero temía que su condición empeorara.

 

No estaba seguro si había sido porque se encontraba cansado o por el hecho que creía que estaba llegando a su límite, el Hada accedió. Trató de ser más cuidadoso y de realizarlo en el menor tiempo posible.

 

Ver las heridas de su espalda le generó la misma sensación de la primera vez, podía notar que Taehyung se encontraba tenso por la rigidez de sus hombros y la leve aceleración en su respiración. Trató de ser aún más cuidadoso con ellas ya que eran las más delicadas, por fortuna sus puntos no se habían abierto y no parecía haber indicios de una infección. Consideró ofrecerle algún tipo de medicamento pero no estaba seguro si éstos surtirían algún tipo de efecto, aunque dudaba que el Hada aceptara tomarlos cuando se negaba a comer mucho.

 

Se ofreció a ayudarle con su cabello pero al ver el disgusto en la expresión de Taehyung comprendió que tal vez estaba traspasando los límites, además de escuchar acerca de cómo los productos a su disposición le parecían tóxicos. Hizo una nota mental para comprar shampoos con esencias naturales sin colorantes.

 

 

 

 

Yunho debió de haberle inyectado una gran cantidad de plata porque las heridas tardaron casi dos semanas en sanar, intentó llenar el estómago del hada con comidas livianas y algunos caldos aunque no le gustaran los vegetales parecía aceptar los alimentos con más frecuencia, a fin de ayudarle a tener más energías ya que siempre le veía agotado y en ocasiones con la mirada perdida. Podía observar cómo su condición mejoraba pero sabía que algunas cicatrices jamás sanarán por completo.

 

Los primeros días no hablaban mucho, es más apenas compartían habitación salvo cuando Taehyung necesitaba algo de lo contrario se la pasaba viendo la ventana desde la habitación de Jimin quien se la había cedido completamente y había proclamado la sala como su nuevo espacio. En muchas ocasiones el joven intentaba romper el hielo y tratar de hacer el ambiente más cómodo pero las respuestas de Taehyung solían ser cortantes cuando decidía hablar. Sin embargo, con el paso del tiempo las cosas comenzaron a cambiar poco a poco.

 

Taehyung se había percatado que Jimin, además de mantener su distancia en ocasiones lo dejaba solo en la casa, tuvo que luchar un poco con su instinto de atravesar esa puerta lo más rápido que podía pero… no sabía adónde ir y no quería admitirlo pero los humanos le atemorizaban un poco. Ahora se arrepentía de no haber escuchado a sus hermanos cuando le advertían sobre alejarse del reino. 

 

Su madre siempre le había comentado cómo solía ser curioso desde temprana edad, aventurandose con su hermano mayor a conocer cada uno de los árboles y flores que los rodeaban  de manera que en más de una ocasión se habían metido en problemas,  pero ahí es cuando usaban su arma secreta, sus miradas inocentes y sonrisas angelicales como las llamaba su padre las cuáles siempre los libraban de cualquier problema.

 

Pero ese día había estado solo, lo cual había sido difícil de lograr pues desde que sus padres murieron sus hermanos se volvieron más protectores sobre él y se la pasaban todo el tiempo advirtiéndole sobre los peligros tanto dentro del bosque como fuera de él. Sin embargo se sentía confiado de su entorno, conocía las criaturas que deambulaban en sus alrededores y estaba seguro que si se llegaba a encontrar en problemas los mismos árboles acudirían a su rescate. Los humanos siempre le habían causado mucha curiosidad e intriga, y a menudo se preguntaba si lo que escuchaba sobre ellos era cierto. 

 

El antiguo rey había hablado sobre una época en la que los humanos y las criaturas mágicas podían convivir juntos y se ayudaban mutuamente pero los tiempos habían cambiado y el ser humano alberga odio en su corazón, y desde que comenzaron los rumores de las desapariciones de Hadas, éstos se habían vuelto en una amenaza. Las demás criaturas les respetaban, algunos incluso las consideraban sagradas por su conexión con la naturaleza y los elementos. Las comunidades alrededor del reino solían ser más expuestas con los humanos pero con las constantes amenazas y desapariciones comenzaron a ocultarse e incluso existía el rumor que una cantidad de Hadas se habían aliado con la legión de vigilancia para crear un grupo de resistencia. Taehyung esperaba que todo esos rumores fueran falsos, no se imaginaba a su gente en medio de un mar de sangre.

 

En una ocasión había tenido la oportunidad de estar a poca distancia de un humano y le había parecido inofensivo, incluso le había considerado torpe pues se tropezaba con facilidad con las raíces de los árboles. Le había observado a distancia por un buen tiempo y no le pareció malvado o una amenaza como el resto solía advertirle pero tal vez sus hermanos tenían razón y aveces era ingenuo ante las circunstancias. Ese era otro de los motivos por los cuales le cuidaban mucho. 

 

Baekhyun el mayor, había sido quien le enseñó a escapar de las paredes de su hogar desde que eran pequeños luego de prometerle que jamás lo haría sin la compañía de su hermano y había mantenido su promesa hasta que la curiosidad había sido demasiado grande. Su segundo hermano mayor, Jongin a veces parecía desinteresado incluso hasta arrogante pero en realidad era todo lo contrario, tenía un corazón puro con una sonrisa contagiosa, en ocasiones era un poco perezoso y solía hacer berrinches para escapar de sus responsabilidades, sin embargo eso no significaba que no se se tornara serio cuando la situación lo ameritaba o cuando sus hermanos se veían involucrados. 

 

A pesar que Baekhyun era el mayor compartía responsabilidades con Jongin al momento de liderar, no existía ningún tipo de rivalidad entre ellos y sus personalidades se complementaban adecuadamente al momento de tomar decisiones. 

 

Baekhyun se encargaba de ser el rostro de la corona, de ser el líder que gobernaba con calidez y comprensión, Jongin se encontraba a cargo de la guardia que protegía a la comunidad. El reino de las Hadas no contaba con un ejército o armada como lo llamarían los humanos, pues creían que la violencia nunca era la respuesta ante cualquier conflicto. Al contrario, consideraban que lo más importante era la observación y la diplomacia para poder establecer una paz con el resto de las creaturas. Mientras que por otro lado Taehyung, al ser el tercer hijo no cargaba con el peso de heredar la corona lo cual era algo que el menor agradecía pero eso no significaba que se quedaba al margen de las decisiones que sus hermanos tomaban. 

 

Su magia era muy diferente a la de sus hermanos, una de las razones del por qué su familia y el resto del reino cuidaban mucho de él. Taehyung siempre había sido un Hada muy sociable, conociendo a la mayoría de los habitantes del bosque, jugando en las tardes con los animales y algunas Hadas pequeñas,  prefería pasar sus tardes rodeado de los árboles, asomarse al río y observar los alrededores de las barreras que protegían a su reino después de todo él era uno de los pilares de su protección.

 

Las Hadas al vivir en comunidades suelen ser muy cerradas con respecto a sus relaciones con el resto de las criaturas, es por ello que muchos de los misterios que los rodean suelen ser desconocidos por el resto. Los humanos se empeñan en descubrir maneras en las que puedan sacar lucro de ellas pero no saben con exactitud que las Hadas pueden ser mucho más que belleza deslumbrante. Su magia reside en sus alas, eso es cierto. Pero a la vez cada una de ellas pertenece a un tipo de naturaleza diferente, la fuente esencial de la que pueden nutrirse y hacerse más fuertes. 

 

Al mantener una conexión directa con los elementos y la naturaleza eran criaturas empáticas, pero Taehyung era un poco más susceptible que el resto, las emociones del resto a veces eran muy fuertes para él por lo que tuvo que aprender a controlarlo. De igual manera era capaz de percibir las auras de las personas, siéndole de utilidad para diferenciar las intenciones de los demás y percibir si alguien mentía. Es por eso que decidió darle una oportunidad a Jimin. 

 

Con el paso de los días lo había observado, y sabía que no era una mala persona. Las veces en las que había hablado con Taehyung había sido honesto, y aunque estaba haciendo el intento de abrirse un poco con él y realizarle preguntas de vez en cuando podía distinguir la disconformidad que sentía el muchacho cuando hacían referencia a Yunho o la tristeza que irradiaba cuando mencionaba algún que otro detalle de su pasado. Aunque en realidad no era necesario ver su aura o contar con habilidades empáticas para percatarse que había momentos o temas de los cuales Jimin no parecía estar dispuesto a discutir. No podía culpa

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