El reloj marcaba las 11:30 de la noche cuando el sonido personalizado de su celular indicó que alguien le llamaba, y que ese alguien se trataba de su mejor amiga, Hyunjin. Durante los últimos meses aquello se había convertido en una rutina para las dos, las llamadas que duraban hasta que una de las dos cayera dormida habían sido sin duda una de las razones por las que su amistad se había fortalecido, el poder hablar de sus problemas o simplemente de cómo había sido su día había sido siempre reconfortante para la chica de cabellos azabaches que siempre esperaba por un poco más.
　　　 　　
Heejin se levantó con rapidez de su cama, tropezándose con las cosas que encontraba en medio mientras trataba de llegar al teléfono tan rápido como le era posible, pues era consciente de que en aquel instante su amiga necesitaba de ella más que de costumbre.
　　　 　　
-Hekki, pensé que no responderías. – Sonó desde el otro lado de la línea tan pronto como su dedo presiono el botón verde de contestar y casi podía apostar que Hyunjin estaba frunciendo sus labios como lo hacía cada que algo no salía de acuerdo a sus planes.
Heejin solo dio un zumbido como respuesta mientras trataba de acomodarse en la silla frente su escritorio, centrando su mirada en el pequeño portarretratos ubicado al lado izquierdo de la mesa, sonriendo para sí misma al notar la expresión que Hyunjin llevaba en aquella foto. – Sabes que no podría negarme a responder una llamada tuya. -
　　　 　　
- Lo sé. – Fue la respuesta que su amiga le dio casi como un susurro, para después permanecer en silencio. Heejin sintió como su corazón se contrajo ligeramente, aquella había sido la conducta normal de Hyunjin durante los últimos días, días en los cuales los problemas con su novio habían empezado. Primero habían ocurrido pequeñas tardanzas a la hora de llegar a sus citas, después había dejado de aparecer a ella o de responder sus mensajes y cuando finalmente parecía que Hyunjin estaba avanzando de nuevo aparecía para tirarle abajo.
　　　 　　
- ¿Qué pasó esta vez? – Un suspiro pesado escapo silenciosamente entre sus labios. No le gustaba aquella situación, el ver como la imagen de la persona que amaba caía un poco cada vez no hacía más que lastimar su corazón. El ver como su brillante ser se desvanecía bajo una nube de lamentos y de lágrimas, no era algo que Heejin pudiera soportar.
　　　 　　
- Creo que todo acabó esta noche. – El silencio tras esas palabras no se hizo esperar, había una parte de Heejin que se alegraba debido a ello, pero la otra parte simplemente se