Taeyeon POV

Escucho a la audiencia gritar mi nombre mientras estoy en backstage. Siento la adrenalina recorrerme puesto que después de mi descanso he regresado a los escenarios, ésta vez más energética. Mi cuerpo dejó de sentirse tenso después de la primera canción, pero estar en un lugar nuevo me asustaba, especialmente si se trata de América. Siempre he soñado con vivir aquí, aunque mi hermano me diga que sólo empeorará mi adicción.

Tomé el micrófono y me dispuse a salir al escenario de nueva cuenta. Tomé un trago de vodka para calmar los nervios que seguían presentes en mi cuerpo y salí, sonriendo para aquellos fans que estaban aquella noche cantando mis canciones. Al finalizar el concierto estaba fuera de mis sentidos. Jiwoon, mi manager y hermano sabe que al final tendrá que lidiar conmigo. Es imposible para una chica como yo evadir el alcohol.

Tomé mis cosas y simplemente subí al auto, con ayuda de Jiwoon. Ésta vez le dije que me dejara pasear un rato por las calles de L.A. y aunque dijo que no, le indiqué a Yoona, mi conductora que se dirigiera hacia algún bar cercano. Podía ver algunos fans que se amontonaban al pasar de los segundos, por lo que las personas de seguridad ahora me daban leves empujones para llegar pronto al auto.

Después de 15 minutos en los que Yoona conducía, pude notar que estábamos perdidas.

— Taeyeon, no creo que haya algún bar abierto a estas horas, si soy honesta.

— ¿Tú crees? Espero que estés equivocada. Busca algo, por favor.

— Bueno, creo que si continuo manejando unas calles más, podríamos encontrar algo.

— Espera, espera…

Visualicé un local que parecía ser un bar. La vie en rose adornaba encima de la puerta con luces neón, así que pensé que podría ser algo especial. Obligué a que Yoona diera vuelta, estacionándose frente al lugar.

Salí dando pasos torpes, mi visión era un tanto borrosa pero eso jamás me había detenido para continuar festejando las noches.

— Sólo echaré un vistazo, espérame aquí.

— Como tú digas, Taeyeon.

Logré ver que Yoona ponía sus ojos en blancos, más de 5 años siendo mi conductora podría ser tedioso, pero ella sigue conmigo. Le agradecí y me acerqué a la puerta, notando que había mucha gente que quería entrar al lugar.

Tiffany POV

Trabajar en un restaurante era devastador. Largas horas dentro de un local y soportar los clientes con mal humor que exigían más que meseros, sirvientes. Lo único divertido era reírme de los chistes que Sooyoung hacía o de las burlas hacía el jefe, SooMan.

— Tiff, hoy te vas a presentar, ¿cierto? ¿Estás nerviosa?

— ¡Por supuesto! Muero de nervios, es mi primera vez.

Sooyoung, además de trabajar como mesera, manejaba un bar con otros amigos, donde hacían karaoke. Ésta noche me ofrecieron tener un puesto ahí, a lo cual no me negué.

Ser una escritora y cantante frustrada me tenía desanimada. Sabía que lo que escribía no llegaría a nadie importante así que al menos el karaoke era algo que podría hacer y podría llamarlo como un logro importante. Si bien La vie en rose era un bar destinado a drag Queens, desde que conocí a Sooyoung me han recibido muy bien, al igual que la recibieron a ella. Éramos unas divas, por lo cual todas nos adoraban.

Miré el reloj y solo faltaban 20 min para mi turno de salida, lo cual indicaba que sería hora de ir al bar y cantar públicamente.

— Tiffany, apresúrate, anda.

Sooyoung ya me presionaba, por lo que rodee los ojos y tomé mi bolsillo, corriendo al lado de Soo. Íbamos hacía la puerta cuando SooMan gritó mi nombre, sabía que ya iba a molestar de nueva cuenta así que solo fijé mi vista en él.

— Aún no acaba tu turno. Debes sacar la basura, Tiffany.

— Dios, eso es trabajo de alguien más.

— Te lo estoy pidiendo.

Sooyoung dio pasos rápidos hacía sooman, cruzando sus brazos frente a él.

— Vamos, SooMan, deja en paz a Tiffany, hoy se presenta en el bar.

— No lo voy a repetir, Tiffany.

Resoplé por lo fastidioso que era, a veces era gentil pero cuando estaba de mal humor nadie podía soportarlo.

— Descuida, Soo. Adelántate, yo te alcanzo en unos minutos.

— Vale, pero no te tardes.

La vi salir por la puerta mientras yo me colocaba los guantes de látex para tomar las bolsas de basura y llevarlas hacía la parte trasera del restaurante. Ya era de noche, por lo que me apresuré a tirar las bolsas y lanzar los guantes a la basura para salir a pasos rápidos del callejón. Somewhere over the rainbow sonaba en mi cabeza, así que la canté mientras me dirigía con Sooyoung.

Después de tomar un bus hacía el bar, me dirigí corriendo a los camerinos para ponerme mi ropa. Decidí llevar algo sencillo, un vestido negro hasta los muslos con lentejuelas que brillaban. El maquillaje tal vez fue excesivo, puesto que las chicas me ayudaron, mis cejas parecían una línea pintada, pues las chicas decían que era la moda. Destiny no aguantaba la risa mientras me hacía la ceja con cinta adhesiva, yo sólo me dejé.

— Destiny, ¿Por qué te ríes tanto?

— Por nada cariño. Sin duda serás el centro de atención ésta noche.

Después me apresuré a echarme un vistazo frente al espejo, maldiciendo internamente por la tragedia que había ocurrido con mis cejas. Esa maldita me las iba a pagar después de terminar el espectaculo. 

Me arrepentí al final pero ya era hora de salir al escenario.

Los nervios aumentaron y sentía cosquillas en el estómago. Sostenía un micrófono entre mis manos, las chicas decían que yo era la estelar de la noche. Siempre se asombraban con la voz que yo tenía y por eso mismo me dejaron cantar ésta noche. Cerré los ojos y pensaba en que debía entregar todo de mi ahí, a pesar de que solo fuera un bar, incluso si había poca gente dentro actuaría como si fuera coachella y nadie me iba a detener. Sin duda había elegido una canción difícil, pero no me arrepentía. La vie en rose era perfecto, podía también demostrar que cantaba en otros idiomas. Una coreana en L.A. cantando en francés, eso daría de que hablar.

Solté un suspiro, con mis manos temblorosas sosteniendo el micrófono mientras una de las chicas comenzaba a hablar de la nueva chica que se subiría al escenario. Supe que era yo cuando dijo que llevaba unas sensacionales cejas. Casi gritó pero tuve que evitarlo para mantener el misterio. No era capaz de asomarme siquiera a ver si había personas, simplemente dejaría que el sentimiento de finalmente cantar en público me llenara esa noche.

Sooyoung no se encontraba por ningún lugar visible y se suponía que estaría conmigo en estos momentos, así que me mentalizaba para también darle un regaño al final de la noche por abandonarme. Di unos pasos más al escenario, las luces se apagaron y eso sólo me indicaba que era hora de salir. El show debía comenzar.

La noche sería especial y sin duda, cambiaría muchas cosas en mi vida.