La mañana llegó en un abrir y cerrar de ojos, había dormido tan solo tres horas y media y era consciente de que aquello podría cobrarle factura a lo largo del día. Heejin nunca había sido una persona de mañana y menos si las horas de sueño le faltaban, cuando estaba en un estado de somnolencia su mente y su boca no tenían ningún filtro y aquello era algo muy problemático, por ello siempre trataba de dormir tanto como le fuera posible. Pero cada que Hyunjin aparecía en la ecuación aquello cambiaba, nunca había podido negarse a algo que ella le pidiera, incluso si aquello descontrolaba sus horas de sueño.

　　
El camino a la escuela fue cuanto menos agradable, el aire frio de la mañana le ayudaba a sentirse tranquila y era también un buen remedio para calmar el flujo de sus pensamientos. Faltaba poco más de dos meses para terminar el año escolar y esperaba poder disfrutar de los últimos meses tanto como le fuera posible, pues si todo salía como lo planeaba, en el próximo año estaría lejos de casa y de la ciudad que le vio crecer.

Al llegar, se encontró con su grupo de amigos, quienes le esperaban entre risas y juegos. Sin duda alguna les extrañaría a cada uno de ellos cuando tuviera que marcharse y más aún a Hyunjin, quien aún no tenía claro lo que quería hacer o cómo hacerlo. Al verle, su amiga se abalanzó sobre ella envolviéndole en un cálido abrazo, y aunque ello era algo típico para ellas no podía evitar sentirse entusiasmada cada que recibía un poco de su afecto, el cual parecía nunca ser suficiente para llenar todo lo que sentía en su presencia.

El grupo por su parte, empezó a discutir sobre que iban a hacer al llegar la tarde, era viernes y todos querían escapar del estrés provocado por la semana agotadora que habían tenido. Sin embargo, Hyunjin se excusó, diciendo que tenía planes para la tarde y que no tenía intención de deshacerlos, antes de que alguien pudiera dar una idea. Sus amigos entre risas, empezaron a bromear diciendo que seguramente se iba a encontrar con un admirador secreto, pero Hyunjin le dio una mirada de complicidad a Heejin y aquello fue suficiente para hacerle saber que de ella se trataban sus planes.

El resto del día transcurrió con tranquilidad, y cuando la noche cayó Heejin y Hyunjin se encontraron vagando por la playa nuevamente. De alguna manera, aquella playa se había convertido en un lugar importante para ellas, cuando necesitaban tranquilidad o un poco de privacidad iban a aquel lugar, en aquella playa Heejin había visto llorar a Hyunjin por primera vez, y en ese mismo momento se había prometido así misma el hacer todo lo que